🌙•O2

🌙

Un rayo atravesó el cielo y un estruendo resonó, mientras que el corazon de Hoseok se había detenido por un milisegundo cuando escuchó el nombre que salió de los labios de su hijo. Hasta la piel se le erizó, y fue cuestión de segundos para sentir una extraña sensación recorrer su cuerpo y su corazón comenzó a latir rápidamente.

Observó a su hijo con ojos enormes y con una mirada incrédula al mismo tiempo. El niño simplemente ladeó la cabeza confundido ante el mudismo de su padre.

—¿Papá?

Ahí fue donde Hoseok parpadeó un par de veces, sintiendo los nervios comenzar a aparecer. Tragó.

—¿Kim Taehyung? ¿Estás seguro, Jiho?—el niño asintió y Hoseok tembló recibiendo el celular entre sus manos. —Dios mío, respondió… Pero, ¿Será él realmente? —murmuró para sí mismo viendo la notificación.

El pequeño se paró frente a su padre observándole con cierta curiosidad, sobre todo al notarlo tan nervioso.

Sin más, tomó valor y con el corazón latiendo a mil por hora, abrió los mensajes deseando de todo corazón que si fuera él y no alguien respondiéndole que a Taehyung ya no le pertenecía ese número.

¿Hola…?

¿Eres tú?

¿De verdad eres tú, Hobi?

Por un momento pensó que alguien más tenía ese número pero… nadie más le respondería así. Ninguna persona le decía Hobi… solo él.

Hoseok simplemente mordió sus labios tratando de contener sus ganas de llorar, sobre todo al tener a su hijo frente a él. Al parecer Taehyung nunca había borrado su número de contacto.

"Sí, Jung Hoseok"

En el momento en que respondió el mensaje, una llamada entró a su teléfono. Era Taehyung, le estaba llamando… inmediatamente se convirtió en aquel jovencito que era en ese entonces, sintiendo los nervios florecer… sentía que el corazón se le iba a salir.

¿Debería responder? ¿Debería?

Y sin darle más vueltas al asunto, presionó la tecla y respondió.

—¿Ho-Hola?

¿Hoseok? —la voz tras la línea… era tal cual la recordaba, solo que ahora con ese toque más maduro. Pero escuchar como lo nombraba fue demasiado para su corazón. —¿De verdad eres tú… Hoseok?

—Sí… —carraspeó. —Hola, Taehyung…

No puedo creerlo… —había susurrado para sí mismo al reconocer su voz, aún así Hoseok alcanzó a escucharlo. —¿Estás…? ¿Estás en Seúl?

Hizo un sonido afirmativo. —Lo estoy.

¿Podemos vernos?

Una sensación de nervios apareció en el cuerpo de Hoseok.

—¿Vernos? Y-yo, uh… —se tropezó con sus palabras. ¿Cómo era posible que siguiera poniéndose nervioso como en aquellos años? Dios mío, ni siquiera parecía un adulto.

¿Eso… es un no?

—¡No! —alzó la voz de repente muy nervioso sobresaltando a Taehyung tras la línea y a su hijo quien aún le observaba y escuchaba curioso. —Quiero decir, que sí podemos… podemos vernos. —carraspeó tratando de recomponer su postura. —¿Te parece bien mañana a las cuatro en-?

No. —Taehyung le interrumpió. —Quiero verte, ahora mismo.

—¿Qué? ¿Ahora? —dirigió su vista al reloj analógico que colgaba de la pared, percatandose de que faltaban veinte minutos para las tres. —Van a ser las tres de la mañana, y está lloviendo…

No importa, de verdad quiero verte… necesito verte… —murmuró alargando un suspiro. —¿Nos vemos…? ¿Nos vemos en el parque de siempre?

Hoseok lo pensó unos momentos, para entonces relamer sus labios y asentir.

—Estaré ahí en quince minutos.

De acuerdo.

La línea se quedó en silencio por unos segundos… ninguno se atrevía a colgar.

—Taehyung…

Iré a cambiarme. —dijo rápidamente tragándose el nudo en la garganta. —Te esperaré ahí, como siempre lo he hecho.

Esa fue una puñalada directo a su corazón.

—Yo-

Beep beep beep. La llamada había sido finalizada. 

Dejó salir un bajito suspiro doliéndose por ese "como siempre lo he hecho". Tenía que verlo, tenía que disculparse por todo el tiempo que lo había hecho esperar, tenía que explicarle por qué no había ido a buscarlo durante todo este tiempo.

Se quedó viendo la pantalla unos segundos, para luego bajar su celular al regazo y así encontrarse con la mirada curiosa de su hijo quien al parecer se había mantenido muy atento a toda la llamada. 

—Jiho…

—Papá, ¿Estás bien? —preguntó siendo cauteloso. —Estabas nervioso cuando contestaste pero… ahora te ves triste, ¿Irás a ver a esa persona ahora?

Hoseok se quedó en silencio unos segundos, sopesando si debía decirle la verdad a su hijo o hablarlo con él otro día con más calma. Aún así, a pesar de las experiencias pasadas con sus padres y el repudio que sintieron por el, tenía miedo de contar esa bella pero triste historia con la persona que fue su primer y único amor.

¿Y si Jiho lo rechazaba también?

Jiho era un niño bueno, él mismo lo había educado sin prejuicios. Jiho no era como sus padres.

—Hijo… —se acuclilló frente a él con algo de melancolía en la mirada. Suspiró. —Sí, iré a verlo porque necesito hablar unas cosas con él… —relamió sus labios y miró atentamente ese par de ojos tan parecidos a los suyos. Debía decirle. —Jiho… hay algo importante que quiero decirte, es algo que sucedió en mi vida hace mucho tiempo… algo muy personal y tan valioso que no lo he hablado con nadie… verás, Taehyung-

—Taehyung era tu novio —dijo sorprendiendo a su padre. Jiho notó la sorpresa en los ojos contrarios. —, él te gustaba mucho, ¿Verdad?

—Tu… —estaba atónito. —Hijo, ¿cómo…? ¿cómo sabes eso? ¿quién te lo dijo?

El niño observó a su padre por un par de segundos, notando cómo le temblaba la mirada.

—Uhh… un día estaba jugando con mi coche de control remoto por toda la casa —comenzó. —, lo llevé por todos lados, entré a tu vestidor y sin querer se metió donde estaban tus abrigos, me metí para sacarlo pero me encontré con una caja de zapatos abierta con unas cosas regadas, así que la saqué para ordenarla… y ahí me encontré con fotos tuyas con el mismo chico que está de fondo en ese celular —señaló. —, también había cosas muy bonitas escritas atrás de ellas y en todas estaba tu nombre y el nombre de la persona que te acaba de llamar: Taehyung.

—Jiho, yo-

—Decía que lo amabas, y él también te amaba, se veían muy felices en las fotos… te veías muy feliz con él papá. ¿Se separaron? ¿Así como tú y mamá? ¿Ya no se querían?

Hoseok estaba sin palabras. La forma en la que su hijo hablaba le había dejado mudo… pues Jiho solamente veía el amor que había entre él y Taehyung, no le tomaba importancia que su padre había estado enamorado de alguien de su mismo sexo.

—¿Papá? —se preocupó cuando lo vio bajar la cabeza.

—Hijo… —relamió sus labios para alzar su cristalizada mirada. —Yo, de verdad lo amaba… aún lo hago.

—¿Entonces por qué no están juntos?

Una pequeña sonrisa melancólica apareció en sus labios.

—Sucedieron cosas… tuvimos que separarnos por un tiempo, pero siempre nos quisimos. —suspiró frotando sus ojos. —Jiho, ¿no te parece extraño que yo… me haya enamorado de alguien como yo? ¿Un hombre?

Jiho ladeó la cabeza confundido por la pregunta.

—No papá, ¿Por qué sería extraño? Lo querías mucho, eso no es extraño, tú siempre me has dicho que las personas se enamoran de personas y que el amor es lo más bonito que hay y que no debemos tener prejuicios.

Sonrió rodeando el cuerpo de su hijo en un cálido abrazo. Se sentía tan feliz y tan orgulloso… y tan aliviado.

—Ve a verlo, papá. —Jiho le tomó por los hombros y le sonrió enormemente. —Yo quiero que seas feliz.

🌙

Iba conduciendo por las solitarias calles de Seúl con una ligera lluvia cayendo en su parabrisas. Afortunadamente la lluvia se había calmado lo suficiente para poder conducir en calma… a pesar de que sus pensamientos estaban llenos de Taehyung por obvias razones, se sentía más tranquilo porque después de tantos años, finalmente podría verlo.

Se había vestido lo más relajado que pudo con un abrigo blanco y negro a cuadros y su cabello solamente lo peinó con sus dedos dejándolo caer en su frente dándole un aspecto juvenil, esperaba no verse tan mal. Tenía treinta y siete, pero muchos le decían que seguía viéndose de veintiocho.

Presionó sus nudillos en el volante cuando alcanzó a ver el conocido parque. Se estacionó en un lugar cercano, frente a aquella cafetería que estaba cruzando la calle… esa cafetería a la que invitó a Taehyung esa tarde lluviosa en la que lo conoció.

"—Y bien, ¿Me contarás qué es lo que te tenía llorando? De verdad me preocupaste mucho.

Pero Taehyung no respondió, estaba con la mirada baja mordiendo su esponjoso muffin. Tenía la nariz enrojecida, al igual que alrededor de los ojos demostrando lo mucho que había llorado. El cabello aún húmedo caía por su frente… ya llevaba la mitad de su chocolate caliente que le había mitigado el frío en su cuerpo, aún así hipaba bajito sollozando por lo que sea que le tenía tan triste.

—¿Kim Taehyung?

El nombrado alzó sus tristes e hinchados ojos.

—¿Por qué llorabas? —preguntó tranquilo. — ¿Alguien te hizo algo?

Negó.

—¿Entonces? —de verdad le intrigaba, ya que la manera en la que lloraba era en serio muy lamentable.

Taehyung buscó en su mochila para entonces sacar su celular y buscar algo en el. Las lágrimas volvieron a cubrir sus ojos cuando encontró lo que parecía buscar, para entonces colocar el teléfono en la mesa dejando ver la fotografía de un lindo perro de pelaje blanco y esponjoso

—Falleció anoche… —murmuró bajito con la voz quebrada. —, se llamaba Kumo que significa nube en japonés, porque ella parecía una nube y… —las lágrimas comenzaron a bajar de nueva cuenta. —, fue mi primer mascota, mis padres me la dieron en mi cumpleaños número siete, fue mi compañera por muchos años… y ahora ya no está.

Comenzó a llorar de nuevo con las manos cubriendo su rostro.

Hoseok se sintió mal, pero al mismo tiempo en apuros porque las personas en las otras mesas volteaban a verlos, sobre todo a él porque parecía que había hecho llorar a Taehyung.

—Tranquilo… —le decía dándole palmaditas en el hombro. —, entiendo que estés muy triste, era tu mejor amiga ¿no es así? y fue alguien muy importante en tu vida, está bien que llores… Lo siento mucho.

Taehyung lloró por un par de minutos más hasta que su llanto se calmó y solo hipaba bajito bebiendo su taza de chocolate caliente.

—¿De verdad está bien que llore así? —había preguntado con cierta vergüenza. —¿No parezco un tonto? ¿O ridículo?

—Claro que no. —le sonrió sacudiéndole los húmedos cabellos. —No está mal expresar tu sentir, nunca debes ocultar cómo te sientes porque las emociones que no expresamos se quedan en nuestro cuerpo en forma de enfermedades… o bueno, algo así leí hace un tiempo.

Los ojitos de Taehyung brillaron para luego cubrirse nuevamente en lágrimas.

—Es que… es que llegué muy triste a la escuela y le conté a mi novio lo que pasó y él… él se molestó porque comencé a llorar y se burló de mí diciendo que parecía un tonto y que… y que estaba haciendo el ridículo y que era muy molesto… —sollozó frotando sus ojos con fuerza. —Yo me enojé con él y lo terminé… —abultó sus labios con más lágrimas bajando por sus mejillas. —Ahora me quedé sin mi mascota y sin novio…

Hoseok parpadeó un par de veces.

—Pues… hiciste lo correcto al terminar con él, porque nadie debe de burlarse por como sea que te sientas, ni tampoco deben hacerte sentir más mal cuando ya la estás pasando muy mal… nunca debes de permitir que te hagan eso porque alguien que dice quererte jamás te haría sentir de esa manera, en su lugar te brindaría su consuelo y apoyo, o simplemente te haría compañía y te escucharía sin juzgarte… si todos comprendieran eso el mundo sería un lugar mejor.

Las lágrimas no habían parado de bajar al estar escuchando las bonitas palabras de ese amable chico, que sus mejillas se habían terminado ruborizando tenuemente.

—Gracias, nunca nadie me había dicho algo tan bonito. —suspiró limpiando su rostro con su antebrazo. —Por cierto, también eres la primera persona que no se asusta cuando digo que tengo novio… o bueno tenía. —hizo una mueca.

—Oh, eso… —negó con una pequeña sonrisa. —De hecho no es algo común de escuchar por aquí pero, tampoco es que sea algo malo, no tengo prejuicios, desde hace unos años comprendí que las personas pueden amar a quien quieran sin importar su sexo. —encogió sus hombros. —Amor es amor.

—Lo es… —dijo con las mejillas rojitas. No lo iba a admitir en voz alta pero desde ese momento Hoseok hizo que aparecieran mariposas en su barriga. —Entonces, ¿Tú…?

—Oh, ¿Que si también soy gay? —se rió bajito y negó dándole un sorbo a su café. —No lo soy, pero como te dije, respeto los gustos de cada quien.

—Ah… —desvió la mirada jugueteando con sus dedos bajo la mesa. Entonces no podría decirle que empezaba a sentir cositas por él. —¿Y si algún chico… confesara que le gustas? ¿Qué harías?

—Pues… —se quedó pensando unos segundos. —Me sentiría halagado y le agradecería por fijarse en mí, pero lo rechazaría cortésmente.

—Ya veo… eres muy amable Jung Hoseok. —sonrió. —La mayoría de los chicos en nuestra escuela son unos cabezas huecas, es lindo conocer a alguien como tú.

Negó despacio con una sonrisa. 

—Gracias… Oye ¿Y en qué grado vas?

—En segundo.

—Oh vaya, entonces eres un año menor que yo, con razón no me había tocado verte.

—¿Eres de último año? —Hoseok asintió. —Entonces, ¿Crees que… uh podamos ser amigos? Me siento muy cómodo contigo.

—Claro que sí, Taehyung. —le sonrió dulcemente. —Seamos amigos…"

Hoseok esbozó una sonrisa nostálgica al recordar esa bonita y primera charla que había tenido con Taehyung, de verdad jamás la olvidaría.

—Y pensar que yo fui quien se confesó primero… volteaste mi mundo. —suspiró apagando el auto y alcanzando su paraguas. —Jamás me arrepentiré de haberme enamorado de ti, Taehyung.

Era el momento.

Salió de su auto cubriéndose con el paraguas ya que seguía cayendo una suave llovizna. Cerró la puerta escuchando como se ponían los seguros automáticamente para entonces avanzar a pasos trémulos hacia el parque.

Presionaba el mango de su paraguas conforme avanzaba… no podía creer lo que estaba haciendo a las tres de la mañana, pero sobre todo no podía creer que estaba por reencontrarse con su primer amor.

No obstante, detuvo sus pasos cuando a unos metros alcanzó a ver a una persona con su paraguas de lado y con el rostro en dirección al cielo manteniendo los ojos cerrados y disfrutando de la suave lluvia caer en su piel.

Definitivamente era Taehyung.

De repente el corazón se le agitó, las manos le sudaron y la piel se le erizó. Los nervios se apoderaron de él en un santiamén, no podía creer que Taehyung seguía provocando todo eso en él a pesar de los años.

En ese momento se sintió como aquel jovencito nervioso viendo llegar a su novio en su primera cita.

Tan aterradoramente feliz.

Por lo que se tomó unos segundos para admirarlo… de lejos.

Lucía tan tranquilo, disfrutando de las gotas caer en su rostro… era más alto, y portaba un largo abrigo marrón claro… sus cabellos castaños se veían un poco alborotados y ligeramente húmedos… era él. Era Taehyung y seguía viéndose tal como lo recordaba, no podía creer que estaba a solo un par de metros de él y que a pesar de la simple iluminación de las lámparas, podía ver qué seguía siendo ese Taehyung que tuvo que dejar hace años.

Avanzó unos pasos haciendo sonar sus pisadas logrando llamar la atención de él, quien abrió sus ojos y rápidamente miró hacia su dirección.

Sus ojos se encontraron.

El sonido de la lluvia acompañando ese momento, mientras esos viejos amantes se miraban en silencio sin poder creer que finalmente se habían reencontrado.

Taehyung dio un par de pasitos para luego retroceder uno trémulamente. Mordió sus labios y parpadeó múltiples veces tomando el mango de su paraguas con fuerza al sentir como su corazón comenzaba a latir como loco… quería llorar.

Por otra parte Hoseok estaba igual, ninguno se animaba a acercarse al otro primero.

Un suspiro trémulo salió de los labios del castaño al mismo tiempo en el que comenzó a avanzar a pasos pequeños… Hoseok hizo lo mismo, paso a paso…

Se detuvieron.

Se hallaban frente a frente… tan cerca que sus paraguas chocaron.

Pero no podían despegar sus miradas… fue entonces que luego de unos eternos segundos viéndose, sonrieron.

—Eres tú… 

La voz de Taehyung salió en un hilo, observando cada centímetro del rostro ajeno. Notando cómo seguía luciendo casi igual pero al mismo tiempo esos rasgos habían madurado tan bien.

No podían creer que finalmente estaban cara a cara.

—Hola, Kim Taehyung… —apenas murmuró. Relamió sus labios con nervios. —Ha pasado un tiempo…

—Años… —dijo en un murmullo estudiando cada centímetro del rostro contrario percatandose de unas tenues ojeras. —¿Tampoco podías dormir?

Negó despacio.

—He de admitir que… jamás puedo conciliar el sueño durante las noches lluviosas como estas.

—Me pasa exactamente lo mismo, porque la lluvia me recuerda a cierta persona…

Entonces Hoseok sintió ganas de llorar. ¿Eso quiere decir que ambos pasaban por lo mismo cada vez que llovía? ¿Pensaban en el uno y el otro?

Los dos comprendieron que cada noche de insomnio debido a la lluvia, se recordaban mutuamente. Mientras todos dormían, ellos recordaban el pasado al mismo tiempo…

Hoseok desvió la mirada, pero Taehyung continuó viéndole en silencio notando cómo mordía su labio inferior. Aún seguía teniendo la misma costumbre…

Sintió su cuerpo temblar cuando un par de dedos se colocaron en su mejilla para mover su rostro y así conectar sus miradas de nueva cuenta. Taehyung le observó con melancolía, notando el dolor en esos ojos que tanto había extrañado.

Fue entonces que no lo soportó más y lo abrazó.

Hoseok se tensó por completo por unos segundos, pero entonces una mano que acarició la parte trasera de su cabeza le hizo relajarse al mismo tiempo en el que los ojos se le cubrían de lágrimas. Terminó por soltar el paraguas para aferrarse al cuerpo ajeno con fuerza, y así hundir su rostro en el hueco entre el cuello y hombro, mientras que Taehyung recargó su frente en el hombro ajeno… fue entonces que los bajos sollozos por parte de ambos se hicieron presentes.

Ahí bajo la suave lluvia, en medio de ese parque… un par de figuras se aferraban la una a la otra, tal como la última vez que se vieron.

Justamente en el mismo lugar en el que se conocieron y el mismo lugar en el que se despidieron… ellos estaban teniendo su reencuentro después de tantos años.

—El tiempo no ha sido amable contigo, ¿Verdad?

Hoseok negó con un nudo en la garganta, sintiendo como las lágrimas escapaban.

Definitivamente el tiempo no había sido amable, no, todo en su vida se había vuelto tan jodidamente monótono, gris, estresante, triste… lo único bueno en su vida era Jiho.

Si, estudió. Estudió mucho, se graduó de la universidad con honores, se casó y entró a trabajar a la empresa de su padre después de forjarse tantos años y ahora era dueño de ella. Había hecho todo y cada una de las cosas que sus padres le pidieron que hiciera desde que lo obligaron a separarse de Taehyung. Ellos le repetían que si se graduaba, trabajaba, se casaba y formaba su propia familia sería feliz y olvidaría ese ridículo capricho de enamorarse de un hombre… pero vaya que estaban equivocados porque hizo todo eso y jamás fue feliz… jamás pudo olvidarlo.

Le repitieron tantas veces que si hacía todo eso tendría una vida perfecta. Porque así es como se supone que un buen hombre debía vivir.

“Esa es la vida soñada” que falacia.

Bueno… quizás para muchos otros si sea la vida soñada, pero eso no aplicaba en él.

Durante todos estos años se había vuelto alguien enfocado en el trabajo, alguien tan gris que no demostraba muchas emociones de por medio. Con los únicos que se mostraba más cálido era con Yuma y su amado hijo Jiho; porque si, amaba a su hijo, lo amaba demasiado, era su hijo por supuesto y jamás le negaría el cariño que sus padres le negaron a él desde aquel día.

Para Hoseok, Jiho siempre fue esa luz que lo mantuvo de pie todos estos años.

Se esforzó y se esforzaba en ser un buen padre, y estaba tranquilo al saber que lo estaba haciendo bien porque Jiho siempre se lo hacía saber. Su hijo le tenía una enorme confianza, y cada vez que algo le inquietaba en vez de ocultarlo, se lo contaba para tratar de buscar una solución, de buscar algún consejo o de buscar consuelo.

La relación con sus padres era así… o al menos eso creía, pues nunca sintió la confianza de hablar con ellos sobre lo que tenía con Taehyung, hasta que lo descubrieron por sí mismos y lo tomaron de la peor manera. Cómo habría deseado poder hablar durante su juventud con sus padres o al menos con su madre sobre esos nuevos sentimientos que Taehyung había despertado en él.

Cómo habría deseado que aceptaran su relación.

Por eso se había aferrado a sus recuerdos durante todos estos años. A todos esos recuerdos preciosos que había vivido con el que fue su primer amor… pero entonces aparecía la lluvia y le traía a su memoria los momentos más trágicos de su relación.

—Perdóname… —murmuró.

Taehyung no dijo nada.

—Perdóname por no buscarte durante todo este tiempo, perdóname por dejarte esperando por tantos años…

Los brazos de Hoseok se aferraron más a él y Taehyung no pudo evitar derramar lágrimas silenciosas.

—Perdóname por no cumplir ninguna de mis promesas… —sollozó. —Lamento tanto ser un completo cobarde…

—Hoseok…

—No te culpo si no llegas a perdonarme. —dijo dejando salir un suspiro tembloroso. —Fueron tantos años los que me desaparecí-

—Hoseok. —le interrumpió para separarse y tomarlo de los hombros. Quiso soltarse a llorar al notar el gran dolor y tristeza que ese rostro expresaba. —¿Todo este tiempo… estuviste torturándote con todo esto?

Asintió bajando la mirada.

—Fui un… —se interrumpió a sí mismo y corrigió. —Soy… un imbécil que nunca se atrevió a darte la cara, pero que al mismo tiempo jamás dejó de extrañarte…

Las lágrimas bajaban por las mejillas de Taehyung al escucharlo hablar de esa manera.

—Siempre he recordado los buenos momentos que vivimos juntos, pero… —mordió su labio inferior. —La manera en la que te traté ese día me sigue torturando… también la manera en la que tuve que marcharme, esos momentos siguen muy frescos en mi memoria porque tú… tú no merecías nada de eso.

Los dos se quedaron en silencio, solo escuchando al viento mover los árboles… pero entonces un estruendo resonó por todo el cielo y la lluvia retomó fuerza.

—Ay mierda… —se sobresaltó por el trueno y porque la lluvia se había vuelto más fuerte por lo que se separó y recogió su paraguas.

—Sigues teniéndole miedo a los truenos y relámpagos. —comentó con una pequeña sonrisa también recogiendo su paraguas del suelo.

—Aún lo recuerdas. —dijo encogiéndose un poquito al escuchar otro trueno.

—No puedo olvidar nada si se trata de ti. —Taehyung se ruborizó al escuchar eso y Hoseok carraspeó. —Dejé… dejé mi auto por allá. —señaló. —Podemos seguir charlando ahí adentro si no te molesta…

Taehyung miró hacia donde había señalado y se quedó pensando unos segundos. Se giró a ver a Hoseok quien le observaba esperando una respuesta, así que le sujetó su mano tomándolo por sorpresa y así llevarlo consigo en esa dirección. Hoseok no dijo nada, solamente se dejó llevar… pero se confundió aún más cuando llegaron al auto y Tae no se detuvo a pesar de decirle que ese era, pero terminaron cruzando la calle hasta detenerse frente al café de aquella vez.

Sobre todo se sorprendió cuando vio a Taehyung abrir la puerta y lo invitó a pasar.

—Ahora soy dueño… —murmuró con una pequeña sonrisa tímida al notar el cuestionamiento en su rostro. —Bienvenido a Kumo.

Taehyung encendió las luces, y se encontró con Hoseok observando a su alrededor con curiosidad.

—Kumo… —murmuró. —, era el nombre de tu mascota, ¿No es así?

Asintió con una pequeña sonrisa.

—Veo que también te acuerdas de eso…

—¿Cómo podría olvidarlo? —esbozó una pequeña sonrisa al percatarse de que el logotipo del café era la cara de un perrito. —Te hablé por primera vez porque te encontré llorando por su pérdida.

Volvió a asentir. —Si, como olvidar ese día… —suspiró rememorando ese momento por unos segundos. —Ponte cómodo, ¿Quieres algo de beber? Puedo preparar lo que quieras del menú.

—Oh… —se colocó frente al mostrador observando el menú escrito lindamente en una gran pizarra. —Vaya, hay tantas cosas… —se quedó leyendo unos segundos. —Te aceptaré un té de pasiflora con miel, Yuma se enfadaría si pesco un resfriado.

—¿Yuma? —se sorprendió. —¿Hablas de la misma Yuma?

Asintió. —La misma que conociste, vive conmigo y me ayuda en casa. —esbozó una pequeña sonrisa al darse cuenta de que Taehyung la recordaba. —Ella fue quien me crió, es como si fuera mi verdadera madre… —suspiró. —Cuando regresé a Corea ella no dudó en irse conmigo, me ayudó tanto…

—Me da mucho gusto saber eso. —le dijo girándose para preparar el té. —Solo hablé con ella una vez pero me cayó muy bien.

—Es maravillosa. —se quedó en silencio unos segundos. —¿Puedo cambiar mi orden?

—¿Eh? —detuvo sus movimientos para voltear a verlo.

—Creo que me apetece… un chocolate caliente.

Las mejillas de Taehyung se ruborizaron al comprender el por qué del pedido.

—¿Con malvaviscos? —preguntó bajito. —¿Crema batida?

—Solo el chocolate, por favor… —Tae asintió girándose en su lugar. —¿Puedo tener un muffin también?

Y Taehyung sintió sus ojos cristalizarse.

—Un muffin será…

🌙

Con el agua entre sus manos mojó su rostro un par de veces tratando de refrescar su mente por unos segundos. Cerró la llave del lavamanos, para entonces mirarse frente al espejo, notando esas manchas oscuras bajo su rostro… vaya, ni siquiera se había percatado de ellas durante todo este tiempo, porque ni siquiera se tomaba tiempo para sí mismo.

Estaba enfocado en su hijo y en su trabajo, nada más. Y sus pensamientos le pertenecían a Taehyung.

Se tomó unos segundos observando su reflejo en el espejo, mientras trataba de buscar las palabras adecuadas para explicarle a Taehyung las razones por las cuales no se atrevió a volver a buscarlo.

Estaba preocupado por su reacción cuando le dijera que se había casado y que tenía un hijo.

No le importaba lo que dijera de su matrimonio, después de todo ya estaba divorciado, pero por más que amara a Taehyung no permitiría ningún comentario negativo hacia Jiho.

Sobre todo porque antes de salir, la pequeña charla que tuvo con él fue bastante sanadora y agradable al saber que su hijo lo aceptaba tal y como era y que en ningún momento lo juzgó. Jiho se alegró de ver a su padre feliz en esas fotografías, además de que le hizo saber que de ser posible, también le gustaría conocer a Taehyung, la persona que había hecho sonreír a su padre.

Jiho era un niño maravilloso.

Cuando salió del baño después de refrescar un poco su mente, se encontró a Taehyung sentado en una de las mesas que estaban al lado del ventanal. Miraba hacia afuera con una mano recargada en su mejilla… en silencio, luciendo tan pensativo como él.

—He vuelto.

Dijo sacándolo de sus pensamientos y sentándose frente a él.

—Oh… —Tae le miró por un par de segundos para luego esbozar una pequeña sonrisa. —Es… lindo escucharte decir eso.

Hoseok se quedó en silencio entendiendo el significado detrás. Relamió sus labios sintiéndose mal para entonces fijar su mirada en las tazas humeantes sobre la mesa y el par de muffins en un plato.

La lluvia seguía cayendo a cántaros allá fuera… ninguno decía nada… nuevamente se estaba creando ese ambiente de tensión… ese ambiente que les decía que era hora de hablar.

—¿Por qué tardaste tanto en volver?

Hoseok se tensó ante la pregunta formulada que sabía que en cualquier momento tenía que llegar.

—No te estoy reclamando… creo. —murmuró esto último. —Solo me gustaría saber qué fue de ti durante todo este tiempo.

—Puedes reclamarme, no te preocupes. —le dijo tomando la cálida taza entre sus manos. —Después de todo yo fui quien se desapareció del radar y no dio ninguna señal por años, cuando te había prometido que volvería.

Taehyung atrapó su labio inferior entre sus dientes.

—Yo… nunca perdí la esperanza de que regresarías. —comentó bajito enviándole a Hoseok un golpe directo al corazón. —Cambié de celular varias veces pero siempre mantuve mi número, por si llegabas a llamarme, ya que cuando yo lo hacía nunca entraba porque estaba apagado, supuse que tus padres te lo habían quitado antes de enviarte a Estados Unidos.

—Lo hicieron. —le hizo saber que tenía razón. —Cuando regresé me encontré con mi habitación llena de cajas, todas mis cosas habían sido guardadas, y dentro de ellas estaba mi celular, volví a reactivar el número pero no tuve el valor de llamarte.

—¿Por qué?

—Taehyung… —suspiró y alzó la mirada dispuesto a verlo a los ojos. —Regresé aquí seis años después de marcharme…

—¿Seis años? Entonces… ¿Por qué no…? ¿Por qué…?

—No me atreví a buscarte porque… —suspiró otra vez. —Me casé… mi padre me obligó a casarme con la hija de uno de sus socios.

Taehyung se quedó sin habla.

—Ya veo… —sin darse cuenta los ojos se le habían cristalizado. —, pasó tanto tiempo que pensé que algo así podría haber pasado, pero no creí que había sido un matrimonio arreglado… —mordió sus labios. —Pensé que quizás con el tiempo te habías enamorado de una linda mujer y se habían casado, pero por amor, no por obligación…

Negó en silencio.

—Creí que ya habías hecho tu vida allá, y veo que no me equivoqué…

—No fui feliz, Taehyung. —le aclaró rápidamente. —Ni siquiera la conocía, ese matrimonio fue un dolor de cabeza. —pasó una mano por su cabello. —Por eso fue que le di punto final, me divorcié de ella hace dos años.

—¿En serio?

—Nunca nos amamos, solo estábamos juntos por el bien de las acciones de las empresas de nuestras familias.

No lo quiso admitir en voz alta, pero su corazón se sintió tan aliviado de escuchar eso.

—Tú fuiste la primera y última persona de quién me enamoré.

Taehyung abrió sus ojos en grande sintiendo como las lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas. Pues para él, Hoseok también había sido la última persona de la que se había enamorado ya que desde entonces no había conseguido enamorarse de alguien más.

Durante todos estos años había tenido pequeñas aventuras, no lo iba a negar, la mayoría fueron de una sola noche, nada serio. Pero desde el día que lo vio marcharse, no volvió a formalizar nada con nadie porque tenía la esperanza de que Hoseok regresaría algún día.

Pero escuchar a Hoseok confesarle eso, fue demasiado para su corazón que se había sentido abandonado durante todo este tiempo.

Un puchero adornó los labios de Taehyung al mismo tiempo en el que los ojos se le cubrían de lágrimas, de verdad no quería ponerse a llorar pero al escuchar esas palabras no pudo contenerse más.

Hoseok se sintió en apuros cuando vio a Taehyung cubrirse el rostro con las manos comenzando a soltar sollozos. Así que inmediatamente salió de su lugar y se sentó a su lado abrazándolo por los hombros, provocando que el llanto de Taehyung aumentara aún más. Tae se giró haciéndose lo más pequeño que pudo para hundir su rostro en el cuello contrario sin dejar de soltar lágrimas.

—Perdón, no quería hacerte llorar. —decía frotando la espalda vibrante. Suspiró dejando un besito en los castaños cabellos para después recargar su mejilla ahí mismo. —Pero lo que dije es verdad… nunca nadie volvió a agitar mi corazón de la misma manera en la que tú lo hiciste, nadie me hizo sentir todo lo que tú me hiciste sentir… y ahora reafirmo que eres el único capaz de mover mi corazón porque desde que recibí tus mensajes no ha dejado de latir como loco, me puse muy nervioso… estoy nervioso, pero al mismo tiempo muy feliz porque finalmente estoy aquí contigo… después de tantos años te juro que me siento completo.

Taehyung salió sollozante de su escondite para mirar a Hoseok cara a cara, quien esbozó una pequeña sonrisa al verle los ojos y las mejillas cubiertas de lágrimas.

—Nunca olvidé lo nuestro, Taehyung… —murmuró pasando su pulgar por las lágrimas ajenas intentando limpiarlas. —Fuiste lo más bonito de mi juventud… tanto que ahora con treinta y siete años no he sido capaz de dejar de amarte.

Los ojos de Tae le miraban atentamente sin dejar de derramar lágrimas.

—Yo tampoco pude olvidarte, Hoseok —confesó en un hilo de voz. —Intenté hacerlo pero no lo logré… a pesar de todo el tiempo que ha pasado yo también te sigo amando Hoseok, mi corazón tampoco te olvidó… —llevó ambas manos al rostro contrario. —Y estoy tan feliz de volver a verte… de sentirte y saber que esto no es un sueño.

—Perdóname por tardar tanto tiempo en regresar a ti… —susurró sin dejar de verlo a los ojos, con sus rostros muy cerca.

—Si te digo que te perdono, ¿Me besarías ahora mismo? —preguntó en voz muy bajita acariciándole el rostro.

Hoseok solamente relamió sus labios sintiendo el calor subir a su rostro para después asentir tímidamente sacándole una muy baja risita a Taehyung.

—Te perdono, Hobi. —susurró.

Hoseok sintió sus ojos cristalizarse muy conmovido, pero fue entonces que los dos se mantuvieron en silencio ante la expectativa, acercando sus rostros lentamente con sus respiraciones y alientos chocando entre sí… ambos desviaron sus miradas a los labios del otro… lo deseaban tanto que fue cuestión de segundos cuando sus labios se unieron.

Fue ahí que todo finalmente tuvo sentido.

Los músculos de sus cuerpos se relajaron, mientras que sus latidos aumentaban de velocidad rápidamente, enviando una agradable corriente eléctrica a cada centímetro de su anatomía acompañado de una enorme calidez que los envolvió en esa burbuja de paz que tanto amaban resguardarse en sus días de juventud.

Paz, eso era exactamente lo que estaban sintiendo. Algo que no habían logrado conseguir a lo largo de estos años, finalmente lo habían recuperado juntos.

La mano derecha de Hoseok viajó a la parte trasera de la cabeza de Taehyung acariciando sus suaves hebras mientras que con la otra le sostenía gentilmente el mentón. Kim sintió un agradable cosquilleo que acunó con más ternura ambas mejillas contrarias, sin dejar de besarse de una manera tan lenta y dulce, y a la vez un poco torpe…

Los movimientos de labios de Hoseok eran dulces, pero como tal, Taehyung los sentía un poco tímidos con ese toque torpe que le recordaba a sus primeros besos. Pero la calidez que esos belfos en forma de corazón le estaban brindando en ese justo momento, era la misma que tanto había extrañado, siempre tan dulce, tan tranquilo, tan delicado… tan amoroso.

La falta de oxígeno los hizo separarse para respirar con profundidad y así tomarse la oportunidad de verse a los ojos una vez más. Ambos con los labios húmedos y mejillas rojas, se miraron fijamente sin poder creer lo que estaba sucediendo.

—Te extrañé tanto, Taehyung… —había susurrado con la voz rota.

Sin evitarlo, los ojos de Taehyung se cubrieron de lágrimas.

—Y yo te extrañé a ti, Hobi… —dijo de la misma manera, acariciándole el rostro con tanto cariño. La primera lágrima bajó. —Te extrañé muchísimo.

Y unieron sus labios una vez más, derramando lágrimas de felicidad y melancolía. Expresando a través de ese beso cuánto se habían extrañado… Cada movimiento estaba cargado de sentimientos tan sinceros y puros que no deseaban separarse jamás…

🌙

—Así que apenas me gradué de la preparatoria, salí de la casa de mis padres. —contaba. —Conseguí ahorrar bastante dinero de mis tres empleos para rentar un apartamento por unos cuantos meses.

—Tres empleos… —repitió en voz baja. —¿Cuando descansabas? Debió haber sido muy duro.

—Solo dormía cuatro horas diarias. —sonrió con melancolía sintiendo las caricias en su brazo derecho. —A las cinco de la mañana iba a mi primer empleo que consistía en barrer las calles, a las siete entraba a clases, a la una era hora de mi segundo empleo aquí como mesero, terminaba a las seis y media, entonces me iba corriendo a mi tercer empleo porque entraba a las siete, era en una barbacoa, también era mesero pero ahí era más duro que aquí en la cafetería, las mesas se llenaban y tenía que estar atendiendolos y sirviendoles constantemente, así que toda la noche iba de un lado a otro, mi hora de salida era a las once, pero nos hacían limpiar todo y sacar la basura antes de irnos, así que llegaba a casa hasta media noche, donde apenas entraba me metía a bañar, luego hacía mis tareas y me iba a dormir muy cansado pasada la una de la mañana, entonces sonaba mi alarma y todo se volvía a repetir. —soltó una baja risita. —Recuerdo esos días y sigo sin creer como fui capaz de soportar todo eso por más de un año…

—Es de admirar tu fortaleza, trabajaste muy duro. —le besó la cabeza abrazándolo más contra sí. —Pero no tenías que pasar por algo así, yo debí estar a tu lado, apoyándote y cuidándote… 

—Pero si quería irme de casa no me quedaba de otra, ya no me atrevía a pedirle dinero a mis padres porque nuestra relación cambió mucho desde el día que hablé con ellos… —suspiró. —, al menos me apoyaron en los gastos de mi último año escolar.

—Pero ya no fuiste a la universidad.

Negó.

—No podía pagarla, era mucho el dinero que necesitaba. —suspiró una vez más. —Y mis padres ya no me quisieron apoyar  por salirme de casa… pero yo ya no podía vivir ahí, Hoseok, era asfixiante, sus miradas frías, apenas cruzábamos palabra, no lo soporté, se volvieron unos completos extraños. Por eso apenas tuve la oportunidad huí de ahí.

Después de un rato, Hoseok le había pedido a Taehyung que le hablara sobre él y todo lo que había vivido desde que se marchó. Pero Hoseok no pensó que había sido tan duro.

—Pero tranquilo, solo ese año fue el más complicado, después de que me gradué, me tomé un respiro y solo conservé el empleo en esta cafetería.

Explicó que se había hecho muy buen amigo de Lee Haneul, la dueña de la cafetería, ella era una mujer mayor pero muy amable. Siempre lo trató muy bien, sobre todo cuando Taehyung tuvo que contarle todas las dificultades que pasó al haber hablado sobre su orientación sexual con sus padres… Tae le contó de su deseo de salir de esa casa y que por eso estaba trabajando muy duro. Con el pasar de los años, se podría decir que Taehyung se convirtió en la mano derecha de esa mujer, ambos trabajando en conjunto en esa cafetería que consiguió aún más popularidad por los cambios que Tae había hecho, sobre todo porque muchos estudiantes iban porque el joven que atendía era muy guapo.

Pero al igual que como pasaban los años, la salud de ella fue deteriorando hasta que hace un año la mujer fue a dar al hospital y tristemente falleció. Al parecer ella se lo presentía, pues días antes le había dicho a Taehyung que dejaba la cafetería en sus manos. Haneul al no tener familia alguna ya que nunca se casó ni tuvo hijos, consideró a Taehyung como su hijo, por eso le dejó con mucho cariño el trabajo que había cosechado durante toda su vida.

—Estoy tan agradecido con ella…

—Vaya… de verdad me gustaría haberla conocido para agradecerle por haber cuidado de ti todo este tiempo.

—Haneul sabía de ti. —dijo con una pequeña sonrisa. —Le hablé sobre lo nuestro y las razones por las que tuviste que irte… ella también esperaba tu regreso.

—Tardé demasiado… —la culpa aparecía de nuevo.

—Tranquilo, lo importante es que regresaste —le sujetó ambas mejillas para así mirarse a los ojos. Sonrió. —, estoy seguro de que ella está muy feliz… tanto como lo estoy yo.

Hoseok miró alternativamente con ternura al par de dulces ojos frente a él que le miraban con tanto cariño… aún seguía sintiendo que no merecía la nobleza de Taehyung.

Sin pensarlo, se atrevió a robarle un besito que tomó a Taehyung por sorpresa. Hoseok se avergonzó, así que nuevamente lo abrazó y hundió su rostro en el cálido hueco entre cuello y hombro. Tae simplemente sonrió con un lindo rubor en sus mejillas para entonces acariciarle la nuca con cariño.

Hoseok seguía siendo el mismo.

—¿Sabías que amaba tus besos inesperados y verte avergonzado después de hacerlo? —le comentó con una baja risita. —Me hace feliz que vuelvas a hacerlo…

Jung no dijo nada, no podía creer que se estaba comportando como un completo adolescente a su edad… pero es que ellos fueron separados durante esa etapa en sus vidas, es obvio querer recuperar esos momentos.

Pero aún había algo más de que hablar, algo que definiría si volverían a empezar: hablar sobre su hijo.

Respiró profundamente.

—Taehyung…

—¿Sí? —aún seguía sintiendo mariposas en su barriga cada vez que lo escuchaba nombrarlo.

—Hay otro tema importante que necesito hablar contigo.

Taehyung lo vio reincorporarse en su lugar sintiendo una extraña presión en su pecho.

—¿Importante? —no pudo evitar temblar cuando Hoseok sujetó su mano. Tragó. —¿Tienes que irte de nuevo?

—No, no. —negó de inmediato al notar el tono trémulo en sus palabras y el temor en sus ojos. Dios, lo había lastimado tanto. —No volveré a irme, tranquilo… —lo sintió relajarse. —, de hecho… si me lo permites y si estás de acuerdo, me gustaría volver a estar a tu lado y recuperar todo el tiempo que perdimos.

El rostro entero de Taehyung se sonrojó.

—Ya no quiero volver a separarme de ti, Taehyung.

—Hoseok… —mordió su labio inferior aguantando las ganas de llorar. —Yo tampoco quiero separarme de ti, no lo soportaría. —presionó el agarre en sus manos. —Pero… ¿Y tus padres? ¿Qué dirán si me ven de nuevo contigo?

—Taehyung. —el nombrado le miró a los ojos al notar la seriedad en su tono de voz. —Tengo treinta y siete años, soy un adulto, ellos ya no controlan más mi vida.

Presionó sus labios en una firme línea sintiendo como sus ojos comenzaban a aguarse.

—Mi padre me heredó la empresa cuando regresé aquí, así que desde entonces solo hablo con él cuando se trata de trabajo… —suspiró. —, me distancié de ambos, ni siquiera me llaman cuando cumplo años. —se rió amargamente. —Ellos ya no tienen ningún derecho de opinar sobre mis decisiones, así que no me importa si se llegan a enterar de lo nuestro, ya no pueden obligarme a separarme de ti.

—¿Estás…? ¿Estás seguro? —a este grado ya se hallaba derramando lágrimas.

—Completamente. —dijo con seguridad. —Taehyung, estoy dispuesto a hacer lo que sea para recuperar tu confianza y tú amor… estoy dispuesto a hacer lo que sea… para recuperarte.

Taehyung negó despacio dejando las lágrimas fluir.

—Nunca me perdiste, Hoseok. —sollozó mirándole a los ojos. —Te lo dije, nunca dejé de amarte.

A Hoseok se le hizo un nudo en la garganta..

—Solo… tengo que admitir que mi confianza sí ha flaqueado un poco.

—No te culpo… —murmuró limpiando las lágrimas que bajaban por sus mejillas. —Fueron tantos los años que-

—Pero si me demuestras —le interrumpió. —, que puedo volver a confiar en ti…

—¡Lo haré! —dijo rápidamente. —Te lo prometo yo-

Un dedo en sus labios detuvo sus palabras.

Tae negó despacio.

—No quiero volver a vivir a base de promesas, Hobi… —dijo en un murmullo. —, porque cuando rompes una promesa, también rompes un corazón… y yo creo que nuestros corazones ya han sufrido bastante, ¿No lo crees? 

Hoseok se quedó en silencio.

—No quiero que llevemos esa carga de nuevo, las promesas son peligrosas, así que mejor… demuéstramelo con hechos, ¿Si?

Asintió. —Está bien… —soltó un bajito suspiro sintiendo como la culpa aparecía de nueva cuenta. —Perdóname, de verdad quería cumplir cada una de ellas.

—Lo sé, Hobi, lo sé mejor que nadie… éramos jóvenes, estaba fuera de nuestras manos… estaba fuera de tus manos. —le besó dulcemente el dorso. —Sé que hacías tus promesas con toda sinceridad, y muchas de ellas no sabes cuánto aliviaron mi corazón cuando me las decías… pero todas esas promesas se despedazaron frente a mis ojos cuando te vi marcharte, y no quiero que te sientas culpable, porque no fue tu culpa que todo esto pasara.

Aún así, quería haber podido ser capaz de cumplirlas todas con tal de que Taehyung no sufriera más.

—Me esforzaré para que tú confianza en mi vuelva… te lo demostraré con hechos, ya lo verás. —le besó la mejilla con ternura, escuchando una baja risita.

—Eso quiere decir que… ¿Estamos juntos de nuevo?

—Bueno, déjame pedírtelo apropiadamente… —le sujetó una vez más las manos. Sus mejillas se ruborizaron y su corazón comenzó a latir como loco. —Kim Taehyung, ¿Me permitirías ser tu novio de nuevo?

Rápidamente comenzó a asentir, sintiendo las lágrimas bajar rápidamente por sus mejillas, esbozando una sonrisa, la más enorme y genuina que no había tenido en años.

—Esperé tanto tiempo por esto… —murmuró con la voz quebrada. —Sí, Hoseok, ¡sí!

Y se lanzó una vez más a su brazos, sellando sus labios en un profundo beso, llenando sus corazones de auténtica felicidad.

¿Al fin podrían ser felices juntos?

La respuesta era un rotundo sí.

.
.
.
.

¡he aquí el segundo capítulo! espero les esté gustando~ el próximo será el último 💜💜💜💜

—Sony🌙

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top