17. LO IMPORTANTE NO ES DONDE ESTAS, SINO CON QUIEN.


Un nuevo día había comenzado, abrí los ojos lentamente observando el techo de la cueva que nos había dado refugio. Me quedé unos minutos observando el techo, estaba hipnotizado ante él, mientras lo intentaba recordar lo sucedido. No recordaba demasiado de lo que había pasado desde que me desmayé, solo algunas voces y frases. Rememoraba las voces una y otra vez en mi cabeza, repasando mentalmente cada sílaba para intentar discernir lo que me había pasado, pero desgraciadamente había demasiadas incógnitas y me faltaba mucha información para que pudiera atar cabos. Agité la cabeza de lado a lado como si intentara espantar las malas ideas que se me ocurrían. Había empezado a mirar el resto de la cueva cuando algo me llamó la atención, Axel seguía abrazado a mí, pero Jon no se encontraba por ningún lado. Lo primero que se me ocurrió pensar fue que estaba durmiendo junto a Mike, pero al ver el resto de la cueva vacía, sabía que no era una opción. A no ser que Mike lo llevara consigo... pero me extrañaba que se llevara a Jon y a Axel no...

La idea de despertar nuevamente en una cueva vacía me recordaba todos aquellos días de soledad después de la pérdida de mi querida abuela. En esos días me encontraba solo, perdido y sin ganas de continuar viviendo en aquella (¿qué?). Por eso me aventuré a caminar por el mundo, intentando encontrar algo, un atisbo de esperanza que llenara el vacío que tenía en mi corazón. Pero, esta vez, tenía a Axel a mi lado, por lo que... la soledad no era tan inmensa.

Me incorporé como pude, mi cuerpo seguía débil y cada simple movimiento conllevaba un gran esfuerzo físico. Pude finalmente incorporarme y esta vez desde algo más de altura miré toda la cueva con detenimiento. La cueva estaba en penumbra y anormalmente silenciosa, lo que me extrañaba ya que la luz que penetraba en la cueva desde su salida indicaba que ya había amanecido.

Observé que, a parte de mis pieles, había otros tres bultos más de pieles que indicaban tres camas adicionales, como bien pude suponer eran del resto de mis compañeros. Las tres se hallaban vacías y sin rastro de que hubieran sido usadas recientemente. Me llevé la pata a la cabeza, el dolor de cabeza había vuelto, supuse que aún me encontraba demasiado débil como para estar levantado, mientras la otra pata seguía presa del abrazo de Axel y sinceramente, no quería despertarlo ya que parecía agotado. Su pelaje estaba revuelto y con señales de que había estado llorando.

Escuché un ruido que provenía de la entrada de la cueva, instintivamente me puse alerta sacando las garras de la pata libre que tenía. Quién había entrado no era otro que flex, se le veía preocupado por su expresión. Al principio no se percató de mi presencia y fue directo hacía la zona donde se estaban almacenando grandes cantidades de comida, agarró un cacho de carne y lo mordió con violencia desgarrando grandes trozos de carne y devorándolos. Después de unas cuantas mordidas nuestras miradas se cruzaron y por fin se dio cuenta de que había despertado. El asombro le hizo atragantarse, pero, aun así, se apresuro a acercarse a mí y me abrazó con fuerza como si no me hubiera visto en años, por la fuerza con la que me abrazaba sentía que podría partirme en dos. Le di unos golpecitos indicándole que me hacía daño y se separó de un pequeño bote sobresaltado, se notaba que no había sido intencionado y que únicamente le había invadido tanta emoción no había podido controlar su fuerza.

En su rostro volvió a dibujarse una sonrisa, pero aquella vez parecía forzada, como si estuviera intentando parecer el de siempre. Colocó su pata sobre mi hombro y comenzó a hablar.

- Bueno, bueno... por fin despiertas gatita perezosa, ya pensábamos que no lo harías...

- Déjate de bromas flex... qué ha pasado... - lo miré seriamente cortando la broma de raíz.

- Tampoco tienes que ponerte tan borde princesa... - flex cruzó las patas sin hacer caso a mis palabras.

- Que cansino eres a veces... dime la verdad flex, por favor.

- Está bien... he de reconocer que han sido días duros... recuerdas algo de lo que hablamos... - negué con la cabeza mientras me hacía la pregunta – bien... pues... resulta que pillaste la Rabia.

- ¿Qué es eso? – le pregunte mientras ladeaba la cabeza hacia un lado.

- Qué raro que no sepas algo de medicina, se te veía diestro en ese campo.

- Se tratar heridas y cosas básicas, no sé todo sobre medicina – le respondí con tono de enfado.

- Bueno... por dónde empiezo... la Rabia es una enfermedad que realmente hoy en día... en este mundo en el que vivimos, no afecta a casi nadie, ya que los "animales" podemos transmitir la rabia, pero nuestros síntomas son muy leves o casi nunca se manifiestan, salvo en casos extraños. En tu caso, no solo te afectó la enfermedad... si no que... lo hizo de manera especial – remarcó la palabra especial con énfasis - Los animales como mucho sentimos dolencias y soltamos espuma por la boca si contraemos la rabia... pero en tu caso, ha ido mucho más allá, llegando a tener síntomas de... humano – hizo una pausa a la espera de mi respuesta o esperando que asimilara la noticia.

- Síntomas de humano... ¿qué tipo de síntomas?

- Delirios... alucinaciones... dolores por la zona de la infección – señaló la zona donde me había morido Axel y mi sorpresa fue mayúscula al descubrirlo.

- ¿Axel fue el responsable de mi enfermedad?

- Respuesta corta, sí. Al final saber si un animal esta contagiado es casi imposible si no muestra síntomas... y nadie podía saber que estaba contagiado.

- ¡¿y Jon el esta contagiado también?! – pregunté a flex consternado, pero él puso su mano sobre mi hombro calmándome.

- Como dije... en casos excepcionales se muestran síntomas, el pequeño está perfectamente.

- Menos mal... -suspiré aliviado al saber que estaba bien.

- Aunque el tema importante eres tú, pudiste haber muerto fácilmente. Ya que los síntomas de la rabia en humanos terminaban en muerte, y no había cura posible – Flex puso su pata sobre mi cabeza y se acercó examinándome los ojos, y acto seguido me abrió la boca examinándola – lo extraño... es... que parece te has curado... es un misterio todo lo que acaba de pasarte... no tengo ni idea de por qué has enfermado... ni por qué te has curado... es sorprendente.

- Bueno... - flex seguía examinándome y llevó sus patas a mi pecho lo que, por reflejo hizo que le apartara las manos y me ruborizara – no toques... estoy bien...

- ¿En serio? Te avergüenzas de que te examine, pero cuando te vi bes... - tapé el hocico de flex antes de que terminara la frase.

- Te mato si continuas ese camino...

- Vale, bueno... tendrás hambre supongo – flex se levantó y fue en dirección a donde estaba almacenada la comida- no soy un cocinero experto, como has comprobado antes... soy más de comerlo al natural – se acercó a mí con un enorme trozo de ave en la mano – debes reponer fuerzas, y solo con fruta no basta – el trozo de ave olía estupendamente.

- Yo soy de cocinarlo... hay fuego o algo así...

- Claro, enseguida lo preparo – flex se acercó a una zona de la cueva en la que había almacenada una gran cantidad de leña, agarró un par de ramas y se fue al centro de la cueva donde había unas piedras colocadas para delimitar una hoguera, había empezado a encender el fuego cuando me picó la curiosidad.

- Flex... ¿Max no os dijo que había despertado?

- Sí... pero no sabíamos si habías despertado para quedarte... o si volverías a caer desmayado... por eso no hemos intentado despertarte... para no molestarte y que si tu cuerpo necesitaba descansar, que descansara.

- De acuerdo, y Mike, ¿cómo esta él? – pregunté mirando a todos lados como si me esperara que apareciera al nombrarlo.

- Sinceramente... destrozado, no ha comido, no ha dormido... y tuve que pelearme con él para que no hiciera daño a Axel – en su tono de voz se notaba la tristeza y la rabia de todo lo vivido.

- ¿Hacer daño a Axel? ¿por qué haría tal cosa? – le pregunte mientras con mi pata libre acariciaba el suave pelaje de Axel.

- según Mike, era el culpable de que estuviera así. No le culpo la verdad, el shock de verte en ese estado seguramente lo sacó de sus cabales, pero no permitiré que haga daño a nadie. Por muy hijo del jefe que sea, le partiré la cara de ser necesario – flex apretaba su pata con fuerza y pude ver de perfil su rostro, estaba mordiéndose el labio con rabia. Parecía que mi ausencia había sido dura para estos perros.

- Gracias flex.

- ¿eh? A qué viene eso ahora – respondió mientras se frotaba la cabeza con la pata.

- Porque mereces que te las de, conseguiste mantener el orden en mi ausencia, ya siento haberme ido sin avisar, para la próxima te avisaré con antelación – solté una pequeña carcajada mientras hablaba.

- Pero con ¡mucha! Antelación – comenzó a reír también.

Flex cocinaba el trozo de ave ante mi atenta mirada, sentí en mi brazo que algo se movía y al mover mi vista hacía allí, pude ver a Axel que había despertado, le sonreí y acto seguido el pequeño cachorro comenzó a llorar mientras me abrazaba. Parecía que flex y Mike no habían sido los únicos perros que lo habían pasado mal, su llanto era casi ensordecedor y sabía que estaba intentando hablar, pero a causa de su llanto y la tristeza que había guardado durante tantos días, su boca no era capaz de pronunciar ninguna palabra que pudiera entender. A pesar de eso, entendía perfectamente lo que me decía el pequeño cachorro, con mi pata le acaricie el pelaje y la cabeza tratando de calmarlo. De reojo pude observar cómo flex contemplaba la escena con una sonrisa en el rostro, su cara denotaba aprobación ante mis actos como si él mismo hubiera deseado que yo consolase a Axel como lo estaba haciendo.

Flex terminó de cocinar el ave y me lo acercó en una especie de plato hecho con madera, no tenía el recuerdo de tener ningún plato de ese estilo, así que me extrañó un poco. Agarré la comida y la puse cerca de mí, como estaba caliente no podía comérmelo inmediatamente. Comencé a desmenuzar el ave para así facilitar que se enfriara. He de reconocer que no estaba siendo tarea fácil comer, ya que Axel se había puesto encima mío abrazándome y mi movilidad se había visto reducida en consecuencia.

Cuando por fin se enfrió la comida, empecé a comerme el ave, estaba muy jugoso, y la verdad, hacía tanto tiempo que no comía nada de carne, aunque fuera de ave, que me estaba sabiendo delicioso. Al mirar a Axel vi como el pequeño miraba la comida con deseo, sonreí al pequeño cachorro y le di de comer de mi plato, al principio se negó, pero mi insistencia no le dejo más salida que comer lo que le ofrecía. Ambos disfrutamos de una agradable comida y realmente quedé saciado a pesar de compartirlo con mi pequeño cachorrito. Y hablando de cachorritos, me faltaba uno.

- Flex, ¿sabes dónde está Jon? Me extraña que no esté con nosotros.

- Esta mañana se fue con Mike, el pequeño me dijo que quería pasear con Mike y a él le pareció bien, así que...

- Ojalá vuelvan pronto...

- Acaso tienes el síndrome de la mami, ¿si no ves a tu cachorro cada minuto te pones mal? – reía mientras decía esas palabras, odiaba a flex cuando se ponía en ese plan.

- ¡No es por eso idiota! Simplemente me preocupo, no he visto a Mike en un tiempo... y necesito ver cómo se encuentra.

- ¡ah! Vale, que no es por el síndrome de la madre, que es por necesidades amorosas – flex volvió a poner tono burlón mientras lo decía, me ruboricé al escucharlo y aparté la mirada.

- No sé qué piensas... solo quiero verlo y ya está – dije enfadado.

- Ya tenéis dos hijos y quieres hacer un tercero... eres insaciable.

- Flex... ¿quieres morir hoy? – lo miré realmente enfadado.

- Hoy no me apetece, ofrécemelo dentro de unos años.

- ¿Tendré que aguantarte hasta dentro de unos años?

- Lógicamente, a donde vayáis vosotros Max y yo vamos detrás, así tendréis dos buenos guardaespaldas.

- Anda, ¿qué sabes pelear? Pensaba que solo sabias hablar. – reí.

- Se pelear mejor que Mike, ¡con eso te lo digo todo!

- Más te gustaría...

- No es broma, esta vez te lo digo enserio – flex me miró afirmándome que lo que decía no era una broma.

- ¿Eres más fuerte que él? Pues nunca lo hubiera dicho.

- De la aldea, soy el segundo más fuerte... solo superado por una persona, y sabes quién es – mientras hablaba, flex se puso a ordenar y cocinar otros alimentos como si supiera que los demás estaban a punto de regresar.

Sorprendentemente, minutos después de que empezara a cocinar Max entró en la cueva dirigiéndose hacia donde se encontraba flex, acto seguido como si pensara que se encontraban solos besó a flex en los labios sorprendiendo al can azulado lo que hizo que se separara avergonzado señalando en mi dirección. Fue entonces cuando Max miró hacia mí y se dio cuenta de que no estaban solos, se llevó la pata a la cabeza azorado, pero flex, que no tenía vergüenza lo volvió a sujetar de la cabeza devolviéndole el beso mientras me guiñaba un ojo. Como si estuviera diciéndome que así se marca territorio. Me avergoncé enormemente al ver la escena. Después de ese beso comenzaron a hablar sobre el día y las nieves, parecía que aquel día estaba siendo tormentoso y que había sido difícil encontrar comida. Pero por las provisiones que veía que teníamos, estar un día sin encontrar comida no creía que supusiera un gran impedimento.

Escuché unos pasos de alguien que entraba en la cueva corriendo, y allí estaba, mi pequeño copo de nieve. Jon entró corriendo en la caverna y sobre su pelaje había una gruesa capa de nieve, que se quitó de encima sacudiéndose como si de un perro se tratara. Al verme corrió hacia donde me encontraba y de un placaje me tiró contra la cama dejándome totalmente KO. Jon se frotaba contra mi pecho mientras Axel le echaba la bronca y le gruñía, comencé a reír a carcajadas ante la escena tan cómica que estaba contemplando. Poco después entró el can por el que tanto había suspirado minutos atrás, llevaba puesta una ropa algo diferente a la habitual, esas prendas se parecían más gruesas y de mejor calidad que las que solía llevar habitualmente, por el grosor de las pieles, podía imaginar que estaban diseñadas para soportar frías temperaturas y mantener el calor de su portador. Se quitó la capucha haciendo que la nieve callera al suelo y se quedó quieto contemplándome, parecía nervioso y como si no supiera qué hacer es esa situación.

Axel apretó mi brazo con fuerza en el mismo momento en el que Mike entraba por la puerta, sentía el ambiente tenso, era como si, en los pocos días que había desaparecido, la familia se hubiera destruido. Me solté con cuidado del agarre de Axel y con las pocas fuerzas que tenía di un fuerte aplauso que retumbó en toda la cueva llamando la atención de todos los presentes. Miré a Mike con una gran sonrisa antes de empezar a hablar.

- Me alegro de volver a verte Miki, espero que no me echaras demasiado de menos – lo dije con todas mis energías, tratando de bajar la tensión del ambiente y flex comenzó a reír como si le hubiera sorprendido mi forma de actuar.

- Acenix... eres único realmente – flex continuaba riendo.

Lo miré riendo y de reojo, pude ver como Mike tomaba aire calmándose e intentando recuperar la compostura, por lo menos había conseguido relajar un poco la situación. Aunque reconozco, que fue una charla un tanto complicada, por todos los sentimientos que se habían acumulado en esos días.

- Acenix... ¿estás bien? – Mike se acercó a donde me encontraba y se arrodilló a mi lado, pude contemplar de primera mano cómo la mirada de Mike se iba a Axel y su expresión pasaba de calmada a rabia. Al ver esa situación me incorporé y lo miré seriamente.

- Sí, estoy bien, pero por lo que veo tu no.

- Esto... porque... - antes de que continuara hablando lo corté poniendo una de mis garras en su boca.

- Te diré algo importante, y quiero que me mires a los ojos cuando te lo diga – Mike asentía mirándome a los ojos, he de reconocer que esos ojos marrones que tiene me ablandan el corazón, pero, debía mantenerme firme – Como vuelvas a Mirar a Axel de esa manera, te juro que te golpeare con todas mis fuerzas – Mike agachó las orejas al darse cuenta de lo que acababa de hacer – no es culpa suya lo que ha pasado y aunque lo fuera, él no merece tu odio, era imposible saber lo que me ocurriría. Ni siquiera yo esperaba que acabaría teniendo dos hijos.

Mike se quedó en silencio mientras con mis patas abrazaba a ambos cachorros apretándolos contra mi cuerpo, seguía estando muy delgado por no haberme alimentado bien durante días.

- Y segundo, que sea la última vez que vuelves después de no verme durante tantos días... y no te atrevas ni a acercarte, puede que no estuviera presente, pero igualmente te he echado de menos – crucé mis patas mientras miraba a flex con una sonrisa malvada, a la cual respondió con una risa.

- Vaya, resulta que el Alpha era el gato después de todo – decía flex riéndose

Mike gruñó con fuerza mirando a flex, al ver la escena tan cómica comencé a reír y puse a Axel en mi pecho acariciándolo, desde que había despertado no se había separado de mi lado ni un solo segundo y parecía, como si hubiera encontrado un refugio en mí, ya que escondía su rostro en mi pelaje y se frotaba contra mí mientras gruñía suavemente.

- ¿Bueno, Mike... entonces qué harás ahora?

- Grrrrrr, estabas mejor dormido... - se frotó la cabeza con la pata mientras miraba avergonzado a Axel- lo siento mucho Axel... lo siento de verdad... espero que algún día puedas perdonarme...

- ¿Y a mí que Mike? – respondí mientras lo miraba haciéndole ojitos – ¿no tienes nada para mí?

- No – dijo riendo mientras apartaba su cara – pensaba darte algo, pero después de cómo te has puesto, mejor se lo daré a Axel.

Axel apartó la mirada de mi pecho mirando a Mike, como si estuviera sorprendido por la respuesta.

- ¿A Axel? ¿Pero yo quiero mi regalo? – le seguí el juego a Mike.

- Pues no, ahora es de Axel y solo suyo – Mike acercó su cara a la del pequeño perro y lo besó en la cabeza revolviéndole el pelaje, para justo después acariciarle la cabeza con su pata – ala, ya se lo di, te quedas sin tu premio.

- ¡Eres malvado!

Axel estaba sonriendo mientras reía por la escena que estaba viviendo, por reflejo, tanto Mike como yo comenzamos a reír, la cueva estaba llena de vida, y por primera vez en mi vida, me sentía alegre de estar en una, parece que lo importante no es donde estas, sino con quien.


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Estoy sin aliento... que semana mas dura.

dadme unos minutos



ya. Bueno espero os haya gustado el capitulo, he visto muchas ganas de esta parte y espero este a la altura de las expectativas. Acordaos de dejad vuestro voto y compartirlo con vuestros conocidos. que cuantos mas conozcan esta historia, mas podran disfrutarla.

Bueno, Cuidaos mucho mis pequeños animales de 2 patas

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