𝟬𝟲. get the fool out of jail
06 : : CAPÍTULO SEIS
❛ sacar al tonto de la cárcel ❜
📍# EVERGREEN
🕚 # 13:10 P.M
LEIGHTON CERRÓ LA puerta de su auto y se dirigió hacia la entrada principal de la comisaria a paso apresurado. Unos minutos atrás había recibido un mensaje de Sophie avisándole que habían encontrado al presunto causante de la explosión y homicidio del estacionamiento, así que no dudó en envolverse en su toalla y vestirse lo más rápido que pudo para salir de su apartamento con dirección a su trabajo.
—Sophie -Fue lo primero que dijo al pasar por las puertas principales–. ¿Qué sucedió?
—Lo mismo te pregunto, he intentado contactarte desde anoche -Habla mientras camina junto a Leight por el lugar, llevándola hacia un lugar en específico–, ¿está todo bien?
—Claro, ¿por qué no lo estaría? Solo tuve unos problemas que arreglar -Encoge sus hombros tratando de restarle importancia y que se viera creíble–. ¿Quién es? -Señala al hombre adulto que aparece en una fotografía sobre la mesa.
—¿Él? Es August Smith -Responde. Leight mira más de cerca la fotografía, viendo que se trataba de un criminal–. Debes recordar su alías. Fue White Dragon, un criminal bastante estúpido pero un completo dolor de cabeza hace muchos años.
White Dragon... No lo había escuchado nunca.
—Creo que sí -La morena miente–. ¿Él fue el responsable de lo sucedido en el estacionamiento?
—Según las huellas que encontramos -Fitzgibbon intervino en la conversación de las dos mujeres, causando que giraran sus cabezas a mirarlo–. Hola, Leighton.
—Larry -Leight hizo un asentimiento hacia él como modo de saludo–. Bueno, entonces este criminal retirado es quién ocasionó una explosión y causó la muerte de esa mujer, ¿verdad?
—Es lo que tenemos hasta el momento, sí -Asiente Sophie–. Las pruebas son contundentes, así que tuvo un pase directo a la cárcel local por ahora mientras el caso sigue el procedimiento para que se le inicie un juicio cómo corresponde.
—¿Su familia ha dicho algo? Puede que tenga una buena coartada.
—Su única familia viva es Christopher Smith -Leight gira su cabeza de inmediato viendo a Larry por su respuesta inesperada. No pensaba que fueran familiares más que coincidir en apellidos–, ¿haz escuchado hablar de él? -Ladeó la cabeza de un lado a otro–. Es otro perdedor que acaba de salir de la cárcel, es igual que su padre. Los dos son la clara representación de la lacra que invade nuestro país.
—Estuvo en Belle Reve hasta hace unos meses que salió en libertad -Añade Sophie–. No lo hemos podido localizar pero supongo que no es tan importante de igual manera. Habría venido a buscar a su padre si realmente le importaba.
—Sí, supongo que tienes razón -Encoge sus hombros, deja la fotografía en su lugar y carraspea levemente–. Entonces tienen el caso resuelto -Los compañeros asienten–. Los felicito, honestamente pensaba que se iba a tardar un poco más.
—Nosotros también pero creo que fue un golpe de suerte -Sophie sonríe abiertamente y Leight le corresponde de la misma manera.
—Regresaré a mi escritorio, tengo mucho trabajo aún por hacer -Señala a sus espaldas.
—Claro, anda. Hablamos luego.
Sophie se despide de su amiga y retrocede para alejarse pero regresa al darse cuenta que Larry permaneció en su lugar, siguiendo con su mirada a la morena que se desplazó a su escritorio hace unos segundos atrás.
—Eres demasiado perturbador -Sophie le regaña, causando que este dejara de mirar a Reagan.
Leight mira a todos lados con sumo cuidado para asegurarse que nadie la estuviera observando mientras accedía a su computadora frente a ella. Ingresa su usuario y contraseña que le daba acceso al sistema de la comisaría local, escribe el nombre del padre de Chris en el buscador y ahí aparece su expediente completo, teniendo como novedad su último ingreso a la prisión local. Revisa la última actualización del caso dónde él estuvo involucrado, leyendo la resolución que detallaba las pruebas encontradas en la supuesta escena del crimen y quién era el dueño de dichas huellas. No había nada más que las huellas digítales, lo que daba a entender que Chris fue cubierto probablemente por su propio equipo.
El siguiente en ser revisado fue su affaire de la última noche en Fennel Fields, Adrian Chase. Escribe su nombre en el buscador y lo encuentra de inmediato. Lo revisa con lentitud leyendo sus primeros datos básicos como su nombre completo, edad, fecha de nacimiento y entre otros, pero lo que más le llamó la atención a Leight fue que su última actualización en registro criminal fue realizada hace menos de una hora, detallándose que fue ingresado por vandalismo a los exteriores de la comisaria.
—Pero si es un tonto -Resopla Leighton mientras cierra todas las ventanas de su computadora y bloquea la misma. Desvía la mirada mientras piensa en lo que debería hacer para sacar al tonto de la cárcel.
Las alarmas del lugar empezaron a sonar, específicamente del área dónde se encontraban las celdas y era un aviso de un problema en el interior de la zona de reclusión. Leighton se levanta de su asiento y se acerca hacia la puerta dónde separaba las oficinas principales de la comisaria y las celdas de la prisión local, inclina su cabeza para ver por el pequeño vidrio templado de la puerta pero lo único que podía observar era a varios guardias correr hacia el comedor de los reclusos.
—¿Qué sucede? -Pregunta a uno de los oficiales que estaban cerca.
—Hay una pelea entre los reclusos -Explica rápidamente antes de cruzar la puerta que solo le permitía el ingreso al personal autorizado.
—Ese tonto -Leighton quiso ingresar pero se detuvo a sí misma cuando escuchó gritos del interior, de un hombre pidiendo hablar con Sophie porque tenía información importante sobre su caso y que su hijo intentaba matarlo–. Smith.
—Leight, ¿qué está pasando? -Sophie se acerca al verla cerca del ingreso a las celdas, dónde no tenía permitido ingresar a menos que estuviera en medio de un caso o haya arrestado a alguien.
—No lo sé -Responde con un poco de sinceridad y mentira–. Escuché la alarma y gritos, supuse que sería algo importante.
—Detective Song -La puerta se abre mostrando uno de los guardias que custodiaban las celdas–. Tiene que venir.
—¿Qué sucede, Barry?
—Es Smith, pide hablar con usted y no deja de gritar que su hijo intenta asesinarlo.
Leighton y Sophie se miran bastante confundidas por lo escuchado pero la asiática termina cediendo al pedido del guardia de ingresar al área de reclusión. Sophie caminar por el largo pasillo siendo seguida por dos guardias pero ambos se detienen frente a las rejas que daba el ingreso al patio, dónde había ocurrido la pelea entre los reclusos y que era un hecho que Adrian se encontraba involucrado. Sophie se detuvo unos segundos a hablar con los guardias, probablemente poniéndola al tanto de la pelea o sobre cómo podrían proceder para que el caso vuelva a retomar su curso.
Lo último que podía ocurrir es que Adrian se siguiera involucrando más en el problema de Christopher y sobre todo, sea acusado de intentar asesinar a August.
Tenía que sacarlo de ahí.
Y es así cómo Leighton hizo un esfuerzo abismal por agilizar la salida de Adrian de la cárcel. Tuvo que mover algunos documentos, tratar de convencer a algunos compañeros que eso fue una infracción mínima e incluso trató de averiguar si había algún tipo de fianza que pudiera pagar para que sea liberado. Estaba en proceso hasta que de un momento a otro, su estado de presencia en la comisaria fue actualizado y puesto en libertad.
Ya era de noche, Leighton planeaba no salir a las calles como Black Hawk esa noche y solo de dedicaría a pedir algo de comida, ponerse ropa cómoda y sentarse en el sofá de su sala buscando alguna película en la cuál perder el tiempo pero que le permita encontrar la relajación que estaba buscando luego de una noche bastante agitada en el que se cayó de un árbol, fue golpeada por un ninja del tamaño de un gnomo y estuvo secuestrada por horas.
Sophie no había salido del área de reclusión e incluso había solicitado el apoyo de Larry hace largos minutos atrás, lo cuál ponía en alerta a Leighton. Podía imaginarse que el padre de Christopher planeaba decirle a la detective que era inocente y que nunca estuvo en ese lugar aunque sus huellas digan lo contrario porque no sabía que su hijo había causado dicho desastre, ¿verdad?
Leighton se desplaza hacia el estacionamiento frente a la entrada principal de la comisaria y ve un auto negro estacionado frente a las puertas, probablemente estuviera esperando a alguien y reconoce a la persona que va en el interior. Era Harcourt y debía ocultarse de ella para evitar que su identidad cómo policía sea revelada, gira la cabeza del lado contrario dejando que su cabellera cubriera gran parte de su rostro. Ella estaba esperando a que liberaran a Adrian, era obvio que ellos también ayudaron a que el idiota sea liberado.
Camina hacia su vehículo escuchando a sus espaldas cómo la puerta de la comisaria fue abierta y cerrada, pasos dirigirse hacia el auto y luego la misma puerta abriéndose y cerrarse. Era Adrian, sin duda alguna, que le dieron permiso de abandonar su celda.
Leight creía que había logrado pasar desapercibida una vez que se mezclara entre los autos pero no contaba con que Adrian la haya visto a lo lejos a pesar de su condición visual que dejaba mucho que desear, podría reconocer su cabello particular en cualquier lado. Además que había girado a verlos directamente antes de ingresar a su auto, pensando que no se darían cuenta aunque no fue así. Adrian Chase sabía que era la misma chica con la que había tenido un encuentro sexual bastante particular la primera vez que se vieron y es la misma que era su enemiga durante las noches, y que también era una policía.
Lo que Adrian iba descubriendo de Leighton lo dejaba con la boca abierta en cada ocasión.
Estaba dirigiéndose a casa pero se detuvo en un semáforo en rojo, mientras esperaba que la luz cambie de color, su teléfono sonó avisando que le había ingresado un mensaje, específicamente un audio que se dejó ver en la barra de notificaciones. Leighton abre el chat al ver de quién se trataba y hace que el audio se reproduzca.
—Entonces, ¿es un peligro? -Reconoció la voz de Bruce en los primeros segundos del audio.
—No, claro que no es un peligro -La voz de un hombre desconocido fue quién le respondió–. Es más un estúpido que un peligro, si me dejas decirte la verdad -Escucha una pequeña risa sin nada de gracia–, pero haría todo lo posible por guardar un secreto que dejara una gran mancha en su reputación de mierda.
Las cejas de Leighton se fruncen al escucharlo. No entendía nada de lo que hablaba, a lo que se refería y especialmente, quién era.
—Solo te puedo decir que si tienes a alguien ahí afuera tratando de atraparlo, más si es una mujer, según me dices, hay probabilidades que ella termine igual de muerta que Flag.
La mención de su amigo fue suficiente para que entendiera a lo que el desconocido se refería pero de alguna manera no quería sacar conclusiones apresuradas, tenía que encontrar una respuesta y la única persona con la que podía hablar era con Christopher. Si le explicaba sus razones, estaba segura que él la ayudaría con todas las incógnitas que tuviera dando vueltas en su cabeza, así que no hizo más tiempo en cambiar de camino con dirección hacia la casa de Smith.
No podía dejar de pensar lo último que había escuchado y tratando de unir algunos puntos que pudieran dar con el responsable de la muerte de su amigo, lo único que entendía es que el asesino era peligroso y puede hacerle daño si se acercaba demasiado pero esa persona no la conocía ni de cerca, no sabía lo que ella estaba dispuesta a hacer con tal de cobrar venganza por haberle arrebatado a una de las personas más importantes de su vida. Haría sufrir al responsable de la muerte de Rick, segundo tras segundo.
Detuvo su auto a las afueras de la casa de Christopher, miró por el parabrisas a las ventanas de la casa que tenían las luces encendidas y veía sombras moverse de un lado a otro al compas de la canción. Tragando en seco y juntando su valentía, salió del auto tomando su teléfono con una mano y con la otra libre cerró la puerta del piloto a sus espaldas. Sus pasos se dirigieron hacia la puerta principal, tocó dos veces la madera con fuerza para que sea escuchada por encima de la canción.
—¿Quién es? -Escuchó la voz arrastrada de Christopher del otro lado, probablemente ebrio.
—Soy Black Hawk, estuvimos secuestrados anoche -Responde con duda.
—Está abierto.
Leighton abre la puerta, permitiéndose ver el interior de su casa por primera vez. Tenía muchas cosas en todo el lugar que lo hacían reducir su tamaño a cómo verdaderamente era, su mirada recae en la pequeña sala dónde ve que habían varias botellas de cerveza en el suelo y a Chris que estaba sentado en el sofá con la mirada perdida y una botella en la mano.
—Te ves fatal -Trata de bromear mostrándole una leve sonrisa y dando pasos hacia dónde se encontraba.
—¿Quieres? -Hace referencia a la cerveza, Leighton lo mira unos segundos pensando en su respuesta.
—Sí -Le responde unos segundos después de pensarlo, tenía que encontrar la forma en que haya confianza y tranquilidad entre ambos para que pudiera brindarle la información que ella quería escuchar.
Acepta una de las cervezas intactas que tenía a su lado, la abre y alza la botella haciendo referencia a un brindis entre los dos. Le da un largo sorbo y arruga sus cejas al sentir el sabor bajar por su garganta, no era tan fan de la cerveza pero era parte del plan en ese preciso momento.
—Está buena -Miente con facilidad.
—¿Qué haces aquí, pájaro? Es tan tarde -Cuestiona el hombre mientras bebe de su cerveza.
—Quería decirte algo, Christopher -Se sienta a su lado y hace su cabeza hacia atrás, mirando el techo blanco pensando en las palabras que le diría–. Es algo verdaderamente importante y creo que tú podrías ayudarme.
Leighton ignoraba las vibraciones que le enviaban su teléfono avisándole que alguien le estaba enviando mensajes e incluso intentaban llamarla pero no había respuesta por parte de ella. Sabía que era Bruce y le estaba diciendo que abandonara el plan, que saliera de Evergreen y que él encontraría la manera de hacerle frente al asesino a Rick con tal de que ella no se involucrara más de lo que ya estaba porque supuestamente corría peligro. No quería responderle, quería encontrar respuestas por su cuenta.
—Yo no ayudo a nadie -Chris suelta una risa amarga causando confusión en su acompañante–, lo único que hago es joder las cosas más -Vuelve a tomar de su bebida–. Alguien cómo yo jamás podría ayudar a alguien, no es lo que hago.
—¿Por qué dices eso?
—¿Sabes? Él tenía razón -Sigue hablando teniendo la atención de Leighton–, Peacemaker es una mentira, una de las más asquerosas mentiras que puede haber en este mundo -Dijo asqueado de su propio nombre–. Quise hacer las cosas bien a diferencia de mi padre, quería ser diferente a él pero solo conocía la forma en la que me entrenó y causé más daño de lo que pretendía evitar -El silencio reinó durante unos segundos–. Soy una burla, un chiste, una mentira. Nadie confiaría su vida en mí, ni yo mismo lo haría -Aprieta sus labios antes de volver a darle otro trago a su cerveza–. Quisiera ser cómo tú.
—¿Qué? -Leighton pregunta al tomarla por sorpresa–. Claro que no, no soy perfecta, he cometido más errores de lo que crees -Gira la cabeza para mirar nuevamente al techo en blanco sobre ella–. Mi último error me sigue persiguiendo a pesar que tengo muchos años huyendo de lo mismo.
Las cosas en el ambiente se habían aligerado a tal punto que estaban dejando salir todo lo que pensaban y sentía, podría ser por la canción que se reproducía en los parlantes, por la simple razón que ambos estuvieron guardando muchas cosas durante tanto tiempo o solo porque tenían botellas de cerveza en la mano.
—Dejé morir a una persona la última vez que estuve en Gotham, a la última persona que confió su vida en mis manos murió por mi culpa -Leighton tiene pequeños fragmentos de esa tarde en la que esa niña murió–. Fue mi culpa, no supe hacer mi trabajo bien y esa niña murió en mis brazos -Suelta un pequeño sollozo y le da un largo trago a la cerveza que ya no sabia tan mal como antes–. Sueño con ella todas las malditas noche. Se repite lo mismo y ella ruega para que no la deje morir pero siempre lo termino haciendo, todos los días -Traga en seco antes de seguir hablando–. Entiendo por lo que estás pasando en este momento. Nadie puede confiar sus vidas en nuestras manos cuando somos un completo desastre, cuando tenemos raíces que nos arrastran a la oscuridad de nuestras almas.
Hubo un corto silencio en el que se escuchaba a Leight beber de su cerveza.
—¿Tienes oscuridad, pájaro?
—Todos tenemos un poco pero tratamos de reprimirla o simplemente no lo reconocemos -Encoge sus hombros–. No siempre las cosas saldrán bien. Esto no es una película o una serie, somos seres humanos luego de quitarnos la máscara -Pausa un momento–. Los errores pesarán más que otros pero terminarán persiguiéndonos y removiendo nuestra consciencia hasta lo último, solo es nuestra decisión si dejamos que esos errores definan nuestras intenciones.
Las palabras de Leighton dejaron pensando a Christopher a su lado. Él tenía buenas intenciones solo que un método malo para hacerle frente, además de varias reglas morales cuestionables pero al final de cuentas, solo quería hacer el bien para todos, ¿no? Ese era su verdadero propósito aunque sus actos siempre serían superiores a sus intenciones, lo hacían desaparecer en la oscuridad.
—Le he quitado la vida a muchas personas mientras buscaba la paz en este país -Confiesa un poco después luego de reflexionar–. He matado a inocentes para conseguirlo pero no obtuve el resultado que esperaba, las cosas empeoraron después. Le quite la vida a alguien para proteger la vida de las personas que nos pusieron en peligro y eso es lo que me persigue hasta ahora, no me lo puedo sacar de la cabeza -Golpea la yema de su dedo índice contra su sien repetidas veces.
—No siempre haremos las cosas bien para obtener un buen resultado -Leighton gira su cabeza para mirarlo–. Tienes la oportunidad de remediar todo lo que hiciste, Chris, solo tienes que decidirte si estás dispuesto a tomar la segunda oportunidad que te están ofreciendo.
—Gracias, pájaro, tú si me entiendes.
Leighton le sonríe levemente.
Las vibraciones en el bolsillo de su chaqueta no la dejaban tranquila, así que decide meter su mano para apagar su teléfono pero antes de hacerlo lee un mensaje que le llama la atención y sobre todo, hace que todo a su alrededor se detengan y su sonrisa se desvanezca con lentitud hasta el punto de desaparecer por completo. Levanta la mirada de su teléfono para mirar a Christopher que bebía de su cerveza con tranquilidad y se aleja de su asiento al darse cuenta que la botella estaba vacía, camina unos pasos hacia el refrigerador para sacar una botella más.
Leighton siente su mano temblar mientras sus latidos incrementan a gran velocidad sin dejar de mantener la mirada fija en el hombre que tenía en frente.
Christopher Smith mató a Rick Flag.
—¿Qué sucede, pájaro? -Pregunta Chris al regresar y ver a su acompañante bastante extraña.
Leight saca el arma que guardaba en la parte posterior de su cadera y lo apunta, tomándolo por sorpresa y que el mismo levantara ambas manos hasta incluso sacarle la leve borrachera de un susto. Los ojos de la morena estaban cristalizados, su mandíbula temblaba al igual que sus piernas que se esforzaban por levantarla del sofá.
—¿Qué estás haciendo?
—Tú, maldita escoria -Dice entre dientes sin dejar de apuntarle–. ¡Fuiste tú! ¡Carajo! ¿Cómo pude ser tan ciega?
—¿Fui yo? ¿De qué carajos estás hablando? -Espeta Christopher bastante confundido.
—¡Tú mataste a mi amigo! ¡Mataste a mi hermano! ¡Mataste a Rick! -Le grita de vuelta causando que el cuerpo de Smith se congelara de inmediato cómo si le hubieran tirado agua helada–. ¡Mataste a mi hermano, maldita sea! Y ahora eres tú quién morirás.
Avanza hacia él con la intención de dispararle más de cerca pero fue grande su sorpresa cuando Christopher no se opuso, incluso se dejó caer de rodillas haciendo que el cañón de la pistola diera en medio de su frente. Christopher mantenía contacto visual con la morena pero también temblaba aunque quisiera verse fuerte, sentía miedo de alguna manera pero su cargo de consciencia era mayor en ese momento.
—Mátame -Alienta Christopher–. Mátame de una vez y acabemos con esto, no soporto vivir más.
Leight derrama muchas lágrimas sin dejar de sostener el arma con fuerza, apuntando a Smith de rodillas en el suelo.
—No merezco vivir, Rick sí merecía hacerlo -Baja la cabeza con vergüenza por ese gran terrible acto pero sabiendo que sus palabras eran sinceras–. Rick siempre fue bueno y es el verdadero héroe, no yo -Leighton deja que sus lágrimas sigan saliendo al recordar a su amigo y darle la razón a Smith–. Él no merecía una final así, quiso hacer lo correcto pero yo se lo impedí para evitar una guerra internacional, eso no fue justo.
—Cállate, ¡cállate! -Exclama Leight presionando más el arma contra su cabeza.
—¡Rick es el héroe, no yo! ¡Rick merecía vivir, yo merezco morir! -Chris exclama manteniendo los ojos cerrados y la respiración agitada–. ¡Mátame, hazlo! ¡Yo maté a Rick Flag, lo apuñalé con un pedazo de vidrio en el pecho!
—Cállate -Leight soltó un fuerte sollozo y centró su mirada en Christopher, sintiendo la ira recorrer sus venas dándole la señal que estaba preparada para girar del gatillo o eso es lo que ella creía.
Tenía el dedo puesto donde corresponde pero no podía hacer nada, estaba ahí de pie mirando al asesino de su amigo pero no podía dispararle y matarlo como quiso desde que se enteró que Rick no murió en la caída del edificio, sino que fue asesinado. Creía estar preparada para enfrentar al asesino pero cuando llegó el momento de tenerlo de rodillas frente a ella gritándole su confesión, no podía jalar del gatillo y eso empezaba a desesperarle bastante.
Christopher merecía morir no solo por la muerte de Rick, sino por muchas otras que quedaron impunes y fueron inocentes. Habían razones para que muera pero Leighton no era capaz de hacerlo aunque quisiera, su cuerpo no reaccionaba ante la idea de dispararle, su consciencia le gritaba que no debía cometer el mismo error de rebajarse al nivel de la maldad pero no había otra solución para hacerlo pagar, ¿verdad?
—¿Qué esperas? ¡Mátame! ¿O tienes miedo? Eres tan cobarde que no puedes jalar del puto gatillo -Christopher siguió provocándola para matarlo.
Leight cierra los ojos y dispara, haciendo que se escuchara un estruendo en el lugar que pronto dejó en silencio el ambiente. La mano le temblaba pero aún así la bajó, dejando que el arma dejara de apuntar a Christopher. El hombre abrió los ojos con lentitud viendo que aún permanecía con vida y que Leighton había disparado a cualquier otro lado menos a él, mira cómo la morena se deja derrumbar en lágrimas y cae de rodillas al suelo frente suyo. Deja el arma en el suelo y coloca ambas manos sobre su regazo dejando que todos sus sollozos salieran sin filtro.
No era capaz de matarlo, no podía hacerlo y eso la llenaba de coraje.
Estaba segura que él no había dudado en asesinar a Rick pero ella no podía hacerlo con él, no podía dispararle y sentía que le había fallado a su mejor amigo.
Christopher mira a la chica y también deja escapar unas lágrimas al ver que había arruinado otra vida por sus acciones con fines "buenos" según su criterio. Veía el dolor en Leighton, lo reconocía porque él también había pasado por lo mismo cuando mató a su hermano hace muchos años atrás y también fue por su culpa. No sabía a cuantas personas más iba a matar, lo único que sabía es que no quería volver a hacerlo y era él quién debía morir antes que cualquier otro inocente.
—Espero que este cargo de consciencia jamás te deje de atormentar.
La amenaza de Leighton fue lo último que Christopher escuchó antes que ella se fuera de su casa de inmediato sin tomarse la molestia de siguiera cerrar la puerta en el camino, subió a su auto y salió de ese lugar lo más rápido que pudo con dirección hacia su casa.
Siguiente capítulo . . .
"CAPÍTULO SIETE: chainsaw and gorilla"
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