Capítulo 9
Luego de despedirme de mi amiga, Adam me presentó a Josh el guardaespaldas que nos acompañaría; subí a la camioneta y decidí enviarle un mensaje de texto al idiota de mi amigo y luego de pensar unos segundos en lo que le escribiría me decidí por lo que más lo caracterizaba.
—: ¡IDIOTA!
Lo escribí en letras mayúsculas para que tuviese una idea de mi molestia. Su respuesta fue inmediata.
Theo: Por lo que leo, Adam ya llegó por ti, me alegra mucho.
Era increíble su descaro y que no le importara que su actitud me enfurecía.
—: ¡Oh sí! ¡Idiota! ¿Por qué lo haces Theo?
Theo: ¿Idiota? ¿Por qué?
—: No soporto que te comportes de esta manera y lo sabes perfectamente.
Theo: Solo te cuido hermosa.
¡Puf! Estúpida excusa.
Decidí no responderle más porque entendí que estaba de sobra discutir con él y sobre todo por mensajes de texto; luego de unos minutos en los que no obtuvo más respuestas de mi parte, recibí una llamada de su parte la cual ignoré de inmediato y al ver su insistencia opté por apagar mi móvil.
Definitivamente no me comunicaría más con él por esa noche.
Aún no estaba segura de en qué lío me había metido con Theo ya que si era así cuando solo teníamos una relación sin compromisos, no quería imaginarme como sería si nuestra relación fuese seria y si de verdad lo hacía solo por cuidarme entonces se estaba pasando y en gran manera. Creí librarme de él al apagar mi móvil, pero obviamente no fue así; le llamó a Adam para que me comunicara con él, no obstante, fui clara en que no quería saber nada de él por el momento. Si a mí me tocó resignarme a venir con Adam por su chantaje de dejarlo sin trabajo pues Theo tendría que resignarse a no hablar conmigo, era lo justo.
(****)
Al llegar al lugar de la gala Ryan ya esperaba por mí, sus halagos no tardaron en llegar al verme y como Darcy lo había predicho sus ojos no lograban apartarse de mi escote, pero luego de reprenderlo logró controlarse.
La velada comenzó al hacer nuestra entrada; del brazo de Ryan saludamos a muchos de los presentes mi familia y la de Theo incluida — y algunos amigos de Ryan, luego todo se fue desarrollando con tranquilidad. Papá y Simon no dejaban de halagar y felicitarnos por el trabajo que estábamos haciendo en conjunto catalogándonos como un equipo triunfador y por mi parte me llevé unas felicitaciones extras por el contrato que logré junto con AnBe — mi empresa — pues nos anotamos la cobertura exclusiva como revista del evento de Star Models y a pesar de mi enojo con Theo deseé que hubiese estado en ese evento.
La noche transcurrió de maravilla, mamá y Kelly estuvieron felices de por fin estar las tres reunidas y platicar de nuestras vidas. Kelly como de costumbre terminó hablando maravillas de un hombre y para nuestra sorpresa no fue de Theo si no Evan Lee — hermano de Theo — cosa que me causó mucha gracia ya que unos días atrás me pidió ayuda con Theo.
Menos mal no le había hecho caso.
— ¿Bailamos? — me invitó Ryan luego de un rato de haber charlado con mi madre y hermana.
— Bailemos — acepté tomando su mano.
Nos unimos a los demás en la pista; él colocó su mano izquierda en mi cintura y con la otra tomó mi mano haciendo que yo llevara mi mano libre a su hombro. La canción era tranquila y todos en la pista bailaban de la misma manera que nosotros; nuestros pasos eran sincronizados haciéndome recordar que siempre fuimos muy buenos en la pista al bailar juntos.
— Realmente luces impresionantemente hermosa hoy princesa — susurró cerca de mi oído, muy cerca a decir verdad y esa cercanía logró hacerme sentir un poco nerviosa.
— Gracias, tu igual luces muy bien — respondí y no mentía; se veía muy guapo en ese esmoquin gris oscuro y cabello perfectamente peinado —, pero por favor Ryan no me llames princesa — pedí.
— No le veo nada de malo el llamarte así, además es la verdad. Para mi eres eso, una princesa o más bien una reina — aseguró encogiéndose de hombros como si fuese lo más normal del mundo; rodé mis ojos al saber hacia dónde iba esa conversación y él lo notó —. No me pongas esos ojos princesa, en serio.
— Bien Ryan, como tú digas — bufé tratando de dejarlo hasta ahí.
— ¿Puedo hacerte una pregunta? — susurró otra vez cerca de mi oído.
— Ya la estás haciendo — inquirí — pero adelante, pregunta lo que quieras — le animé.
— ¿Estas saliendo con alguien? — soltó y aunque lo animé a que preguntara lo que quisiera, tal pregunta me puso nerviosa.
— No — respondí segura.
— Pero... ¿Tienes algo con Theodore? — continuó, logré controlar mis nervios y respondí casi en susurros.
— Solo somos... amigos — quise asegurar, sin embargo, sabía que lo último sonó más a pregunta, pero rogué interiormente para él no lo notara — ¿Por qué piensas que hay algo entre Theo y yo?
— Pues porque antes de irse me advirtió que mantuviera mis manos alejadas de ti — dijo tranquilo y sin importancia, por inercia cerré mis ojos y sonreí irónica al darme cuenta de que aún no lograba ver bien los alcances de Theo.
Fui una tonta al creer que su advertencia aquella noche fue solo por la calentura del momento.
— Solo somos amigos — repetí — y a lo mejor lo dijo por lo que presenció el día que nos reencontramos tú y yo.
Intuí que Ryan no se convenció mucho por mi respuesta, no era idiota, pero lo dejó hasta ahí cambiando la conversación radicalmente a cosas triviales de nuestras vidas; la velada llegó a su fin y decidimos marcharnos a casa después de despedirnos de todos. No pude sacar de mi cabeza todo lo que sucedió con Theo y el darme cuenta de que al final sí hizo su advertencia hacia Ryan; me sorprendió lo territorial, posesivo y controlador que era, aunque también pensé que ya debería haberme acostumbrado a eso.
Al despedirme de todos y encaminarme hacia el exterior Ryan me alcanzó y se ofreció a llevarme a casa, me negué, pero continuo su suplica ya que deseaba hablar conmigo y accedí finalmente, aunque para poder irme con él tuve que esconderme del pobre Adam y Josh rogando para no perjudicarlos por mis niñerías.
Mi móvil aún continuaba apagado y permanecería así hasta el siguiente día; el camino a casa fue tranquilo junto a Ryan y continuamos hablando de nuestro trabajo y los planes que teníamos para Be&Le.
— Gracias por dejarme acompañarte hasta tu casa — expresó al estacionarse frente a mi apartamento.
— Gracias a ti por traerme — dije sincera —. Nos vemos luego en la oficina — me despedí para salir de su auto.
— Espera Annabelle — pidió tomándome del brazo para detenerme —. Dame unos minutos nada más — pidió y asentí —. Sé que ya hemos hablado de esto, pero por favor déjame acercarme de nuevo a ti y demostrarte que entre nosotros puede resurgir el amor que antes nos teníamos — su agarre en mi brazo continuaba y esa conversación no me agradó. De un momento a otro su mano fue a mi mejilla y la acarició, pero me alejé de inmediato.
— No comiences de nuevo con lo mismo Ryan. Tu desde que me conociste sabías mi historia y por lo mismo siempre te dejé claro que yo no doy segundas oportunidades — le recodé y lo vi hacer una mueca en señal de frustración — Si ya me fallaste una vez ¿Quién me asegura que no lo volverás a hacer? — cuestioné y cerró sus ojos por ello. Vi claramente su impotencia.
— Yo aún te amo princesa — su voz fue tierna y llena de súplica al asegurar tal cosa; intentó acariciar mi rostro de nuevo y así como antes, no se lo permití —. Dame una segunda oportunidad y te juro que no te arrepentirás.
— No puedo Ryan, lo siento — puntualicé — y por favor dejemos esto hasta aquí, no quiero arrepentirme de intentar una amistad contigo — señalé.
— Está bien, lo dejaremos hasta aquí... por hoy — agregó alzando una de sus cejas con advertencia y solo bufé al rendirme con su terquedad —. Sabes que puedo ser muy persistente cuando me lo propongo y aún más contigo que me importas.
— Estás loco Ryan — zanjé —. Buenas noches — me despedí de inmediato y salí de su auto sabiendo que de verdad era un terco y muy persistente.
____****____
Los siguientes dos días en que Theo aun estaría de viaje pasaron y durante ese tiempo no recibí llamadas ni mensajes de texto de su parte; admitía que lo había extrañado mucho así fuese para discutir por tonterías o por su necesidad de controlarme y no haber tenido noticias de él hasta me había desesperado un poco. Cuando encendí mi móvil al día siguiente las notificaciones de sus llamadas y mensajes de texto de la noche anterior no paraban de llegar, estaba furioso, aun así, debía aprender a que mi vida no se controlaba o más bien no la controlaba nadie a parte de mí misma.
Me moría por hablarle, sin embargo, mi orgullo era más fuerte y terminó ganando. Aproveché a visitar a mis padres y a Kelly y me quedé con ellos esas dos noches algo que los hizo inmensamente feliz; hablamos de nuestras vidas y sueños y comíamos entre risas y bromas por parte de todos, aunque la pobre de mi hermana fue la más afectada por nuestras bromas debido a sus enamoramientos pasajeros. Mamá por su parte me cuestionó acerca de Ryan y todo porque lo vio muy atento conmigo el día de la gala, papá no paraba de hablar maravillas sobre él y Kelly con su gran bocota no pudo lograr morderse la lengua cuando sacó a Theo en la plática y cuestionó sobre quién sería el mejor galán para mí, a papá no le agradó esa idea, mamá evitó opinar y fue algo que me extrañó en sobremanera, aunque decidí ignorarlo por ese momento.
Luego de cenar y dar las buenas noches a mis padres me fui a mi antigua recamara seguida por Kelly que aun deseaba continuar charlando conmigo no importándole que me moría del sueño. Me platicó acerca de Evan dejándome pasmada al confesarme que estaba saliendo con él, la vi muy entusiasmada y rogué al cielo que esa vez esa emoción por un hombre no se le pasará tan rápido; en la charla que teníamos incluyó a Theo de nuevo y para ser sincera me incomodaba un poco hablar de él con ella y sobre todo después de ver la reacción de mis padres acerca de él,
— A mi sí me encanta Theo para ti Ann — confesó — independientemente de lo que mis padres piensen creo que él si lograría domarte — me reí irónica por lo último ya que no era un animal para ser domada y se lo hice saber.
— En primer lugar: no soy un animal para ser domada, segundo: Theo y yo solo somos buenos amigos — y muy buenos, pensé haciendo que una sonrisa se asomara a mis labios — tercero: me extraña mucho y me llena de dudas la reacción de papá.
— Creo que es por su pasado inquirió logrando que abriera demás mis ojos pues creí que no sabían nada del pasado de Theo — ¿Qué? ¿Tú no lo sabes? — preguntó al ver mi reacción y solo asentí — Yo lo supe hace muy poco — aseguró —, lo escuché por accidente en una plática entre papá y Simon.
— Fue muy duro — murmuré sincera —. Debe ser una situación muy dolorosa cuando amas de verdad.
— Y por eso me gusta más para ti — intuí que Kelly esa noche se había propuesto dejarme pasmada con sus comentarios —. Pienso que los dos se ayudarían a sanar mutuamente; si amó tanto a su esposa como para guardarle tanto respeto aun después de muerta, creo que la mujer que logré entrar de nuevo a su corazón será muy afortunada y tu Annabelle — me señaló con su perfecta manicura — necesitas a un hombre como él, que te enseñe a ver que no todos son iguales a los patanes que te han tocado, aunque a Ryan no lo considero tan malo.
— Decídete ¿No? Además, no necesito a nadie para que me sane y aunque consideres a Ryan no tan malo — señalé haciendo comillas con mis dedos —, no volvería con él. Desaprovechó su oportunidad y yo no doy segundas y lo sabes — agregué — y por favor Kelly, paremos ya esta conversación.
— Bien, cálmate pidió alzando sus manos.
No es que fuese una pesada al hablarle de esa manera a mi hermana, pero ella sabía bien que no me gustaba hablar de esas cosas y que pensaran que era tan débil como para necesitar que alguien me sanara.
(****)
Sin contar la conversación con Kelly una noche antes me la había pasado genial con mi familia, regresar a mi antiguo hogar era reconfortable en ocasiones, pero la vida continuaba y todo lo bueno tenía un final.
Pensando de esa manera me levanté para prepararme e ir al trabajo, luego de desayunar por última vez en familia nos despedimos y así me marché de casa de mis padres; en el camino hacia Be&Le me sentí ansiosa al pensar que por fin volvería a ver a Theo, aunque después de lo sucedido la noche pasada y la falta de sus llamadas y mensajes de texto no creía que emocionarme fuese inteligente.
Mi decepción fue grande, más de lo que esperaba al llegar a mi oficina y no encontrarme al gruñón de Theo, pasé todo el día ansiosa esperando su llegada, pero simplemente no sucedió. Tanta fue mi ansiedad por saber de él que no pude evitar preguntarle a Emily si sabía algo acerca de él con la excusa que necesitaba comentarle algo acerca de un documento, sin embargo, al igual que yo, ella tampoco sabía nada de él.
Mi día de trabajo llegó a su fin y Theo no apareció, aun así, mi orgullo no me permitió llamarle y saber de él. Me preparé para irme a mi departamento, salí de la oficina y me despedí de Nina y de algunos otros empleados que me encontré en mi camino hacia el estacionamiento; al llegar ahí mi corazón se aceleró a mil por hora y sin pensarlo detuve mi paso al ver a Adam en la misma camioneta de la otra noche. Sentí una vergüenza horrible al recordar que a lo mejor le ocasioné un buen problema con Theo por escaparme y no permitir que me llevara a casa, pero también me alegré mucho al ver que aún conservaba su trabajo.
— Señorita Bennett, buenas tardes — saludó con amabilidad como siempre.
— ¡Adam! ¿Cómo estás? — pregunté viendo a todos lados, buscando a Theo.
— Muy bien, gracias por preguntar. El señor Lee me ha enviado por usted — informó y mi corazón galopó como un caballo a punto de ganar una carrera.
— ¿Él ya volvió? — cuestioné con notable emoción.
— Sí y desea verla en su pent house — una sonrisa se asomó a mis labios, pero mordí mi labio inferior para evitarla. Adam se dio cuenta y me sonrió.
— Tengo mi coche así que te seguiré — le señalé mi auto para que lo viese.
— No se preocupe por eso, Josh se encargará de llevarlo si usted se lo permite — el susodicho apareció de pronto y ni siquiera supe de dónde —. Así usted se va conmigo, quiero asegurarme personalmente de llevarla a su destino — agregó haciéndome sonrojar y que la vergüenza regresara por los problemas que quizás le ocasioné.
— Está bien, toma — dije dándole las llaves a Josh y aceptando que él lo llevara. No deseaba contradecir nada esa tarde —. Y siento mucho lo de la otra noche — me disculpé con sinceridad hacia los dos — espero no haberles ocasionado problemas.
— De hecho, fue divertido — confesó Josh y se sonrieron entre ellos.
— No se preocupe señorita — agregó Adam —. Me habría decepcionado mucho si no hubiese actuado como en realidad es usted — lo último fue una declaración muy sincera de su parte y me halagó mucho.
El viaje hacia el pent house de Theo me resultó demasiado corto, mis nervios aumentaron y no podía evitar pensar en cómo me recibiría; si estaba aún enfadado o quería dar por terminada de una manera cortés nuestra amistad. La verdad no me iba a sorprender que quisiera hacerlo y pensar en eso me hizo sentir un poco triste.
Luego de llegar al estacionamiento y subir al ascensor, con disimulo acomodé mi ropa, curiosamente la falda entubada color crema que usaba comenzó a apretarme mucho, las manos me sudaban y sentía un poco de calor; quise regresarme al llegar frente a la puerta, pero no me caracterizaba por ser una cobarde así que acepté la invitación de Adam a entrar.
— El señor Lee la espera en su despacho — informó señalándolo.
— Gracias — murmuré y me encaminé hacia ahí.
Me detuve un momento frente a la puerta para tratar de calmar mi corazón; no me gustaba que se acelerara así solo por volver a verlo, no era correcto. Pasé mis manos por encima de la falda para limpiar un poco el sudor y respiré profundo, giré el pomo y poco a poco fui sacando la respiración mientras la puerta se abría.
Temía que hasta Theo lograra escuchar mi alocado corazón en esos momentos.
Él me sorprendió al estar sentado de media nalga sobre el escritorio frente a la puerta, con sus brazos cruzados y viendo hacia abajo; vestía un pantalón de casimir negro, su camisa blanca estaba remangada hasta los codos y medio desabotonada de la parte de arriba, su cabello estaba un poco desordenado y su barba a medio salir. Lucía impresionante, sexi e imponente; al verme llevó sus manos hacia cada lado de su cadera y agarró la orilla del escritorio. Solo fue su mirada la que subió hacia a mí y no era precisamente la mirada que siempre sabía darme. No. Sonrió de manera sexi y malvada y eso me hizo llegar al límite de mis nervios.
— Hola Theo — logré decir en saludo.
— Annabelle — respondió — ¿Me extrañaste? cuestionó con su voz ronca y satírica.
¡Mierda! Estaba molesto.
________________________________________
Propiedad de Jassy.
Obra registrada bajo derechos de autor.
Instagram: wattpad_jm
Twitter: @JassyBook
Grupo de Facebook: Jassy's Books (Lector@s)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top