Capítulo 7
Conduje hasta Rodeo Drive con mi cabeza atestada de ideas y pensamientos referente a todo lo que estaba pasando en mi vida; tenía que estar serena y concentrarme en mis negocios, sobre todo en mis estudios de AnBe Spa&Salon. Me sentí ansiosa cuando casi llegaba, tenía todas mis esperanzas puestas en ellos ya que era lo que realmente amaba hacer y no me gustaba descuidarme tanto de ellos.
Cuando entré al lugar, el aroma a coco y vainilla de algunos productos que se usaban ahí inundó mis fosas nasales y me hizo sentir casa; saludé a Sara, mi asistente ahí y vi la alegría que se formó en su rostro al verme.
— Creo que me has extrañado — inquirí divertida.
— ¡Oh si nena! Ni idea tienes de cuánto — suspiró profundamente y estaba segura de que no mentía al decir la falta que había hecho pues su trabajo había aumentado con mi ausencia —. Esta franquicia está subiendo como la espuma y hay demasiado trabajo y empresas que esperan por firmar un contrato para que trabajemos con ellos — informó sintiendo un profundo alivio solo con el simple hecho de hablar conmigo — por cierto, a la una de la tarde llegará la representante de Star Models y desea contratar nuestros servicios para un evento que se llevará a cabo en un mes. Qué bueno que estas aquí para que te hagas cargo — me reí luego de oírla, Sara no era una chica habladora, pero ese día se pasaba de su cuota diaria.
Como Sara dijo, hasta yo me sorprendía al darme cuenta de lo mucho que habíamos escalado en ese campo; mi trabajo me apasionaba y como lo dije antes, lo amaba y tenía muchos proyectos que deseaba llevar acabo pronto y expandir los estudios a otros estados era mi objetivo principal.
El tiempo pasó volando y después de ponerme al día con Sara en lo que concernía a AnBe almorzamos juntas y pude platicar un poco con ella sobre su vida; a parte de mi asistente era una muy buena amiga y me sentía feliz por ella al saber que estaba próxima a casarse.
Rato después estaba en mi oficina terminando de revisar unos contratos cuando Sara llegó para comunicarme que la representante de Star había llegado, le dije que la hiciera pasar y de inmediato lo hizo.
— Buenas tardes — saludó una mujer casi de mi edad al entrar a mi oficina. Deduje la razón de que fuera la representante de Star Models pues la mujer era muy hermosa de ojos claros y los cuales no podía distinguir si eran azules o grises; tenía labios gruesos, facciones muy finas, cabello negro, cuerpo delgado, pero con buenas curvas y de un metro sesenta más o menos de estatura. Estaba enfundada en un sencillo vestido color verde oliva y zapatos de tacón a juego; si hubiese sido hombre, creo que se me habría puesto dura porque de verdad esa mujer estaba de infarto.
— Buenas tardes, soy Annabelle Bennett la... — no logré terminar ya que ella me interrumpió.
— La dueña de la franquicia de belleza más famosa en California o del país — halagó y me sorprendí — Sí, sé quién eres y es un gusto conocerte al fin, me han hablado mucho de ti — eso me sorprendió más —, llámame Mad, Mad Davis — pidió dándome la mano como saludo.
— ¿Mad? — pregunté solo para asegurarme luego de que la invité a que se sentara.
— Sí, es la abreviación de mi nombre completo, digamos que es mi nombre de pila y me gusta ser llamada así — aclaró.
— Está bien y es un gusto Mad. Me sorprende que me conozcas y me intriga saber quién te ha hablado de mi — dije siendo directa.
— Soy de Londres, pero actualmente vivo en España y he viajado a California por trabajo — informó, no obstante, eso no me sacaba de dudas — Te sorprendería saber cuántos californianos residen en España y eres muy reconocida Annabelle. Mi cuñado ha hablado maravillas de ti.
— ¿Tu cuñado? — pregunté alzando una ceja aún más intrigada.
Odiaba cuando la gente nunca iba al grano.
— Sí, James Smith, el esposo de mi hermana — soltó al fin y sentí que palidecí al escuchar ese nombre después de tanto tiempo. No sabía de qué color pude haber tenido el rostro, si es que acaso tenía color porque ella lo notó — ¿Lo conoces? Porque él ha hablado mucho de ti.
¿Qué si lo conocía? ¡Joder! Le conocía hasta los lugares en donde no le pegaba el sol y no estaba segura de si ella sabía algo de la relación que tuve con ese hombre, aunque dudé de que él les hubiese comentado algo ya que era su cuñado e intuí que, a su hermana — la esposa de James —, no le agradaría que él anduviese hablando maravillas de su ex.
Pensé en que mi mundo estaba girando muy, muy rápido; días atrás mi amor imposible reapareció en mi vida, acepté una relación de amigos con derechos y sin compromisos con Theo y entonces James Chissler como el cabrón que era deseaba hacer su acto de presencia. Él, mi primer amor, intentaba volver a mi vida y lo único que me aliviaba era que al menos estaba casado y no se presentaría para joder mi vida o eso esperaba. Que hablara de mi me asustaba un poco y quería creer que había sido inteligente de obviar muchas cosas del por qué me conocía.
— Sí lo conozco — respondí al fin —. Es un viejo conocido y compañero de la universidad del que hace mucho no sabía nada.
— Ya veo — murmuró —. Él supo que venía hacia acá por cuestiones de mi trabajo y me recomendó que te buscara a ti para lo que tengo planeado; es un gran evento Annabelle y quiero tener a los mejores conmigo.
Luego de esa información que me había soltado y de muchos halagos hacia AnBe Spa&Salon me habló sobre el evento que se llevaría a cabo y el cual la había llevado hacia mí. Era un contrato muy jugoso para trabajar con los mejores modelos de Star y me sentí más a gusto cuando ya no inmiscuyó a James y por mi bien y salud mental decidí olvidarme de él.
Después de revisar bien el contrato con uno de mis abogados decidí aceptarlo, ultimamos algunos detalles y luego me despedí de Mad al finalizar nuestra reunión. Pasé el resto del día atendiendo a algunos clientes y logré olvidar todo el caos que se había querido formar en mi cabeza; pensé que nuevamente había tenido un día muy pesado y me alivié cuando la noche entró.
¿Qué me deparaba el mañana?
(****)
Después de salir del trabajo y llegar a mi coche, me encontré con quince llamadas perdidas de Theo y un mensaje de texto preguntando dónde me encontraba; me fatigó la insistencia con la que estuvo llamándome y más al ver también tenía tres llamadas perdidas de Darcy y dos de mamá.
Eso me pasaba por olvidar el móvil en mi coche.
Pero mi día estuvo muy ocupado y por eso me olvidé por completo de que no tenía el móvil conmigo y como la cereza del pastel, la carga se agotó y murió; me hice una nota mental de comprar un cargador para poder cargarlo en el coche y así no pasar por eso de nuevo. No era muy solicitada y por lo mismo no me preocupaba por eso, pero al parecer eso había cambiado.
Decidí ir a casa de mis padres y así saber que quería mamá, a Theo y Darcy los llamaría al llegar a casa. Mamá como siempre me recibió con todo ese amor que caracterizaba a las madres, preocupándose de si estaba comiendo bien porque me ve más flaca — favor que me hacía — o si estaba durmiendo ocho horas como era debido — si supiera —. Todo eso pensaba cada vez que le respondía que no tenía nada de qué preocuparse.
Pasé un rato muy ameno con ella como siempre, su amor infinito era como una carga de energía para mi vida; charlar con ella era reconfortante y más al ir acompañado con muestras de cariño como siempre lo sabía hacer. Me despedí de ella luego de un rato prometiéndole como lo hice con Kelly de salir a cenar pronto todos juntos, como en los viejos tiempos.
Llegué a casa y luego de tomar una ducha y poner mi móvil a cargar cené lo que Dory había preparado para mí, en ese lapso tuve tiempo para pensar todo lo que estaba pasando en mi vida y tomé la decisión de contárselo todo a Darcy; por algo era mi mejor amiga y sentí que ya era necesario que lo supiera todo. Le marqué luego de analizarlo bien y no tardó mucho en responder y al decirle que tenía muchas cosas que contarle cortó la llamada para ir a mi departamento y charlar en persona; en lo que tardaba en llegar le marqué a Theo y él también respondió de inmediato.
— ¿¡Dónde te habías metido Annabelle!? ¿¡Por qué no respondías mis llamadas!? — su tono era exigente y molesto. Me separé el móvil de la oreja y lo miré frunciendo el ceño, aunque él no me estuviese viendo.
¿¡Qué carajos!?
— ¿¡Perdón!? — espeté aun incrédula por su tono — Estaba trabajando Theo, te recuerdo que al igual que tú, yo también tengo mis propios negocios a los que debo darles mi atención, además ¿Por qué ese tono? — exigí saber un poco molesta.
— La señorita Hall me dijo que saliste con Ryan — informó refiriéndose al apellido de Nina y con voz más dura al referirse a Ryan — y pensé que habías pasado con él todo el día ¿Acaso su charla salió tan bien? — de nuevo usaba ese tono de enojo y con... ¿Celos? Sí, debía ser eso.
— ¿Theo, estás celoso? — cuestioné divertida — Porque eso me haces pensar ¡eh!
— Soy un hombre muy celoso Annabelle — aclaró — Y no me has respondido.
— ¡Theo! — advertí — Mi charla con Ryan salió como me lo esperaba y espero que haya entendido todo. Salí junto a él, pero no con él; tuve un día muy pesado en AnBe a parte de un nuevo contrato que firmé en el que por cierto incluí a Be&Le, pero eso te lo comento luego. Olvidé mi móvil en el coche y cuando llegué a él y chequé las llamadas y tu mensaje de texto la carga se agotó y murió; después fui a casa de mis padres ¿Contento? — solté y no lo dejé responder —. En todo caso, tú y yo solo somos amigos y tenemos un trato así que no tienes por qué ser celoso — aclaré.
— No tienes que recordarme que solo somos amigos — su tonito comenzaba a fastidiarme — y no olvido el trato, fui yo quien lo propuso así que no podría hacerlo.
— Entonces ¿Por qué la desconfianza? — pregunté.
— Confió en ti, no en él — ¡Puf! La típica respuesta — Además sé que aún tiene sentimientos hacia ti — explicó.
— Y si así fuera, yo por él no Theo; ni por él ni por nadie — le aclaré — además, aunque tú y yo solo seamos amigos conozco el respeto y sé en lo que he quedado contigo; la fidelidad, confianza y respeto funciona para ambos ¿Recuerdas?
— Claramente, lo siento hermosa — escuché sinceridad en su voz —. Es solo que después de probarte no soporto la idea de que nadie más lo haga, aunque solo seamos amigos; llámame egoísta si quieres, pero es la verdad. No quiero que otro te toque y disfrute de lo que yo ya tuve la dicha de disfrutar — su franqueza y posesividad me asustó, pero también me puso mucho todo lo que me había dicho.
— Yo también soy egoísta Theo confesé — solo yo quiero disfrutarte — escuché que sonrió al oírme y lo hice por inercia — ya no te enfades por pensamientos tontos — pedí.
— Te he extrañado mucho hermosa — musitó cambiando totalmente su humor.
— Y yo a ti Theo — acepté — no quisiera despedirme, pero Darcy está a punto de llegar.
— No te preocupes, yo aún tengo mucho trabajo por terminar — avisó y puse los ojos en blanco al ver la hora y que él aun estuviera trabajando —. Nos vemos luego — se despidió.
— No trabaje mucho señor gruñón — sugerí y rio por el sobrenombre — nos vemos luego.
La actitud que Theo tomaba a veces me llegaba a incomodar por momentos, lo entendía, sin embargo, pues yo sabía que a nadie le gustaba que le fueran infiel de ninguna manera, ni siquiera en la amistad porque en verdad hasta en la amistad había infidelidades o celos y más cuando las personas eran posesivas y tal vez ese era el caso de Theo, era una persona posesiva y controladora, aunque consideraba que muchas veces su forma de ser exageraba.
Diez minutos después de haber terminado de hablar con él, Darcy llegó y luego de un efusivo saludo y ponernos al día con lo que había pasado en nuestras vidas durante los días que no nos habíamos visto, contarle mi encuentro con Ryan y lo que hablamos esa mañana y la aparición de Mad Davis recomendada por James; tomé valor para contarle lo que sucedía con Theo.
— ... Y pues sucede que después de mi primer encuentro con Ryan salí muy afectada y más porque Theo me tocó luego de tanto tiempo negándose a hacerlo — comenté.
— ¡Si! Eso siempre me provocó mucha intriga — confesó hasta ese día — eso de que no te quisiera tocar.
— Pues a mí igual, pero luego de llegar a su pent house y contarle lo que había pasado con Ryan, él me habló de una parte de su vida y por qué no lo hacía.
Continué contándole todo lo que pasó ese día hasta que llegué al punto que había querido llegar desde el principio. Cuando mencioné que tuvimos sexo sus ojos casi se salen de sus orbitas y estuvo a punto de ahogarse con el jugo que bebía en ese momento; vi la emoción en sus ojos por haberme tirado como lo decía ella a ese adonis y se sorprendió más cuando le comenté lo de la propuesta de ser amigos con derecho y que la había aceptado.
— ¡Madre de Dios Ann! Me esperaba todo menos esto — exclamó con notable asombro.
— Lo sé Dars, a mí también me sorprende cuando lo pienso — declaré.
— ¿Y cómo te sientes con respecto a eso? Digo, las dos sabemos que te has negado al amor y después de Ryan solo tuviste ¿Qué? Dos relaciones de una semana — inquirió con más dramatismo del necesario y me reí.
— Y me sigo negando cariño; esto es solo un juego entre nosotros; yo no quiero saber nada de amor y él aun ama a su esposa medio muerta — puso sus ojos en blanco por lo que dije y quise aclarar que no lo entendiera mal — ¡Hey! No me mal entiendas, no me pongas esos ojos — pedí — no lo digo de manera fría e insensible o porque se me esté saliendo lo perra, sino porque su cuerpo no apareció y nadie confirmó que se haya calcinado; lo que de verdad agradezco porque sería muy cruel, pero tampoco la encontraron viva por mucho que hicieran, hasta su familia se dio por vencida.
— En eso tienes un punto, pero a ver Ann ¿En verdad no sientes nada por Theo?
— Me gusta... me encanta y nada más eso; esto es solo un juego entre nosotros — afirmé.
— Amiga, con respecto a eso solo decirte que hay amores que comienzan como un juego y terminan como una eterna realidad — señaló y blanqueé mis ojos por su tonta metáfora —. Solo te pido que, si con Theo llega el amor no te niegues a él — suplicó.
— Estás loca — me burlé — mejor cambiemos de tema y dime algo... ¿Aun sales con Tom? — pregunté y vi la emoción en sus ojos.
— ¡Anoche me pidió ser su novia y acepté! — soltó dando pequeños saltos y me puse muy feliz por ella. Intuí que al fin habían amarrado a esa fiera y más gusto no me pudo dar — Así que el mundo ha perdido a una de sus zorras — aseguró y me reí fuerte sus estupideces —; con él sí deseo llegar a ser la señora Davis en un futuro — aseguró.
Seguimos hablando mucho tiempo después de todas las confesiones y Darcy se quedó a dormir conmigo porque al día siguiente tendríamos día de chicas; iba a aprovechar para ir de compras y así mi amiga me ayudaba a escoger un vestido para la dichosa gala a la que tendría que asistir con Ryan.
Hablar con tu mejor amiga siempre te ayudaba mucho, era bueno tener a alguien que te entendiera y pensara casi como tú; amigas como Darcy eran únicas, era de esas que te veían llorar y no te preguntan ¿Por qué? Si no ¿A quién había que matar? Con las que, en lugar de detenerte de hacer una locura, te acompañaban para hacerla, amigas incondicionales, amigas psicópatas o suicidas que mataban o morían por ti y ella era de ese tipo y por eso la amaba inmensamente.
Ella estaba para mí y yo estaba para ella siempre.
____****____
El sábado pasó muy rápido, pasamos todo el día de compras con Darcy y nos seguimos poniendo al corriente con todo; me ayudó a escoger un hermoso vestido negro con escote de corazón y mangas cortas que bajaban a los hombros dejándolos descubiertos; largo, pero con una abertura del lado derecho que llegaba hasta poco más arriba de la mitad del muslo y unos hermosos zapatos plateados de punta y tacón de diez centímetros para combinarlos con los accesorios. No era de mi agrado ir a la gala y más acompañada con Ryan, pero tampoco deseaba ir mal vestida.
Dejé colgado el vestido fuera del closet y me metí a la ducha, esa noche saldríamos con Tom y Theo por unas copas y a bailar, aunque antes de aceptar le hice prometer a Darcy que no mencionaría nada de lo que sucedía entre Theo y yo y aunque lo prometió no me fiaba, ya que muchas veces podía ser una tremenda imprudente.
Luego de la ducha me puse un vestido rosado con estampado en colores verdes, rojos y café, escote de corazón y sin mangas que me llegaba dos centímetros arriba de las rodillas, los zapatos color verde oscuro y mi cabello completamente lacio, maquillaje ligero y estaba lista para la noche.
Darcy y Tom pasaron por mí, Theo se nos uniría en el club; esa vez los chicos escogieron un club más exclusivo e iniciamos la noche sin Theo ya que nunca aparecía. No es que estuviese desesperada por verlo, pero me preguntaba qué era lo que lo había atrasado tanto. Después de dos margaritas y soportar como Darcy y Tom casi se tragaban, un chico se acercó y me invitó a bailar, acepto de inmediato; todo con tal de dejar de ver como mi amiga casi se tragaba a Tom.
Nos metimos a la pista y comenzamos a bailar la buena música que sonaba al máximo de volumen; él chico era muy guapo y por su acento imaginé que no era de los alrededores, vestía unos simples jeans negros y una camisa blanca sin ninguna decoración, vi que sus brazos estaban tatuados y eso era algo que me gustaba y mucho. Siempre me habían llamado la atención los hombres con aires de malo, pero solo en apariencia; su mandíbula era cuadrada, cejas perfectas que enmarcaban unos bellos ojos azules y de nariz medio fina muy linda, labios gruesos y cuerpo muy trabajado y musculoso y aparte de todo ese paquete sabía bailar muy bien. Su cabello estaba peinado hacia un lado y de la parte del frente era más largo que el demás y se le veía muy bien; era un hombre hermoso a la vista de cualquier mujer, pero nunca como Theo y de cierta manera me enfureció pensar así porque no tenía porque comparar a ningún hombre con Theo.
— ¿Cómo te llamas? — preguntó acercándose a mí para que lo pudiera escuchar por encima de la fuerte música.
— Annabelle ¿Y tú?
— Aren, es un gusto conocerte Annabelle y gracias por aceptar bailar conmigo.
— El gusto es mío y no agradezcas, igual me salvaste — confesé muy cerca de su oído.
Aren resultó ser aparte de guapo, muy encantador. Pasamos un buen rato bailando y ya que Theo no aparecía decidí aceptar su invitación de ir a su mesa, conocer a sus amigos y tomar unos tragos. Como lo dije antes su acento no era del país y pude saber que tanto él como otro de sus amigos eran británicos y estaban en California por trabajo.
Estar con ellos me resultó muy interesante y despabilador.
— ¿Te gustaría ir a un lugar más tranquilo? — propuso Aren muy cerca de mí, su invitación me tomó desprevenida y si no hubiese tenido algo con Theo, encantada habría aceptado.
No era una chiquilla y por experiencia sabía que esa invitación incluía más que la tranquilidad para charlar y viniendo de un tipo como él cualquiera aceptaría; su tono de voz era ronco y erótico como una invitación a algo más.
— Me encantaría, pero no puedo — respondí y vi la decepción en sus ojos.
— ¿Tienes novio?
— No — dije de inmediato —. Es algo complicado — añadí no sabiendo explicar bien lo que pasaba en mi vida.
— Ya veo, estas en una relación sin compromisos — dedujo él con facilidad y sonreí un poco apenada.
— Sí, lo está — confirmó alguien a mis espaldas y reconocí de inmediato esa voz.
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