Capitulo 1
Suspiro, agotado. Otra noche en el que el alcohol corre por mis venas. Mis ojos ven la sala de mi casa en varios colores y en movimientos rápidos. Siento que las piernas y las manos me tiemblan, se que pronto voy a caerme. Trato de que mis manos se aferren a todo lo que encuentran a su paso, pero mi inestabilidad y mi torpeza me han hecho romper el hermoso jarrón que mi madre nos dio cuando Alana y yo decidimos mudarnos juntos.
De pronto dejo de preocuparme de golpearme contra el suelo y ahora soy yo quien se arroja a el y comienza a llorar. Tomo el jarrón entre mis manos, cortándome las palmas y dejando que la sangre caiga sobre la alfombra. Las lágrimas rodaban por mis mejillas y caían cada vez con mas fuerza, me hubiera encantado decir que en algún momento se calmarían, pero no había indicios de que eso sucediera. Me abrazo al jarrón como si fuera Alana y grito con todas mis fuerzas. Siento que mi garganta se desgarra del dolor, al mismo tiempo que mi corazón intenta calmar sus latidos. Duele, duele el amor. Duele amar con fuerza. Duele amar con el corazón.
Aun en el suelo busco mi teléfono móvil en mis pantalones y lo encuentro en el bolsillo trasero de mi jean azul. Lo saco con dificultad y marco el número de Alana. Llevo haciendo lo mismo tantos días que me lo se de memoria.
—¿Brad? —pregunta del otro lado de la línea, su voz se oye preocupada y casi en un susurro, como si no quisiera que nadie oyera mi nombre.
—Allie, se me ha roto el jarrón que nos dio mi madre, no se que hacer, ven a casa —le pido suplicante —perdóname, perdóname por favor.
—Brad, ¿Estas borracho otra vez? —pregunta con preocupación.
—¿Borracho? —pregunto arrastrando mis palabras. —Quiero abrazarte...
—Escucha... —comienza a decirme — estoy ocupada, tendremos que hablar en otro momento.
—¡All, ya empezó! —escucho que gritan —Es el especial que querías ver la otra vez. Uy, ¿Estas hablando por teléfono? Lo siento.
—Estas con James otra vez -comienzo a llorar con mas fuerza que la primera vez —¿Por que no puedes perdonarme y volver conmigo?
—Tengo que irme, lo siento. —responde con rudeza.
—Allie, te necesito —confieso.
Pero ya es tarde, demasiado tarde. Alana corto la llamada.
Observó el reloj, mis ojos me duelen, están rojos e hinchados.
Es media noche, otra vez.
Me parece oír pasos aproximándose hacia mi.
—Brad, ¿otra vez así? —Me pregunta Connor tomándome por los hombros, para levantarme —Vamos a la cama.
—No quiero —me quejo secando mis mejillas con mis manos.
—No, primero iremos al baño —me asegura —no volverás a dormir en el suelo, ¿me oyes?
—Connor, no quiero —le digo llorando —déjame en el suelo, allí merezco estar por lo que hice.
—Brad, ha pasado un año —suspira con su piyama pintado de varias gotas de saliva y su cabello rubio alborotado —No puedes seguir haciéndote daño.
—Déjame... —repongo intentando agarrarme de las paredes, una vez que Connor empieza a llevarme por el pasillo. —Me siento mal...
—Mierda... —susurra por lo bajo y siento lastima de mi mismo.
Me pongo en cuclillas y aunque intento tapar mi boca, todo el alcohol que había en mi estómago termina en el suelo.
—Mierda... —digo llorando nuevamente —lo siento mucho.
—Tranquilo —responde con una mueca de asco.
Luego me conduce hasta mi habitación, y sin rechistar me meto en la cama. Mi vomito me hizo sentir lastima de mi mismo. Me duele el cuerpo, como si una enorme piedra estuviera en mis hombros. Los días me pesan y el alcohol me hace sentir aliviado, aunque sea por unas horas.
[...]
La mañana siguiente siempre es la misma. Connor, que se ha quedado conmigo desde que la banda se separo, me prepara el desayuno y yo casi no como. Me despierto con resaca, mi cabeza da vueltas y siento que pronto explotara. Esta mañana casi ni puedo ver a mi amigo a los ojos de lo avergonzado que me siento por haber vomitado la noche anterior.
—Come, Brad —me dice extendiéndome un plato de galletas con chips de chocolate. —y te bebes hasta la última gota de café.
—Conn... - empiezo a decir —lo siento mucho, estoy muy avergonzado por todo lo que suce...
—Brad, escucha... —me interrumpió con firmeza —lo que sucedió en la noche no esta bien, tu no estas bien.
Agacho mi cabeza, convencido de que Connor esta en lo cierto.
—Por eso, hoy te ducharas y saldrás con Lucy y conmigo.
Decido aceptar lo que Conn me propuso, aunque no tenía la oportunidad de rechazarla, él no me había dado esa opción.
—¿Tu estas bien? —le pregunte interesado. Muchas veces, al menos en las que estoy sobrio, me siento egoísta, porque Conn esta todo el día conmigo, ayudándome a que intente ver la luz.
Desde que The Vamps se separo, no sabemos nada de Tristán, simplemente desapareció. Connor esta aquí conmigo, James con Alana, y yo, me siento perdido.
—Si, Brad —responde sonriente.
—Me alegra...
—¡Ya! —chilla Conn dándome un codazo —no te pongas serio conmigo. Recuerda que la noche solo dura un periodo de tiempo. Pronto sale el Sol.
Le sonrió en señal de agradecimiento. Hablar con Connor siempre hace que no me sienta tan solo.
—¿Por que no llamas a tu madre? —me pregunta mientras toma un sorbo de su café.
Lo observo con recelo.
—Mi madre no quiere hablar conmigo...
—Lo se, ¿Pero has intentado volver a llamarla?
—Si, Conn. También llame a mi padre y a Natalie, y ... ¿Sabes que? Hablemos de otra cosa, ¿Cuáles son los planes para hoy?
Mi familia no me habla desde que la fastidie como el idiota mas grande del mundo. Cometí muchos errores de los que no estoy orgulloso y ellos han tomado eso, para olvidarse de que existo.
—Bien... —me echa una mirada de compasión —primero iremos a la Galería Nacional y luego a Regent's Park. Planeamos todo, queremos que hoy sea un día diferente.
—Me encanta, Conn —confieso —salir de aquí será genial.
—Si, ahora ve a ducharte y ponte mas lindo de lo que eres, queremos que los pájaros se derritan, bebe —me dijo bromeando y provoco que sonriera.
Connor es la persona mas leal y fiel que haya conocido alguna vez. Es lo mas cercano a una familia que he tenido en meses, por eso a veces me aterra que se canse de mi, de mi actitud tan egoísta y se vaya.
Me levanto de la silla, no sin antes agradecerle a Connor por el desayuno tan rico que había preparado.
—Conn, déjame lavar los platos a mi —le digo mientras camino por el pasillo, dirigiéndome hacia el baño de mi habitación. —Tu ve, prepárate también, y antes de irnos dejo todos los platos limpios.
—Bien, si tu dices —me responde y se encamina hacia su habitación.
Me adentro en el baño. Comienzo a quitarme la ropa de la noche anterior y enciendo la ducha. Me observo en el espejo, veo cuanto he cambiado y dejo de mirarme. Me resulta abrumador darme cuenta de que no me gusta nada en lo que me he convertido. El baño se comienza a inundar de vapor, mi cuerpo comienza a sudar y lo acaricio un poco, para darme algo de amor, después de tantos meses odiándome. Entro en la ducha y dejó que el agua choque contra mi piel desnuda. Trato de bañarme rápido, pero me resulta tan relajante la caída del agua caliente, que me tomo unos minutos para destenderme.
Cuando salgo de la ducha, me visto con una camisa floreada y un pantalón negro. Trato de estar atractivo y cómodo a la vez.
Cuando salgo, me dirijo hacia la sala y me encuentro a Connor sentado en el sofá, mientras veía sus redes sociales.
—¿Ya estas listo? —me pregunta cuando me ve llegar.
—Claro —respondo —déjame lavar y nos vamos.
—No te preocupes, luego limpiamos —me asegura levantándose del sofá —Vamos que las chicas ya nos están esperando...
—¿Las chicas? —pregunte un poco reacio.
—No... —repuso dudoso —quise decir que Lucy nos esta esperando.
No respondí.
Salimos de la casa y nos subimos en el auto de Connor. El conducía y yo iba a su lado. El sol resplandecía en lo alto, iluminando en medio de los árboles. La primavera danzaba sobre las calles de Londres, y las flores a ambos lados en los pequeños parques lo evidenciaba.
Me gusta la idea de ir a la Galería Nacional. Siempre me gusto ese sitio. La primera vez que fui, fue con mis padres y fue una de las mejores excursiones que hice en mi vida.
Tardamos veinticinco minutos en llegar. El trafico estaba algo pesado y eso influyo bastante en el tiempo de recorrido.
Connor estaciono cerca de la Galería, la cual se veía desde una distancia considerable. Cuando bajamos del auto y nos aproximamos a la entrada, todo se veía mas monumental y enorme de lo que yo recordaba.
—¿Recuerdas esa vez que nos contaste que la excursión a esta Galería había sido la mejor de tu vida? —me pregunta mi amigo, mientras me lanza una mirada complice.
—No recuerdo habérselos dicho...
—Bienvenido a la primera conexión contigo mismo, Brad —me dijo Conn y sonrió ampliamente en cuanto diviso a Lucy de espaldas hablando con alguien mas.
Lucy estaba sentada en la fuente, conversando con otra chica de cabellos ceniza. Ambas se voltearon y nos saludaron con las manos.
Mierda.
— Conn, ¿Que hace Heather aqui? — pregunte algo molesto.
— ¿Como la conoces? Solo vino a pasar el rato... —respondió despreocupado. —¿Sucede algo?
— Si, sobre Alana... —comencé rascandome la nuca - no te he contado toda la historia.
Cuando termine de pronunciar esas palabras, las chicas ya se estaban dirigiendo hacia nosotros. Lucy corrio hacia Connor y ambos se besaron.
y Heather llego hasta mi.
Bienvenida la segunda conexión conmigo mismo y lo que es peor... Con mis errores.
Hasta acá el primer capítulo, espero les haya gustado. X
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