51. NO LO HAGAS
PRIMERO DE TODO, PERDON POR TARDAR EN ACTUALIZAR UN DIA DE MÁS. Pero estaba preparando los capitulos finales y los agrdecimientos. Ya que hoy subire todos los capitulos de golpe. Disfrutarlo que son los ultimos!!
Mixe se retiró a paso lento del centro de la plaza dejando a ambos canes solos. Se miraban de manera intimidante, al verlos juntos se podía apreciar a simple vista que eran hermanos o que, al menos, procedían de la misma raza. Ambos eran altos, musculosos y de pelaje corto, hocico alargado y orejas largas acabadas en punta, solo que Max era de pelaje oscuro casi negro a excepción de algunos mechones marrones y su hermano era de pelaje completamente blanco. Se quedaron en silencio observándose durante varios minutos hasta que el can de pelaje claro rompió el silencio.
- no sé porque te molestas en pelear, sabes el resultado – decía suspirando – tantas ganas tienes de dejar este mundo?
- Bueno, digamos que esta vez tengo más motivos para luchar – sonreía de medio lado.
Ambos perros tomaron postura de batalla mientras esperaban la señal de mixe, no se hizo esperar demasiado ya que cuando tomaron las posiciones de pelea mixe pego un grito indicando que el combate había empezado. Los dos canes comenzaron a dar pasos laterales hacía la izquierda sin perder de vista al oponente, analizándose y buscando los puntos débiles del contrario. El combate era lento y pausado ya que sabían que en un combate cuerpo a cuerpo el primer movimiento podía decidir el curso del combate.
Flex miraba nervioso, se notaba a simple vista que estaba preocupado por su pareja a tal punto, que ni se estaba quejando por el dolor de sus heridas. Drok le estaba tratando las heridas mientras observaba el combate. Mike también se mostraba serio, como si no estuviera convencido de la decisión que había tomado al permitir este combate.
Finalmente, El can se lanzó contra Max lanzándole unos rápidos derechazos hacía el rostro mientras se movía rápidamente dando pasos horizontales, parecido a lo que los humanos llamaban, boxeo. Max bloqueaba los golpes con ambas patas parando los derechazos con sus antebrazos, la lluvia de golpes era incansable haciendo que diera algunos pasos hacia atrás tratando de contraatacar, pero su rival era rápido y seguía sus pasos evitando pudiera recobrar el aliento. Finalmente, uno de los derechazos impacto con fuerza en el costado de Max haciendo que este hiciera una mueca de dolor para acto seguido ser golpeado por un directo en el rostro. Reculo un par de pasos sobándose el rostro, el golpe de su hermano parecía que lo había desorientado levemente, estaba sangrando del hocico.
- Buen golpe – le dijo volviendo a adoptar posición de pelea.
- A ver si empiezas a hacer algo, que me aburro de solo golpearte hermanito.
Enfurecido por las bravatas de su hermano, el can oscuro se lanzó al ataque lanzando golpes con sus enormes brazos, alternando entre derecha e izquierda para intentar abrirse paso ante la defensa de su hermano el cual se defendía con uñas y dientes no permitiendo que ninguno de los golpes impactara en su cuerpo. Max lanzo un directo con más fuerza de lo normal haciendo que los brazos de su rival se movieran lo suficiente para dejar un hueco por el cual atacar. No desaprovecho la abertura y aunando todas sus fuerzas lanzo un directo al rostro de su rival que, por la fuerza del golpe, destrozo en mil pedazos la máscara que cubría su rostro golpeándole con fuerza contra el suelo. Max sonrió de manera orgullosa como si hubiera conseguido un gran logro. Max dio un par de pasos hacia atrás manteniéndose alerta ante su rival. El can seguía tumbado en la nieve boca abajo ante la atenta mirada de todos los presentes. Pasados unos segundos comenzó a levantarse agitando su cabeza de lado a lado. Se incorporó lentamente y al mirar a su hermano su mirada mostraba una ira incontenible, comenzó a gruñir audiblemente haciendo que toda la gente del lugar se asustara temiendo lo peor.
- ¡Tú! – gruñía airadamente señalándole con el dedo - ¡Estas muerto!
Tras decir esas palabras el lobo albino cargo hacía su contrario mientras desplegaba sus garras preparándose para acabar con su rival. Max retomó su postura de combate, aunque se veía claramente que su hermano tenía más experiencia en combate ya que, con su pata, lanzo nieve hacía los ojos de su hermano, cegándolo, para acto seguido clavar sus garras en el costado de su rival. La nieve se teñía de color carmesí con cada gota de sangre que caía del cuerpo del can oscuro. Después de un sonoro quejido de dolor por parte del can, el albino continuó con su arremetida golpeando el cuerpo de su rival una y otra vez haciendo que con cada golpe el corpulento animal retrocediera. Max estaba indefenso ante los ataques de su hermano, golpes que impactaban con precisión en sus puntos débiles obligándole a retroceder sin ninguna oportunidad de contratacar.
Al mirar a Flex, pude ver reflejado en sus ojos rabia e impotencia al no poder ayudar a su amado. Simplemente miraba la escena sin apartar la mirada ni un solo segundo para no insultar a su pareja, a pesar de que sus brazos y patas temblaban deseoso de intervenir. Mike se acercó a Flex colocando su pata en el hombro de este, demostrándole que él también estaba enfadado con lo que estaba viendo.
De repente, Max trastabillo perdiendo el equilibrio lo que, su rival, aprovecho para darle un fuerte impacto en el rostro derribándolo. El lobo albino aprovecho la ventaja para apresar a su rival sentándose encima de él impidiendo pudiera mover las manos. Los derechazos e izquierdazos impactaban uno tras otro en el rostro del indefenso can que se retorcía y gruñía en busca de alguna manera de escapar. Los golpes impactaban con más fuerza haciendo que el rostro del can de pelaje oscuro poco a poco se cubriera de sangre y marcas de golpes. Las fuerzas del can se desvanecían con cada golpe que le propinaban.
Mixe observaba la escena con una sonrisa, aunque se podía ver que claramente estaba en desacuerdo con la escena que estaba contemplando, por ese motivo, Mike se separó de Flex dirigiéndose hacia la plaza.
- ¡Ya es suficiente! – gritó a pleno pulmón – mi compañero no puede más ha ganado tu luchador Mixe.
A pesar de las palabras el joven lobo blanco estaba enajenado y no detenía su arremetida, continuaba golpeando una y otra vez sin detenerse con los ojos completamente inyectados en sangre.
- ¡Detente de una vez! – Gritó mixe a su compañero – si lo matas hemos perdido, habríamos roto las reglas.
El can hacía oídos sordos ante las palabras de mixe. Este suspiro y se acercó corriendo para propinarle un fuerte golpe en el rostro el cual lo dejo inconsciente en el acto.
- Así aprenderás a no desobedecer idiota – dijo mientras observaba al can oscuro tumbado en la nieve – Lo lamento, debí detenerlo antes.
Tras esas palabras se marchó volviendo con el grupo de canes. Lanzó su capa a uno de sus compañeros y se apretó los vendajes de sus patas. Miraba a Mike con una sonrisa de oreja a oreja.
- Vamos hermanito, es la hora de la fiesta.
Mike sonreía mientras caminaba lentamente hacía el centro de la plaza. En aquel mismo instante flex salió corriendo, llegando hasta Max el cual se encontraba desorientado y herido. Comenzó a besarlo mientras con sus manos acariciaba con cuidado las mejillas de Max, este únicamente lo miraba triste intentando moverse, aunque no podía por la brutal paliza que había recibido. Flex únicamente lo cargo ayudándole a caminar a la vez que miraba a Mike con una mirada que suplicaba que tuviera cuidado.
Por mi parte, me encontraba totalmente inmóvil observando a Mike, estaba paralizado por el veneno y no podía acercarme para abrazarlo. Parece que sentía mis ganas de acercarme a él, ya que se acercó arrodillándose hasta estar cara a cara.
- Tranquilo, no moriré – me dio un dulce beso cariñosamente – volveré enseguida.
Mike camino a paso ligero mientras Mixe reía al ver la escena. La gente que observaba la pelea estaba completamente callada mirando con expectación y emoción a los dos contrincantes, los dos hijos del líder de la aldea iban a luchar a muerte y el que ganase, ganaría el título de líder de la aldea. Mixe reía a carcajadas mientras veía a su hermano acercarse y quitarse su capa para pelear más cómodamente.
- Es hora de zanjar esto hermano, hubiera preferido no llegar a este punto – dijo el can amarillo mientras observaba a su hermano a los ojos.
- Llevo muchos años esperando este momento, dame un buen espectáculo y lucha con todo lo que tengas – susurra en voz baja algo que solo Mike escucho.
Mike quedo pasmado mirando a su hermano, como si no pudiera creer lo que le acababa de decir. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal temiéndome lo peor. Ambos perros optaron posición de pelea mirándose directamente a los ojos.
- Bueno, hermanito, ¡este combate es a muerte! – río sacando sus garras - ¡Solo uno vivirá para contarlo a sus hijos!
El viento comenzó a soplar con más fuerza mientras ambos perros mantenían la posición mirándose fijamente.
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