28. NATURALEZA EXTRAÑA
Aún estaba sorprendido por lo que el animal me había dicho. No podía creer que algo como eso, fuera siquiera posible. Agité la cabeza de lado a lado intentando librarme de los pensamientos que me atormentaban. Volví a mirar a Drok para pedirle una explicación a lo que acababa de decirme.
- ¿Que... acabas de decir?
- Sé que es difícil de creer... pero después de analizarte una y otra vez... es la única respuesta posible– el lobo volvió a tocar con fuerza mi estómago con intención de palpar mis órganos.
- Pero... cómo ha podido suceder... se supone que soy...
- Si... eres macho... de eso no hay duda, pero tu cuerpo ha sufrido una mutación extraña... por así decir... - Drok acariciaba mi vientre con suavidad.
- Entonces... según me has dicho... aunque sea macho... ¿Me puedo quedar preñado?
- Así es... sigo sin entenderlo, no sé cómo es biológicamente posible, que algo como esto ocurra... Jamás había escuchado de otro caso como el tuyo... mis libros solo relatan casos de algunas especies de animales, como ejemplo, caballo y burro, que al cruzarse pueden crear una camada estéril, el mulo. Es decir, que la cría no puede tener descendencia. Pero jamás escuché que fuera posible que un macho, que por definición no puede tener descendencia, desarrolle órganos reproductores femeninos... tienes ovarios... y no solo eso... si no que tu cuerpo, está... - tragó saliva mientras suspiraba – está preparado para... poder quedar en cinta.
- Pero... no tengo... ya sabes... el agujero necesario para eso... por qué tengo esos órganos...
- Es un misterio... y sin hacerte un análisis más exhaustivo... no podría darte un veredicto... solo sabemos que tu madre es una beta... que sería la hembra dominante y la que se ocupa de dar crías al alfa. pero de ser beta a ser... lo que sea que seas tú... hay una gran diferencia – suspiró frotándose la cabeza – esto es solo una teoría... pero es posible... que si... - Drok no sabía cómo decírmelo, suspiraba pesadamente – tienes sexo... siendo el pasivo... acabes embarazado.
Ambos nos quedamos callados, el silencio se apoderó de la habitación, las llamas que iluminaban la estancia repiqueteaban mientras Drok y yo pensábamos. Estaba sumido en mis pensamientos, de verdad alguien como yo... podía tener crías... no sabía cómo reaccionaría Mike cuando se enterase, debíamos tener cuidado si en el futuro deseábamos intimar...
Pero... una pequeña parte de mí estaba contento de poder darle a Mike las crías que merecía, aunque no sabía cómo reaccionaría mi cuerpo ante un embarazo. No sabía si podía llegar a morir o si mi cuerpo estaba totalmente preparado para tal proceso, era una posibilidad que pudiera acabar perdiendo a las crías. Demasiadas preguntas y pocas respuestas...
- Acenix – la voz de Drok me devolvió al mundo real- Tampoco es momento para preocuparte por esas cosas... según he podido observar al hacerte el diagnostico estas sano y lleno de vitalidad. Esos órganos extra no te harán ningún mal. Solo quería advertirte de eso, que si tienes sexo en los días equivocados... podrías acabar embarazado... y es posible que te llegue el... celo.
- ¡Cómo! Pero que soy macho...
- Si... lo sé mejor que nadie, llevo estudiando desde que tengo memoria, y no encuentro explicación para todo esto... tu cuerpo es algo extraño... me gustaría poder examinarte más... pero según me has contado tienes que ir a otro sitio... además, como estas casi recuperado de tus lesiones, a excepción de tu pata que tardará un poco más en sanar, no tiene sentido que te retenga más tiempo. Al fin y al cabo, los animales sanamos más rápido que los humanos... -esa última frase la dijo mientras agarraba su libro de medicina – aunque es impresionante como hemos evolucionado para parecernos a ellos...
- Sí... entonces... ¿cuándo podría partir...?
- Ahora mismo es de noche, mejor descansa tranquilamente y mañana por la mañana te daré el alta.
- ¿el alta?
- Es lo que se les daba a los humanos cuando sanaban... no me sorprende que no lo conozcas...
Drok se levantó para dirigirse en dirección a su escritorio, agarró un libro y me lo ofreció. El libro estaba escrito con letras extrañas, no conseguía descifrar su contenido. El libro contenía algunas ilustraciones y dibujos, que mostraban cómo se debían sanar diferentes tipos de heridas dando consejos médicos realmente útiles. Los dibujos eran lo único que podía sacar en claro de aquel libro.
- Tiene dibujos de animales sin pelo... y las letras son extrañas... esto son... ¿humanos?
Drok asintió mientras con su pata tocaba con suavidad las hojas del libro, suspiró largamente y entonces comenzó a hablar.
- Conocí un humano una vez... el único que conocí en toda mi vida...
- ¿En serio? – me alegré al escuchar esa noticia estaba feliz de saber que aún había humanos en este mundo.
- Sí... fue el día que perdí la vista... caminaba sin rumbo, la pérdida de sangre me estaba haciendo perder el conocimiento. Han pasado unos nueve o tal vez diez años... ese humano, al igual que he hecho yo contigo, me cuidó y trató mis heridas. Su voz era dulce, aunque autoritaria, me enseñó a leer todos estos libros. Con un lenguaje olvidado llamado Braille, me contó que este lenguaje lo inventaron los humanos para que las personas que perdían la visión pudieran continuar con sus vidas...
- Guau... sabía que los humanos no eran tan malos...
- En toda guerra... se cuenta la versión de los ganadores... hay humanos malos, pero de la misma manera que hay animales malos... ese humano me cuidó hasta que me recuperé y después continuó su camino... me contó que tenía una familia y que debía cuidarla a toda costa... escuché el llanto de una cría... no sé qué habrá sido de ese humano... solo deseo que tanto él como su familia estén bien...
- Sí, tienes razón... y espero que así sea...
Realmente estaba agotado después del día tan movidito que había tenido. Deseaba descansar para recuperar fuerzas, el día siguiente iba a ser un día duro e iba a necesitar todas las energías que pudiera reunir. La luz de los artilugios que iluminaban la estancia me resultaba hipnótica. La llama danzaba en su jaula de cristal manteniendo el lugar iluminado mientras el calor se mantenía preso. Lentamente mis parpados se cerraban internándome en el mundo de los sueños.
Desperté varias horas después, me sentía totalmente descansado. Comencé a mover el cuerpo, notando que podía estirarme sin ningún problema. No sentía ninguna clase de dolor que me atormentara. Había recuperado la flexibilidad, lo cual me alegraba. Me sentía liviano y ágil. Aunque mi pata derecha seguía inmovilizada por las tablas que Drok me había puesto. Tenía miedo de quitarlas por si empeoraba. Así que decidí esperar hasta el examen matutino de Drok.
Me levanté de la cama para terminar de estirar todo el cuerpo. Justo en ese momento Drok entró en la sala golpeando con fuerza su bastón contra el suelo. Comenzó a caminar hacia mí. Cuando finalmente llego hasta mí, me agarró la pata derecha para comprobar cómo estaba. He de reconocer que a pesar del dolor que sentía, era soportable en comparación a cómo lo tenía hace unos días.
- Increíble... tu pata está casi curada... solo has necesitado cinco días para sanar – Drok parecía sorprendido por mi rápida recuperación.
- Pues sí... normalmente me recupero rápido de los percances... no eres el primero que se sorprende...
- Pensaba que necesitarías mínimo dos semanas más para recuperar la movilidad en la pata... pero parece me equivocaba.
- Entonces... ¿puedo quitarme lo de la pata? – pregunté deseoso de que la respuesta fuera afirmativa.
- Claro que sí. Pero procura no moverla demasiado y tenerla en reposo.
- Claro... debería salir cuanto antes... muchas gracias por su hospitalidad Drok.
- Ha sido un placer acenix. Prométeme que cuidaras bien de Axel. No me perdonaría si le ocurriese algo al hijo de Fang.
- ¡Claro! Lo quiero como si fuera mi hijo... no permitiría que le ocurriese nada.
Drok asintió con una sonrisa serena en su rostro. Acto seguido comenzó a quitarme las tablas de la pata liberándola de su prisión. Comencé a moverla con cuidado, con miedo de que se rompiera o algo peor. Parecía que mi pata estaba bien, aunque la sentía entumecida y casi no podía moverla sin que me doliera.
Aunque a simple vista parecía que mi pata estaba curada, Drok me pidió que la llevase atada al cuello con un trozo de tela, él llamaba a eso... tenerla en cabestrillo. Se me hacía raro tener la pata así. Pero si era necesario para que se me curara la pata lo cumpliría sin rechistar. Le di las gracias una vez más antes de cargarme la bolsa a la espalda para comenzar de nuevo el viaje. Drok me guió hasta la salida de su casa. Por el camino pude ver que, como había deducido, se trataba de una cueva. Estaba decorada como una casa humana pero las paredes y el suelo seguían siendo de piedra maciza. No era demasiado grande, pero para un animal solitario era más que suficiente. Al salir de la cueva el sol brillaba con fuerza en el cielo cegándome. La entrada de la caverna se encontraba entre dos enormes árboles, que hacían de barrera natural para evitar que fuera visible a simple vista. Me despedí una última vez agradeciéndole su hospitalidad para después comenzar a caminar, no sabía exactamente donde me encontraba, lo que dificultaría la marcha hacía la casa de mi abuela. Pero parecía que la suerte me sonreía ya que, a unos pocos pasos, descubrí un claro en el bosque que me resultaba familiar. En ese claro habíamos acampado antes de llegar a la ciudad. Entonces supe dónde me encontraba. El viaje hasta la casa de mi abuela sería un paseo por el campo así que, aceleré la marcha para recuperar los días perdidos, estaba ansioso de volver con Mike y mis niños. Habían pasado demasiados días y seguramente estarían preocupados por mí. La casa de mi abuela no se encontraba tan lejos como pudiera parecer, ya que se encontraba a medio camino entre mi antiguo hogar y el poblado animal. Seguramente si me daba prisa, llegaría a la cueva para el anochecer.
El sol brillaba con fuerza, los días como ese no eran comunes, debía aprovecharlo para avanzar lo más rápido posible. Los rayos de sol me cegaban al rebotar sobre la blanca nieve. A pesar del frio insoportable de la nieve, estaba sudando a borbotones, jadeando de agotamiento por el calor que estaba pasando.
Finalmente, pude divisar en la lejanía la entrada de la casa de mi abuela. La cueva se mantenía tal y como la recordaba, un enorme árbol se alzaba justo ante la entrada de la misma, como si quisiera cubrir la entrada para impedir que nadie pudiera entrar sin su permiso. Mi abuela pensaba que ese árbol era un espíritu guardián que nos protegía de los peligros del bosque, en parte tenía razón... más de una vez conseguí salvar mi vida gracias a los árboles de ese bosque.
Entré en la cueva lentamente, me costaba trabajo ver por lo oscuro que estaba el interior y, por culpa del día tan soleado que hacía, me costaba trabajo acostumbrarme a la oscuridad. Lentamente mis ojos se amoldaron a la oscuridad permitiéndome poder caminar más o menos cómodamente en aquella penumbra. Después de unos segundos caminando en la penumbra utilizando la pared como guía, llegué a lo que recordaba que era el salón. En esa sala pasé la mayor parte de mi infancia, jugando con los juguetes que mi abuelita me hacía o escuchando las historias que me contaba. Entre las sombras, pude discernir sobre la mesa del salón algunas velas. Me alegré de que siguieran allí. Utilizando mi acero y pedernal encendí una de ellas. No iluminaba demasiado, pero era suficiente para poder guiarme dentro de la casa. Recuerdo claramente un cuarto, mi abuela jamás me había dejado entrar. Decía que eran cosas peligrosas y que jamás debía entrar en él. Más de una vez había intentado entrar... pero mi abuela estaba siempre alerta para que no lo hiciera. Poco a poco fui perdiendo el interés.
Pensaba que sería el mejor lugar para empezar mi investigación. Así que me dirigí a una de las habitaciones de la cueva, la que estaba más alejada de la entrada. A pesar de ser una cueva, había puertas de madera que delimitaban las diferentes estancias naturales. Para mi mala suerte, aquella puerta estaba cerrada, no sabía si por el paso del tiempo o porque alguien la había cerrado deliberadamente para impedir que alguien entrara. Utilicé todas las fuerzas que tenía para intentar abrir la puerta, pero no cedía ni un centímetro. Eso me enfureció. Agarré una de las piedras de la cueva y con todas las fuerzas que tenía la lance contra la puerta haciendo que del golpe comenzara a romperse. Lancé unas cuantas piedras más hasta que la puerta cedió colapsándose.
- Lo siento abuela... te prometo que es por una buena causa...
Dije en voz alta a pesar de que sabía a ciencia cierta que nadie estaba escuchándome. Entré en el cuarto y un hedor nauseabundo me invadió la nariz. La estancia, al haber estado cerrada tanto tiempo sin ningún tipo de ventilación, había acumulado un hedor casi insoportable. Dentro había una estantería y un escritorio. Más que un cuarto para dormir... parecía un lugar de trabajo... parecido a lo que tenía Drok en su casa. Me acerqué a la estantería en la que había miles de libros y documentos. Al abrir los cajones de la mesa también estaban a rebosar de papeles y frascos de lo que parecía tinta.
No entendía cuál era el motivo, por el que mi abuela no me dejaba entrar allí. Todo parecía normal. Encima del escritorio pude ver que había un dibujo, en ella aparecía la que supuse que era mi madre con un cachorro en sus brazos. A su lado se encontraba mi abuela, al otro lado otra persona que no pude ver claramente quien era... se suponía que era mi padre... pero el dibujo en esa zona estaba arrancado y solo se le podía ver un brazo. ¿Por qué coño estaba siendo tan difícil encontrar información sobre mi padre...? ni que fuera una historia de ficción...
Moon tenía razón sobre mi madre... era una gata hermosa, pelaje gris y blanco con unos ojos azul cielo que me hipnotizaban con solo mirarlos. En el dibujo mi madre mostraba una sonrisa de pura felicidad mientras me sostenía en sus brazos. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, sin poder controlarlas. Deseaba que mi madre estuviera viva... solo para decirle lo mucho que la echaba de menos. El dibujo tenía algo que me intrigaba. No parecía hecho de forma normal, era como si de alguna manera mágica, aquel momento se hubiera quedado inmortalizado en el dibujo. Me parecía imposible que alguien hubiera sido capaz de dibujar tan bien... como para poder plasmar a mis padres con tanto detalle... metí el dibujo en mi bolsa y comencé a rebuscar entre los documentos. Me sorprendió que algunos de los escritos de mi padre estaban escritos en una lengua que no conocía, aunque otros sí que podía leerlos claramente.
En los que podía leer claramente mi padre hablaba sobre la ciudad y de cómo estaban sucediendo desapariciones por doquier. Mi padre pensaba que todas las desapariciones debían tener un motivo común. Investigó durante mucho tiempo hasta que finalmente comenzó a encontrar pistas, un hilo del que tirar. Ese hilo llevaba al líder de la ciudad, según dejó escrito mi padre... el líder de la ciudad estaba sometido por una tribu de perros. Esos perros pedían como tributo un sacrificio de carne al mes y estaba realmente seguro de que las desapariciones que estaban ocurriendo en la ciudad... tenían que ver con ese trato.
No podía creer lo que estaba leyendo, no era posible que todo eso fuera verdad... continúe leyendo los documentos y aparecían nombres y fechas de muchos animales, y los lugares donde habían desaparecido. La mayoría eran ancianos o gente que había sido detenida por algún crimen. Gente perfecta para desaparecer... ya que los ancianos según de que especie... cuando sienten que su fin está cerca... suelen desaparecer... y los presos... nadie se daría cuenta si desaparecían.
Finalmente, mi padre hablaba de que había conseguido hablar con un perro. Había descubierto que todo lo que había temido, era cierto... un clan de perros amenazaba e intimidaba al líder de la ciudad y éste, para mantener la ciudad segura... sacrificaba a su propia gente... mi padre también hablaba de que el líder del grupo de los perros... era temido por todos... y su nombre era...
O no... no podía ser...
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SALUDOS A TODOS MIS PEQUEÑOS ANIMALITOS!!
Otra semana más, otro capitulo más. Antes de nada. me gustaría pediros un favor a todos mis queridos lectores, se que esto es igual demasiado pero ultimamente lo he pensado bastante y me gustaría lograrlo. Me gustaría conseguir mas seguidores en wattpad, para así en el futuro si hablo con alguna editorial para sacar un libro de esto, que vean algo de movimiento.
Por eso me gustaría pediros si podéis seguirme y compartir la historia la máximo que podáis. Si para 1 mes o 2 como mucho alcanzo 100 seguidores. estaría contentísimo. Confió en vosotros y espero podáis ayudarme con este objetivo.
Perdón por la chorrada, ahora vamos con lo que os interesa. Este capitulo es el primero de el nuevo arco del libro, aquí empezaran las cosas serian y os introducirán al final del libro. por ahora no he terminado el libro completo, porque se me han ocurrido ideas y cambios en la trama que están haciendo sea mas largo de lo que esperaba. Para vosotros es buena noticia, ya que hará que la historia sea más larga, pero para mi es una tortura XD.
Por ultimo, recordad dadle un buen voto, seguidme los que no lo hagais y compartirlo con vuestras amigas y amigos. Poneos la mascarilla que esto no es una broma y cuidaos mucho.
Hasta la semana que viene mis pequeños animales de dos patas, No dejeis de ladrar!
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