Alberto, el de Enmedio
-¡¡¡Woooow!!! ¿Enserio?
-¡Siii! Debiste estar ahí, la ciudad se ve genial, a demás de la cueva.
El cementerio de almejas esta espantoso, ¡es fantástico!
-Oye... No creo que algo espantoso pueda ser fantástico... ¿Y si hay... fantasmas?
-Luca.. los fantasmas no existen, además, ¿de que tendrías que tener miedo si vas conmigo, mio caro?
Una boba risa tímida salió de los labios de Luca, al igual que un fuerte sonrojo pinto sus mejillas.
-Yes to Heaven -Lana del Rey-
-Oye... Luca enserio, no sabes como desearía que estuvieras aquí.. conmigo.
-Yo también desearía que estuvieras aquí, en Génova.. conmigo.
Un silencio incomodo tomo control de la conversación por algunos segundos de esos dos chicos enamorados.
-¡¡¡Lucaa!!! Ya esta la cena, ya baja, !!ya tienes todo el día hablando por teléfono con mi hermano!!-Se escucho a lo lejos que grito Giulia, a lo que una risa avergonzada de Luca fue la respuesta.
-¡Hayyy! ¡que exagerada!, si solo tenemos... -pronto el pecoso comenzó a hacer cálculos con las manos -casi 3 horas platicando.
...
Otra vez, otra risa se escucho de parte de ambas líneas, pues era verdad, hacía tiempo que no hablaban por teléfono y querían ponerse al tanto de todo lo que habían hecho en una sola llamada, las llamadas de larga distancia eran caras.
-Chicos, creo que ya se les paso la cuota de cariñitos de este día, Alberto ya deja ser libre al pobre de Luca, tiene que comer, si vieras que solo se la pasa hablando de ti en todos lados. -Giulia comenzó a reír
-Giulia!!!!! Cállate!!!! Cuelga el otro teléfono!!!
-¿¡Queee!? ¿La verdad te incomoda? -Giulia solo molestaba a Luca en lo que Alberto moría de risa, por escuchar a la pelirroja, y mas a Luca avergonzado
-Giulia!!!! Ya cuelga el teléfono!!!
-¿Por qué Luca?, Si me gusta lo que escucho... Déjala que hable, a ver hermanita, cuéntame más. -Ahora Giulia era la que moría de risa, en verdad amaba a esos dos idiotas y sus conversaciones.
Que Alberto estaba interesado en Luca estaba mas que claro, pues el pecoso ni siquiera intentaba disimularlo.
-Ya, ya, no vayamos a hacer morir de vergüenza a ese pescadito, Ciao hermanito, te quiero, cuida a papá en lo que no estoy ¡ehh!, y dile que lo amo.
-Si pelirroja, yo también te quiero.
Luca estaba totalmente callado escuchando la platica de los hermanos, tratando de volver a la normalidad, pues sí, se moría de vergüenza, a lo que una voz que amaba lo saco de sus pensamientos.
-Luca...
Luca...
-Hamm.. Si Alberto...
Por la mente del pecoso, habían dos palabras que lo habían estando atormentando desde ya hace un tiempo, pero que no se atrevía a decirle a Luca
-Oye... te quiero
-Yo también te quiero
...
-Hey.. Luca... Silenzio Bruno -Esto ultimo lo dijo para si mismo el de ojos verdes
-Si Alberto
...
-Te amo
...
-Yo también te amo.
...
Rápidamente ambos colgaron el teléfono, sintiendo miles de mariposas en el estómago, sonriendo como bobos, era lo mas hermoso que habían hecho nunca.
...
En la línea, aún permanecía del otro lado Giulia, quien se tapaba la boca asombrada por lo que acababa de escuchar, ambos chicos pensaron que Giulia había colgado después de despedirse...
Pero no fue así, ella estaba feliz por ellos, en realidad no les diría que los escucho, le hacia feliz escucharlos tan felices.
<...>
...Varias horas mas tarde...
-Sabes... siempre que estoy contigo, el mundo me parece mejor.
Todo lo malo se va, incluso quiero ser mejor.. por ti
-Ohh, eso es tan dulce...
yo también siento lo mismo
-¿Te gustaría ser mi novia?
-Sii!!, Sii!!
Una melosa música comenzó a sonar, mientras los protagonistas de esa película se abrazaban, y daban pequeños y torpes pasos en circulo en el mismo lugar sin dejar de abrazarse y sonreír, perdidos en su mundo....
-Ohhh... con que eso es ser novios... -Decía atentamente el pecoso llevándose una palomita a la boca.
A oscuras, sentado en pijama sobre el suelo en medio de la sala, ya solo él estaba despierto en la casa...
y Machiavelli, quien cómodamente dormía en su regazo.
Eran mas de las 12 am.
Con curiosidad miraba esa película que le llamaba tanto la atención, pues estaban hablando de sentimientos que él estaba apenas descubriendo.
El mundo de los humanos era... "extraño"
-iiiuuugghh~...
¡¡¡Se la esta comiendo!!! -Exclamo el pecoso al ver que el chico comenzaba a besar apasionadamente a la ragazza a quien de manera dramática jalo de la muñeca atrayéndola hacía él, recibiéndola con un beso mientras que la abrazaba.
Alberto jamás había visto a nadie besarse en toda su vida.
Asqueado el chico, no dejaba de ver la cinta.
-Te amo.. bésame amore mio
Acto seguido volvieron a besarse de una forma "igual de dramática"
-¿¿¡¡ESO ES BESAAR!!??-Alberto asombrado solo miraba atónito, viendo como <a sus ojos> los protagonistas intentaban devorarse el uno al otro.
-Vaya, pero... ¿tan siquiera respiran? -pensó el pecoso -Entonces... ¿Así tengo que besar a Luca?
Confundido el pecoso solo siguió mirando la película en lo que terminaba sus palomitas.
...Varios días después...
Y como en eso de las 3:30~4:00pm, se comenzó a escuchar como dos chicos tocaban la vitrina de la pescheria con la misma pregunta, cosa que se volvía a repetir, cada día.
...Mientras tanto...
-Ciao, esta Alberto?
-Ciao Marlena, ¡Alberto, te buscan!
...Al dia siguiente...
-Buongiorno, ¿se encuentra Alberto?
-Buongiorno Fabrizio, ¡Alberto, te llaman!
...Mañana...
-Buonasera, ¿esta Alberto?
-Buonasera, ciao Ragazzi, ¡Alberto!
...2 días después...
-Buon pomeriggio Signore Massimo, ¿se encuentra Alberto?
-Buon pomeriggio Marlena, si ahora baja.
..A few moments later...
Digo,
...Al día siguiente...
-Buon giorno Signore, ¿se encuentra Alberto?
-Buon giorno Fabrizio, ¡Alberto!!
...Mañana sin falta...
-Ciao (Marlena)
...1 día y 30 minutos mas tarde...
-Ciao (Fabrizio)
...Uhhhh...
-Ciao... buongiorno, esta?..
-Alberto, si, Buongiorno Marlena.
¡¡¡Alberto, te buscan!!!... ¡¡¡tu visita de todas las tardes...!!!
-Ragazzi, al menos uno de estos días deberían de comprar un pesce, solo vienen y se llevan al pez mayor todas las tardes. -Les dijo el gran pescador a Fabi y Mar, levantando una de sus cejas.
Las mejillas de Mar solo se enrojecieron un poco, y ella Fabrizio comenzaron a reír.
-Hey, hola chicos.
-Ciao Alberto... -Contestaron alegres ambos.
Alberto había comenzado una amistad "linda" con Fabrizio y Mar.
Sus días además de la pesca estaban mas ocupados con ellos y su corazón cada día estaba mas alegre.
Ya a la noche caía rendido en su cama, y los sueño melancólicos, de a poco fueron disminuyendo, fueron cambiando por los momentos felices que pasaba en el día a día.
...
Casi todas las tardes, Alberto Marlena y Fabrizio se iban por ahí, a ver que diablura se les ocurría, pues si Alberto era la dinamita, Fabrizio era la mecha que solo seguía la corriente, y Marlena, era el fuego que prendía la mecha, y hacia explotar la dinamita.
-Señor Massimo, puedo tomar unas galletas?
Extrañado el pescador, detenido bajo el umbral de la puerta, solo dijo que si, y salió a terminar de desenredar las redes, aunque no sabía dónde Mar había visto unas galletas en su cocina.
La chica intento tomar un bote de metal de uno de los estantes, que por fuera tenían grabada la palabra biscotti, sorprendiéndose al ver que el bote estaba lleno de pequeñas y lindas monedas antiguas.
Algo decepcionada, la chica volvió a tapar el pequeño bote.
Fabrizio y Alberto solo la miraban.
Fue sobre otro pequeño bote metálico, igual al anterior y ahora su sorpresa fue que dentro tenía hilos y unas agujas, así como pequeños tornillos y anzuelos viejos oxidados.
Fabi y Alberto comenzaron a reír de ver la cara de decepción de la chica.
-Mar creo que ya no tenemos galletas... lo se porque me las comí anoche.-De nuevo el pecoso se comenzó a reír divertido, al ver la falsa mirada de odio en los inhumanos ojos de su amiga, así como su cara de frustración por sentirse burlada.
Él ya sabia que no había galletas en la casa, pero se estaba divirtiendo de ver a la chica buscarlas.
-Oye... ¡¡¡y porque no me lo dijiste!!! -Fastidiada y algo decepcionada la chica sujetó su larga cabellera negra en una coleta baja.
-Mar, si quieres ahorita te compro una caja cuando nos vayamos. -Ahora le dijo Fabi, a lo que el pecoso solo le daba un pequeño empujón de forma burlona a su amigo, mientras el chico de los helados se ponía un poco rojo.
-Gracias Fabi que lindo, no como otros -Dijo Mar fingiendo una cara de enojo -Que no me pueden decir que no habían más.
Alberto al ver a la chica, (que realmente no estaba molesta, solo se sintió algo tonta) se subió a una silla, frente a la estufa.
-¿Beto que haces?
-Mar, desde el día que conocí esta cocina, en ese estante, el mas alto, hay un bote de galletas, no se porque, pero Massimo nunca lo ha tocado, solo que no alcanzo a agarrarlo.
-Y si intentas jalarlo con ese arpón? -Dijo Fabrizio, llevándole el artefacto al pecoso.
Mar se sentó en una silla a ver a Alberto bajar el preciado bote de biscotti, y Fabi juguetonamente le comenzó a jalar la coleta a Mar, cosa que la hizo reír.
-Siiii!!! Si pude, y si son biscotti...
Esperen un poco...-Grito Alberto al tener el pequeño bote abierto entre sus manos.
Asombrado el chico de ojos Esmeralda miro un pequeño portarretratos viejo, y lleno de polvo que estaba detrás de las galletas, se miraba que hacía años ese portarretratos no se había movido de ahí, al igual que las galletas.
Lo jalo y tomo en sus manos.
Era un retrato de una hermosa mujer, con una dulce y bella sonrisa en sus labios, mirando a la cámara, llena de pecas, que cargaba entre sus brazos un bebé, la foto era a blanco y negro, pero Alberto podía jurar que la mujer era pelirroja, el parecido de la mujer y de Giulia era impresionante.
Alberto al divagar en mirar la foto con las tres cosas en la mano, hizo un movimiento en falso, lo que provocó que cayera de la silla y tirara las tres cosas al suelo.
El portarretratos no tenia cristal, por lo cual no paso nada,
El bote de galletas se abrió y todas salieron volando....
Al igual que Alberto, pero el arpón...
-¡¡¡Haaaaa!!!!!
Un fuerte grito salió del pecoso, asustando a sus amigos que estaban mas distraídos jugueteando entre ellos, que en el pecoso.
Ambos voltearon inmediatamente, solo para ver que el filo del arpón caería justo sobre ellos.
Como si se movieran en cámara rápida Fabrizio intento correr hacia atrás de si mismo, y al mismo momento, Mar intento correr hacia adelante, teniendo Fabi la coleta de Mar en sus manos, esto termino en un gran jalón de cabellos para la de ojos Amatista que la hizo detenerse en seco y caer de sentón para atrás....
El arpón cayó, con dirección a los chicos que estaban en frente, y cuando el chico de los helados jalo el cabello de Mar por accidente, la cuchilla del Arpón corto por encima de la liga que sujetaba el cabello de Mar.
Marlena no era tonta, sabia que a Fabrizio, ella le agradaba como algo más, y ella también lo quería...
lo quería mucho, eso era cierto, pero como a un amigo, en realidad ella no sentía ese tipo de atracción hacia él, pero aún así estaba dispuesta a dar la oportunidad que naciera algo lindo, si es que llegaba a suceder.
Pues sabía que él era un buen chico y odiaría lastimar a su mejor amigo al darle un no inflexible y solo negarle una oportunidad...
Pero era imposible, cada vez que trataban "crear un momento bonito" siempre todo resultaba un desastre, cosa que no sucedía cuando solo se delimitaban a actuar como amigos, era como si el destino siempre dijera un rotundo NO.
-¡¡Ragazzi!! ¿Que sucede? ¡escuche gritos! Y un fuerte golpe, ¿están bien? -Entro rápidamente Massimo espantado, y mas espantado aún, por verlos a todos en el suelo.
-¿Pero que están haciendo?, ¿que demonios tenían haciendo mi arpón aquí!?
-¿¿Estoy... viva..?? Estoy viva... ¡¡¡Estoy viva!!!, Fabi, Beto.. ¿están bien?. -Grito Mar, volteando a todos lados espantada.
Alberto estaba ya sentado en el piso, mirándola con asombro y mordiendo su labio inferior.
-¿Qué?... ¿Qué te pasa?... ¿Beto que sucede? -Dijo Mar al ver la mirada asombrada del pecoso sobre ella y luego sobre Fabi.
Alberto solo señalo a Fabrizio con su mano, abriendo con asombro sus ojos.
Mar asustada volteo a verlo bien
...
Y ahí estaba, el chico de la mala suerte, sentado en el piso...
Con la coleta de Marlena entre sus manos...
La chica de ojos Amatista boquiabierta no reaccionó...
1, 3, 7 segundos y Mar no salía del trance.
-Marlena, ¿te encuentras bien? -Ahora Massimo era quien se había acercado, como el adulto responsable, tenía que asegurarse que esos pequeños diablos estuvieran a salvo.
-Mi... mi... mmi... mi cabello. -Con un gran rostro de decepción y los ojos cristalizados la chica intento tomar por detrás de su nuca entre sus manos su coleta, cosa que ya no existía más ahí, solo su cabello corto a la altura de la barbilla.
-Mar, yo... yo, lo siento... no fue mi intención...-Dijo Fabrizio, realmente acongojado pues se sentía culpable, al no soltar a tiempo su cabello.
-No, fue mi culpa, debí de poner mas atención... -Ahora dijo el pecoso, realmente no sabia ni que decir, pero sentía que debía decir algo.
-Es... Estoy bien, señor Massimo, grazie, chicos.. también fue mi culpa, debí de poner atención, creo que a veces las cosas... solo pasan. -Dijo cabizbaja Mar, pues realmente amaba su cabello, no lo había cortado en años, pero como ella dijo, "las cosas solo pasan".
Los chicos sintiéndose horrible, solo fueron y entre lo dos abrazaron a la chica, mientras que Alberto comenzaba a darle una explicación mas detallada a Massimo.
...
-11:30 pm-
-Hace tanto, tanto tiempo que no miraba esta foto. -Pensó el pescador, tomando la foto del suelo entre sus manos.
-Rosella... Porque las cosas tuvieron que terminar así. -Lagrimas comenzaron a recorrer las mejillas de Massimo.
Hace tanto que no miraba una foto de su esposa, y en especial esa foto, era la primera foto que tomo de su figlia y del amore di la sua vita, sin dudas la mujeres que siempre amara, no tenía el valor de colocar esa foto en un lugar visible, ni de quitarla de ahí, pues aunque los años pasaran, esa era una herida que sabía que nunca sanaría.
<...>
-Viernes, 24 de octubre-
-8:00am-
-Alberto, últimamente he visto que llegas mas tarde de lo habitual... ¿Tienes algo que contar?
Massimo, realmente no regañaba a Alberto, solo hacia un rostro serio y un pequeño gruñido salía de él.
No podía regañarlo al igual que a Giulia, ya qué por dentro, sabía que el chico ya no era un niño, al igual que él pecoso ya tenía una vida hecha antes de él, ya estaba acostumbrado a su "estilo de vida solitaria", por lo que realmente no esperaba que el chico lo viera como un padre ni mucho menos él portarse como si lo fuera, eso simplemente fue un bonus.
Que Alberto rápidamente le tomara cariño, era algo que lo sorprendió, ya que la empatía que el pequeño tenía, realmente era grande.
Aquí él de el problema en abrirse a las personas era Massimo, pues como Alberto mismo dijo, Massimo siempre "esta solo".
-Sí, realmente, sí, Massimo...
papá, si iré a la escuela.
Massimo abrió sus pequeños ojos de asombro, y tomo asiento frente a él.
-Ragazzo, me alegra que lo hayas decidido, algo bueno que te puedo dejar en esta vida es el estudió, y no solo tenerte aquí como un viejo aburrido con esta vida de pescador en la bahía.
-Pero no creas que te vas a liberar de mi tan fácil grandulón, aún iré contigo a pescar por las tardes. -Dijo alegre Alberto.
Una ronca risa salió de Massimo
-Eso dices ahora muchacho, ya veremos cuando veas de verdad que es la secundaria. -Le contesto el pescador.
-Naa, lo digo enserio, me agrada salir en el bote contigo.
-Y... ¿Qué fue lo que te hizo cambiar de opinión ragazzo?
-Pues.. realmente...
-¿Es porque tus amigos también asisten ahí verdad?
Una sonrisa se dibujo en el rostro del pecoso.
-Si... pero también... No se, me sentiría raro cuando Giulia y Luca regresen y yo no...
Él animo de menor se fue apagando al decir la última frase, ya qué sentía que ya no encajaría con ellos, al estar en mundos tan... distintos.
-Muchacho, tú solo se tú mismo siempre, en donde sea, te aseguro que eso basta para todos. -Le contesto Massimo al percatarse de lo que diría el chico.
Y realmente, ¿Cómo no se iba a encariñar Alberto? Si Massimo era todo lo contrario a aquel que él creía su padre.
Desde el momento que miro a Giulia y a Massimo interactuar, sintió ese hueco en su corazón, ya que siempre había deseado que su padre lo tratara como Massimo trataba a la pelirroja.
Ver que por unos segundos había llenado de orgullo al pescador al llevarlo a los peces, fue algo nuevo para él, nunca nadie lo había hecho sentir útil, realmente en el fondo de su corazón, lo único que le tenia a Giulia eran celos, ella en realidad nunca le desagrado.
Tenía celos de que ella tenía un hogar, celos de que ella tenia a un padre como Massimo, celos de que ella era amada, sin saber todo lo que ya había sufrido la niña.
Y aún así, ella que lo tenía todo, según Alberto, y él que no tenía nada, la chica quería llevarse lo único que Alberto tenía, a Luca.
Ese pensamiento desapareció totalmente al ver que la valiente chica estuvo dispuesta a dar su propia vida, por defenderlos a ambos, eso es algo que nunca olvidara.
Con ellos, en esa pequeña familia, se sentía protegido, cuidado, y por fin apreciado, por alguien que siempre le recalcaba lo valioso que era.
Massimo, opto por, en lugar de ser estricto, tratar de ser su mentor, su amigo, de hacerle sentir que le agradaba, ya que fue algo que el ojiverde le había reclamado, y Giulia, aunque estaba lejos, lo trataba como si de verdad fuera su hermano, pues ella siempre soñó con dejar de ser hija única y Massimo era el padre que siempre quiso.
<...>
-Oyee! No me golpees!! -Grito entre risas Mar.
-Yo no te hice nada -contesto Alberto.
-Si lo hiciste, yo te vi, moviste el pie y le pegaste a Mar en la cabeza. -Ahora hablo Fabrizio.
-Yo no le quise pegar -Reclamo el pecoso.
-Pero lo hiciste, así que te toca.
Ahora te toca comprar los gelatos. -Le contesto la chica de ojos amatista.
-¡¡Haaaay... perooo!! -Ahora se quejo Alberto, sentándose sobre el pasto.
-Sin peros Beto, a mi me toco comprar ayer porque me tropecé contigo, ya es la tercera vez en la semana que yo les compro a ustedes. -Dijo el chico de los helados recriminándole al pecoso.
-Y a mi el lunes pasado, porque te pise el pie, así que quiero uno de cioccolato per favore Beto. -Dijo Mar con una sonrisa burlona en los labios.
En lo alto de una colina, llena de césped flores y varios insectos, bajo la sombra de un árbol de olivo, se encontraban recostados sobre el pasto los tres chicos, solo hablando bobadas que se les venía a la mente, disfrutando de la naturaleza y la compañía.
Ocasionalmente una que otra hormiga los picaba, o alguna abeja o mejor dicho varias abejas rabiosas los hacían huir, cosa que para ellos era mas motivo de risas, y diversión que de miedo, al tropezarse y caer en la huida.
Los chicos no dejaban de ir a ese lugar, y eso de comprar helados era algo que se les estaba haciendo costumbre.
El primero que accidentalmente golpeara a otro o provocara algo era quien le compraría a todos, cosa que casi siempre terminaba haciendo Fabrizio.
...
-¿¿Enserio??
-Si, ya le dije a Massimo.
-¡¡Que genial!! -El chico de los helados decía realmente emocionado.
-Aunque es muy aburrido y no te miento, es una tortura, y a veces querrás huir pero, te aseguro que la pasaremos bien, te ayudaremos en todo lo que podamos a que te acostumbres. -Dijo <la.chica.de.cabello.corto.y.negro> Mar
-Oye, con eso que me cuentas me darán mas ganas de ir.-Dijo el pecoso en tono de burla- y yo los llevare en mi amada y dulce vespa.
-Oye, ¿y seguro que tu amada y dulce vespa no se desarmara en pedazos apenas arranques? Mira se le acaba de caer el retrovisor. -Le contesto Mar apuntando la pieza de la vespa en el piso, y después Fabrizio y ella comenzaron a burlarse de su amigo.
-¡Cállense!, o sino no vuelvo a subir a nadie! -Dijo el pecoso tratando de acomodar el espejo en su lugar.
-Lo siento Beto, solo estoy jugando, me alegra que aún no la hubieran vendido, si quieres llévala al taller, Matt te la repara y la dejara como nueva.
...
Unos días después de recolectar las perlas, Alberto fue al mercado submarino, y comenzó a ofrecerlas a las personas que hacían joyería con ellas, con la condición de que se las pagaran con dinero humano, quienes al verlas se alegraron y accedieron a comprarlas a buen precio, pues encontrar las perlas es difícil.
Con el dinero al día siguiente, sus amigos y él se dirigieron a aquel lugar donde vendían las hermosas motocicletas, llevándose la mala noticia de que ya había sido vendida.
Con tristeza, Alberto miro a sus amigos, y juntos se dispusieron a ir a la salida.
Cuando comenzaban a alejarse pudieron ver a lo lejos que la vespa azul se acercaba a la tienda, echando humo del mofle y haciendo ruidos raros.
Los chicos se quedaron viendo con atención, pues realmente era raro que volvieran a la tienda quienes ya habían comprado algo.
Después de quince minutos, vieron al dueño de la Vespa salir e irse caminado, seguido del dueño de la tienda, quien comenzaba a colocar el letrero de "in vendita" sobre la motocicleta.
-¡¡¡La devolvieron!!! ¡¡¡Andiamo!!! -Grito Alberto aun sin poder creer que por fin cumpliría su sueño.
<...>
-9:30pm-
-Alberto, tienes carta de Luca y otra de Giulia. -El pescador le grito a Alberto, pues estaba en su mini habitación, quien no tardó ni tres segundos en ya estar debajo tomando las cartas.
-¿Llegaron hoy? ¿Llegaron en la tarde? ¿Por qué se habrá tardado en escribir Luca? -Una ronca risa salió del pescador al ver la rapidez del chico de ojos esmeralda tomar todas las cartas en sus manos con desespero y una gran y bella sonrisa, pues Alberto no dejaba de ser Alberto.
-Ragazzo tranquilo, no porque te lances por las escaleras traerás a ese chico de Génova.
Alberto rápidamente tomo las cartas de la mesa, con un fuerte rubor en sus mejillas y una hermosa sonrisa en los labios mordiendo su labio inferior y corrió a su habitación de nuevo.
-Lo se Massimo, pero algún día volverá, ¡¡yo lo se!! Grazie papà!!! -Al llegar a su cuarto, el pecoso dio un salto directo a su cama asustando a Machiavelli quien cómodamente dormía ahí, y panza abajo con sus piernas levantadas y cruzadas detrás, se dispuso a leer la carta.
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Querido Alberto.
Tengo una sorpresa, te va a encantar estoy súper emocionado.
Esta semana a sido muy larga, en la escuela estamos haciendo algo que se llaman exámenes y es muy frustrante, pero todo esta saliendo bien, no hubiera podido aprobar sin la ayuda de Alessandra, ella esta en club de ciencias con Giulia y conmigo, también es de Portorosso es muy linda e inteligente y se ofrece a ayudarme en todo, como me gustaría que la conocieras, y volviendo a la sorpresa, creo que en un mes y medio saldremos de vacaciones por algo llamado "Navidad", según Giulia nunca va a Portorosso en esa fecha pero ahora tiene muchas ganas de ir, y juntarnos los relegados de nuevo, así que desde ahora le pidió permiso su mamá y le dijo que si!!!!
¡Alberto te veo en un Diciembre!
Mi manchi tanto, Luca.
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-¡¿Quien demonios es Alessandra?!
Y...
Y...
¡¡¡¡Y Luca ya va a volver!!!! Fue mas rápido de lo que creí.
El pecoso no dejaba de sonreír, recostado sobre su cama panza arriba con la carta sobre su pecho, aunque en su corazón había una nueva sensación, como cuando una piedra se mete en tus zapatos (porque el pecoso ya usaba zapatos).
¿¡Quien demonios es Alessandra!?
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Fabrizio Parisi.
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