29.PELIGRO INMINENTE
No podía creer lo que había leído... la tribu que amenazaba y exigía sacrificios... no era otra que la aldea de Mike... El documento de mi padre lo explicaba claramente. El Perro que dirigía las tropas y solía ir a pedir tributo... era un perro de pelaje dorado oscuro, con una mirada que asustaba con solo verle. El nombre de ese animal no era otro que... Mixe.
Releí el documento una y otra vez deseando que no fuera cierto. Si lo que estaba viendo era cierto... Mike y los demás corrían un gran peligro... intenté mantener la calma para no salir corriendo. Si de verdad la aldea de Mike estaba involucrada... necesitaría toda la información que pudiera reunir. Comencé a rebuscar nuevamente entre los documentos. Mi padre había reunido mucha información sobre los canes, sus costumbres, leyes y objetivos. Algunas de las leyes ya las conocía gracias a Mike y a Flex. Pero había algunas interesantes que podrían serme de utilidad si en el futuro las cosas se torcían. Mi padre anotó en uno de los escritos una pelea violenta que tuvo con uno de los canes. Mientras investigaba la aldea, parece que mixe lo capturó y tuvo que pelear con él para conseguir la libertad. Por la grafía que lo ilustraba, se notaba que estos documentos estaban escritos por alguien que estaba aterrorizado.
Decía que mixe era un luchador nato, experto en combate cuerpo a cuerpo y con un gran abanico de técnicas y movimientos capaces de subyugar a cualquier adversario. Adoraba jugar con su presa y no otorgaba muertes rápidas. También narraba que se encontraba atrapado junto a otros seis animales, y de todos ellos, él fue el único en sobrevivir.
La pelea fue encarnizada y le costó trabajo tumbar a su rival, de lo único que se lamentaba era de haber decidido dejarlo con vida en lugar de acabar con él. No sabía por qué le había dejado vivir... simplemente tuvo un presentimiento que le aconsejó que no debía hacerlo. Gracias a esa pelea, mi padre se ganó la libertad y pudo marcharse de la aldea con un recuerdo, una espada forjada por el mejor herrero de la aldea. Esa espada estaba guardada en su despacho... y se supone... que quería regalármela cuando cumpliera la edad adulta... padre... ojalá estuvieras aquí conmigo...
El último de todos los documentos estaba escrito en una lengua desconocida, pero extrañamente a diferencia del resto... este podía entenderlo... era como si mi padre hubiera escrito esto... solo para que yo lo encontrara...
Comencé a leerlo y, a pesar de no saber a ciencia cierta si lo que leía era veraz o no, quería creer que mi padre había dejado ese mensaje para mí. El texto citaba así.
"Saludos pequeño, no sé si acabaras viendo esto... o si se perderá escondido en uno de los cajones de la mesa. Siento mucho no haberte visto crecer, tu madre me perdonó por irme... pero yo cada día que paso alejado de vosotros... siento que me muero por dentro. No sé cuándo podré regresar... ni si me recordarás si quiera... pero espero que estés bien y que hayas encontrado la felicidad. Si todo ha salido como tengo planeado... has encontrado esta carta a la edad de diecinueve años recién cumplidos, ya que le pedí a tu querida abuela que ese día te lo entregara.
Siento no poder estar presente... tengo mis motivos... aunque siendo ya mayor seguramente puedas entenderlo perfectamente. Estaba siendo perseguido por un grupo de perros, no les sentó demasiado bien mi victoria ante su líder y andan ansiosos de cobrarse venganza... no puedo decirte a donde voy... ya que podrías intentar seguirme y seria firmar tu sentencia de muerte. Pero solo quiero que sepas, que siempre te querré mi pequeña bolita de pelo. Aún recuerdo los hermosos momentos que me has regalado... el día que naciste eras tan hermoso...acurrucado en los brazos de tu madre... bueno, voy a dejar de darte la chapa, que seguro tienes cosas importantes que hacer. Si alguna vez deseas saber más de mí. Busca a Brok. Es un buen amigo y él seguro podrá darte alguna pista sobre mi paradero... aunque te recomiendo no intentarlo.
Por último... feliz cumpleaños pelusita. Siento no poder dártelo en persona... si retiras la estantería, detrás de ella te encontraras un par de cositas que quería darte. Solo espero que de verdad te gusten. Te aviso, no son juguetes.
Con Amor Papá."
Alguna lágrima brotó de mis ojos al leer la carta, pero... algo no me cuadraba... porque creía que mi padre estaba muerto... si por lo que leí en la carta... estaba vivo... cómo murió mi madre... qué pasó cuando era una cría... ¿por qué soy incapaz de recordarlo?
Guardé los documentos dentro de mi bolsa y me dispuse a mover la estantería, a pesar de ser una estantería enorme no era tan pesada como aparentaba. Empujé con fuerza de uno de los costados y cedió con relativa facilidad. Detrás de la estantería había un agujero en el cual había escondidas una serie de objetos. El primero que conseguí extraer del agujero fue otro dibujo. En ese dibujo a diferencia del que guardaba mi padre sobre la mesa, solo aparecíamos mi madre y yo. Y por lo que podía apreciar, era un dibujo del día de mi nacimiento, en uno de los lados había una gata negra que me miraba con ilusión en sus ojos... parece que Moon no mentía cuando dijo que me vio nacer.
Guardé el dibujo y saqué el siguiente objeto. Era algo largo y estaba envuelto en una especie de tela. Al desenvolverlo pude ver que se trataba de una espada. Se notaba a simple vista que era de una calidad excepcional, tanto la empuñadura como la vaina de ésta estaban llenas de ornamentos y decoraciones que denotaban un alto estatus social. Al desenvainarla pude notar solo con el tacto de mis patas, que la hoja de aquella arma estaba realmente afilada. La manufactura era buena y laboriosa. No entendía demasiado de armas, pero esta espada tenía un lado afilado y otro lado romo, la hoja era fina pero robusta, no parecía que fuera posible partirla a pesar del filo tan fino que tenía. La hoja tenía dibujos de perros cazando, lo cual no me extrañaba al ser un arma creada por canes. A parte de los dibujos pude ver que había unas pequeñas letras a uno de los lados, en ellas ponía "Para mi guerrero Acenix".
Jamás habría imaginado que llegaría a tener un arma como esta, siempre he sido pacífico y no me interesaban demasiado las armas o la guerra. Pero... ahora que tenía dos hijos que defender... me alegraba de tener una tan buena. Prometí que algún día me encontraría con mi padre, solo para poder agradecerle estos regalos. Había sido una casualidad graciosa, no sé cuántos días estuve en casa de Drok... pero estaba seguro de que ese día... era mi cumpleaños... veinticinco de diciembre... algo en mi interior me lo decía.
Finalmente, vi que algo brillaba en el fondo del agujero, metí la mano y saqué el último objeto que quedaba. Pude ver un anillo de oro con una inscripción grabada "Te amo". Junto al anillo había una carta más, esta era bastante corta.
"Saludos bolita de pelo. Este anillo fue el que regalé a tu madre cuando nos casamos... ya tienes 19 años... así que quiero dártelo a ti, para cuando conozcas a ese alguien especial. Espero que lo conozcas pronto, te mereces ser feliz hijo mío."
Sonreí al ver el anillo, era como si mi padre hubiera visto el futuro. Me había dado tres regalos maravillosos que eran justo lo que necesitaba ese día. No podía quedarme mucho más en la casa. Debía volver a la aldea y avisar a todos del peligro que corríamos si seguíamos allí.
Guardé todo en mi bolsa y me dispuse a salir de casa, pero, antes de hacerlo, algo me llamó la atención en el cuarto de mi padre. Algo me llamaba, entré allí y vi una enorme cama, en la que podían dormir dos personas sin ninguna clase de problema. El cuarto estaba tranquilo y no había nada remarcable, a excepción de una armadura que estaba colgando de uno de los armarios. Era una armadura parecida a la que solía llevar Mike. Solo que los cueros y las pieles de esta armadura estaban tintados para parecerse a los colores de mi pelaje. En la pechera de la armadura había la marca de una pata de gato, de una cría por su tamaño. Supuse que esa armadura era de mi padre... por instinto me quité mi armadura y me comencé a vestir portando la armadura de mi padre, sorprendentemente me quedaba como un guante. Era como si estuviera hecha para mí. Al verme así vestido me entraba la risa. Parecía un guerrero y todo. A pesar de ser un gato cobarde.
Me puse la espada atada a la cintura para poder desenvainarla de ser necesario. Antes de salir de la cueva vi que el espejo del salón seguía intacto. Aproveché para mirar cuál era mi apariencia con todos los regalos que había recibido ese día. Parecía intimidante. La armadura, al ser de los mismos colores que mi pelaje, se camuflaba bastante bien y simulaba ser mi propio cuerpo.
Con una sonrisa de oreja a oreja y como si fuera un niño que acababa de recibir los regalos y felicitaciones de sus padres el día de su cumpleaños, salí corriendo en dirección a la ciudad. Debía darme prisa si quería advertirles del peligro antes de que algo malo sucediera. Corrí sin descanso durante todo el día, aunque me tocó parar a dormir en una cueva, ya que la noche cayó sobre mí antes de lo esperado. Deseaba con todas mis fuerzas que todos estuvieran bien. Aunque algo en mi interior me hacía estar intranquilo. Tenía el presentimiento de que algo malo estaba ocurriendo, cada vez que me sentía feliz o que la vida me sonreía... alguien se encargaba de joderlo.
Descansé como pude entre nervios e inquietudes. Me levanté con los primeros rayos del sol y continué mi camino hacía el poblado. Necesitaba cerciorarme de que todo estaba bien. Al llegar al poblado, mis mayores temores se cumplieron. En la entrada de la muralla estaban apostados unos canes que estaban hablando con los guardias. Me tapé la cabeza con la capucha de mi traje y me acerqué para entrar. Tanto los canes como los guardias me ignoraron permitiéndome entrar sin mayores problemas. Dentro de la ciudad la situación no era mucho mejor. Había patrullas de canes custodiando y vigilando. La peor de mis pesadillas se había cumplido, solo deseaba que mixe no estuviera allí...
Llegué al centro de la aldea y había una muchedumbre reunida en la zona donde se había celebrado el concierto en el festival. Al acercarme para ver por qué había tanta gente reunida, se me heló la sangre completamente. Pude ver... en el escenario donde una vez estuve bailando con Moon, que se encontraban atados y arrodillados todos mis compañeros. Mike y flex estaban seriamente heridos, parecía que habían intentado defenderse, pero no pudieron conseguirlo. Un enorme perro se erguía en medio del escenario, era un can inmenso que llevaba puesta una máscara negra. La máscara, al igual que la de Mike, estaba ornamentada con dibujos y colores, pero la de aquel can tenía colores oscuros y tétricos sin contar el aspecto escalofriante de los grabados. El can levantó su pata derecha y alzó la voz al cielo, el tono de su voz era grave e intimidante, todos los presentes se callaron cuando el perro comenzó a hablar.
- Débiles e Inútiles animales de esta ciudad. Soy Condel, el décimo de los diez canes, Juez, Jurado – hizo una leve pausa mirando a Mike a los ojos – y verdugo. He venido aquí en busca de estos traidores, y aquí ante todos, ¡serán ejecutados!
No podía creer lo que escuchaba, ese perro de verdad iba a asesinar a mis compañeros... pude ver que el líder de la ciudad se acercaba a ese perro y le hablaba gritándole.
- Ese no era el trato que hice con Mixe... dijo que los apresaríais y a cambio nos dejaríais en paz. ¡No dijo nada de una ejecución!
- De verdad creías... que mantendríamos una promesa tan absurda... los gatos no aprendéis – se acercó al líder poniendo su rostro casi pegado al de Derek – solo sois comida.
- ¡Maldito bastardo!
De repente un gato totalmente Blanco salió de entre el público, estaba acompañado de Moon lo que me sorprendió.
- Vaya Derek... así que por fin admites tus tratos... si te hubieras negado, nada de esto hubiera pasado... pero como siempre... eres un cabezota...
- Cállate Brok... es muy fácil hablar desde abajo... pero todo lo que hice... fue para proteger a mi pueblo...
- Y para protegerlo... ¡acabas de condenarlo! – El gato blanco alzaba la voz mientras miraba con odio al gato negro.
- No puedes dejar que ejecuten a esos animales... no han hecho nada... - Moon hablaba con una voz triste, se le notaba angustiada por la situación.
- Hija... vete a casa... déjame esto a mi... - Brok le acaricio la cabeza a su hija y volvió a mirar tanto a Derek como al enorme can que estaba de pie en el escenario.
El can comenzó a reír con fuerza, llevando una de sus patas al estómago. Reía alto y de manera descarada dando a entender lo poco que le importaba lo que pensaran los gatos.
- Ay... gatos... siempre me hacen reír... piensan que son fuertes, cuando solo son basura – continuaba riendo – empecemos las ejecuciones... empecemos... - hizo una leve pausa y se giró para mirar a Mike – empecemos por la cría... ese perrito seguro que desea reunirse con su padre.
Uno de los guardias del enorme can agarró a Axel y pude escucharlo gritar y llorar, pidiendo que por favor lo soltaran. Mike gruñía con fuerza soltando toda clase de improperios al can que estaba delante suyo. Mike juraba que acabaría con su vida si se atrevía a tocar a su hijo. A lo cual el can solo respondía con risas. No podía soportarlo más, tenía que hacer algo. Comencé a apartar a la gente abriéndome paso. Cuando por fin conseguí llegar a la primera fila pude ver como el enorme can agarraba a Axel con sus enormes patas.
- Creo que es hora de que te mueras... basura.
Pegue un fuerte grito que hizo que tanto el can como todos los presentes se giraran hacia mi dirección, estaba totalmente enloquecido. Me acerqué lentamente dando pequeños pasos hacia donde se encontraba el perro. Sabía lo que debía hacer y sabía que iba a matar a ese perro.
- Condel, ¿ese es tu nombre verdad?
- O vaya... otro gatito se ha enfadado... si... soy Condel... ¿algún problema?
- Varios para ser sincero. Primero, basura como tú no tiene derecho a existir en este mundo – pude ver como los ojos del can pasaban a enfado mientras hablaba – segundo, que sea la última vez que te atreves a poner un pie en la ciudad. Y, Por último – pude notar como mi miraba cambiaba a una totalmente sería y preparada para asesinar, Condel se dio cuenta de eso ya que instintivamente dio un paso hacia atrás - ¡no vuelvas a tocar a mi familia! – alcé la voz lo máximo que pude – Condel, yo Acenix, Hijo de Frida y Marcado de Mike te desafío a un Mak'gora, solo uno de los dos saldrá con vida de esta. Y tengo muy claro, ¡que yo seré el vencedor!
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Y colorin colorado la guerra ha llegado!!
Puffff que nervios y que ganas de la semana que viene verdad? Recordad compartirlo con los amigos, seguirme en wattpad a ver si conseguimos llegar a los 100 seguidores y dejarme una hermosa estrellita que me encanta verlas.
Tengo varias ideas para el futuro de esta historia y seguramente si os gusta la idea haga historias alternativas explicando historia de otro personaje. solo para que conozcais más de los personajes de la historia.
Al final cada pj que ha salido en mi libro tiene historia y pasado. las tengo todas apuntadas asi que :P
Bueno, Como siempre os digo, cuidaos mucho mis pequeños animales de doos patas y no dejeis de ladrar.
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