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Eran las 12:16 cuando despertó y lo vio.
Bajo la molesta luz de los faroles de la ciudad que se colaba por la ventana que se encontraba abierta aun a esas horas. Delineo con sus pensamientos cada uno de sus rasgos, aquellos cabellos blancos y pelirrojos que caían sobre su rostro de forma descuidada, su expresión tan tranquila, sus fuertes brazos que lo abrazaban en aquella estrecha cama impidiendo que se alejara... como si tuviera miedo de perderlo.
Homura se veía diferente sin sus gafas, ese pensamiento apareció en su mente mientras una de sus manos viajaba al rostro del usuario de Soulburner. Aun recordaba la primera vez que vio a Homura Takeru en la vida real, Ryoken-sama le había pedido que le entregará algo a Soulburner en la vida real mientras él conversaba con Playmaker. Nunca se negaría a lo que el líder de los caballeros de Hanoi pidiera. Pero, tal vez, debió negarse a aquello.
Incluso su encuentro fue extraño, se había topado con Homura cuando subía las escaleras hacia el departamento de este y el de cabellos bicolor bajaba seguramente con dirección a Café Nagi.
De no ser porque el usuario de Soulburner lo había sujetado por la cintura tal vez se hubiera caído por las escaleras. Se miraron uno al otro a los ojos con un fuerte sonrojo en sus mejillas, Homura Takeru le sujetaba con fuerza para que no cayera y él había quedado hipnotizado por los ojos de un azul ligeramente violeta del chico que lo sujetaba.
A penas pudo recuperar la cordura después que Homura se disculpara para presentarse y decirle los asuntos que tenía con él, a penas pudo entregar el programa y ayudar al torpe amigo de Playmaker a instalarlo porque sus manos temblaban al tener al usuario de Soulburner tan cerca, a penas soportaba el tacto recurrente que surgía entre ellos o la respiración de Soulburner a su lado...
Aun recordaba que eran las 3:15 de la tarde cuando, de regreso a su propio departamento deseo nunca volver a encontrarse con Homura Takeru. Pero el destino había sido tan hijo de puta con él que Ryoken-sama le volvió a pedir que se encontrará con Soulburner varias veces para entregarle diferentes programas o información de vital importancia en persona.
Primero fueron aquellos roces intencionales pero discretos por parte de ambos mientras él trataba de instalar el programa, luego fueron aquellas salidas para conversar con la excusa de ambos de buscar un lugar tranquilo para que nadie sospechara y los pequeños regalos como flores o accesorios hechos a mano que se presentaban a si mismos como regalos de agradecimiento por parte del de cabellos bicolor, Homura lo invitaba a tomar un helado que no negaba o a tomar algo en una cafetería para conversar no solo de lo mandado sino también de lo necesario y más allá de risas por parte de ambos junto a halagos, muchas veces se quedo más tiempo en el apartamento del usuario de Soulburner con la excusa de ayudarlo en alguna asignatura que no entendiera, incluso una vez acepto acompañarlo al cine.
Esa tarde fue el día en que ocurrió aquello... su primer beso.
Aun recordaba que era el minuto 62:15 de la película cuando se miraron a los ojos, sus rostros de acercaron lentamente hasta terminar tocando los labios del otro, ignorando el lugar en el que se encontraban y el sonido de la película que se reproducía frente a ellos, se veían a los ojos con un notorio sonrojo en sus rostros y una agradable calidez en sus pechos que llegaba a ser dolorosa.
Fue en ese momento que un doloroso "me gustas" escapo de los labios de Homura Takeru y un culposo "y usted a mi" escapo de los labios de Spectre. Ambos se volvieron a besar al mismo tiempo que sentían el cálido y doloroso sentimiento de su amor prohibido volver a invadir sus pechos. Ese había sido el inicio.
Sonrió para si mismo mientras miraba la hora, eran la 1:07 de la madrugada cuando decidió acurrucarse más entre los brazos de su pareja por el frío de la madrugada, paso sus dedos por las marcas que se encontraban en la espalda de Homura y por aquella que se encontraba en el hombro del mismo, volvía a sentir escalofríos en todo su cuerpo al recordar la primera vez que aquellas paredes fueron testigos de su amor, de la primera vez que se entregó a aquel dulce idiota.
Eran las 9:35 de una lluviosa noche de viernes cuando, bajo la excusa de no entender unos problemas de física, Spectre sé había quedado hasta tarde explicándole, claro que aquella excusa de no entender unos simples problemas se hizo más larga cuando ambos decidieron preparar algo para cenar y terminaron llenos de fideos de miso y riendo en medio del desastre que era la cocina abrazados en el suelo tomando la decisión de pedir una pizza y seguir estudiando.
Fue un "quédate a dormir" y un "acepto" lo que los llevo a estar juntos esa lluviosa noche.
Comenzaron por inocentes caricias y cortos besos que los llevaron a desear más del otro. Sus ojos se llenaron de lágrimas al sentir los labios de Soulburner recorriendo su cuello, un escalofrío recorrer su cuerpo cuando sus ropas terminaron en el suelo y sintió las cálidas manos de Homura tocando cada parte de su cuerpo susurrando "hermoso" mientras creaba un camino de pequeñas marcas rojizas dd besos, no pudo reprimir los vergonzosos gemidos de placer mezclado con dolor y culpa cuando sus cuerpos se unieron por primera vez.
Las lágrimas bañaban su rostro, los susurros de Homura con un suave "te amo" después de una explosión de placer fue lo que lo hizo destrozaste en ese momento, fue cuando un suave "también te amo" escapo de sus labios que se dio cuenta que traicionaba a sus aliados. Recordaba como se había abrazado a Homura Takeru mientras lloraba de la felicidad y la culpa, recordaba la sensación que había tenido al verse débil y vulnerable entre los brazos de quien amaba a la vez que la conexión entre sus cuerpos desaparecía y un espeso liquido viscoso corría por sus piernas.
El sábado a las 8:15 dd la mañana no sabia que hacer, no podía ver a Ryoken-sama a la cara después de haberse entregado de esa forma a Homura Takeru, su enemigo.
Las palabras de Gerome esa mañana en su reunión matutinas sobre cómo iban a traicionar a Playmaker y Soulburner cuando ya no lo soy necesitaran solo lograron que se sintiera aun más culpable. Todos le vieron preocupados cuando la tetera que tenía en manos termino en el suelo rota en pedazos y todo el líquido derramado en el suelo, la voz de Ryoken preguntándole si estaba bien fueron suficientes para excusarse y salir de aquel lugar.
Sabia que no debía seguir con aquel juego.
Trato de convencerse que no amaba a Homura, que aquellas palabras de amor habían sido una mentira, trato de convencerse que podía dejar a Homura... que podía convencerlo que... todo había sido una farsa.
Cuando llego el día en el que debían traicionar al equipo de Playmaker recordaba que eran las 7:26 de la tarde cuando su corazón se rompió ante la mirada llena de decepción de Soulburner.
En el mundo virtual de alejó junto a sus compañeros fingiendo una sonrisa, en el mundo real corrió bajo la lluvia hacia el departamento de Homura Takeru y se detuvo antes de tocar la puerta, temblando... llorando... reprimido un grito de dolor en su pecho vio como su amado abrazaba a Fujiki Yusaku al otro lado de la calle mientras se besaban.
¿Acaso él si había sido solo un juego? ¿Tan fácil había sido reemplazarlo?
- ¿Satoshi?
La voz de Homura susurrando su nombre en medio de la oscuridad de las 2:22 le saco de sus pensamientos, beso la mejilla de su amado para que se tranquilizara, para que supiera que aun estaba ahí. La tranquila sonrisa de Homura y como lo abrazaba con fuerza enredando sus piernas y arrullandolo con aquella calidez natural de Homura.
- Aquí estoy, amor - susurro abrazando a Homura - vuelve a dormir.
- Soñé que te ibas...
- Nunca...
Esas palabras le hicieron recordar como a las 4:15 de la mañana un martes decidió irse. Alejarse tanto de los caballeros de Hanoi como de Homura Takeru al menos por un tiempo, se encontraba sentado en aquel tren que lo llevaría lejos, fuera de la ciudad. Había pedido a Ryoken-sama un tiempo para si mismo después de toda la batalla, Ryoken lo había permitido no son antes preguntar un "¿estas bien?" aunque la respuesta fue solo un "perfectamente" acompañado de unas lágrimas traicioneras.
Nadie sabía a donde iba. No le había dicho a nadie sobre ese viaje.
Cuando vio a Homura Takeru sentarse frente a él en ese tren se sorprendió demasiado, quiso ponerse de pie y correr pero Homura lo detuvo sujetandolo del brazo y llevándolo al baño a la fuerza. Acorralado entre el estrecho espacio del baño y el cuerpo de Homura Takeru fue cuando el usuario de Soulburner lo enfrento. Le preguntó sobre la traición, sobre si todo lo que habían vivido era solo una mentira, sobre los besos, las caricias, los te amo que habían sido una mentira.
- ¡Porque yo también fui un juego para usted!
Takeru le vio sorprendido, no necesito que le explicara nada cuando supo que se refería al beso que había compartido con Yusaku aquella noche. Lo admitió, admitió que había besado a Yusaku por sentirse traicionado, que había compartido un beso con su mejor amigo porque ambos se sentían traicionados, usados, por las personas que amaban. Pero que aquel beso había sido tan amargo que esa mañana tanto Yusaku como él habían ido a buscar a las personas que amaban para enfrentarlos... le contó como, al no encontrarlo en su departamento y escuchar a una vecina mencionar algo sobre un viaje, utilizo todos sus recursos para encontrarlo. Porque necesitaba respuestas, porque no quería que él se fuera sin antes darle una respuesta.
Entre lágrimas y hambrientos besos se volvieron a entregar en aquel lugar, realizaron aquel el acto de amor que tanto dolía para ambos. Al final, aquel viaje que había hecho para curar su corazón roto termino convirtiéndose en unas vacaciones en pareja que ambos disfrutaron, en un lugar donde nadie los conocían podían demostrar su amor sin sentirse culpables, sin sentir que traicionaban a nadie.
Habían regresado de ese viaje hace una semana. Al regresar de enteraron no solo que Playmaker, Yusaku Fujiki, estaba saliendo con Revolver, Kogami Ryoken, desde incluso antes de aquella tregua. Ambos se sonrojaron cuando Kusanagi Shoichi y Taki Kyoko les dijeron que no había necesidad de seguir ocultando su relación, que aquel juego de amigos y enemigos había tenido un final y que, a pesar de sus esfuerzos, no habían sido tan discretos como habían querido.
Todo había terminado bien.
No se lo diría a su Takeru, sabia que aquel hermoso "final" podía arruinarse en cualquier momento, Ryoken-sama aun estaba decidido en destruir a los Ignis y Fujiki no cambiaría su parecer sobre los Ignis, él aún era fiel a Ryoken-sama por sobre cualquier cosa. Pero, hasta que ese día llegara, disfrutaría de cada momento cuan pequeño sea junto a la persona que ama.
Porque el amor de Homura Takeru lo ha hecho sentirse más vivo que nunca.
- Te amo - escucho el susurro de Homura mientras le veía aun adormecido y acariciaba sus cabellos.
Eran las 3:21 de la mañana cuando correspondió en susurros un "te amo" y beso los labios de aquel idiota con quien, sin darse cuenta, ya llevaba más de un año siendo pareja.
Eran las 3:25 cuando cerro los ojos dejando que el calor natural de Homura Takeru le relajara y volvió a dormir entre los brazos de quien amaba... disfrutaría cada hora, cada minuto, cada segundo que el destino le dejara estar junto a ese idiota.
Fin
Bueno... Anoche por cosas de la vida se fue la luz donde vivo y se me ocurrió este pequeño fic de mi pareja favorita. ❤ Espero que les haya gustado, feliz fin de año a todos :3
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