El castaño había obtenido ayuda de una misteriosa chica, que le hizo ver la importancia de creer en sí mismo y obtener el valor para enfrentar la adversidad.

Estaba decidido a recuperar a Fred.

Gracias a la fémina, él pudo reunir el valor suficiente para cantar junto a su banda; pero ese  efímero coraje no fue suficiente para permitirle quedarse más tiempo.

Por lo que, después del evento, regresó a su casa dispuesto a traer de vuelta a su contraparte.

Se concentró con esmero en llegar a dónde sea que estuviese el shadow, deseando que estuviese bien.

Pov Fred

Sentí como esa masa negra finalmente aflojaba su agarre, poco a poco pude moverme; aunque dolía.

Lo logré, soy libre; pese a desconocer si hay una salida.

Quería levantarme y avanzar como un campeón, pero el dolor era demasiado para siquiera intentarlo, así que no me quedaba más opción que arrastrarme.

¡Que degradante!

Estuve avanzando por un tiempo, iba a un ritmo lento; al menos hacía un esfuerzo, pero debido a la inmensa oscuridad y el vacío del lugar, me daba la sensación de que mis intentos eran en vano.

Entre más avanzaba, más extraviado me sentía era confuso y agotador, quise detenerme en varias ocasiones; pero en todas y cada una la recordé.

Con su dulce sonrisa y efusivos ojos, era mi razón de seguir y no iba a decepcionarla, aunque no sea consciente de lo que representa para mi en estos momentos.

Sólo lograba escuchar mis propias quejas al compás de mis pensamientos o así era hasta que distinguí la voz de Freddy.

Me llamaba y por el tono de voz con el que lo hacía, parecía preocupado.

Al escucharlo más cerca, decidí gritar cuanto pude para que él también se percatara de mi presencia.

—¡Freddy!

Me oyó con claridad, ya que instantáneamente se sobresaltó y corrió en dirección a mí.

—¡Fred!

Me miró con los ojos cristalinos y una sonrisa.

—Yo... No soy tan fuerte como pensaba. –Admití con dificultad–

Mi orgullo murió en ese momento, pero no lo habría permitido de no ser por la difícil situación en la que me encontraba.

Él se puso a la altura en la que me encontraba y me sujetó, con la intención de ser mi soporte.

Sé que Freddy no es muy resistente pero ¡Joder! Tenía la fortaleza que a mí me faltaba en estas circunstancias.

—¿Haz visto alguna salida? –Me preguntó–

—No, no hay más que nada infinita.

Dicho eso, seguimos avanzando sin rumbo, parecía que habían pasado horas y ambos comenzamos a desesperarnos.

—Y tú ¿Cómo llegaste? ¿No podemos irnos de la misma forma? –Le hablé–

—Si supiera cómo lo hice ya habría intentado salir, créeme.

Todo este asunto hacía que me molestara de sobremanera, hasta que en medio de la nada, divisé con dificultad una especie de agujero, similar a los portales que aparecen en las películas.

—¡Freddy, míra!

Levantó la cabeza y al hacerlo, pudo observar lo que yo.

—Fred, no se ve muy seguro. –Comentó con temor–

—Es la única salida.

—Bien –Se resignó, sabiendo que tenía razón– a la cuenta de tres, uno... dos... ¡Tres!

Nos lanzamos hacia el portal, Freddy gritaba y la luz que emanaba del agujero me cegaba, pero nada de eso me importaba.

Joy, ya voy por ti.

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Publicado originalmente:
04/12/2017

Reescrito:
22/05/2020