Capitulo 5
Cruzamos la esquina y uno de los Magos Amarillos empezó hacer un baile raro provocando que yo sienta un ardor en mi pierna, que estaba intensificandose, rápidamente y sin tapujos alguno logre tomar mi espada e ir directo hacia a él cortándole el cuello.
El dolor de mi pierna había desaparecido sin embargo podía "sentirlo", deben ser seguidores de Gro-goroth, y su técnica "Dolor". D'arce me ayudó y seguimos avanzando hasta llegar a una bajada, es decir que habían escaleras en ese lugar y a mi se me iba a dificultar.
Empecé a sudar de los nervios cuando de pronto tuve que bajar usando solamente una mano pero lo hice, baje las dos escaleras.
Por desgracia el pueblo de los habitantes de las profundidades estaban alterados e iban a atacarnos.
- ¡D'arce ten cuidado!. -exclamo a gritos tomando mi espada y cortando por la mitad la lanza de uno de los habitantes y acto seguido cortarle un brazo y gran trozo de sus vísceras estomacales.
D'arce bloqueó con su escudo y dió una voltereta cruzando la espalda del habitante para posterior agarrarlo del cuello y tirarlo contra el piso, enterró su espada en el cráneo del hombre y luego con su escudo golpeo con una fuerza atroz destrozando completamente el cráneo, esparciendo sus sesos.
Con eso y rápidamente mi espada se encontró con el cuello de otro, separándola de así su cuerpo. La pequeña no se separó de mi y por distracción mía un bastardo casi logra apuñalarme el costado, en compensacion le di una patada en la quijada, rompiéndola, y la pequeña lo atacó atravesando su ojo.
Lance mi espada a uno de esos tipos que estaban detrás de Cahara, atravesando la pierna del hombre azul, rápidamente invoque la espada de sangre de Alll-Mer y lo arroje también y seguía así hasta que su cuerpo quedó irreconocible.
Varios de esos bastardos empezaron a acorrarlarme fijamente, invoque otra espada más y bloquee sus ataques, me deslice en el piso y rodé para saltar encima de uno y romper su cuello, tome su lanza y usándolo como jabalina me catapulte encima de otro, acto seguido la lanza se rompió pero en mi mano fue a parar a su cuello causando hemorragia.
Aquella cosa murió desangrada.
Barri las piernas de los demás, tome otra lanza y la empale en la cabeza de otro más, posteriormente usando la cabeza en la lanza como una especie de pelota empecé a golpear a los monstruos con la fuerza suficiente dejándolos K.O, con una espada de sangre en mano basto y de sobra para acabar con ellos.
Fui y tome mi espada, comencé a contratacar contra los otros habitantes de las profundidades y arremetiendo con fuerza logré perforar sus pechos y cuerpo acabando con sus vidas.
Solamente quedaban dos más pero aquellos habían sido acabados por D'arce.
Limpiamos nuestras armas. La pequeña a mi lado estaba un poco asustada.
- Siento que hayas tenido que ver eso pequeña -cuando guarde mi espada me había agachado para acariciar su cabeza. - Pero lo has hecho bien.
Ella parecía más calmada, y se dispuso a seguir al lado mío.
- ¿Te encuentras bien, amigo?. -Cahara me preguntó
- Si -comenté- No nos preocupemos por eso ahora. Debemos seguir más profundo.
Asintieron todos.
Caminamos por toda la aldea ya mascarada por nosotros cuatro, era increíble ver como estás .... cosas, podían haber sobrevivido aquí abajo sin casi nada de alimentos. Pensé ante esto, el ver como ellos estaban viviendo de esta forma casi inhumana.
Tal vez ellos ni sean humanos en primer lugar, pensé dentro de mi otra vez por todo esto.
Subimos la última escalera que estaba en la zona, aún lugar demasiado alto, por desgracia para nosotros quedaban todavía una pequeña resistencia de estas bestias azuladas. Fuimos rápidamente contra ellas y batallamos, por suerte no nos representaron ningún problema y cayeron demasiado fácil.
Cruzamos la entrada a la otra sala y sin embargo una atmósfera pesada se sintió en todo el lugar y no solo eso, varías voces con un enorme instinto asesino arremolinaban contra mi como si nada. Caí al piso gritando de dolor, escuchando no solo aquellas voces sino que las de mi grupo también.
"Ven ya hacia a mi"
"Dejalos. Tómame"
"Reclama"
"Reclamame"
Esas y más voces eran las que escuchaba atentamente. Mi cabeza estaba a punto de explotar.
- T/N, ¿Que te sucede?. -escuche a D'arce. Ella me levanto del suelo pero yo estaba ido.
- Las voces .... ¿Acaso no la escuchan?. -dije, el dolor iba y venía como si nada. Era horrible.
- No, T/N -ella nego. - No escucho nada. Debe ser .... algo más, ¿Que es lo que escuchas?.
- .... Caos y destrucción.
El lugar donde estábamos acrecentaba aún más la locura de mi mente, era como si este lugar estuviera maldito y con solo dar un paso era sentir todo el dolor en mi mente. Pero tenía que resistir.
Entramos a una casa y tomamos una especie de esfera oscura, era bastante rara por así decirlo y sin embargo transmitia la misma vibra que todo el lugar. Salimos de aquella casa y seguimos hacia abajo.
Cuando volvimos a caminar yo me estaba quedando atrás, mi mente empezó a jugarme malas pasadas y entre ellas recordando de manera vivida casi la violación de mi madre cuando yo era niño y su repentina muerte años después, tenía mucho que pensar y recordar todo eso me ponía demasiado triste.
Removi aquellos pensamientos de mi cabeza y volví al presente, cuando bajamos las escaleras nos encontramos que habían varías casas unidas que eran una especie de conexión para entrar y salir por el otro lado.
Cuando entramos, la pequeña empezó a sentirse mal y sollozar, su expresión era de miedo y terror junto con pánico.
- ¿Ocurre algo mi niña? -le pregunté, preocupado por ella, acariciando su mejilla limpiando las lágrimas de su rostro.
- .... -Ella no me dijo nada pero asintió ante esto, D'arce y Cahara se detuvieron.
- Se que debes estar asustada, pequeña, todos lo estamos. -le dije agachandome y abrazándola. - Yo también tengo miedo pero a pesar de eso no significa que te vaya a dejar sola, o siquiera abandonar. Estamos juntos en esto, ¿Si?.
Ella asintió, más renovada que nunca y para mí sorpresa me dió un beso en la mejilla, rápidamente se sonrojo por eso y se alejo de mi un poco, causandome risa por su actitud infantil.
Seguimos en nuestro camino, llegamos a lo más profundo de abajo. Había un enorme pozo que reflejaba un vacío oscuro, tire una piedra en aquel fozo y había un eco pequeño en el lugar.
- Debemos buscar una soga. -Cahara dijo. Luego, empezó a buscar por nuestros alrededores pero en las cajas no había ninguna soga que pudiera servirnos, dios, ni siquiera había algo útil en el lugar que nos sirva.
Suspiré ante esto. -Debemos buscar en las casas, tal vez alguna tenga una soga. -exclame.
Dicho y hecho empezamos a buscar por todas las casas que había en el lugar. Siendo sincero no sabía que encontrarme en estos lugares si algo útil o siquiera algo útil que está gente puedan usar. Lo único evidente que habían en estás casas era que hacían sacrificios humanos para poder realizar rituales paganos a otros dioses.
Bien por ellos, creo, pero habían incluso más formas de rezarles a sus dioses, pero lo que hayan hecho esto es que posiblemente sea afines al dios Gro-goroth, lo cual explica los montículos de sacrificios por toda la aldea de humanos azules. ¿Siquiera estos bastardos son humanos?, fue lo que pensé al ver todo lo que hacían a las pobres personas que estaban muertas, asesinas y desoladas en este lugar.
Después de lo que sería una búsqueda por casi una hora entera, finalmente encontramos una cuerda que es lo suficientemente resistente como para que resista a los cuatro para bajar por aquel pozo oscuro. Volvimos por dónde habíamos llegado inicialmente y amarramos la soga a uno de los soportes del lugar.
Cahara se preocupo mucho por esto. Obviamente era una mala idea amarrar una soga a un soporte de madera por la obvia razón de que se puede destruir por nuestro peso, si fuera una persona la que bajase entonces bien pero seríamos cuatro.
Al final apostamos que iba a resistir. Empezamos a bajar por la soga uno por uno, parecía que el soporte iba aguantar nuestro peso a pesar de ser muchas personas. Cuando bajamos poco a poco el olor nauseabundo de carne infectada lleno mi nariz.
- Dios, que es esto. -D'arce puso una cara del asco al ver como habían múltiples humanos con máscaras de lobos desnudos y deborandose entre ellos. - Esto es ...
- No lo veas. -agarre a D'arce por la cintura atrayendola hacia a mi. Pegándola a mi cuerpo.
Los cuatro seguimos hasta arriba, alejándonos de aquellos cuerpos y hombres y mujeres comiéndose entre ellos de una forma muy grotesca, era un ritual obviamente. ¿Porque este maldito mundo está corrupto, más encima porque todos en este lugar están locos?.
Eran una de las Miles de preguntas que más me hacía frecuentemente. Todo este lugar es una jodida carcel para ir al puto infierno. No. Este lugar es el mismo infierno y nosotros somos sus habitantes.
- Todos esos muertos.... Ellos deborandose. -tome la mano de D'arce suavemente. Ella me miro, su mirada estaba perturbada, asustada y asqueada. - T/N. Este lugar, incluso sus habitantes, todos están locos.
- Lo se, D'arce. -le dije apretando su mano suavemente y acariciando la yema de sus dedos. - Sin embargo aún estamos cuerdos, estamos aquí por una misión. -tome su mejilla, ella se sonrojo un poco y desvío su mirada a otro lado. -Me tienes a mi.
- Ya se que los dos se aman. Pero háganlo en otro lado, van a deprimír a uno jajaja -Cahara rio. Rápidamente quite mi mano de la mejilla de D'arce avergonzado por aquello y D'arce igual.
Yo estaba acostumbrado a follar a las prostitutas en los prostíbulos del reino y sin embargo soy inútil en el tema de las relaciones románticas y por lo tanto no se que tendría que hacer para enamorar a una chica. En ese tema estoy perdido.
Seguimos nuestro camino, subimos la escalera y seguimos hacia adelante. Sin embargo cuando íbamos a pasar al otro pasillo, un jodido fantasma azul nos detuvo el paso.
- Pero que mierda - Cahara tomo rápidamente la niña alejándola de aquella cosa.
- ¡Tengan cuidado, nuestras armas no pueden contra las formas no-fisicas!.
- Dilo por ti, D'arce. -dije tomando mi espada.
Mi arma estaba maldita, y mi medallón vibraba a más no poder. Entonces estando en posición de firme fui directo contra aquella bestia inhumana.
Cuando iba a realizar mi primer ataque aquella bestia se lanzo hacia a mi, rápidamente me desvíe a otro lado y le tiró con la pierna un montón de tierra del suelo y ella retrocedió por inercia, al parecer todavía tenía algo humano, y rápidamente fui contra ella perforando mi espada con su pecho.
Aquella cosa grito del horror, hasta lograr desaparecer por completo en un montículos de luz azul y polvo.
- Menos mal que tenías una de esas espadas -hablo Cahara aliviado.
Yo simplemente asentí con una sonrisa ante esto.
Al parecer los desgraciados de la iglesia sabían que me iba a encontrar con seres como estos y aún así no dijeron nada. Tal vez vaya hacerles una visita una vez que termine en este lugar. Pensé en mis adentros molesto con los monjes de la iglesia de Alll-Mer.
Para nuestra desgracia está parte de la mina estaba plagada de fantasmas, fantasmas que por suerte pude acabar. Lo único malo de estos desgraciados es que simplemente soy yo quien debía matarlos.
Cuando salimos de la mina y entramos en otro lugar solté un suspiro fuerte sin saber que contenia en su interior.
- Saben algo, repentinamente siento que esto ya no vale la pena. -comente, este lugar cada vez que íbamos más y más profundo era una especie de caos incierto y no solo eso, parecía que cada nivel de la mazmorra del Miedo y el Hambre solo se volvía incluso mas peor.
- Tienes razón -dijo Cahara apoyándome. Se puso nervioso al mismo instante que yo cuando entramos en este nivel de la mazmorra. - Este lugar me asusta a más no poder y siento que cada vez que bajamos en los niveles todo se vuelve más tétrico y peor. Puede que ese tipo, Le'garde, haya muerto ya.
- No digan tonterías. -exclamo molesta y ansiosa D'arce. - Le'garde es quien nos llevará hacia un mejor futuro. Él... él no puede estar muerto.
Ella parecía asustada ante esto. Mi corazón palpitaba mil por kilómetros, y no sabía cómo sentirme. Parecía que ella estaba enamorada de aquel tipo. Sin embargo también es cierto, aquel hombre podría o no estar muerto. Era un caso de 50/50.
Ya habíamos pasado en este lugar casi cinco horas o incluso más. Dependiendo de cuánto tiempo Le'garde estuvo prisionero dudo mucho que pueda sobrevivir por si mismo sin nada de comida ni agua.
Entramos en una habitación que había al lado en el pasillo. Para nuestra sorpresa estaba alguien que yo conocía bien, ahí en ese lugar se encontraba Enki.
- Vaya, parece que finalmente lo lograron. -dijo Enki- Y veo que has tenido nueva compañía a costo de tu brazo por lo que veo.
- ¿Y quién es el niño afeminado? -me pregunto Cahara.
- Él es Enki. La pequeña y yo nos lo encontramos cuando había entrado en esta mazmorra por primera vez hace algún tiempo ya. -explique - Sin embargo él es muy .... ehhh.
- Eso a ustedes no les importa. -exclamo molesto.
- Veo que es muy gruñón, ¿Acaso no sonríes en tu vida amigo? -Cahara pregunto, sin embargo Enki lo fulminó con la mirada hasta volver en su libro. - Ok, sin duda incómodo.
- ¿Enki, que es este lugar?. -pregunte.
- Este lugar es un culto enorme al dios de las profundidades. -comento. - Sin embargo los habitantes de las cavernas hacen su trabajo para servirle a él y a Gro-goroth, en algún parte deben de estar. Que importa. Al fin de cuentas eso es una estupidez.-desvio su mira hacia mi. - Eso que veo es un medallón amarillo, ¿No?.
¿Cómo carajos vio el medallón si lo llevaba guardado?. Ante esta fila de pensamientos intrusivos que tuve saque aquel medallón amarillo y se lo mostré, sus ojos estaban resplandecientes como si viera algo que le gustaba.
- ¿Que es esta cosa?.
- Aquellos talismanes son un símbolo de los Magos Amarillos de que sirven a Nas'hrah y siguen los pasos del dios de las calamidades Gro-goroth, básicamente eres un seguidor de aquel hombre si llevas encima aquel objeto. Un objeto de tal valor es inservible para alguien como tú. Podrías darmelo.
- ¿Que gano yo a cambio? -retrocedi la mano antes de que pudiera tomar el talismán.
Enki chasqueo la lengua molesto. - A cambio del talismán. Te ofrecere mis servicios. ¿Es un buen trato, no?.
Asentí lentamente ante esto.
- Bien -estire la mano y le entregué el talismán. - Espero contar contigo a partir de ahora.
- Por supuesto. Mis artes mágicas serán de utilidad aunque sea para un tonto como tú.
Me quedé estatico por eso.
Pasamos la noche en este lugar, Enki quiso seguir estudiando los libros que habían en la habitación, Cahara tomo la madera de las cajas de afuera y con ellas hizo una hoguera para comer algo cocinado.
Cahara se quedó con la pequeña, debido que ella necesitaba dormir algo. Además incluso dormida estaba pegada a mi. Lo cual me eternecia bastante por lo tierna que se veía.
D'arce decidió alejarse de aquella habitación, parecía estar preocupada por algo. No me gustaba verla así, por lo cual decidí seguirla para saber que era lo que le pasaba.
Ella se encontraba ahí de pie cerca de los escalones. Sollozando mientras se sostenía la cabeza firmemente, como si estuviera llorando o a punto de hacerlo.
- D'arce. -llegue donde ella y me vio. - Dime, ¿Que es lo que sucede?.
- Ya debes saberlo. ¡Todo aquí esta mal, muy mal!. No hay ningún sentido en esta mazmorra, todos aquí desean matarnos y más encima yo ... casi fui violada. -empezo a llorar con fuerza. - Cahara tiene razón, y si todo lo que hemos estado haciendo resulta ser una terrible mentira y Le'garde en realidad está muerto, yo ... No sé que pensar. No quiero pensar en esto.
La abrace, ella estalló en llanto. No sé por cuánto tiempo tuvo que aguantar esto, y se bien que su situación es reciente pero su dolor debía ser algo pasado y muy áspero como para poder decirlo.
Comencé a acariciar su pelo, su sedoso cabello era algo bastante hermoso para oler y acariciar.
- Ni siquiera entiendo yo lo que siento -exclamo ella todavía en mi brazo. Siendo abrazada por mi- Amo a Le'garde pero .... también te amo a ti, no solamente me odio por ser indecisa sino que también me odio por no saberme valer a mi misma. Quiero ayudarte, eres alguien que me ha salvado y ni te importo si fuera una enemiga. Me salvaste de ser asesinada y violada. Yo....
Le di un beso en la frente, silenciandola. Ella dejo de hablar y prosiguio a llorar con más fuerza que antes, a pesar de eso su abrazo aún persistía en mi.
- No tienes de que hablar sobre eso D'arce. También siento lo mismo que tú. -me separé de ella, sus ojos brillaban y sus mejillas se sonrojaban al verme. - Se que debes estar confundida ahora, ven tomemos un descanso.
Ella asintió, los dos nos sentamos juntos en los escalones, ella estaba en mi hombro y mi mano descansando en su muslo.
- T/N -ella murmuró, ambos nos miramos, y mi corazón volvió a palpitar está vez con más fuerza que antes. - Yo... Quiero estar contigo así. Me gustaría protegerte y que tú me protejas.
- Lo haré. -dije acercándome a su rostro y ella de igual manera también comenzó hacer lo mismo, con casi nuestros labios tocandose del uno al otro, y de esa forma poder expresar lo que estoy sintiendo ahora mismo por ella. - Quiero enseñarte todo lo que quiero darte.
- T/N~
Nuestros labios se tocaron y nuestras lenguas comenzaron a danzar el uno con la otra, ambos nos abrazabamos con fuerza y convicción como si alguno tuviera miedo de que esto se detuviese.
Tomando la iniciativa, mi mano comenzó a viajar a su entre pierna tocando suavemente su intimidad sintiendo debajo de la tela de la cota de maya como estaba húmeda esa zona.
- Pervertido -me dijo ella entre gemidos y sin embargo aunque parecía estar molesta ella tomo mi mano y mis dedos para que siga haciendo esto. - No te detengas, por favor, hazme sentir bien.
Acate a sus deseos y empecé con un movimiento frenetico haciendo temblar los dedos y que vallan mas profundo de la tela para traspasarla y tocar su interio. D'arce comenzó a retorcerse y aún sosteniendo mi mano, con la otra se aguanto de mi hombro con fuerzas mientras la masturbaba.
Solamente me llevo unos pocos minutos dónde finalmente D'arce logro correrse en mis dedos, ella reprimió un fuerte gemido de sus labios. Me tiró contra el piso, ella quedó arriba de mi cintura y comenzó a quitarse su armadura hasta quedar finalmente desnuda frente a mis ojos.
Después de que ella me ayudase con mi armadura y quedar desnudo también, ella empezó a usar sus nalgas para masturbar mi polla. Cómo se había dicho mi polla estaba entre su raja y su ano, dicho hueco chupaba y escupía mi polla cada vez que se tocaba lo que me dejaba con una sensación bastante placentera.
- Me gusta -ella dijo, pegando sus tetas a mi abdomen y mordiendo mis pezones mientras seguía en el proceso de masturbarme. - Quiero sentir tu polla dentro de mi coño, que me destroces adentro y me hagas suplicar para que me sigas follando~ hmm, quiero que me rellenes con tu semilla, sentir tus jugos en mi vagina.
Por haber dicho aquello los pliegues de sus nalgas gordas y redondas empezaron no solo a palpitar sino que aplaudir a mi polla con fuerza, era como sentir cada vez que me masturbaba era aquella sensación cuando lograba correrme pero está vez en todo el rato, como si estuviera viniendome en cada momento.
D'arce se levantó y se sentó encima de mi polla, no fue penetrada solo se sentó, y con su coño empezó a masturbarme freneticamente como si estuviera jugando solamente conmigo a esto, jugando con mis ganas de poder metérsela.
- T/N, aún soy virgen en esto -ella me dijo avergonzada. - Por favor, se gentil.
- Está bien. -me levanté y le di un beso en los labios que ella correspondio con gusto. - Seré suave contigo D'arce.
Ambos nos entregamos tanto cuerpo y alma a nuestro acto de amor, estuvimos ahí por mucho tiempo sin saber exactamente cuánto había pasado y sin embargo ahora ya no importaba en lo mas absoluto.
Cómo ya dije nos habíamos entregado a nuestro amor, haciendo todo lo que nuestros cuerpos podían permitirse. Y estabamos bastantes cansados.
Sin embargo, mientras D'arce dormía yo estaba despierto todavía. Debido que aquellas voces otra vez volvieron.
"Ven a mi"
"Obtén mi poder"
"Caos y destrucción, eso soy"
"Tómame"
No sabía porque pero sentía que aquella voz me llamaba y venía de la superficie.
Hipnotizado y aún desnudo camine directo donde la voz me llamaba, fui subiendo las escaleras en espiral que estaba al frente de la entrada a las minas y llegué donde antes pude reencontrarme con Cahara una vez.
Seguí caminando y abrí la reja, fui directo donde peleamos contra aquel hombre cuervo una vez y volví a subir. Podía sentir como mi corazón latía a más no poder. Cómo si mi destino estuviera marcado en ir donde aquella voz me llamase.
Cruce el cementerio que estaba delante de las celdas y entre en la puerta, un enorme hueco estaba en la zona de las paredes y en ellas la mitad de cadáveres destrozados y carbonizados.
Fui caminando todo recto ignorando a mis enemigos que estaban en la zona, cuando llegue frente a frente de una puerta ví a un lado detrás mío un enorme símbolo de una R al revés marcado con sangre.
Toque la puerta azul, todo mi ser parecía reaccionar a la zona cerrada.
"Venid a buscarme. Dejad que la sangre fluya"
Escuché una voz en mi cabeza, como si me estuviera susurrando al oído.
Aquella puerta debería abrirse con una llave pero mi brazo solamente empujó hacia adelante abriendo dicha puerta resonando el sonido metálico por toda la sala.
Una pila enorme de cadáveres formando una montaña emergió frente mi, bañado por los rayos de la luna una espada con un enorme ojo en el centro de su hoja me miro fijamente.
"Miserable gusano mortal"
"¿ Deseas utilizarme?"
"Caos, dolor y miseria."
"Esas son las razones por las que fui creado."
Comencé a subir por la pila de cadáveres putrefactos quienes se caian por ser aplastados por mi. Hasta que estuve a la altura y pude tomar aquella arma quien me miraba fijamente con su único ojo.
"Ni siquiera eres perfecto"
"Muy bien. Si lo que quieres es llevar el odio con el que fui creado entonces bien. Un nuevo brazo para ti habrá"
Rugi con todas mis fuerzas cuando la espada fue tomada por mi mano, la luna me apuntaba y era testigo como mi nuevo brazo emergía de mi niño y sin embargo creo a una monstruosidad total. Ya no habría brazo humano, ni siquiera la parte donde todavía estaba bien.
Mi brazo por completo fue sustituido por uno demoníaco.
Brame y rugi con fuerza, una enorme aura de humo oscuro que comenzó a provenir de todos los cuerpos empezó a filtrarse dentro mío para entonces explotar toda la habitación y gran parte de la Mazmorra.
No sé cuanto tiempo había pasado pero había recuperado el conocimiento cuando ya había llegado dónde los chicos.
Cuando entre a la habitación la pequeña grito al verme.
- Wow viejo -Cahara parecía asustado ante esto. - ¿Que demonios te paso?
- ..... -mire mi brazo nuevo, cerré y abrí la mano varias veces - Me siento ... Renovado.
- ¿Dónde conseguiste la espada?. -a pesar de no ver que era lo que miraba la espada podía sentir como ella se fijaba atentamente en Enki quien fue la persona quien me preguntó.
- ... Arriba....
- T/N... -D'arce parecía asustada al ver mi brazo pero sobre todo por algo que mi apariencia tenía, y yo no sabía el porque, simplemente porque no sabía que tenía ni tenía nada para verme. Sin embargo ella no le importo y fue a abrazarme.
Correspondi al gesto que ella me había dado. Ella rápidamente me dió un beso en los labios que me tomo por sorpresa.
- Uy, ya son pareja~ -Cahara canturreo burlándose de nosotros.
D'arce sonrio ante esto y se separó de mi aunque tenía un tinte rosado en sus mejillas.
La pequeña niña vino hacia a mi, pude ver el miedo que sus ojos estaban transmitiendo pero al verme sonreír por verla aquel miedo que ella me estaba teniendo se disipó por completo y me abrazo. Acaricie su cabecita con cariño.
Me dolía ver que ella me tenía miedo, pero aún así había aceptado este poder no solo para mí sino para proteger a la pequeña y a D'arce. A todos cuánto yo quiero.
Reanudamos nuestro viaje encontrándonos con aquel humanoide blanco quien nos quiso atacar pero simplemente basto con un movimiento de mi brazo para destruirlo completamente.
Al seguir encontramos a un guardia deforme donde el proceso de repitió igual solo que este sufrió más debido a sus malformaciones y sobre todo que al parecer un parásito lo estaba controlando.
En las celdas había un guardia deforme reforzado quien con un corte de tajo de mi espada y su cuerpo había sido partido simplemente por la mitad. La primera celda que daba al pasillo que entramos fue la primera en que nosotros había entrado.
Y sin embargo, fue de lo peor que pudimos haber hecho.
Ahí se encontraba el hombre que teníamos que rescatar con la garganta rajada y muerto. Tratado como a un perro de la calle.
- ¡No! ¡Le'garde! -exclamo D'arce tirada en el suelo llorando a más no poder.
- Llegamos tarde. -dijo Cahara. Un poco apenado por lo sucedido con D'arce. Dándose cuenta de seguro lo que pasaba.
La pequeña estaba también tirada, por alguna razón que de seguro ella desconocia sus ojos soltaron varias lágrimas que cayeron en el suelo.
- Ninguno podría haber sobrevivido a estás Mazmorras. -Dijo Enki. Sin ningún tacto en su lengua. - Pfft, si claro, un mortal que podría reunir a todos los reinos. Solo era aún maldito imbécil.
- ¡No te atrevas a insultar a Le'garde! -exclamo con gritos de odio y dolor D'arce, empuñando su espada lista para matar a Enki.
Mi brazo se interpuso en el medio, la espada choco contra ella pero no le hizo efecto alguno. D'arce me gritaba que la soltase para matarlo pero no le hice caso, solamente la abrace.
- No te guardes ese dolor para ti sola. -le dije al oído. - Recuerda que estoy junto a ti en todo momento y eso lo sabes más que nadie en el mundo.
Ella detuvo su intención de matar a Enki y tapo su rostro llorando, acaricie su espalda en un intento de aliviar su dolor, aquel dolor que ella estaba sintiendo en estos momentos duros para si misma.
Nuestra misión había terminado aquí. Y eso ya lo sabíamos bien. Por lo tanto decidimos dejar el cadáver de Le'garde aquí debido que no nos servía para nada y si así lo fuese ¿Quien lo iba a recibir?, los reinos lo odian, y con solo llevarlo ante ellos solo hará que festejen su muerte.
Volvimos a la superficie, mi espada estaba en mi espalda y mi brazo mutado sosteniendo la mano de la pequeña quien estaba cabizbaja, y mi brazo normal con la mano de D'arce para aliviar su dolor.
Sin embargo mientras todos ya estaban afuera, nosotros dos (la niña y yo) aún estábamos dentro, mas bien en el portón.
- D'arce... -ella me miro aún con aquel dolor y lágrimas en sus ojos. - Perdóname...
Antes de que ella pudiera vocalizar alguna palabra mi brazo la empujó hacia afuera y de un solo puñetazo logré destruir la puerta obligando a que los escombros tapen la entrada sin siquiera una oportunidad de salir.
- ¡T/N, QUE DEMONIOS ESTAS HACIENDO! -escuche a Cahara gritar y acto seguido el sonido de las rocas siendo tiradas.
- ¡¡IMBÉCIL, PORQUE HACES ESTO, T/N!! -D'arce también grito imitando lo mismo que Cahara.
- Tengo una misión. -exclame- Aquí abajo ... Necesito descubrir más de lo que está pasando. Los dioses aún viven entre nosotros y es mi deber acabar con ellos.
- ¡Que estupideces estás diciendo, T/N COMO NOBLE TE ORDENO QUE QUITES ESTO Y ABRAS! -
- D'arce. Lo siento mucho. Te amo. Pero no puedo seguir así. -exclame.- Mi alma está corrompida por la espada. Si vuelvo de alguna forma me van a meter a la cárcel y me van a ejecutar por traición.
- ¡Hallaremos una forma! -grito Cahara. - ¡Deja de ser un maldito héroe y huye como un maldito cobarde, vivirás más!
- Me gustaría. Pero no sé si pueda vivir más de esto. -
- !T/N, POR FAVOR TE LO SUPLICO! -pude escuchar como D'arce se había caído al suelo llorando en un mar de lágrimas- ¡NO TE QUIERO PERDER, NO A TI! ¡TAMBIEN TE AMO, Y MUCHO PERO POR FAVOR NO ME DEJES!
El escuchar aquellas palabras de D'arce era algo que mi corazón amaba y lograba bombardearlo de sangre. Me ponía contento y sin embargo también triste.
Mire a mi lado, la pequeña aún seguía cabizbaja y soltaba algunas lágrimas.
- No te preocupes pequeña. -aprete su naricita con suavidad y ella me miro. - Papá se hará cargo de todos los tipos malos.
Ella me abrazo con fuerza y luego tomo mi mano mutada.
- D'arce, Cahara, Enki. Adiós. A todos. Por favor vivan sus vidas. -me di la vuelta- D'arce si después de mi objetivo principal aún sigo vivo, iré a buscarte, a encontrarte y a formar una familia hermosa a tu lado.
- Por favor .... T/N...- ella tenía ya la voz quebrada, esto me estaba lastimando. - No me abandones.... No tú...
- Adiós mi amor -dije- Espero que nos volvamos a encontrar después de esto.
Después de aquello comencé a ignorar los gritos que me estaban dando ambos para que me detuviera, por lo que junto a la pequeña empecé a proseguir por dónde nos habíamos ido principalmente.
Habíamos llegado otra vez donde encontramos a Le'garde pero ignoramos aquella cárcel y seguimos recto hacia al frente de nosotros hacia la enorme puerta que se encontraba en el pasillo.
Tome el cubo de las profundidades y al alzarlo aquel cubo como la puerta empezaron a brillar de un tono verde intenso que la abrió.
La espada empezó a murmurarme palabras en mi cabeza y entre ellas matar y enloquecer a todo lo que me encontrase en el camino, las ignore debido que ahora mismo mi objetivo era otro.
Destrui un enorme pilar que estaba bloqueando el paso y procedimos a meterse frente aquella abertura donde estába una puerta hace tiempo.
Una enorme ciudad se alzaba en los confines más reconditos del mundo. Una hermosa ciudad que antaño servía para guiar a los muertos y que era un lugar de refugio para los ascendidos en el poder.
- Ya hemos llegado pequeña. -la niña estaba maravillada por el lugar al igual que yo y no era para exagerar ya que a pesar del paso del tiempo todo se encontraba en un estado que lo único que podrías decir es "hermoso" - Hemos llegado al inicio y al fin de una civilización. La ciudad de los dioses. La ciudad de Ma'habre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top