💜. It's a Demon
Palabras clave: Lencería, Boypussy, Maquillaje, Nalgadas, Condón.
Para el edificio de dormitorios de UA no era extraño recibir paquetes. La mayoría de gente ahí dentro eran compradores compulsivos en línea, y algunos familiares preferían llevarles cosas en cajas debido a que no se les permitía entrar.
Cada día llegaban las cajas y sobres, grandes y pequeños, unos días eran demasiados, otros 3 o 4 paquetes. Todos venían con el nombre del destinatario así que generalmente no había confusiones. Excepto cuando las tiendas eran tan discretas que olvidaban poner el nombre.
– Oigan, aquí hay uno sin nombre – Expresó Kaminari metido en la pila de paquetes cual niño mimado sumergido en regalos de navidad.
– ¿Dice lo que es al menos?
Kaminari observó el paquete y lo giró para examinarlo mejor.
– Solo tiene el código y la dirección. De seguro es de Mineta.
– ¡Sí, por fin llegó! – Exclamó la uva pervertida mientras le quitaba el paquete a Kaminari y lo abría.
La mayoría hizo una mueca de asco no queriendo saber qué cosa le había llegado a Mineta. Otros se preguntaron cómo era tan sinvergüenza para abrirlo en plena sala común.
– ¡Pff, esto no es mío! – Su queja llamó la atención de todos otra vez, quienes al saber que no era el destinatario, les dio más curiosidad – De seguro es de Mina-chan.
Hizo el paquete a un lado y la antes mencionada se acercó a verlo, porque según ella, todos sus paquetes ya habían llegado. Tal vez sea algo que pidió y olvidó que lo había pedido. No sería la primera vez que le pasaba.
Pero no, ni idea de por qué el paquete sin nombre era eso, y aunque ella reconocía que no le ofendía que la gente piense en ella al ver el contenido, tenía que aceptar que no era suyo.
– Tampoco es mío – Señaló con duda.
– Pues debe ser de alguien, solo tú eres capaz de ponerte esos colores, me cuesta imaginar a Uraraka o Yaomomo con eso. Aunque Hagakure se vería bien.
– ¡Pues sí, sería lo único que se me vería en la cara, Sero idiota! – Se quejó la chica.
Bakugou ya estaba harto de tanto griterío, después de recoger paquetes que de hecho, tenían su nombre, se dirigió al centro de atención. Casi se pone pálido cuando vio el contenido de la caja y lo reconoció como uno de sus pedidos.
– ¡Oigan imbéciles! ¡¿Quién les dio permiso para que anden revisando el correo de la gente?! – Rápidamente comenzó a gritar mientras arrebata el paquete y lo escondía en la caja – ¡No son más que una bola de inútiles metiches!
– ¡¿Bakugou, es tuyo?!
– ¡¿Qué putas te importa, cara redonda?!
Bakugou tomó sus paquetes y pisando fuerte y gruñendo se fue, con la cara un poco sonrojada. El resto de la clase miraba extrañada la situación, como si no pudieran creer que Bakugou Katsuki fuera el destinatario de tal paquete.
– Bueno, tenía algo de sentido. Usa delineador – Comentó Sero encogiéndose de hombros.
– No creo que se ponga los labiales para acompletar su traje de héroe, bobo – Le dijo Mina con sarcasmo.
– ¿Por qué no? El verde se le vería bien. Igual el morado. No sean envidiosas chicas. No todos tenemos la suerte de que cualquier tono de labial nos quede bien.
– ¿Entonces tú sí?
– Obvio, soy hermoso.
– A veces me gustaría tener tu autoestima, Serobro.
– También eres hermoso Kirishima. Hermosamente masculino.
Kirishima hizo un gesto dramático de que aquella frase le llegó al corazón. El resto de la clase rodó los ojos y siguió en lo suyo, encontrando los paquetes que les pertenecían.
Todoroki estaba ahí, más que nada de metiche porque los paquetes que pide nunca les pone su nombre. Sabía que en realidad el paquete de Bakugou era suyo, o algo así. También sabía qué era; pero ver a Bakugou sonrojado hizo que se callara y no decir nada más.
Ya satisfecho, se levantó del sofá y se dirigió a los elevadores.
– Me cuesta creer que algo como eso sea de Bakugou-chan – El comentario de Tsuyu hizo que Todoroki se detuviera unos momentos.
– ¡Quizá tiene novia! – Dijo Hagakure – ¡O quizá es para ti, Mina-chan! ¿No dijiste que ya casi es tu cumpleaños?
El resto de chicas comenzó a imaginar cosas respecto al contenido del paquete de Bakugou. Todoroki frunció los labios y siguió su camino, un poco molesto de que creyeran que Bakugou tuviera novia. El paquete era para Bakugou; y Bakugou era suyo. Fin de la discusión.
Llegó al elevador y después de ingresar presionó el botón del piso 4. Ya había pasado un tiempo desde que Bakugou se fue, por lo que Todoroki estaba seguro que estaba listo. La puerta se abrió y Todoroki caminó tranquilamente hasta la puerta y la tocó.
– ¿Quién coño es?
– Soy yo – Todoroki sabía que su respuesta no servía para contestar la pregunta pero esperaba que su voz fuera suficiente.
Bakugou abrió la puerta, un poco, solo para asegurarse de que estuviera solo. Después de que todo esté en orden le dejó pasar. Todoroki sonrió levemente ante la imagen que le recibió.
– A ver, abre la boca – Cuando Bakugou le obedeció pese a su ceño fruncido, metió sus dedos en la boca para apretar y sacar su lengua fuera – Sero tenía razón, el morado te queda bien.
– Ahh – Se quejó el rubio con la lengua todavía afuera.
Todoroki dio un rápido vistazo al cuerpo. Bakugou tenía 2 cuernos en la cabeza, una gargantilla, guantes hasta el codo y medias hasta el muslo; por no mencionar el bikini de 2 piezas diminuto que llevaba puesto. También tenía una cola larga y delgada, delineador y por supuesto, un labial morado; justo como el resto del color de su conjunto.
– ¿Qué hay de los nuevos trajes que te compré? – No pudo evitar preguntar dado a que el que llevaba puesto era de hace tiempo.
– Ajah, ah... – Bakugou se alejó de él para que soltara su lengua y pudiera contestar – Voy a lavarlos primero, bastardo, quién sabe dónde estuvieron metidos.
De nueva cuenta Todoroki volvió a ponerle la mano, pero ahora sujetó su barbilla. Le dio un rápido vistazo y entonces lo acercó para besarlo. Sintió a Bakugou derretirse por el beso, lo que le hizo sonreír.
– Bien – Habló cuando se separaron – Te compré los labiales por una razón. ¿Puedes?
Bakugou miró hacia otro lado por vergüenza pero al final terminó poniéndose en cuclillas frente a él. Con sus expertas manos desabrochó el botón del pantalón y bajó el cierre, y después de hacer a un lado la ropa interior, una verga gruesa y la larga se asomó.
Las venas se marcaban y la cabeza del glande era roja y ancha, goteando un poco de líquido pre-seminal. Bakugou salivó de anticipación y con ayuda de sus manos lo masturbó para terminar de ponerla erecta. Si se veía imponente antes, ahora simplemente era una visión.
Todoroki sujetó su teléfono antes de que sus pantalones se cayeran. Era momento de que el delineador negro y el labial morado quedaran deshechos. Tomó una foto antes de para el recuerdo, y se aseguraría de tomar otra después de destrozar a Bakugou, como siempre.
– Adelante.
Casi con hambre Bakugou abrió la boca y engulló su polla hasta el fondo, hasta que el glande tocó la garganta. Los labios se cerraron en la base de su entrepierna haciendo una mueca obscena, y sobretodo cumpliendo la función que Todoroki quería darle a lo que compró.
Cuando Bakugou se fue para atrás dejó la marca de su boca en la verga, y continuó con ganas, chupándola con entusiasmo y haciendo que las marcas de su labial se distribuyeran por toda la polla, sin dejar a un lado los testículos, a quienes chupó uno por uno hasta dejarlos llenos de marcas moradas.
De nuevo regresó a su mamada y esta vez Todoroki decidió participar. Le tomó de la cabeza y lo estampó con tanta fuerza que casi se ahogaba pero su coño, su traicionero coño se corrió chorreando por todo el piso debido al trato duro ¿Con qué cara iba a decirle a Todoroki después que él no es un masoquista?
Le trató tan rudo y grosero, usando su boca como juguete para correrse. No podía ser este chico el mismo Todoroki que ve en clase; debía ser otra persona porque quien tenía enfrente era un verdadero pervertido malicioso. Una, dos, tres folladas más en la boca y se corrió, haciendo que Bakugou trague hasta la última gota.
– Déjame ver – Le ordenó Todoroki con una voz que no pareciera ser la de alguien a quien le acaban de drenar la polla – Hum, hermoso.
Vio cómo el bicolor tomaba su teléfono nuevamente y le apuntaba a él. De seguro ya tenía el labial y el delineador chorreado por toda la cara, así que sin más que hacer además de humillarse a sí mismo, sonrió y posó para la foto.
– Ven, sé un buen demonio y móntame – Todoroki caminó hasta la cama quitando sus pantalones en el trayecto. Se sentó en la orilla para que Bakugou se pudiera sentar sobre él.
No necesitó que le repitan la orden, de inmediato se posicionó encima e hizo a un lado sus bragas húmedas. Con ayuda de sus dedos abrió su coño y bajó para rozar la cabeza del glande y restregarse. Estaba por meterse la verga hasta el fondo cuando Todoroki habló de nuevo.
– Ah, es verdad, el condón – Aquella frase hizo que Bakugou recuperara un poco de consciencia antes de hundirse en el sexo.
– E-Están en mi cajón – Masculló desviando la mirada.
Todoroki abrió el cajón de la mesita de noche, notando que adentro había pequeños juguetes sexuales, lubricante y por supuesto, cajas de condones; muchas cajas de condones extra grandes y extra finos.
Tomó una caja y la abrió, sacó uno de los condones y se lo puso, apenas podría cubrir el largo de su polla y la vista hizo que el coño de Bakugou volviera a chorrear; como si salivara al ver un delicioso bocadillo.
Ahora sí, posicionó la verga en su entrada y poco a poco fue bajando, engullendo la polla hasta que pasó por completo y se sentó en el regazo de Todoroki. Sintió el sitio de su vientre a dónde llegaba la punta del glande, machacando su útero.
Se quedó quieto unos segundos para acostumbrarse mientras respiraba por la boca. Solo para que después sus pezones fueran apretados y tirados arrancándole gemidos casi animales.
– Muévete, sabes que no puedo correrme así – A la acción se le añadió también un pequeño empuje de caderas que hizo que Bakugou se corriera.
No sabía porqué era tan sensible, pero se sentía tan bien correrse. Pese a que se quedaba sin fuerzas ni aire, el placer hacía que valiera la pena; aún si con su orgasmo repentino se ganara una reprimenda de Todoroki y más castigos físicos.
– Que egoísta, Bakugou – Ahora, Todoroki sustituyó su agarre de pezones y en vez de, le dio una fuerte nalgada que dejó la marca de su mano impresa de alguna manera en la piel. Su grito fue una mezcla de dolor y placer – Muévete.
La última palabra fue más una orden y con toda la fuerza que pudo en sus piernas temblorosas, logró levantarse de la verga para dejarse caer de nuevo sobre ella. Bakugou sabía que si no hacía que Todoroki se corriera rápido, su pobre culo iba a estar rojo de tantas bofetadas.
– B-Bastard... ah, no puedo – Lloriqueó en su quinto movimiento para montar en el regazo de Todoroki.
– Ni siquiera te has esforzado, Bakugou, puedes hacerlo mejor – Lo alentó antes de darle otra nalgada.
Esta ocasionó más placer que dolor y otra vez su coño chorreó alrededor de la polla de Todoroki que todavía tenía bien apretada en su coño.
– Nunca terminaré si seguimos así – Comentó Todoroki, pero dado a que Bakugou tenía la mente en blanco, es probable que ni le haya oído – Date vuelta – Le dijo mientras le ayudaba a cumplir la orden.
Ahora con los pies bien puestos en el suelo, Bakugou pudo ser capaz de dar sentones más firmes. Todoroki le ayudó sosteniéndolo de la cadera para clavarlo en su polla con fuerza mientras escuchaba los gemidos del rubio ante las embestidas.
– Aprietas muy fuerte, Bakugou, sigue así – Habló Todoroki mientras se enfocaba en mover su propia pelvis a la par de la de Bakugou – M-Me voy a correr también...
– Ha... Hazlo dentro... – Chilló para después morderse los labios y cruzar los ojos por el placer.
Todoroki le folló más fuerte hasta que finalmente se clavó dentro, vaciando todo el contenido de sus bolas en el condón. Bakugou se volvió a correr por quién sabe qué vez mientras se sostenía de las rodillas de Todoroki para no caerse por sus piernas temblorosas.
Su cuerpo quedó flácido ante el cúmulo de sensaciones placenteras y Shouto lo sostuvo para que no se fuera al suelo. Poco a poco fue sacando su polla, quedando como unión el condón lleno que se debatía entre quedarse atorado en el coño de Bakugou debido a la cantidad que tenía o estar todavía alrededor de la polla de Todoroki.
Una vista pervertida, que ganó el coño de Bakugou cuando la verga de Todoroki se salió del condón porque seguía atorado en él. Aquello había sido satisfactorio, y Todoroki recuperaba la respiración al mismo tiempo que Bakugou.
– Mañana quiero que te pongas el labial azul – Comentó de la nada.
Pero por cómo Bakugo había quedado después de coger, probablemente tuviera que repetir su comentario más tarde.
N/A: Nuevo fanfic pornoso, porque ya hacía falta.
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