"Izuku Midoriya/Deku es el tipo de novio que..."
-En el día de su cumpleaños...

-¡Felicidades, Izuku!- exclamaste alegre, mientras le dabas un abrazo sorpresa por la espalda. Sentiste como su cuerpo se ponía rígido. Giró a mirarte algo sorprendido y extremadamente sonrojado.
-¿Mm?
+A-Ah, e-esto...e-eh, e-em t-tu...- tartamudeó mientras sus manos temblaban un poco pero optó por mirar a otro lado, aún con sus mejillas al rojo vivo.+Gra-Gracias... (T/n)-chan...- tu le miraste algo confundida y levantaste suavemente su barbilla para poder mirarle adecuadamente. Pero eso parece que le incomodó incluso más.
-¿Hay algo mal?- cuestionaste con voz algo preocupada y el peliverde agitó sus manos frente a ti.
+¡N-No! ¡Para nada...!- se sonrojó ampliamente y se rascó la nuca mientras volvía a mirar a otra parte.+Es sólo... Que me sorprendió que te acordaras...
-¡Tú siempre recuerdas el mío!- sonreíste mientras sacabas un par de rosas blancas, pintadas artística y artificialmente de un verde agua muy bonito, de tu espalda. -Así que el tuyo es uno de los pocos que intento recordar siempre.
+¿D-De verdad? No tenías que tomártelo tan e-en serio...no es nada demasiado importante ni nada.- rió nerviosamente mientras agarraba las rosas de forma suave, colocando sus manos sobre las tuyas.+No te preocupes por ello, (T/n)-chan...hehe de verdad.-te sonrió algo tímido.
-Pues para mí es probablemente el día más importante del año, junto con mi cumpleaños.- te sinceraste con una leve sonrisa. Le miraste a los ojos y después enterraste tu cabeza en el hueco de su cuello.-Gracias a ese día, mi vida ahora es mejor de lo que nunca imaginé. He tenido la suerte de que estés conmigo aquí y ahora.- le dijiste con una amplia sonrisa y mucho cariño. Notaste como comenzaba a temblar. No podías verlo pero el rostro de Izuku era un poema: sonrojado hasta las orejas, con sus ojos muy abiertos y al borde de las lágrimas, mientras una suave sonrisa se deslizaba por sus temblorosos labios.
+Me alegro mucho de que hayas nacido, Izuku.-le achuchaste por el cuello con delicadeza y pronto sentiste como te correspondía, aferrándose a tu cintura mientras se sorbía la nariz.
+Yo también me alegro de que tu hayas nacido... -dijo con una voz rota mientras lloraba con el corazón en un puño, rompiéndote el corazón en mil pedacitos.

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