🌙•O1
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Las ocho en punto y ya se encontraba en la entrada de su empresa esperando a que el valet parking llegara con su auto. No obstante el sonido de una sombrilla abriéndose y luego cubriéndole le hizo desviar ligeramente la mirada al hombre uniformado que estaba a su lado.
—Se avecina una tormenta, Señor Jung.
Lo recién escuchado le hizo detener el teclear en su celular y así mirar en dirección al cielo nocturno que se encontraba cubierto de nubes grises. Soltó un bajo resoplido cuando gracias al viento logró percibir el tenue aroma a petricor en el ambiente, producto de la lluvia en algún sector cercano.
Odiaba la lluvia.
La odiaba porque siempre le recordaba todo lo que perdió… la odiaba porque siempre le recordaba a esa persona.
"—¿Estás bien? ¿Por qué lloras?
Iba camino a casa después de salir de clases, la lluvia caía con fuerza, pero por fortuna su fiel paraguas siempre le acompañaba para evitar que se mojara… pero no esperaba encontrarse en el camino a un joven de cabellos castaños con mechones verdes, llorando sobre una banca completamente empapado.
—¿Te duele algo? —tuvo que hacer otra pregunta al no haber obtenido respuesta a las anteriores.
Pero el joven continuaba llorando mirando a su regazo mientras el agua escurría de su cabello combinandose con las lágrimas de su rostro. Sin embargo, detuvo ligeramente su lamento cuando sintió que la lluvia dejó de mojarlo. Alzó su acuosa y rojiza mirada hacia la persona que amablemente le había cubierto.
—Si sigues mojándote así, podrías enfermarte.
Entonces las lágrimas volvieron a aparecer y su rostro se deformó tristemente, retomando su triste lamento.
—Ahora por mi culpa tú también te estás mojando. —lloró sintiéndose culpable al percatarse de cómo la persona frente a él comenzaba a mojarse al cederle la sombra de su paraguas.
—No importa. —le había dicho restándole importancia. Aunque por sus adentros sentía que se moría pues detestaba el agua llovediza. —Primero dime, ¿Por qué lloras? ¿Estás lastimado?
Y esas preguntas parecieron afectarle más pues el llanto aumentó, poniéndole en apuros al no saber qué hacer para tranquilizarle. Sacó un pañuelo y se lo tendió con amabilidad para que secara sus lágrimas, el cual fue aceptado sin decir una sola palabra mientras intentaba secar sus lágrimas.
Si fuera otra persona, ya se habría alejado de ahí, o más bien, ni siquiera se habría acercado a él, pero el llanto del joven le pareció tan lamentable que no pudo ignorarlo. Realmente le había provocado una gran preocupación el verlo ahí bajo la lluvia como un triste cachorro abandonado.
—¿Necesitas hablar con alguien? —intentó nuevamente y eso pareció llamar su atención porque volvió a alzar la mirada entre lágrimas. —Si es así, te invito a la cafetería que está cruzando la calle, todo se ve distinto con la barriga llena.
Un nuevo puchero apareció en los labios ajenos amenazando con romper nuevamente en llanto pero no… el triste muchacho solamente asintió.
—Quiero un chocolate caliente… —musitó abrazándose a sí mismo haciéndole saber que tenía frío.
—Un chocolate caliente será. —le tendió la mano la cual fue tímidamente tomada. —Dios, estás helado.
Relamió sus labios ruborizándose con vergüenza al notar cómo entrelazaba sus manos en un intento de brindarle un poquito de calor a la suya.
—¿Puedo tener un muffin también? —le escuchó preguntar muy bajito mientras caminaban.
Se rió.
—Claro, solo si me prometes que me dirás qué es lo que te tenía llorando en ese lugar…
—Taehyung… Kim Taehyung.
—De acuerdo, Taehyung. —sonrió esperando la señal de cruzar la calle, aún sin soltar su mano. —Yo soy Hoseok, Jung Hoseok…"
—Jung… Señor Jung, ¡Señor Jung!
Parpadeó múltiples veces al volver a la realidad encontrándose con el vigilante de la entrada y al hombre del valet parking extendiendole las llaves de su auto.
—¿Se encuentra bien?
—Ah, si… —suspiró tomando las llaves. —, solo me quedé pensando, es todo.
Subió a su auto, donde minutos después se hallaba conduciendo hacia su hogar, notando cómo las gotas de lluvia comenzaban a caer poco a poco sobre su parabrisas, haciendo que una mueca apareciera en su rostro con más recuerdos viniendo a su cabeza.
Sacudió su cabeza una vez más apagando el radio para así enfocarse mejor en el camino. Carraspeó intentando pensar en otra cosa, pero simplemente no lo lograba porque mientras la lluvia continuara, sus pensamientos siempre se llenarán de él…
"—Hobi, ¿Me prometes que siempre vamos a estar juntos?"
"—Eres lo mejor que me ha pasado, Hobi."
"—Te amo, Hobi."
Detuvo su auto dejando salir un fuerte suspiro y presionando sus nudillos contra el volante mientras cerraba sus ojos con fuerza, luchando con todos esos recuerdos. ¿Por qué cada vez que llovía tenía que recordar todo eso? ¿Por qué?
Frotó su rostro para entonces apagar su auto y salir de ahí. Cerró la puerta fuertemente, para a continuación sentir como la lluvia comenzaba a caer sobre él, por lo que apresuró su paso cubriéndose con su maletín.
"—¡Corre, Hobi! —decía entre risas.
Ninguno de los dos llevaba paraguas, por lo que salieron de la escuela cubriéndose juntos con el suéter de Taehyung quien parecía divertido con la situación, importándole poco haber tenido fiebre la semana pasada por haberse mojado precisamente con lluvia.
—Si seguimos vamos a terminar empapados. —había dicho preocupado por la salud del menor.
—¡No importa! —reía mientras corría. —¡Amo la lluvia!
Rápidamente Hoseok vio como se alejó de él, corriendo entre saltos y girando a su alrededor permitiendo que la lluvia lo mojara sin piedad alguna. Miraba al cielo con el agua cayendo en su rostro pero con una enorme sonrisa en sus labios. Hoseok no se había dado cuenta, pero se había quedado embobado viéndolo… algo tan simple como lo era saltar sobre los charcos y girar bajo la lluvia hicieron que sus ojos destellaran de amor puro, porque verlo tan feliz… tan libre, disfrutando de las cosas sencillas que les ofrecía la vida, era sumamente maravilloso que Hoseok podía jurar que en ese justo momento había aceptado sus sentimientos, había aceptado que se había enamorado de Taehyung.
Ni siquiera se dio cuenta cuando ya se hallaba avanzando hacia él. Tae le miró confuso cuando Hoseok detuvo sus giros y saltos al tomarlo de un brazo, pero lo que definitivamente no vio venir fue cuando esos preciosos labios en forma de corazón se estamparon contra los suyos, así sellando lo que vendría siendo su primer beso juntos.
Se quedó estático por unos segundos, pero cuando sus sentidos al fin reaccionaron, miles de mariposas estallaron en su barriga junto con una lluvia de fuegos artificiales en su pecho cuando sintió la calidez que esos belfos le brindaban… se permitió cerrar sus ojos en el instante en el que Hoseok atrapó su cintura y unió sus cuerpos, mientras sus labios comenzaban a moverse lenta y dulcemente. Las piernas de Taehyung temblaron, por lo que se sujetó de los hombros ajenos, disfrutando del océano de sensaciones y la inmensa felicidad que estaba experimentando en ese justo momento.
—Me gustas, Taehyung… —dijo en un murmullo rozando sus labios. —Estoy cansado de ignorar lo que mi corazón me dice, me gustas… me gustas Taehyung… —lo apretó más contra sí respirando pesadamente. —Me gustas…
—¿E-Estás seguro de lo que estás diciendo? —había preguntado con voz pequeñita y rota. Su corazón estaba latiendo a mil por hora por el inesperado beso y la inesperada confesión. —Tus padres-
—Me importa una mierda la opinión de mis padres y sus creencias anticuadas. —le interrumpió rápidamente. —No es un delito enamorarse, ¿Y qué importa que ambos seamos hombres? El corazón no se equivoca… mi corazón, mi mente, y mi alma te han elegido, Taehyung, ya no quiero ignorar mis sentimientos por ti, me gustas, me gustas mucho.
Lágrimas bajaban por las mejillas del joven castaño con mechas verdes. Lágrimas que se camuflaban gracias a la lluvia, pero que los cristalizados ojos no podían ocultar. Estaba demasiado conmovido que no podía evitar llorar porque él también estaba enamorado de Hoseok. Desde ese día que se conocieron bajo la lluvia y tuvieron esa agradable charla, había desarrollado sentimientos por ese amable y atento chico… y ahora, recibir tal confesión bajo la misma situación climática de ese entonces, era demasiado para su corazón.
—Tú… —la voz se le quebró y más lágrimas bajaron. —Tú también me gustas mucho, Hoseok… y tenía miedo de no poder decírtelo nunca. Me gustas, me gustas mucho, Jung Hoseok —repetía entre sollozos. —, me gustas… me gustas.
Y Taehyung se enamoró aún más cuando esos labios en forma de corazón esbozaron la sonrisa más grande y preciosa que jamás había visto.
—Siento que mi corazón va a explotar… —sonreía trémulamente incrédulo, pero al mismo tiempo extasiado por el cúmulo de emociones que estaba experimentando en ese preciso momento que no sabía explicar ni como reaccionar porque sus sentimientos eran correspondidos. —Taehyung…
Las manos contrarias acariciaban las mejillas de un joven Hoseok que se sentía tan dichoso de poder expresar verbalmente lo que sentía.
—Bésame, Hoseok… —había dicho en un murmullo. —Bésame y no me sueltes nunca.
Y ahí, bajo la lluvia en medio de ese parque, se besaron de una manera tan sincera y pura, confesando sus sentimientos, y haciendo cientos de promesas que de verdad deseaban cumplir… de verdad.
—Hobi, ¿Me prometes que siempre vamos a estar juntos?
—Siempre, es una promesa."
Soltó su maletín apenas entró a su despacho. Dejó todo un rastro de agua mientras cruzaba su enorme hogar, importándole poco mojar la alfombra en su trayecto. Pasó las manos por su rostro frotando pesadamente intentando despejar su mente. No quería pensar más en él…
Sacudió su cabeza salpicando a su alrededor, para entonces sacarse bruscamente el saco de su traje lanzándolo al suelo. Recogió su maletín para ir a dejarlo a su escritorio donde también dejó salir un fuerte suspiro de cansancio y frustración. No obstante, la puerta de su despacho sonó gracias a un par de golpecitos, donde segundos después se asomó una cabellera con canas.
—Mi niño, ¿Te encuentras bien?
—Estoy bien, Yuma. —pasó una mano por su húmedo cabello para girarse y ver a la mujer bajo el marco de la puerta. —Solo que la lluvia me alcanzó, disculpa por el rastro que dejé en la alfombra.
—Por Dios… —se acercó a él para observarle con preocupación. —Debería tomar un baño caliente. —llevó su arrugada mano a la mejilla contraria. —Ay no, estás muy helado, podrías pescar un resfriado, iré a prepararte la tina-
—Estoy bien. —repitió llevando su mano junto a la de la mujer. Sonrió. —Tomaré una ducha de agua caliente, tranquila.
Ella suspiró negando en silencio para entonces quitar su mano de la mejilla ajena.
—Entonces iré a prepararte la cena, una sopa calientita te caerá muy bien.
—De acuerdo, acepto. —dijo con una risita. —¿Jiho ya cenó?
Asintió. —Hace media hora.
—Bien, entonces iré a ducharme. —le besó dulcemente la mejilla para entonces retirarse.
Yuma simplemente le siguió con la mirada preocupada. Negó para entonces recoger el saco que yacía tirado en el suelo y hacer una mueca triste. Llevaba trabajando más de la mitad de su vida para la familia Jung, ella había visto crecer a Hoseok por no decir que prácticamente lo había criado, por lo que sabía perfectamente cuando algo no andaba bien con él. Alguien tan metódico y precavido como Hoseok, jamás sería así de descuidado, además era muy extraño cuando llegaba a ser desordenado o distraído porque cuando eso sucedía significaba que algo lo estaba atormentando.
—Mi niño, ¿Qué te tiene así? ¿Algún día me dirás por qué la lluvia te inquieta tanto?
Sabía que Hoseok guardaba muchas cosas desde que lo enviaron a Estados Unidos, porque desde entonces él había cambiado mucho… aún así, aunque ya tuviera treinta y siete años, Hoseok siempre sería su niño.
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Dio un par de golpecitos en la puerta para después escuchar un suave "adelante". Cuando entró estiró sus labios en una sonrisa al verle ya en la cama.
—Hola, Jiho.
—Hola, papá. —bajó su celular a su regazo cuando vio a su padre sentarse en la orilla de la cama.
—¿Cómo estás? —le preguntó acariciándole el cabello. —¿Cómo estuvo tu día en la escuela?
—Bien. —le regaló una pequeña sonrisa. —Y en la escuela también me fue bien, me escogieron como presidente de la clase.
—¡Vaya! Eso es increíble, te felicito. —se alegró genuinamente por su hijo. —Eso quiere decir que tus compañeros confían mucho en ti, estoy orgulloso.
—Gracias. —soltó una baja risita. —¿Tu también fuiste presidente de la clase cuando ibas a la escuela?
—Lo fui, todos los años me elegían. —contó con nostalgia. —Así que no tengo duda de que lo harás increíble, y si necesitas algún consejo sobre cómo manejarlo, aquí estoy para ayudarte.
Asintió. —Gracias, papá.
Hoseok le sonrió revolviendo los castaños cabellos.
—Tu cumpleaños es la próxima semana, ¿Qué te gustaría hacer?
—Uh… aún no lo sé. —rascó su nuca.
—¿Qué tal si planeas algo con tus amigos y compañeros de la escuela? Podría llevarlos a todos a ese arcade donde venden mucha pizza y helados.
—¡Eso sería increíble! —se emocionó.
—¿Seguro? Es una recomendación de mi parte, por lo que si tienes otro lugar en mente puedes decirme.
—¡No! ¡Ese lugar es genial, papá! Ahí fue el cumpleaños de Woobin, y fue muy divertido.
—Bien, entonces ahí será. —sonrió dedicándole una mirada de melancolía a su hijo. —No puedo creer que ya vas a cumplir trece años, ¿Cuándo creciste tanto?
Hoseok se había convertido en padre a los veinticuatro años con la que era su esposa en ese entonces. Su padre le había preparado un matrimonio arreglado con la hija de uno de sus socios para cuándo se graduara de la universidad y así hacer que se olvidara de su gusto por los hombres. Pero por más que se negó, no pudo hacer nada… ninguno de los dos estaba enamorado del otro por lo que su matrimonio fue un completo dolor de cabeza.
Pero sabían muy bien fingir frente a los demás quienes tenían la imagen de un matrimonio perfecto.
Lo único que Hoseok amó de ese matrimonio fue que de ahí nació Jiho. Pero a Jiah nunca la amó, simplemente… la toleró. Hasta que finalmente hace dos años firmaron el divorcio y Hoseok se quedó con la custodia de su hijo ya que Jiah nunca fue una buena madre para Jiho, pues no le gustaba pasar tiempo con él, ni tampoco le demostraba cariño. Nunca llegó a pegarle, pero si lo regañaba por pequeñeces y le alzaba la voz, eso fue lo que colmó la paciencia de Hoseok.
Siempre se encargaría de proteger a su hijo y no dejaría que nadie lo lastimara, mucho menos como lo hicieron sus propios padres con él.
Tumbado en la cama, con la habitación en completa oscuridad siendo solamente iluminada por ratos cuando algún rayo atravesaba el oscuro cielo. La tormenta continuaba… había bajado de intensidad pero sabía que era cuestión de tiempo para que retomara fuerza, después de todo el pronóstico del clima apuntaba a varios días con lluvias, era la temporada.
Dejó salir un fuerte resoplido cubriéndose los ojos con el antebrazo tratando de conciliar el sueño… pero no podía.
Medianoche.
El reloj digital en su buró marcaba las doce en punto. Y para su disgusto allá afuera se encontraba esa lluvia de medianoche que tanta melancolía le provocaba.
Nunca pensaba en él… excepto en medias noches como estas.
Entonces ahí sus pensamientos eran solo él, él y él. Y si la tormenta aparecía en medio de sus noches… sabía perfectamente que tampoco sería capaz de dormir.
Se puso de pie con pesar, calzándose sus pantuflas y colocándose su bata. Pasó una mano por su rostro y salió de ahí dirigiéndose a su despacho. Una vez ahí, se fue hasta su escritorio donde abrió un cajón y sacó un celular… su viejo celular.
Hizo una mueca para dirigirse a un estante y tomar entre sus manos una botella de whisky… no era alguien que bebiera a menudo, pero cuando le dolía el corazón, un poco de alcohol le ayudaba a sobrellevar las penas.
El estruendo de un rayo cayendo en algún lugar cercano lo sobresaltó, provocando que casi tirara la botella y el vaso entre sus manos.
"—Todo está bien, tranquilo. —le decía con un ligero tono divertido. —¿No habías dicho que amabas la lluvia?
—Si, pero… —otro estruendo en el cielo le hizo estremecer. —Me gusta la lluvia pero no las tormentas que hacen que el cielo retumbe de esa manera. —uno más y volvió a temblar. —Odio los rayos.
Se hundía más y más en ese cálido pecho al mismo tiempo en el que esos confortables brazos le rodeaban protectoramente y un beso era depositado en sus castaños cabellos.
—No nos va a pasar nada. —trató de calmarle, abrazándolo más contra sí.
Era sábado, y Hoseok tenía casa sola pues sus padres habían salido de viaje y regresarían hasta el lunes. Así que Hoseok invitó a Taehyung a pasar el fin de semana en su casa, lugar en el que desde temprano se la habían pasado jugando videojuegos y aprovechando para besarse cuando quisieran.
Aún no le habían dicho a sus padres sobre su relación, pues tenían que admitir que tenían cierto miedo de sus reacciones, por lo que por el momento habían preferido mantenerlo en secreto y buscarían el momento adecuado para decirles.
El día pasó agradable para ambos, jugaron, se besaron, comieron, se ducharon —por separado— y estaban listos para continuar jugando su videojuego favorito, pero entonces una tormenta apareció allá afuera acompañada de fuertes truenos, así asustando a Taehyung, por lo que ahora Hoseok trataba de calmarlo con ambos abrazados dulcemente sobre la cama.
—¿Cuándo se va a acabar esta tormenta fea? —lloriqueó aferrándose más a su novio.
—Pronto. —frotaba su espalda y nuca.
Taehyung abultó sus labios para alzar tímidamente la mirada y encontrarse con la contraria.
—Lo siento, debes de pensar que soy un cobarde.
—Claro que no. —negó de inmediato. —¿Por qué pensaría eso? Todos le tenemos miedo a algo y eso no nos convierte en cobardes, nos vuelve más humanos.
El menor parpadeó un par de veces observando alternativamente los ojos contrarios. Era la primera vez que alguien le decía algo así y… se había sentido lindo no ser juzgado.
—Nos vuelve más humanos… —repitió bajito empuñando la camisa de Hoseok. —Hobi, ¿le tienes miedo a algo?
Asintió. —A perderte… y a las ranas.
—¿Perderme? —ladeó la cabeza confundido. Pero se le escapó una baja risita cuando alcanzó a escuchar segundos después sobre las ranas.
—Eres… —carraspeó. —, te has convertido en alguien muy importante en mi vida, y volteaste mi mundo patas arriba desde el día que nos conocimos y no podría imaginarme sin ti en mi vida… no sé en qué momento pasó, realmente estoy enamorado de ti y estoy tan feliz de estarlo… pero el simple hecho de pensar que a mis padres o a los tuyos no les guste lo nuestro e intenten separarnos… me da muchísimo miedo, porque yo quiero estar a tu lado siempre.
Se había quedado en silencio procesando sus palabras.
—Y tú… ¿dejarías que nos separaran?
—No. —negó sin dudar.
—Entonces no te preocupes por eso. —le regaló una bonita sonrisa. —Tu me prometiste que siempre estaremos juntos… y yo confío en ti."
—Confiaba en mi… —murmuró. —, y yo rompí mis promesas.
Tomó otro trago de whisky sintiendo como le quemaba la garganta. Suspiró echando la cabeza hacia atrás, acomodándose mejor en el sofá que se hallaba sentado, observando la lluvia tras el gran ventanal que se encontraba en su despacho. A su lado se encontraba una mesita son una lámpara con luz baja y su botella de whisky.
Bebía por pequeños sorbos, solo para poder sobrellevar lo que estaba sintiendo. Aún le dolía el corazón pensar en él y sobre todo el no haber cumplido todo lo que le prometió. Se sentía un fiasgo, un completo mentiroso.
Había tanta ilusión en esos ojos…
"—Iré a preparar un té que te ayude a calmarte. —había hecho el intento de salir de la cama pero fue detenido. —¿Qué pasa?
—No… no me dejes solo. —le pedía con angustia y con esos bellos ojos hinchados de tanto llorar entre sus brazos. —Quédate aquí, eres todo lo que necesito, Hobi.
—Pero…
—Por favor… —murmuró en un hilo de voz sintiendo como nuevamente las lágrimas comenzaban a brotar.
—Taehyung… —no pudo negarse al verlo así por lo que regresó a la cama y lo atrapó entre sus brazos. —Todo va a estar bien, te lo prometo.
—Mis padres me odian —sollozó hundiendo su rostro en el cálido pecho. —, nada puede estar bien.
Dos días atrás, habían cumplido un año de relación… por lo que Taehyung había tomado la decisión de hablar con sus propios padres sobre su orientación sexual primero. Durante la cena, Taehyung se los dijo… Pero fue todo un caos. Sus padres no se cansaron de repetirle una y otra vez que eso estaba mal, que era una abominación que le gustaran los hombres… que eso no era normal.
Recibió múltiples regaños y palabras que le hirieron en lo más profundo de su corazón… se sintió tan humillado y despreciado.
Le dijeron tantas veces lo decepcionados que estaban de él que Taehyung no tuvo de otra más que abandonar la mesa entre lágrimas y así huir lo más lejos de lo que era su "hogar".
En el camino, sus lágrimas comenzaron a camuflarse con la lluvia que comenzó a caer con una increíble fuerza, como si e cielo estuviese siendo empático con su dolor. Hoseok se alarmó cuando lo encontró en la puerta de su casa completamente empapado luciendo tan pero tan lamentable, que no hizo otra cosa más que abrazarlo y brindarle calor.
—Tengo miedo —dijo entre sollozos. —, tengo mucho miedo, Hobi ¿Y si ellos me echan de casa?
—No, no creo que sean capaces de llegar a eso, no pienses en eso por favor. —murmuró frotando la temblorosa espalda.
Él mismo lo había secado mientras lo escuchaba llorar, también lo ayudó a vestirse con ropa seca suya… aún así no dejaba de temblar. Ambos en la cama del mayor, abrazados, compartiendo calor, tristes… escuchando la lluvia golpear la ventana.
Hoseok estaba preocupado… y estaba aterrado al mismo tiempo, porque la reacción de los padres de Taehyung, probablemente sería la misma que la de los suyos.
Ellos simplemente se amaban, ¿qué había de malo con eso?
—Todo… todo va a estar bien, te lo prometo. —le abrazó con más fuerza. —En unos meses entraré a la universidad y… tendré mi propio apartamento y te llevaré a vivir conmigo, ¿Si? Solo… solo resiste un poquito, por favor.
El castaño solamente asintió entre sollozos aferrándose a la camisa de su novio, confiando en esa promesa.
Porque en la mente de un par de jóvenes enamorados todo parecía sencillo de solucionar… pero nunca sabían de las trabas que se les interpondrían.
—Te amo, Hobi.
Ahí su corazón retumbó al escuchar por primera vez esas preciosas palabras.
—Te amo mucho, Hobi. —repitió.
Unos tristes ojos cristalizados le miraban con cariño y seguridad mezclada.
—De verdad te amo demasiado. —le confesó una vez más. —Eres lo mejor que pudo llegar a mi vida, y quiero poder estar contigo lo que resta de ella.
—Taehyung… —musitó apenas sin aliento demasiado conmovido. Sujetó las húmedas mejillas entre sus manos para así mirarse fijamente a los ojos. —Taehyung, yo… yo también te amo, te amo demasiado, tanto que siento que mi corazón podría explotar en este preciso momento.
Y más lágrimas bajaron de aquellos tristes ojos, pero a pesar de todo se sentía contento por saber lo bien correspondidos que eran sus sentimientos… no se sentía solo.
—Verás que siempre podremos estar juntos, nada ni nadie nos va a separar… —decía seguro… con anhelo. —Yo… yo me esforzaré mucho y nos iremos lejos, muy lejos de aquí solo tú y yo a un lugar donde nadie nos juzgue, te lo prometo.
—Confío en ti, Hobi. —le miraba con infinito amor e ilusión. —Siempre confiaré en ti, siempre me sentiré seguro a tu lado… tu eres mi hogar, mi verdadero hogar."
A este grado Jung Hoseok ya se hallaba derramando lágrimas ante el recuerdo de ese momento… de esas palabras.
Palabras que sabía que no merecía.
Por unos minutos se mantuvo en silencio observando un punto vacío mientras una que otra lágrima se deslizaba por sus mejillas. Fue entonces respiró profundamente para tomar entre sus manos su viejo celular… y lo prendió. Una puñalada fue lo que llegó directo a su corazón cuando la primera imagen que apareció como fondo de pantalla era una selfie de él y Taehyung con las mejillas unidas y unas enormes sonrisas en sus jóvenes rostros.
Relamió sus labios mientras se adentraba a la galería, encontrándose con cientos de fotos… cientos de recuerdos.
Las primeras veces que pasaron tiempo juntos como amigos… otras en la preparatoria… fotografías que le tomaba a Taehyung descuidado para molestarlo después… su primera cita como novios oficiales… fotos donde se daban besitos en la mejilla y una que otra donde se besaban dulcemente; a Taehyung le encantaba tomar de esas. Fotografías de sus manos tomadas…
Manos…
Rápidamente buscó entre el montón de fotografías, una fotografía en específico… hasta que la encontró casi al final. Sus manos entrelazadas delicadamente sobre unas sábanas arrugadas….
Su primera vez… en ningún momento separaron las manos, siempre se mantuvieron entrelazadas…
"No me sueltes… —había pedido entre suspiros pesados mientras sus labios se saboreaban y la temperatura en sus cuerpos subía cada vez más y más. —, por favor…
—Nunca… —le respondió jadeante reajustando el agarre entre sus manos.
Suspiros, chasquidos, jadeos y susurros interminables llenaban la habitación.
Taehyung se aferraba al hombro de su novio tratando de seguir el ritmo de sus besos, al mismo tiempo en el que sentía los lentos y profundos movimientos. Sus alientos calientes mezclándose junto con gruñidos y bajas maldiciones que no podían evitar soltar gracias al cúmulo de sensaciones.
Besos por aquí y por allá, suaves mordiscos, caricias tiernas y una que otra risita cuando alguno hacía algún sonido gracioso o sobre todo cuando lograban mirarse a los ojos porque la vergüenza quería hacer acto de aparición aún en medio del acto… pero entonces volvían a besarse y todo parecía desaparecer a su alrededor.
Los infaltables te quiero y te amo, que fueron acompañados por unas cuantas lágrimas cuando el inminente clímax llegó a ellos con fuerza, haciendo que se aferraran el uno al otro con necesidad.
Por varios minutos, el único sonido presente en la habitación era el de sus profundas respiraciones. Uno sobre el otro, temblaban sin dejar de aferrarse mientras Hoseok dejaba húmedos y pequeños besitos en el cuello ajeno, con las piernas contrarias aún enredadas en su cintura.
En silencio, entre chasquidos… Jung se dedicó a mimar a su novio, intentando calmar ese agitado corazón. Taehyung dejaba salir suspiros dejando caricias en la nuca contraria, echando la cabeza para atrás disfrutando de los besitos en toda la extensión de su cuello.
Sentía que flotaba… se sentía tan amado.
—¿Estás bien? —la ronca voz le había sacado de su ensoñación.
Asintió alargando un suspiro presionando sus piernas en las caderas ajenas y enredando mejor sus brazos alrededor del cálido cuerpo de su novio.
—Estoy bien. —soltó una baja risa cuando sintió cosquillas en su cuello gracias a una inquieta nariz y unos húmedos labios.
Después de dejar un último beso en la piel, Hoseok salió de su refugio para entonces mirarse a la cara donde apenas conectaron sus miradas, un rubor apareció en sus mejillas.
—¿De verdad estás bien? —volvió a preguntar en un murmullo.
Asintió nuevamente llevando sus manos a los desordenados cabellos. —En serio estoy bien… —las mofletes se le enrojecieron. —, fuiste muy amable conmigo.
Hoseok no dijo nada, simplemente presionó sus labios en una firme línea sintiendo un cosquilleo en sus mejillas al saber que lo había hecho bien. Pero entonces las manos contrarias acariciaron su rostro y presionaron sus mejillas con ternura.
—Gracias, nunca pensé que me sentiría de esta manera… —se acercó depositando un pequeño besito en los labios abultados. —Una vez más reafirmo que tus brazos me brindan calor y seguridad… te amo, Hobi.
Los ojos de Hoseok se cristalizaron.
—Te amo, Taehyunggie…
Volvieron a entrelazar sus manos, donde Hoseok dejó un beso en ellas haciendo a Taehyung reir para después alcanzar el celular que se hallaba en el buró. Jung le miró confundido cuando prendió el flash y enfocó sus manos… fue entonces que sonrió cuando escuchó el click de la cámara inmortalizando ese valioso momento.
Después de un par de besitos y palabras de amor, ambos terminaron con un enredo entre sus piernas, brazos y sábanas, se durmieron profundamente… tan tranquilos, tan amados… tan felices. Sentían una paz indescriptible cuando estaban juntos que nada ni nadie podía perturbarlos.
O eso creían…
La mañana había llegado y ellos continuaban profundamente dormidos bajo las sábanas, completamente desnudos pero muy bien abrazados… en completa paz.
Tan profundo era su sueño que ni siquiera se percataron cuando un auto llegó y un par de personas entraron a la casa y unos minutos después unos pasos comenzaron a subir las escaleras…
Un par de golpecitos en la puerta de la habitación anunciaron la entrada, pero ellos no lo escucharon.
—Jung Hoseok, ¿qué es todo esto? —fue lo primero que escuchó cuando despertó abruptamente.
Mierda, mierda, mierda, mierda.
Definitivamente no esperaba encontrarse a su madre y mucho menos en tal situación.
—M-Mamá… —estaba petrificado que lo único que logró hacer fue cubrirse mejor con la sábana.
Hoseok tragó sonoramente girando su cabeza lentamente para encontrarse con Taehyung quien apenas iba despertando sin darse cuenta de lo que estaba pasando.
—Mamá, por favor déjame explicarte todo —habló rápido. —, é-él y yo-
Ahí fue cuando Taehyung despertó completamente asustandose al encontrar a la madre de su novio en la habitación. Rápidamente trató de cubrirse lo mejor que pudo, pero era en vano, era claro lo que habían hecho.
—No. —lo interrumpió cerrando los ojos. —No quiero escucharlo, sé perfectamente lo que está pasando.
Taehyung intentó tomar la mano de Hoseok… pero él inmediatamente la alejó.
—Dios mío… —dejó salir un suspiro frustrado frotando su rostro. —Más les vale que se vistan ahora mismo, y tú —señaló a Taehyung quien parecía querer llorar. —, fuera de mi casa, ahora.
Tae solamente asintió múltiples veces con los ojos cristalizandose.
—Mamá, por favor déjame-
—Cierra la boca, Jung Hoseok, tu y yo hablaremos muy seriamente más tarde. —se dio media vuelta. —Iré a distraer a tu padre para que no vea a ese… chico salir.
Ninguno decía nada, lo único que se escuchaba eran los bajitos sollozos de Taehyung.
—Me has decepcionado. —y salió de ahí cerrando la puerta.
Hoseok no podía creer lo aterrado que se estaba sintiendo en ese preciso momento. El corazón le latía a mil por hora mientras miles de escenarios catastróficos atravesaban su mente… que ni se había dado cuenta de que ya estaba respirando de manera irregular y comenzando a palidecer.
—Hobi… —llamó en un hilo de voz, intentando tomar su mano nuevamente… pero en el instante en el que la tocó esta fue alejada bruscamente como si algo le hubiese quemado. Los ojos de Taehyung comenzaron a derramar lágrimas. —Hoseok…
—Tienes… tienes que irte. —salió de la cama con prisas recogiendo la ropa en el suelo. —Tienes que irte, Taehyung, ahora.
Rápidamente le aventó a Taehyung su propia ropa al mismo tiempo en el que se vestía. Pero Taehyung no parecía reaccionar, solo estaba ahí… cubriéndose con la sábana y sollozando.
—¡¿Qué haces?! ¡No te quedes ahí sin hacer nada! —susurró con fuerza. —¡Tienes que salir de aquí! ¡Vístete rápido!
El castaño cerró sus ojos con fuerza saliendo de la cama y así comenzar a vestirse lo más rápido que su tembloroso cuerpo que era presa del miedo y angustia se lo permitía.
Hoseok se asomaba por la puerta asegurándose de que su padre no estuviera cerca. Mientras que Taehyung terminaba de tomar sus cosas, sin dejar de derramar lágrimas en el proceso. Con pasos pequeños se acercó a su novio intentando tomar su mano por tercera vez, pero apenas sus dedos se rozaron, Hoseok se giró bruscamente mirándole con terror… esa mirada que reflejaba infinito amor ya no estaba más.
—Hoseok, por favor-
—¿Estás listo? Vamos, vamos. —le sujetó de la muñeca llevándolo fuera de la habitación caminando lo más silencioso posible.
Taehyung simplemente miraba la manera en la que su brazo era sujetado… con fuerza, pero al mismo tiempo sentía los temblores ajenos. Iban a hurtadillas, avanzando con precaución… como un par de ladrones temiendo ser pillados.
Bajaron las escaleras silenciosamente, logrando escuchar la voz de los señores Jung en la cocina, y logrando que los nervios de ambos aumentaran, sobre todo en Hoseok pues no quería que su padre los viera. Llegaron a la puerta de entrada abriéndola lentamente y encontrándose con un montón de nubes grises cubriendo el cielo.
—Vete, Taehyung. —susurró empujándolo trémulamente. —T-Te llamaré después, hablaré con mi madre.
Pero Taehyung se quedó en silencio frente a él con un rostro que expresaba tristeza pura. Observaba como Hoseok miraba hacia dentro de la casa, para asegurarse de que no viniera nadie, fue entonces que Taehyung le sujetó las mejillas y en un segundo unió sus labios… el cual apenas duró dos míseros segundos, pues Hoseok lo había empujado bruscamente.
—¡¿Qué estás haciendo?! —susurró con fuerza en un reclamo. —¡Pueden vernos!
Las lágrimas bajaron por las mejillas de Taehyung. No podía creer que hace solo unas horas estaban pasando por la mejor noche de sus vidas… y ahora todo se estaba cayendo a pedazos.
—No olvides que te amo, Hobi. —musitó en un sollozo bajando la mirada jugueteando nerviosamente con sus dedos.
Ahí fue cuando la mirada de Hoseok se suavizó, sintiéndose sumamente culpable.
—Taehyung yo… yo también te amo… —estiró su brazo para alcanzar la mano ajena, pero las voces de sus padres acercándose le hizo alejarla. —¡Perdón!
Y lo empujó cerrando la puerta en su cara.
Pegó la espalda en la puerta y cerró los ojos con fuerza sintiendo un inmenso dolor en su corazón por lo que acababa de hacer.
—Perdóname, Taehyung… —murmuraba. —Perdóname, por favor.
Por otro lado, Taehyung se había quedado atónito frente a la puerta y comenzó a negar silenciosamente, con más lágrimas cayendo por sus mejillas. Retrocedió un par de pasos para después girarse y finalmente alejarse de ese lugar lo más rápido que sus trémulos pasos se lo permitían.
Sin embargo… un estruendo resonó en el cielo y fue solo cuestión de segundos para que una suave manga de gotas apareciera, tomando fuerza gradualmente hasta convertirse en una fuerte lluvia… Detuvo sus pasos mirando hacia arriba permitiendo que sus lágrimas se camuflaran con el agua y lloró… lloró con fuerza.
—Hoseok, ¿Quién era ese chico?
Abrió los ojos de golpe, encontrándose a su padre a solo un par de metros frente a él. ¿acaso había visto todo?
—Papá, él… —tragó viendo como su madre se colocaba al lado de su padre con los brazos cruzados. —...él es mi novio."
Bebió de golpe el trago de whisky, al mismo tiempo en el que las lágrimas bajaban al recordar esa fatídica mañana, pues su padre le había dado una dura bofetada segundos después de haber confesado que Taehyung era su novio.
Le preguntaba una y otra vez, ¿Por qué se había desviado de esa manera? Cuando todo este tiempo había sido un joven recto, y muy bien educado. Le recalcaron lo decepcionados que se encontraban mientras él solo mantenía la mirada baja y derramaba lágrimas silenciosas.
"—No quiero que te vuelvas a acercar a él. —ahí fue cuando Hoseok alzó la mirada asustado. —Tienes prohibido volver a verlo.
—Papá…
—Te irás a Estados Unidos a terminar tus estudios.
Hoseok abrió enormemente sus ojos y se sintió palidecer en un instante.
—No. —negaba. —No puedes hacerme esto, no puedes.
—Soy tu padre, claro que puedo.
—P-Pero yo no quiero irme, ¡No puedes obligarme a irme!
—¡Silencio! —alzó la voz. —Más te vale que empieces a empacar porque mañana mismo te vas.
—¡No! ¡Esto no es justo! —sollozó con frustración. —No entiendo, ¿Por qué me hacen esto? Yo no hice nada malo, yo siempre…siempre traté de ser un buen hijo, hacía todo lo que me pedían, siempre obedecí, siempre fui el número uno en mi clase y en los deportes… —una lágrima bajó y la voz se le rompió. —Tú y mamá siempre me repetían lo orgullosos que estaban de mi, ¿Y ahora? ¿Ya no lo están más? ¿Me van a odiar solo por enamorarme?
El hombre se quedó en silencio… un silencio que Hoseok sentía que le asfixiaba.
—No lo entiendes, Hoseok… —el señor Jung suspiró. —Si tan solo te hubieras enamorado de una mujer todo estaría bien… pero, ¿Enamorarte de un hombre? Por Dios Jung Hoseok, eso es antinatural, nosotros no te criamos así.
Las lágrimas no dejaban de bajar por las mejillas de un joven Hoseok. No podía creer lo que estaba escuchando.
—Tu no eras así, de seguro ese te llenó la cabeza de cosas y-
—Taehyung no hizo nada. —le interrumpió. —¡Yo fui quien se enamoró de él! ¡Yo fui quién confesó primero sus sentimientos! Me enamoré de su persona, de su forma de ser, de su forma de ver el mundo, que ni siquiera me importó que fuera hombre-
Otra bofetada.
—Cállate, me resulta repugnante escucharte hablar así. —frunció el ceño. —Vete a tu habitación, me tienes muy decepcionado.
Hoseok simplemente les dedicó una mirada triste manteniendo una mano en su roja mejilla.
—Ustedes como padres también me han decepcionado."
Hasta la fecha Hoseok seguía sin comprender como un padre que dice amar a su hijo le haría ese tipo de cosas, porque desde el instante en el que tuvo a Jiho en sus brazos, se prometió que jamás haría algo que lo lastimara, que siempre lo escucharía, que siempre lo comprendería y sobre todo siempre lo iba a amar y proteger.
La relación con sus padres no volvió a ser la misma desde entonces, ya no les tenía confianza, se volvió distante a ellos y sólo les hablaba cuando se trataba de trabajo, porque ni siquiera los dejaba acercarse a Jiho, no quería que envenenaran su mente.
Un relámpago iluminó el oscuro cielo, para luego beber de golpe otro trago whisky. Estaba seguro de que sus ojos ya estaban hinchados gracias a las lágrimas que había derramado por todos esos recuerdos que jamás dejarán de dolerle.
Su mente aún lo tortura al hacerle recordar la manera en que trató a Taehyung cuando su madre los descubrió. Se arrepentía tanto.
—Y aún así nunca me reclamaste nada… ni siquiera te molestaste conmigo. —murmuró para sí mismo observando las fotografías en su viejo celular. —Siempre fuiste tan comprensivo que no te importaba salir lastimado…
"La lluvia caía a cántaros, y Hoseok solo se dedicaba a mirar las gotitas que resbalaban por la ventana del auto. Ya no sentía nada, no pensaba en nada… para él su vida se había acabado.
Iba rumbo al aeropuerto, sus padres se hallaban en los asientos de adelante y ninguno decía nada… el silencio entre los tres era tan denso que asfixiaba.
Ni siquiera se había podido comunicar con Taehyung, ninguna llamada o mensaje, pues su madre le había confiscado su laptop y su celular; mucho menos lo habían dejado salir solo para así evitar que se encontraran. Había perdido toda esperanza de poder disculparse con él y de decirle que tendría que irse del país… había perdido toda esperanza de decirle "te amo" por última vez.
Mordió su labio inferior y recargó la cabeza en el vidrio mientras poco a poco sus ojos se cristalizaban con muchas imágenes de Taehyung cruzando por su mente.
Su vista se hallaba borrosa por las lágrimas… pero cuando sintió al auto detenerse en una luz roja, juraría que vio a alguien muy conocido correr bajo la lluvia. Rápidamente se incorporó en su asiento y frotó sus ojos: era él… no había duda, lo reconocería en cualquier lugar. ¡Era él!
Así que sin decir ni una sola palabra, se quitó el cinturón de seguridad, tomó el paraguas que estaba en su asiento y abrió la puerta saliendo de ahí alcanzando a escuchar los gritos de sus padres. Tenía que alcanzarlo, tenía que.
Abrió el paraguas, miró a los lados tropezando con los autos que también esperaban el cambio de semáforo, hasta que finalmente llegó a la banqueta y lo vio a lo lejos… reconocía el lugar, estaban cerca de su preparatoria y este era el parque… ese parque en el que se conocieron. ¡Claro que era Taehyung! Él siempre cruzaba este parque al salir de clases.
Corrió y corrió viéndolo cubrirse pobremente de la lluvia con la mochila sobre su cabeza. Tenía que alcanzarlo, era su última oportunidad.
—¡Taehyung! —gritó. —¡Kim Taehyung!
Y se detuvo.
Rápidamente se giró al reconocer inmediatamente esa voz. Pero fue cuestión de segundos cuando fue rodeado por esos cálidos brazos, esos que siempre le habían transmitido tanta paz… tanta seguridad.
Bajo la lluvia, una mochila y un paraguas terminaron en el suelo, mientras un par de jóvenes enamorados se aferraban el uno al otro con fuerza llorando desconsoladamente como si sus vidas dependieran de ese abrazo…
Pero claro que para ellos si era así, pues al separarlos sentían que les estaban arrancando el corazón.
—¡¿Hobi?! ¡Ho-Hoseok! ¿Qué…? ¿Qué haces aquí? —preguntó rápidamente. —Yo t-te envié mensajes y te llamé, me tenías muy preocupado, ¿Estás bien?
—¡Perdóname! —sollozó de repente separándose para sujetar las frías mejillas ajenas. —¡Por favor, perdóname! Fui un completo idiota por comportarme así contigo cuando tú también estabas muy asustado, perdón por alzarte la voz, perdón por no tomar tu mano —comenzó a decir rápidamente. —, perdón por ocultarte de mi padre, perdón por echarte de esa manera y cerrarte la puerta en la cara, perdón por no haber tenido los pantalones para enfrentar a mis padres contigo a mi lado, perdón por-
Un beso. Un beso lo silenció.
—Tranquilo… —le dijo con voz calma acariciándole el rostro y echando el goteante cabello hacia atrás para mirar esos preciosos ojos que ahora lucían tan irritados e hinchados de tanto llorar. —Si quieres que te perdone para sentirte más tranquilo, lo haré: te perdono; pero no necesitas disculparte, fue una situación que nos tomó a ambos por sorpresa y ninguno supo reaccionar. —pasó sus pulgares bajo los ojos limpiando el rastro de lágrimas que se combinaban con las gotas de lluvia. —Por favor no llores, me lastima mucho verte así…
Hoseok negó derramando más lágrimas. No lo merecía, no merecía a alguien tan noble y puro como Taehyung.
—Te amo, Taehyung. —lo veía directo a los ojos. —De una cosa puedo estar seguro en mi vida y esa es que te amo.
Turno del castaño de llorar.
—Y yo a ti, Hobi. —depositó un dulce besito en los labios ajenos. —Te amo mucho, siempre lo haré.
Y ahí Hoseok volvió a sollozar alarmando al otro, sobre todo cuando lo vio recargar la frente en su hombro.
—¿Hobi? ¿Qué pasa? —preguntó angustiado. —¿Por qué…? ¿Por qué lloras así? —se alarmó. —¿Tus padres te hicieron algo?
—Me iré a Estados Unidos…
Fue en ese momento en el que Taehyung sintió como el mundo se le venía abajo.
—¿Qué…?
—Ayer, mi padre me dijo que me enviaría a Estados Unidos a continuar mis estudios, no me quiere cerca de ti, Taehyung, no aceptó lo nuestro.
—No… —sollozó comenzando a negar. —No, Hobi, no… eso no, por favor, eso no…
Hoseok alzó su cabeza para mirar esos ojos cubiertos de lágrimas, enviándole una dolorosa punzada al corazón.
—Dime que es una broma —pidió con desesperación. —, no quiero que te vayas, Hoseok, no quiero, por favor…
—Yo tampoco quiero irme…
—No… no… ¿Por qué? —lloraba mirándolo a la cara. —Hoseok no… —le acariciaba el rostro trémulamente aún incrédulo.
—Me iré en dos horas… —murmuró dolido.
—¡¿Qué?! No, no, no, no, no. —abrió enormemente sus ojos comenzando a negar. —Hobi, no, por favor no, ¿T-Tan rápido?
Asintió relamiendo sus labios.
—Hace unos momentos iba rumbo al aeropuerto, pero logré verte por la ventana del auto, así que en un semáforo me escapé para —sollozó y la voz se le quebró. —, para alcanzarte y despedirme de ti…
—No… —negó derramando más lágrimas. —No, Hobi… n-no puedes irte, ¿Qué voy a hacer sin ti?
—Yo tampoco sé que voy a hacer sin ti, Taehyung…
Fue entonces que se abrazaron fuertemente, aferrándose como si eso evitara que los fueran a separar. Sentían que el mundo se les caía a pedazos, no querían estar separados.
¿Por qué su amor no podía ser?
Sin embargo, ninguno de los dos se había percatado del hombre con paraguas que los veía un par de metros atrás de ellos. El padre de Hoseok había salido a buscarlo después de verlo salir del auto de esa manera… no obstante no se esperaba encontrar a su hijo abrazando bajo la lluvia al que parecía ser su novio.
Le hirvió la sangre, tanto que estuvo a punto de tomarlo del brazo y alejarlo de ahí… pero entonces logró escuchar los lamentos, y notar la forma en la que se abrazaban… decidió dejar que se despidieran por última vez.
—No quiero irme, Taehyung. —sollozaba. —No quiero estar lejos de la persona que amo.
—Hobi todo… todo estará bien, yo… —suspiró profundamente tragando el nudo en su garganta. —Yo te esperaré…
Jung se separó del abrazo al mismo tiempo en el que un trueno resonó en el cielo. Le miró a los ojos con ilusión y tristeza entremezcladas.
—¿M-Me esperarás?
Asintió esbozando una pequeña sonrisa. —Esperaré hasta que regreses.
—¿Estás seguro? —relamió trémulamente sus labios. Alcanzó las frías manos de su novio cubriéndolas con las suyas. —No sé cuánto tiempo vaya a estar allá, no sé cuándo regresaré, no sé-
—No importa. —negó aún con esa bella sonrisilla geométrica en sus labios y con lágrimas cayendo por sus mejillas. —Yo te esperaré el tiempo que sea necesario porque te amo.
—Taehyung… —nuevamente su rostro se deformó en absoluta tristeza, pero al mismo tiempo su corazón se sintió cálidamente doloroso. —Te amo tanto.
—Lo sé… —sonreía. Alzó sus manos para besar las contrarias. —Lo sé muy bien, Hobi, y yo a ti por eso valdrá la pena la espera.
—Me esforzaré mucho, así cuando vuelva seré un buen hombre que te hará muy feliz, te lo prometo. —decía también besando múltiples veces sus manos unidas. —Viviremos juntos, y nos iremos muy muy lejos de aquí y viajaremos por el mundo o a dónde tú quieras y adoptaremos un perro o un gato, o ambos.
Taehyung reía con lágrimas deslizándose en su rostro.
—Lo que tú digas, Hoseok, lo único que me importa es que estaré contigo.
Hoseok se conmovió para entonces impulsarse hacia enfrente y unir sus labios en un dulce beso. Ahí bajo la lluvia, ya ambos empapados, se besaron con infinito amor y ternura, transmitiendo cada uno de sus sentimientos, demostrando cuánto se amaban y lo dispuestos que estaban para esperar el uno por el otro.
Ahí bajo la lluvia, se besaron por última vez…
—Te amo, Hoseok.—dijo en un susurro.
—Y yo te amo a ti, Taehyung…
Una vez más, se enredaron en un fuerte abrazo que les provocó unas inmensas ganas de llorar… no querían separarse.
—Hoseok, tenemos que irnos.
El par de jóvenes se tensaron forzando a finalizar su abrazo. Taehyung retrocedió un par de pasos al darse cuenta de que ese era el padre de Hoseok, su parecido era innegable. Pero Hoseok sostuvo su mano… temblaba pero la entrelazó con fuerza.
El hombre tensó la mandíbula. Ya había visto suficiente, ya les había dado su espacio a pesar de sentirse sumamente incómodo y asqueado de ver a su hijo de manera tan íntima con ese chico.
—Rápido. —habló con voz plana. A pesar de todo, se contuvo de regañarle. —Se nos hará tarde para la documentación.
Asintió para entonces voltear a ver a Taehyung quien ya se hallaba derramando lágrimas nuevamente, provocando que él también lo hiciera. Recogió la mochila en el suelo para colocarsela a su novio y luego le entregó el paraguas que había dejado caer.
—Quédatelo, siempre terminas empapado. —rió bajito acariciándole el rostro. Lo miró a los ojos, notando la enorme tristeza en ellos, por lo que no pudo evitar que su corazón doliera, así que le sujetó las mejillas y le besó. —Volveré —susurró. —Te juro que volveré.
—Hobi… —sollozaba.
—Te lo prometo, volveré, solo no me olvides…
—Te creo, por favor tampoco me olvides…
—Jamás lo haría. —sonrió con lágrimas en sus ojos. —Esta no es una despedida, es un hasta pronto, porque nos veremos de nuevo.—relamió sus labios mirando esos acuosos ojitos. —Así que, hasta pronto, Kim Taehyung.
—Hasta pronto… Jung Hoseok."
Y si, Hoseok regresó a Corea seis años después, pero no se atrevió a buscar a Taehyung… no cuando regresó casado y con un bebé de dos meses entre sus brazos.
Actualmente han pasado trece años desde su regreso. Diecinueve años en total si contamos el tiempo que estuvo en el extranjero, y aún no se atrevía a darle la cara a ese hombre que tanto amó… y que seguía amando a pesar de todo.
—¿Cuándo me atreveré a buscarte? —murmuró para sí mismo observando la pantalla de su viejo celular. —¿Aún me esperas?
Negó llevando una mano a su sien.
—Han pasado diecinueve años, es obvio que te cansaste de esperar… —atrapó su labio inferior entre sus dientes. —No cumplí mi promesa… no cumplí ninguna de ellas.
Lágrimas amargas bajan por sus mejillas.
—Solo espero que… estés bien y que encontraras a alguien que te esté haciendo muy feliz, porque mereces toda la felicidad del mundo.
Aún tenía su viejo número, por lo que también tenía registrado el número de Taehyung, pero dudaba mucho que aún lo usara. Aún así, tomó el valor de abrir la ventanita de chat… y con sus pulgares temblorosos escribió un "Hola, Taehyung…". El corazón le comenzó a latir rápidamente, no sabía si era buena idea enviarlo, pues había probabilidades de que ni siquiera se enviara… pero también había cierto porcentaje de probabilidad de que si fuera recibido.
Enviar.
No obstante, un par de golpecitos en la puerta llamaron su atención, donde luego se asomó una oscura cabellera y unos ojitos dormilones.
—¿Jiho? —se confundió al verlo entrar tímidamente frotando uno de sus ojos. —¿Qué haces despierto? ¿Te sientes bien? —cientos de alarmas se encendieron en su cabeza haciendo que se colocara de pie. —¿Te duele algo?
Sin embargo, todo su sistema se relajó cuando lo vio negar.
—Estoy bien. —se paró frente a su padre. —Es solo que… la lluvia y los truenos me despertaron. —dijo bajito sintiéndose avergonzado.
—Ya veo… ven aquí. —se sentó nuevamente en el sofá y extendió sus brazos invitando a su hijo a un abrazo el cual fue aceptado con mucho gusto. —Tranquilo, todo está bien, estás seguro aquí.
Su hijo siempre le ha tenido miedo a los truenos y relámpagos. Pero Hoseok siempre estaba ahí para tranquilizarlo y decirle que no tenía porqué avergonzarse al sentir miedo de algo, era muy normal sentir miedo a algo… después de todo, eso no nos convertía en cobardes, nos volvía más humanos.
Le dolía pensarlo pero… le recordaba tanto a Taehyung, pues a él también le aterraban los truenos y relámpagos.
Hoseok le acarició los desordenados cabellos azabaches a su hijo y sonrió enternecido al notar como se aferraba a él. Ya casi tenía trece años, pero para él seguía siendo su pequeñito, ese que le dió un bello destello de luz cuando nació.
—¿Tampoco puedes dormir, papá? —preguntó bajito.
—Mhm no... —suspiró bajito frotando la pequeña espalda.
Por otra parte, Jiho se percató del celular prendido que estaba en la mesita de al lado. Le llamó mucho la atención el fondo de pantalla que tenía, estaban su padre y otro chico durante su juventud. No obstante, el sonido de un mensaje entrante… y luego otro, y otro más provocaron que Hoseok se tensara.
Jiho alcanzó el viejo celular viendo la pantalla con atención.
—Kim Taehyung… —leyó la barra de notificaciones, para luego observar a su padre. —Papá, tienes tres mensajes nuevos de Kim Taehyung.
🌙
¡espero les esté gustando! ¡nos leemos en el próximo!~
—Sony. 🌙💜✨
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