006

"The lightning thief"
Acto uno. Sexta escena.
› › I think I would like his protection

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CAMINÉ JUNTO A Percy, procurando que él estuviera tomando en la dirección correcta la cabeza decapitada─ Ten cuidado, procura no estar en peligro cuando le quites el gorro.

── Buen consejo ─me miró por unos segundos antes de volver a hablar, mentiría si les negara que no me sentía aliviada de tenerlo al lado mío─ ¿Podrías...? Tengo las manos ocupadas.

Asentí abriéndole la rejilla de la puerta principal para que pudiera salir de la casa, cerré nuevamente por si acaso, sin quitar mi vista de él.

Caminaba lentamente con una cierta actitud calmada, aún con la Furia volando para lastimarlo, parecía bajo control de la situación, como si petrificar una criatura no se le hiciera difícil.

Estaba fascinada.

Cuando volvimos con los demás, notamos como Grover miraba con añoranza una estatua, otro sátiro.

─ Mi tío Ferdinand... Esto es lo más lejos que llegó en su misión, ni siquiera hemos llegado a Trenton ─noté como estaba a punto de llorar, con todo mi ser simplemente pude poner mi mano en su hombro, era el máximo gesto que era capaz de hacer─ Pero mírenlo, no es como los demás... no parece asustado... ─se aclaró la garganta, asumí que no deseaba que profundicemos en el tema─ ¿Ocupaste la cabeza para deshacerte de Alecto?

Percy asintió lentamente, mirándome por unos segundos antes de retomar también el tema── ¿Qué hacemos con la cabeza? Petrifique a una Furia y ni siquiera lo estaba intentando, no podemos dejar la cabeza por ahí para que cualquier persona la encuentre. Le ponemos la gorra y la enterramos, así la dejamos segura.

Miré por unos segundos a Annabeth, ese plan la dejaría sin la única muestra de amor de su madre.

── Claro ─¿Qué? Sé que era sensato pero no puedo creer que lo aceptara─ ¿Podemos hablar de un asunto más importante?

── ¿Qué otro asunto? ─pregunté confundida, no entendía nada de lo que pasaba.

── Medusa le dijo "podrías haber salvado a tu madre" como si ya lo hubieran hablado ¿Tu madre sigue viva?

── Está con Hades ─respondió mientras los tres nos alejabamos un poco de Grover para permitirle un momento con el recuerdo de su tío─ Pero agradezco el interés.

Percy Jackson tenía el amor de su madre, aún tenía a un padre que se preocupara de él, tal vez no sepa exactamente lo que se siente tener a alguien así en la vida pero comprendía que el tener a un padre quien realmente te amara no debería perderse por asuntos ajenos y en los que uno no era culpable.

── Estoy interesada en la verdadera razón de esta misión ¿Y por qué me entero por Medusa? ─cuestionó Annabeth escéptica.

── Vale, ya que sacaste el tema: ¿"Debiste aceptar mi oferta"? ¿Qué significa eso y por qué nos enteramos por Alecto? ─ya me dolía la cabeza, se supone que yo soy la del mal humor pero todos se la pasan discutiendo.

── ¡Basta! ─grité junto a Grover, algo muy común al parecer, lo miré sorprendida y comprendí que ya estaba superado, por lo que decidí seguir hablando yo─ Okay, primero que todo la gorra es un regalo de Atenea, regalos así son las únicas cosas que nos unen a nuestros padres, así que no podemos dejarlas tiradas ─le aclaré moviendo mi espada, antes de voltear a ver a Annabeth, quién me miraba asombrada─ Su madre está viva, obviamente va a intentar rescatarla, así que vamos a ayudarle a recuperar a la única figura que lo cuidó ¿Quedó claro?

── Sí, señora ─contestaron en voz baja, le di la palabra a Grover que seguía molesto.

── He estado todo el día intentando que esta misión funcione, sin hacer enojar a ninguno de ustedes tres ─se detuvo por un momento, ay, me sentí regañada también─ pero quizás es lo que hace falta antes de continuar, Annabeth te hizo una pregunta en el bosque pero nunca contestaste: ¿De qué tienes tanto miedo?

── No lo sé...

── Yo creo que sí ¡Has estado discutiendo con ellas, has estado discutiendo conmigo! ─nos estamos colocando muy reales, ojalá no me toque a mí.

── ¡Porque el oráculo dijo que uno de los tres me traicionaría! ¿Okay? ─bajé mi mirada hacia mi espada, la lealtad es lo más importante para todos los hijos de Némesis, no veía capaz a ninguno de nosotros de algo así─ "Serás traicionado por quién se dice tu amigo, y al final no lograrás salvar lo más importante" ─recitó mirando hacia Grover─ Eso es el resto de lo que me dijo, elegí a Andrómeda porque ella no ocultaba que me odiaba, elegí a Annabeth porque nunca seríamos amigos, y a ti porque creía que, si alguien iba a apoyarme siempre serías tú, y ahora me siento muy solo. No sé que pensar ni en quien confiar...

Comencé a mover la pulsera con ansiedad, sabía que tenía mal humor y que siempre hacia cosas para alejar a la gente pero ¿Realmente era una persona cruel?

── No pidieron ser semidioses, no pedimos está misión ─habló Grover intercalando miradas entre los tres─ pero podemos decidir que, mientras estemos los cuatro juntos, ninguno estará solo, y si no somos capaces de eso, deberíamos regresar al campamento de inmediato porque moriríamos.

── ¿Cuál fue toda la profecía? ─pregunté sin mirar al rubio, el cual suspiró antes de hablar.

── "Irás al oeste, donde te enfrentarás al dios que se ha revelado, encontrarás lo robado y lo devolverás. En tus brazos, la fuerza de su protector te guiará hacia la verdad" ─Mordí parte de mi labio inferior al oír la última parte, el recuerdo de mis sueños y sentir una presencia ajena me llegó de forma fugaz─ "Serás traicionado por quién se dice ser tu amigo, al final no lograrás salvar lo más importante."

Asentí lentamente mientras jugaba con mi pulsera de forma nerviosa ¿Protector? ¿El rayo tenía un protector? Pero menciona que está en sus brazos, claramente no refería que Percy tenía un protector, ya que decía "su" y no "tu". Supongo que esa es la gracia de las profecías, pueden significar muchas cosas, así siempre vas a cumplirlas de un modo u otro.

── ¿Estás ocultando algo, gruñona? ─la voz de Annabeth me obligó a levantar la vista, los tres me miraban expectantes, al parecer no disimulé muy bien mi reacción.

Ya sabían que ocultaba algo y mencionaba un traidor, si no confesaba ahora iban a desconfiar de mí. Mi momento de ser real con ellos llegó, ay.

── Miren, antes de llegar al campamento soñaba con alguien ─dije tras un gran suspiro, haciendo el ejercicio de respiración─ la última vez que soñé con él me dijo algo sobre que había ocultado la verdad, y hace como un mes comencé a soñar... casi siempre ahí tengo la sensación de que hay alguien más.

Hubo un silencio, me sentí una tonta al decirles eso, pero no quería que dudaran de mi lealtad.

── Si tienes otro sueño debes contarnos, nos podría ayudar ─la voz de Percy sonaba más suave que hace unos minutos, no deseaba contarles lo que sucedía en mis sueños─ Y creo que ya sé lo que podemos hacer con la cabeza.

Comenzamos a seguir a ricitos por el gran sótano, hasta llegar a una mesa de madera que estaba rodeada de cajas para enviar. Allí recordé como antes que la rebanara, Medusa había dicho algo sobre enviar nuestras estatuas hacia el Olimpo.

¿Su plan era enviar la cabeza de Medusa, quién petrificaba, al Olimpo, en dónde estaban los dioses que lo querían muerto? La inteligencia lo perseguía pero él siempre era más rápido.

── Hermes Express, enviaba estas cosas a todos los sitios ─habló hojeando un libro de registros sobre todos los envíos que la Gorgona muerta había estado haciendo─ Algunos iban al Olimpo.

── Ricitos, literalmente les estás enviando una amenaza a dioses que desean tu muerte ─intenté hacerlo razonar, no quería que me castigaran por una estupidez de él─ Aún con tus buenas intenciones sigue siendo una ofensa para ellos.

── Pero es material peligroso, como baterías, se mandan al sitio de dónde son ─eeeeh, si tenía sentido lo que decía también.

── Sigue siendo una mala idea, lo verán como impertinente ─habló Annabeth, la más sensata de los cuatro.

── Soy impertinente ─intenté no sonreír al oírlo decir aquello.

── Sí, pero nosotros no.

── Nosotros, realmente no ─añadió Grover buscando que su mejor amigo entrara en razón.

Hablen por ustedes, ricitos ya me convenció.

── Escuchen, Medusa ha obstaculizado nuestra misión y tiene muchos problemas con sus madres ─miré momentáneamente mi espada, mi madre no debería enojarse si acepto el plan de Percy, ya que de cierta forma era justicia─ si lo miran así, parece una especie de tributo ¿No? Además ─sacó el gorro de la caja, procurando no ver la cabeza dentro de la caja─ de esta manera, parte de tu madre sigue con nosotros.

Sonreí suavemente viendo como el regalo de Atenea regresaba a manos de Annabeth, la abracé de lado, al prácticamente tener un lindo final el primer día de la misión.

── Esto no era a lo que me refería con elegir seguir juntos, esto conlleva muchos riesgos que no... ─mordí mi labio inferior para no reírme al escuchar como Percy comenzaba a aplaudir─ ¿Vas a cantar la canción, no?


La suave brisa marina acaricia mi piel mientras me encuentro de pie junto a Perseo, observando el resplandor dorado del sol que se refleja en las aguas cristalinas del mar. A nuestro lado, nuestros hijos más jóvenes, Perses y Gorgófone, juegan felices en la arena dorada, riendo y correteando entre las olas que acarician la orilla.

Es un momento de paz y serenidad, un respiro en medio de las tormentas y batallas que han marcado nuestras vidas. Perseo se acerca a mí, sus ojos brillando con un amor tan puro y profundo que me deja sin aliento. Toma mi mano con ternura, entrelazando sus dedos con los míos en un gesto de complicidad y amor eterno.

── Oh, Andrómeda ─murmura Perseo, su voz resonando como una melodía celestial─ En este momento, rodeados por la belleza de la naturaleza y el amor de nuestros hijos, siento que nada más importa. Eres mi luz en la oscuridad, mi fuerza en la adversidad. Te amo más allá de las estrellas.

Sus palabras son como una caricia para mi alma, llenándome de calor y alegría. Le devuelvo la mirada con amor y gratitud, sintiendo como mi corazón late al unísono con el suyo, unidos en un lazo inquebrantable que trasciende los confines del mundo mortal.

── Y yo a ti, Perseo ─respondo con voz suave, mis ojos reflejando el mismo amor y devoción que los suyos─ Juntos, enfrentaremos cualquier desafío que se interponga en nuestro camino. Juntos, construiremos un futuro lleno de amor y esperanza para nuestra familia.

El sol comienza a descender en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados mientras el día llega a su fin. Pero en nuestro sueño, el amor entre Perseo y yo brilla con una luz eterna, iluminando incluso las noches más oscuras y las tormentas más feroces. En este momento, en este lugar, somos invencibles, somos eternos.

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(AUTHOR'S NOTE):

Percy: elegí a Andrómeda porque
ella no ocultaba que me odiaba

Andrómeda en cuestión: I'm a
feminist, obviously but I wouldn't
really mind him savin' me, and I
know that I'm fine without a man
But I think I would like his protection

[1.892 palabras]

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