Los horrores del océano
Dicen que en la vida, tenemos tres grandes amores.
El primer amor, ese que llega y te abre los ojos a todo ese nuevo mundo de sensaciones, caricias, felicidad y también dolor.
Quien abre tu corazón, y el primero que lo rompe, pero que siempre llevaras en él.
El alma gemela, esa persona que irremediablemente y por más que lo evites, te atrapa, te encanta, con quien naturalmente puedes ser tú mismo, se complementan a la perfección, te ayuda a crecer, sanar, y…
Que irónicamente sin Ella o Él, siempre te sentirás roto, pues es tu otra mitad.
Y el amor verdadero, quien te pone los pies sobre la tierra, ese con quien llegas con un amor maduro y se supone, un ¿Felices para siempre?
Me pregunto…
¿Acaso podrá ser que alguno de estos amores se pueda repetir en un mismo ser?
—25 de diciembre
—Jueves
—1969
“Los lamentables hechos ocurridos, este pasado 12 de diciembre en la ciudad de Milán, han dejado una ola de devastación, miedo y angustia sobre todo el país de Italia y sin duda quedará marcado en la historia como un día de luto nacional.
Se estima, que el atentado ha dejado más de 80 personas heridas y 17 defunciones”
—Massimo, ¿los humanos siempre son así? —Preguntó Alberto al pescador, con un notable rostro de angustia, viendo las tristes imágenes que pasaban en el noticiero.
—Muchacho, quisiera decirte que no es verdad, pero sí.
En el mundo existen todo tipo de personas, buenos y malos.
Alberto quedó pensando un momento esto, no comprendía como siendo el mundo terrestre tan bonito, existieran humanos que buscaran dañar a otros solo con la intención de lastimar, sin compasión.
[…]
🎶—Wrecked—Imagine Dragons
Las estrellas aún brillaban tenuemente en el hermoso cielo del Mediterráneo, y el gélido clima, golpeaba la piel al solo ser acariciado por la brisa.
Pero para ese chico que estaba sentado en la playa, lo menos que podía sentir era el frío.
Después de dormir pocas horas, Alberto se levantó de su cama… había estado reflexionando más tiempo del que había mantenido los ojos cerrados.
Daba gracias por qué su papá le cedió su habitación (que era más grande) a su hermana pelirroja, si no estaría aún más incómodo con ella aquí.
Sin despertar a sus gatos, salió de su pequeña recámara y se dirigió hacia su torre, con la esperanza de encontrar a alguien especial ahí.
Nado rápido y subió al lugar, pero para su sorpresa estaba vacío, solo algunos empaques de dulces a medio terminar tirados, y algunos más sobre el pedazo de madera que cumplía su función de asemejar una mesa, como también algunas perlas de su amiga, regadas por el lugar al igual que su vieja mochila.
Las perlas delataban que ella había visitado el sitio, pero sin él.
Con tristeza el pecoso, tomo una perla entre sus manos, subió y encendió la fogata y solo se recostó a ver las estrellas, y seguir pensando.
Lo cierto es, que desde ese día que se embriagó, ya Marlena no se volvió a aparecer entre la noche a tocar su ventana, y Alberto no supo el porqué.
A la noche siguiente estuvo esperándola sentado en el escondite del Árbol, pero ella no apareció, ni a la noche siguiente, ni a la siguiente, pero cuando la veía en el día, era todo completamente normal. Solo tenía esa sensación, esa necesidad en el pecho de preguntar que había pasado, pero simplemente al estar a su lado, esa pregunta que lo inquietaba, solo sentía que se desvanecía de su pecho.
Y aunque Luca había llegado ya, y por fin podrían ir juntos a la torre…
Mentiría si dijera que no desearía de nuevo estar ahí, con ella.
[…]
—Luca, ¿ya te he comentado?, Los Destrieri vinieron al Campo del mare la semana pasada?
—Em, no mamá. —Contesto Luca con nerviosismo a su madre, pues ya tenía una idea de a donde iba su plática.
—Es una lástima, porque son una familia de buena posición económica y respeto, además un miembro de su familia tiene más o menos tu edad, y creo que es perfecto para llevar a cabo el emparejamiento.
—¡Daniela!, ¿Ya vas a empezar a atosigar a mi burbuja con tus tonterías?, déjalo desayunar tranquilo, ¿Cuántas veces te he dicho que a Luca no tienes por qué someterlo?, ¡yo no lo hice contigo!
—¡Libera! —Contestó Daniela poniéndose de pie
—¡Soy tu madre, aún y cuando me veas anciana, me debes respeto!. —Contestó molesta la miembro mayor de la familia Paguro.
—Madre, considero que la crianza de mi hijo es un asunto que solo nos incumbe a Lorenzo y a mí. —Musitó con cierto grado de prepotencia Daniela, mientras que su esposo no ponía ni la más mínima atención.
—Así que, Luca… ¿Luca?
[…]
—¿Luca… estás bien?
—…
—¿Lu… ca?
—¿Mmmm?, ¿Me hablabas? —Respondió algo despistado el pequeño, sin prestar atención a la chica de ojos amatista.
Saltó al agua, aún se encontraba pensando en la discusión de esta mañana entre su madre y su abuela, sabía que si su mamá le comentaba de esos amigos, era porque quería emparejarlo con ellos, cosa que él no quería, y menos ahora que por fin estaba con Alberto. Si ya ayer no lo dejó salir de su casa, ahora si quería pasar todo el día con sus amigos, pero eso su madre no lo entendía, por desgracia, su madre vivía de las apariencias.
Ya habían pasado varios días desde que vió a Alberto y a Marlena abrazarse.
Había quedado con la chica que irían a nadar juntos para conocerse más, antes de que eso pasara, pero esa sensación en la boca del estómago, esa desagradable sensación que sintió cuando miró como Alberto se aferraba a ella, realmente era molesta.
—Nada… estoy bie…
—Luca quedo embobado, viendo el verdadero aspecto de esa chica dentro del agua, jamás había visto a alguien con ese aspecto, sus aletas…
—Wow… —Solo menciono el pequeño.
De pronto llego Alberto, y de sorpresa abrazó a Luca por la espalda, Mar los miraba con ternura, pues “su Miele” lucía… realmente feliz, para ella ya no había dudas, Alberto estaba enamorado de Luca, y lo que pasó la otra noche solo fue culpa del alcohol, punto final.
Inmediatamente después de soltar a Luca, Alberto nado y efusivamente abrazo y cargo a su amiga cariñosamente, simulando que la cargaba como si ella fuera una princesa, derribando de nuevo esa seguridad en la cabeza de la chica, adormeciendo sus pensamientos, pues el pecoso daba señales confusas y ella sin pensarlo respondió con igual alegría, abrazándolo fuerte del cuello.
Alberto nunca notó, que Luca los observaba con una notoria desagradable mueca en el rostro, ya que el pecoso, era transparente con sus sentimientos tanto hacia Luca, como hacia Malena.
—¿Luca, a donde te gustaría ir? Podríamos nadar al segundo faro llegando al arrecife…
O también podríamos ir al mercado de perlas. —Dijo felizmente el pecoso.
—Luca, también podría llevarlos a la plaza de Baia della luna, es hermosa, solo que está como a dos horas de aquí —Dijo alegremente Mar, acomodándose las aletas de la cabeza después de ser liberada de los brazos del pecoso.
—O, también podríamos ir al barco fantasma… pero… no, mejor no. —Ahora contesto Alberto, algo pensativo, Luca solo los miraba a ambos.
—¿Por qué no quieres que vaya ahí Alberto? —Pregunto Luca, con la carita más tierna que podía hacer.
—Por eso mismo —Contesto Alberto, rápidamente sin pensarlo, Marlena sonrió al entender la tierna indirecta del pecoso a ese pequeño ángel, y Luca lo vio aún más intrigado.
—Digo, e… Ees que está algo lejos, y además es peligroso.
—No importa, si ustedes ya fueron esta bien para mí —Dijo Luca, no sabía si de verdad estaba seguro, o solo le molestó la idea de que Alberto fue con ella y no con él.
Alberto y Marlena solo se miraron rápidamente, ellos ya sabían que el lugar era tenebroso, pero, sería feo decirle que no si él quería ir.
[…]
—Entonces… ¿Tienes toda tu vida viviendo aquí?
—Sí, y no, vivimos aquí desde que tengo cinco años, pero como no tengo muchos recuerdos de más pequeña para mí es como si toda mi vida la he pasado aquí. —Contesto Mar, regalándole una hermosa sonrisa a Luca, cosa que confundía al pequeño.
Alberto solo los miraba platicar, y reír, él Iba algo lejos, detrás de ellos, disfrutaba ver los aspectos que más amaba de sus amigos, si Luca era un adorable ángel, Mar era un hermoso demonio.
No sabía por qué, pero estar ahí con ambos, lo hacía sentir completo.
—Cuando mi hermano y yo éramos pequeños, mi madre solía contar para nosotros una historia algo... tétrica.
La leyenda susurraba desde lo más profundo de los abismos, donde la Atlántida oculta sus secretos. Hablaba de la hija más joven del rey Tritón, engañada por las sombras del océano, desencadenando naufragios que arrastraban barcos a las profundidades insondables, ¡Del abismo!. —Mar, cambiando rapidamente el tono lúgubre de su voz, comenzó a hacer cosquillas a Luca, intentando distraer al pequeño. Solo una distracción en medio de un escenario cada vez más sombrío.
Al menos, el sonido de las risas de los chicos, hacía un poco más ameno el momento.
[...]
🎶—The Drunken whaler —Dishonored
—Bien, hemos llegado —murmuró Alberto, con una incertidumbre que parecía palpable.
—Luca, mantente cerca, no te separes —ordenó Mar, apretando con fuerza la mano del pequeño, pues a 0esar de que ella y Alberto ya habían estado aquí, esta vez todo lucía especialmente diferente.
Alberto avanzó hacia el barco, y Luca, con Mar como su ancla, lo siguió. El lugar era una amalgama de maravilla y oscuridad. La atmósfera se cargaba con una sensación de acecho constante, como si en cualquier instante, lo desconocido se lanzara sobre ellos devorándolos vivos.
—¿Qué es todo esto? —susurró Luca, su voz temblando de miedo. Cada vez que miraba a su alrededor, se encontraba con horrores nuevos. Sin embargo, la figura macabra de una sirena tallada en madera destacaba entre todas, cubierta de algas, alimentándose de las almas perdidas que se atrevían a acercarse. Sus ojos permanecían cerrados, pero la promesa de que se abrirían en cualquier momento parecía susurrar en la resaca marina.
—¡Ha! —gritaron los tres jóvenes, abrazándose mientras una enorme luz verde surgió de las profundidades y desapareció tan fugazmente como había llegado.
—Ese... ese fue el ojo de un... ¿calamar? —Marlena tartamudeó, desconcertada.
—Un colosal calamar —respondió Luca.
Alberto, con su cola, rozó una roca y quedó horrorizado al ver una criatura que parecía un fósil viviente huyendo de él.
—No puedo creer que mi madre quisiera enviarme a un lugar así —susurró Luca, al borde de las lágrimas, abrazando a Marlena, quien compartía su espanto. Incluso ella, una criatura del abismo, no podría soportar la idea de habitar ese lugar.
Los alaridos, zumbidos y ecos que aturdían la marea, solo intensificaban su prisa por marcharse.
—Creo que ya hemos visto suficiente. Volvamos —decidió Alberto, y los tres dieron media vuelta.
Marlena notó algunas monedas en el suelo y decidió despejar sus dudas.
—Luca, ¿puedes quedarte con Alberto? Quiero investigar algo antes de irnos —anunció Marlena.
Luca tomo la mano de Alberto, sintiendo que su corazón latía aún mas fuerte por la mano de su amigo tomada de la suya, que por el lugar en donde estaban. Si hubieran estado en sus formas humanas, el rostro de Luca habría estado tan rojo como una amapola.
[...]
Peces de tamaño mediano flotaban, aparentemente muertos más llenos de vida, con colmillos horrendos esperando a su próxima víctima. Marlena se las arregló para apartar parte de la vela que cubría la entrada al camarote, revelando un interior inmensamente oscuro.
De repente, Alberto y Luca vieron una luz fosforescente y chillona que destellaba desde el camarote. Luca gritó de miedo, y Alberto, sin pensarlo, soltó la mano de Luca y nadó hacia Marlena, asombrado al descubrir que la luz provenía de ella.
El interior del naufragio estaba repleto de huesos y algas, como un reflejo de una pesadilla. Ojos diminutos brillaban en la oscuridad, ocultos entre las hendiduras de la madera podrida, testigos silenciosos de una batalla que este navío había librado antes de caer.
Marlena siguió adelante hasta toparse con una pared de madera en pie y buscó una puerta o una entrada. El camarote final estaba cerrado, sellado herméticamente, y dentro yacían más cadáveres, guardianes de un oscuro secreto.
Con esfuerzo, Marlena encontró un pequeño agujero en una de las maderas y logró colarse por él. A medida que exploraba el lugar y apartaba los restos de muebles derrumbados, la suciedad se dispersaba en el agua, y las criaturas diminutas huían aterradas.
—No puede ser... ¡no! ¡Chicos, somos ricos! —exclamó Marlena con una alegría que tenía un tono siniestro. Después de abrir una caja de madera al final del camarote, encontró la calavera del capitán, abrazando un cofre repleto de riquezas, lingotes de oro, rubíes, diamantes y monedas como las que habían encontrado antes.
—¡Chicos! ¿Me escuchan? —Marlena gritó, pero en la distancia, escuchó el hermoso canto de una «aparente» sirena y los gritos de Luca llenos de pánico.
De repente, Mar emergió del naufragio encontrandose con que una monstruosa Stregra intentaba llevarse a Alberto. Seguramente había estado observándolos en las sombras. Luca gritaba desesperadamente, pero Alberto parecía hipnotizado por el canto, moviéndose hacia el abrazo de la criatura horripilante.
—¡Maldita sea, déjalo, perra infeliz! —La Meredissa rugió con colmillos afilados que destellaban en la oscuridad, garras listas para el combate. Sus ojos emitieron un hipnótico resplandor y las aletas en su cabeza se crisparon como si estuvieran poseídas por algún antiguo demonio. Sin pensar, irradió un brillo tan intenso que atrajo al monstruo de vuelta hacia ella, que había creído que la había dejado atrás.
La Strega, al darse cuenta de que la Meredissa se acercaba velozmente, extrajo púas puntiagudas de sus brazos y espalda lanzándose al ataque. Pues momentos antes, la presencia de Marlena no le permitió acercarse, siendo presa de un pánico repentino por encontrar una Meredissa en el lugar, más al ver que su oponente seguía siendo una cría de Meredissa, la dejo de ver como una amenaza.
El dulce y hechizante canto de la Strega se convirtió en un grito espeluznante y desesperado, un sonido que provocaba una urgencia visceral de huir, y Alberto cayó inconsciente junto a la figura fantasmagórica de la sirena, como si estuviera siendo devorado por las sombras.
Marlena nadó con la máxima velocidad posible y clavó sus formidables garras en el cuello de la horrenda criatura, asestándole golpes certeros y brutales sin la menor vacilación. Su agilidad y rapidez superaron ampliamente a la abominación que tenía delante. Un inmenso corte se abrió en el cuello y parte del rostro del monstruo, mientras los ojos de Marlena brillaban con una intensidad inhumana.
La Strega utilizó las púas de su larga cola para clavarse en el costado de la pierna de Marlena y trató de asirla del cuello, pero después del ataque de la chica de ojos inhumanos, la Strega quedó inmovilizada de inmediato. Terminando el horrible ser por hundirse en las profundidades del abismo, dejando solo un rastro de sangre azul que se mezclaba con la sangre roja que brotaba de la pierna de Marlena.
—¡Alberto, Alberto, qué te pasa! —Luca gritaba entre sollozos, abrazando a su amigo, que parecía estar en un estado de ensoñación aterrador.
—Está bajo un hechizo, esta alucinado Luca... será mejor que nos marchemos de este lugar —Mar murmuró, ayudando al aturdido Alberto a moverse, mientras Luca, con esfuerzo, también colaboraba en el intento de levantar a su amigo.
Marlena continuó su recorrido sumida en pensamientos sombríos, preguntándose por qué Luca había escapado del influjo de la Strega mientras Alberto había caído presa de esta.
Un misterio sin sentido se cernía sobre ellos en medio de las profundidades del océano.
—Luca, por favor, llama a mi hermano, pregúntale al señor Massimo por él —Dijo con dificultad la chica, ya casi llegando a la playa, y recargo a Alberto sobre una piedra, en el agua era un poco más «fácil» deslizar a Alberto, pero definitivamente no podrían moverlo en tierra, ya que el chico era más grande de lo que era el día que Luca se fue. Mar que estaba más alta que Luca, pero muy delgada, ya estaba exhausta, Luca al ser más pequeño realmente no podría quedarse a cuidar a su amigo y menos cargarlo fuera del agua, Alberto era realmente pesado, así que Luca a gran velocidad nado hacía la pescheria.
[…]
—¡¡¡Señor Massimo, Señor Massimo!!! —Entro corriendo el pequeño.
—¡¡¡Ciao Luca!!! —Gritaron alegremente Fabrizio y Giulia, quienes estaban sentados sobre el escondite del árbol.
—¡¡Giulia, donde está tu papá!! —Grito rápidamente Luca, la pelirroja se espantó al ver la cara de su amigo, y lo exhausto que se veía, en eso Massimo y Matteo entraron por la puerta.
—Señore Massimo, ¿usted sabe donde puedo encontrar al hermano de Marlena?
—Soy yo, ¿qué paso, mi hermana está bien? —Contesto Matteo esperando lo peor, pues en el fondo siempre tenía miedo que algo le pasara a ella, al meterse en tantos problemas.
—No, es Alberto, ¡per favore, vieni! «¡Por favor, ven!»
Todos rápidamente corrieron, al lugar.
Matteo y Luca saltaron al agua, provocando un gran grito de espanto a Luca, al ver el aspecto aterrador de Matteo en su verdadera forma.
[…]
—¿Qué les paso, que tiene Alberto? —Rápidamente nado Matt y cargando a Alberto, lo llevo a la playa con los demás.
Al salir del agua, Giulia además de la impresión de ver a Alberto en trance, se sorprendió bastante al ver que su mejor y única amiga también era una “Monstruo Marino”.
—¡Muchacha que les paso! —Grito rápidamente Massimo, y corrió a ayudar a Matteo.
—Una Strega nos atacó, quería llevarse a Miele «Miel». —Dijo Mar, ayudando a acomodar a Alberto en el sillón.
🎶—Follow You —Bring me the horizon.
Luca se sorprendió al ver con cuanto cuidado y delicadeza, comenzó Marlena a limpiar la piel del rostro de Alberto, y a rozar la parte interna de sus muñecas sobre la nariz y los labios del pecoso.
La acción de la chica no paso desapercibida por ninguno de los presentes, pues era algo extraño, solo Matteo sabía de lo que se trataba esa acción.
—Porfavor, porfavor, porfavor, Miele, te necesito aquí. —Dijo como un susurro Marlena.
—Mar, ya está bien, tranquila —Se escuchó la voz de Matt mientras acaricio la cabeza de su hermana, tratando de trasmitirle paz, y ella volteó a verlo sorprendida y avergonzada al escucharlo.
—Te aseguro que eso lo ayudara —Siguió diciéndole Matteo a su hermana, y ella solo agacho su cabeza sonrojada y con los ojos cristalizados.
—¿Strega, Qué?.. ¿Qué es eso? —Interrogo Massimo en total confusión y ahora sí se veía asustado.
—Lagartija, ¿Dónde estaban?, Sabes que no deben descender tanto —Interrumpió rápidamente Matteo en tono firme.
—Lo sé, y estamos bien, ahora solo hay que despertar a Miele, está alucinado —Contesto Marlena, después de todo lo que paso, ahora si se podía ver lo asustada que en realidad estaba la chica.
Matteo ya no interrogo más, llamarón a sus tías para preguntar si acaso ellas sabían llevar a cabo la atenuación que necesitaba Alberto, al final la única qué sabía era Libera, quien había pasado toda la mañana jugando cartas con las tías de los hermanos Scatola y hábilmente despertó al pecoso.
[…]
—Espumita ya está bien, solo necesita dormir unas horas… niña, ¿tú estás bien? —Pregunto Libera a Marlena al ver la herida en su pierna, la chica ni siquiera se había percatado de que estaba lastimada, y libera también curo su pierna, el factor de curación de los seres marinos era impresionante, cicatrizando al instante, pero solo superficialmente, sintiendo aún el dolor de la herida y su verdadera velocidad de sanación.
Mar, completamente exhausta, se recostó en el sillón de al lado de donde pacíficamente dormia Alberto, como si aún debiera defenderlo del monstruo, más el cansancio le gano a la chica y también termino por quedarse dormida. Luca los observaba de lejos, mientras su nonna lo revisaba a él también, en busca de alguna posible herida.
[Tres horas después]
—Lagartija, ¿ahora si nos puedes explicar qué paso? —Interrogó Matteo a su hermana, en busca de una buena explicación a exponer asi sus vidas.
—Matti, los chicos y yo, fuimos a un barco hundido que está a media hora de aquí, de pronto la Strega apareció y atacó a los chicos.
—Esa cosa… ¿Está bien? … O… ¿La mataste? —Interrogo Luca espantado, al recordar que el monstruo se hundió inconsciente.
—Está bien Luca… al menos, eso creó. —Dijó Marlena, viendo sus uñas con algo de asombro, miedo y asco mezclados, lo menos que queria pensar ahora es en que de verdad había terminado con esa creatura, pues la experiencia, no fue nada agradable, solo lo quería olvidar, aunque una experiencia asi, jamás se olvida.
—¿Cuánto usaste? —Pregunto Matt a su hermanita, sabía que esa era la primera vez que había atacado a cualquier cosa.
—Sé… supone, que solo la puse a dormir unas horas —Musito Mar, algo incrédula, y Luca la miraba asombrado, aunque había escuchado de otros marinos que eran venenosos, nunca había visto uno antes. Y en efecto el veneno de Marlena solo la pondría a dormir, más esas heridas fueron mortales.
Es el costo, de nunca haber recibido un correcto aprendizaje de su lado oscuro del abismo.
[A la noche de ese día…]
—Luca… Lunedì «Lunes»… ¿Dónde estoy?…
No es mi habitación…
¿Estoy en la torre?…
¿Papá?…
Poco a poco Alberto comenzó a abrir los ojos, no sabía donde estaba, ni que había pasado, ni mucho menos que hacían sus amigos ahí, y por un momento desconoció la sala de su casa…
—¡Alberto! Estás bien —Dijo Luca corriendo a abrazarlo.
Alberto, como pudo también lo abrazo, le dolía todo el cuerpo.
—Ciao Miele… hey, si ya te habías aburrido de nosotros solo lo hubieras dicho. —Se escuchó la voz de Mar.
—¿Aburrirme? ¿Por qué Lunedì?
—Porque ya te estabas escapando con la Strega —Dijo Mar, sonriendo aliviada de verlo consiente y tomo su mano. El confort que sintió al ver y saber que Alberto estaba bien, superaba una y mil veces lo que habían vivido esa tarde.
[…]
Bajo el olivo, sacaron el sillón, y todos los chicos estaban acompañando a Alberto.
Los amigos de Massimo, Tomasso y su hijo Giacomo, al escuchar lo que paso, fueron a ver al chico y de paso ayudarle al pescador con las tareas que le tocaban a Alberto.
Libera decidió quedarse unas horas más a vigilar al pecoso, y las tías de Mar fueron a seguir la partida de “Scopa” con ella.
Rápidamente, despues de la tempestad, el momento se volvió cálido, los adultos tomaban vino, y los chicos refrescos en botellas de vidrio, frente a una fogata improvisada mientras el fonógrafo tocaba música, y ellos reían y platicaban.
[…]
—Entonces, ¿Ahora si me pueden explicar que paso? – Pregunto Massimo en lo que desenredaba una red.
—Realmente, no recuerdo mucho, papá, solo escuché una voz de una mujer que me hablaba… decía mi nombre, y después un canto… —La mirada de las mil yardas se reflejaba en ese hipnotizante verde esmeralda de los ojos de Alberto, como si buscara aun ese cantó que le sonaba demasiado familiar.
—Yo nunca había visto una de esas cosas, señor Massimo —Contesto Luca.
—Era una criatura del abismo, señor Massimo, se llama Strega, algo así como los humanos conocen a las Sirenas, son una criatura horrible, llena de tentáculos y con un gran hocico, esas cosas hechizan a los hombres haciéndolos alucinar con lo que más desean en su corazón, y los… Los comen. —Contesto Marlena.
—Todos se sorprendieron, no pensaron que realmente estuvo el chico a punto de morir, ni siquiera las hermanas Aragosta sabían gran cosa de esa criatura, ya que era muy extraña.
—Pero… ¿No se supone que las sirenas eran hermosas? —Pregunto, Fabrizio.
—No, realmente Fabi, existen muchas cosas extrañas en el mar que ni aun yo mismo comprendo, la fama de las Strega se mezcló con la de las Meredissas, realmente la apariencia de la que tanto hablaban los humanos en las “sirenas” era la apariencia de las Meredissas, y el canto de las Strega —Respondió Matteo.
— ¿En serio?… — Dijo incrédulo el pecoso por lo que estaba oyendo.
— ¿Creían que nosotros somos el único tipo de vida marina en todo ese enorme océano?
— ¡Ah…! ¿No? — Preguntó Alberto, con cara de asombro ante lo que decía Matteo.
— Quieres conocer el mundo y ni siquiera conoces el mar, niño experto, —Matteo le lanzó una almohada a Alberto, que fue correspondido con otro fuerte almohadazo y risas.
— Entonces… ¿En el mar existen otras cosas? —Preguntó Massimo de manera seria, quien al escuchar la plática se acercó interesado a escuchar más, seguido por su viejo amigo Tomasso.
—Una vez en un largo viaje cuando era joven, mis amigos y yo vimos un ser del tamaño de uno de esos grandes navíos finos. Sus grandes ojos, como linternas en medio de la oscuridad, nos miraron y rápidamente se alejó. Nunca nadie nos creyó. —relató ese anciano amigo de Massimo.
—Debió haber sido un kraken, —contestó Pituccia, como si hablara de algo totalmente común.
—Pero esos son de fondo. —añadió la vieja Concetta bajando las cartas, pues Libera había ganado la partida otra vez.
— En realidad nosotros no somos los verdaderos monstruos, Massimo, eso te lo aseguro. Allá en el océano, existen cosas peores. — Musito confiada Libera, mientras recogía el dinero que acababa de ganar a sus ancianas amigas.
—Marlena ¿Y por qué esa cosa… se sorprendió al verte? —Preguntó Luca.
—Realmente… ni idea. —Contestó pensativa la chica.
—Eso es porque normalmente las Meredissas se comen a las Strega, claro no tú , sino una Meredissa grande, como mamá—Respondió Matteo.
— ¿¡Qué, qué!? - Contestó rápidamente Mar, y todos la miraban con asombro y algo de temor.
— Sí. Se supone que las Strega, al igual que los humanos, pues, son nuestra comida… Pero descuiden, no los vamos a comer. —Musito Matteo entre risas por verlos asustados.
— ¡Mamá…! Mamá, Marlena!… ¿Alguna vez te has comido algo que aún se movía? — Preguntó Fabrizio, por primera vez el lado marino de su primer amor le causó temor.
— No preguntes algo de lo que no te gustará saber la respuesta. —Respondió demasiado rápido Mar, espantando aún más a todos los presentes. A veces ella misma llegaba a pensar que su boca era más rápida que su cerebro.
— ¡Oh no! ¡¡¡No, no!!! ¡Solo langostas y camarones pequeños, y algún que otro pez algo grande! Pero… Pero, jamás me comería un humano, se los juro —Dijo de nuevo Marlena al ver que malinterpretaron su respuesta, quería que la tierra la tragara y la escupiera en otro lado.
— Entonces, Matteo… ¿Es por eso que Mar y tú son tan distintos a, nosotros? — Era una duda que tenía Luca desde el primer instante que los miró en su forma marina.
— Burbuja, lo que pasa es que ellos son del Océano Índico, ¿o no, muchacho? —Contestó confiada Libera a su nieto.
— Sí… y no, papá era del Océano Índico, mamá del Océano Pacífico. Solo yo nací allí, Marlena nació aquí, en el Mediterráneo, pero sí, técnicamente somos de allá. —confirmó tranquilamente Matteo.
— Eso no lo sabía —Maravillada musito Mar.
— Porque nunca preguntaste, pequeña lagartija rosa. — Contesto Matteo, y Marlena lanzo otro almohadazo fuerte que impactó directamente en la cara a su hermano.
— Entonces… ¿La Atlántida y Aquaman sí existieron? — Rápidamente Fabrizio escuchó cómo se reían todos de su pregunta, menos Luca y Alberto que solo se miraban entre ellos, ya que Mar les había platicado esa historia sobre ese lugar cuando fueron al viejo barco pirata.
— Esas solo son leyendas, Fabi, nada de eso es cierto. — Matt musito y enseguida habló Luca.
— Pero Mar nos dijo que… — La risa de la chica rápidamente se escucho.
—¡Hey, tú nos dijiste que fue verdad! —Dijo rápidamente Alberto empujando a la chica, quien estaba sentada a su lado izquierdo, y Luca al lado derecho.
—Yo nunca dije que fue verdad, solo qué mamá me contaba la historia cuando era pequeña.
—La chica le causaba más gracia ver como Alberto la miraba con el ceño fruncido, amaba ver que de nuevo era el mismo.
—Oye ragazzo, ese, ¿¡Ese es mi fonógrafo!?… ¿Pero cómo?… L’ho perso in mare «lo perdí en el mar», cuando un monstruo marino de ojos verdes nos ata…
Una risa salió de Alberto qué nervioso se rascaba la nuca.
—Spiacente «Lo siento», nunca fue mi intención atacarlos, solo me llamo la atención la música… además ustedes estaban casi en mi isla.
—¿¡Eras tú!? —Grito Giacomo detrás de Tomaso sorprendido y apuntando al pecoso —¡Oye, casi te caso esa noche! —En verdad se veía algo aterrorizado por la idea, el alto jovén —¡¡Grazie Dio «Gracias Dios» que falle!!
—Oye, no fallaste, y dolió mucho —Dijo Alberto mostrándole la grande cicatriz de su brazo izquierdo.
—Y ¿El monstruo en la foto que salió en el periódico? —Pregunto Massimo.
—E… e… Ese también soy yo papá. —Contesto de nuevo Alberto rascándose la nuca con una sonrisa nerviosa en el rostro, y Massimo lo miraba con una ceja levantada.
—Bien, como sea, qué bueno, que no paso nada más feo —Dijo Giulia restándole importancia —Matteo, entonces existen más tipos distintos de… Ustedes?
¿Cómo se llaman?
—Uno. Sí, como los humanos, existimos en todo el mundo y tenemos distintos rasgos.
Como los humanos asiáticos se distinguen de los de Europa, así también nosotros somos distintos.
Atlantis existo Fabrizio, pero el concepto de “Atlántida” como los humanos lo conocen es solo un mito.
Giulia, bajo el agua, existen miles de ciudades y llamémoslo “países”, aquí, en el Mediterráneo, existen “personas marinas” del tipo, como… como Luca y su familia, de aguas realmente poco profundas, en el océano Índico y gran parte del Pacífico son como Mar y yo. Somos hijos de un Cercatore y una Meredissa, y naturalmente somos de las profundidades. En el Atlántico son como Alberto —El pecoso volteo a mirarlo sorprendido sin decir nada.
—Sí, enano, no sé cómo sea, pero muy probablemente eres de ese lugar, solo te puedo decir que, eres el primero que veo, son muy grandes y de gran musculatura, son territoriales y muy protectores, tienden a ser más del tipo “cazadores y depredadores” por eso a tus «aletas pubertas» les están creciendo picos.
Alberto no supo si reír, o avergonzarse por esa expresión de las «aletas pubertas», pues aunque no sabia a lo que se refería la «pubertad» algo de esa expresión le resultó incómodo.
—Eres tan colorido para llamar la atención de las presas, o tienden a ser de colores muy oscuros o casi negros, para que no los vean las presas.
—¿Al igual que tú y Mar? —Pregunto sorprendido Alberto.
—Si enano, exactamente igual, no eres del abismo, pero sí que puedes andar por ahí, aunque entre nuestra raza puede haber seres casi translúcidos, y venenosos, en mi hermana solo sus aletas son translúcidas.
—¿Tú también tienes veneno? —Pregunto Luca.
—No, solo está enana «refiriéndose a Marlena», en realidad los hombres es muy raro que tengan esa cualidad, solo la hipnosis —Todos se quedaron más confundidos que al principio, menos sus tías, y Libera.
—En el Mar Caribe y una pequeña parte del Océano Pacífico, está una ciudad muy antigua de seres con apariencia humana, que no pueden respirar aire al salir a tierra, y su canto tiene un efecto parecido a las Strega.
Solo su rey puede respirar fuera del agua. —Prosiguió con la clase improvisada Matteo.
Dos.— Realmente no podría responder eso, somos personas igual que ustedes, solo que podemos “vivir bajo el mar”… existen muchos mitos, alrededor del océano, en cuanto a eso, que según una deidad llamada “Calipso” nos lanzó una maldición, que otra deidad llamada “Maui” nos bendijo con su don, que “Tritón” fue el causante, para que nunca más alguien pasara por el engaño que paso su hija o que una tribu humana estaba huyendo, y sus dioses los transformaron en seres marinos para huir… y ahora los cuida kul ku… kunkul…
—¡“Kukulkan”! —Grito Marlena, esa era una de sus historias favoritas que le contaba su mamá.
—Sí, esa cosa —Respondió Matt.
—Realmente nadie sabe, todas son historias que le cuentan a los niños para dormir y sin sentido, solo te puedo decir que mientras somos humanos somos completamente iguales.
—¿Entonces, podemos tener bebés con los humanos? —pregunto asombrada Mar.
—Sí, si es posible, he conocido hijos de humano y personas marinas, algunos incluso son hermafroditas como los peces payaso… pero, eso no, realmente yo no se los quiero explicar. —A lo que Libera tranquila como siempre, solo río. —Yo se los explico, muchacho.
Todos los presentes miraron con atención a la anciana, así como con curiosidad.
—En los humanos, existen 2 sexos de nacimiento, masculino y femenino, pero en el océano existe un tercero, hermafroditas, que significa que son ambos en uno.
—¿Cómo es eso? —Dijo Tomasso sorprendido.
—Simplemente, así, sobre la tierra, por fuera pueden parecer hombre o mujer, o incluso ser andróginos, pero por dentro producen ambas feromonas, tanto femeninas y masculinas, según a su voluntad, pueden ser, quien ellos decidan.
—Y, ¿También son fértiles? —Preguntó Tomasso.
—Sí, pero pasa algo extraño, solo su parte marina funciona de manera hermafrodita al «reproducirse» como ellos lo elijan. —Complemento Matteo.
Libera sonrió mirando a su burbuja.
Todos quedaron asombrados, si el mundo de los humanos era extraño, la vida marina era FASCINANTE.
—Entonces, dos machos, ¿pueden, tener bebés? —Pregunto asombrada Giulia, pues a su mente rápidamente apareció Luca y Alberto… Y ese “Romance secreto” que mantenían, (tan secreto que ni ellos mismos lo sabían).
—Si, Técnicamente, sí … Si alguien de la pareja es un hermafrodita, o son dos hermafroditas, o así, y lo “procrean” bajo del océano… todo el embarazo bajo el mar, creo que si es posible, ya que solo la parte marina, es hermafrodita fértil, la humana no, como humanos solo pueden reproducirse como los humanos, con el sexo contrario.
—¿Y como sabes todo eso? —Pregunto Luca a Matteo, encantado con aprender sobre el océano, pues su madre realmente nunca aclaraba ninguna de sus dudas.
—Mi padre era algo así como “Un profesor, un biólogo”, pero en lugar de enseñar las cosas cotidianas que te enseñan tus profesores, él enseñaba sobre el océano, aunque no nos solíamos llevar muy bien, me trato de enseñar todo lo que sabía, y por lo demás, a mamá le gustaba contarnos muchas historias para dormir.—Contesto pensativo Matteo, con una expresión de añoranza en el rostro, recordando a su madre.
[…]
—Ahora cumpliré lo que te prometí Miele —pensó Mar al ver las botellas de vidrio sobre el piso.
—Chicos, ¿alguno de ustedes conoce el juego de la botella? —pregunto ella.
—Sí, he visto que lo hacen en la escuela, pero nunca lo he jugado —Contesto Giulia, Fabi se sonrojó y tanto Luca como el chico de los ojos verdes se quedaron con cara de interrogación.
Eran más de las 12 am; Luca, Alberto, Fabrizio, Giulia y Marlena estaban solos en el patio de la casa de la pelirroja, las horas pasaron y de a poco la gente se fue marchando.
Nonna al ver que Alberto estaba mejor se marchó primero, y con ella las hermanas Aragosta.
Tomasso y Giacomo después de tomar un poco más, se retiraron a su casa, y Matteo también se fue, solo quedando los chicos en el lugar, Massimo se retiró a dormir a la cocina de su casa.
—Emm… ¿Estás segura de que quieres jugar eso? —Pregunto Fabrizio y su corazón de lleno de ilusión al pensar que podría besarla de nuevo esa noche.
—Si todos están de acuerdo, sí, ¿Por qué no? —Contesto la chica de ojos Amatista.
—¿Y qué se supone que debemos hacer con la botella?, ¿Lanzarla? —Pregunto Alberto
—No idiota, nos juntamos todos en un círculo, y giramos una botella, a quien termine apuntando el pico de la botella, tenemos que besarlo en la boca. —Explico la pelirroja, y Luca escupió el refresco que estaba tomando, mojando de nuevo a Alberto, quien quedó sorprendido.
—¡Yo sí juego! —Grito Giulia, realmente ella nunca había besado a nadie, y le daba vergüenza admitirlo, así que sería la oportunidad perfecta de ya quitarse esa “preocupación”.
—Bueno… también juego —Dijo Fabi.
—Chicos, ¿qué dicen ustedes? —Pregunto Animada Giulia.
Marlena solo con la mirada, instó a Alberto a que animara a Luca, y el pecoso solo abría sus ojos hasta que captó.
—Hey Luca, yo digo que juguemos, será divertido —Con gran ilusión musito Alberto tomando al pequeño del hombro y Luca solo trago saliva, Giulia corrió a abrazar al pequeño y se lo llevó a sentar con ella al suelo alegremente.
Acomodaron en el piso unas viejas maderas sobre unas rocas, semejando que fuera una mesa, y todos se sentaron al derredor, Luca a un lado de Giulia y Alberto, y Fabrizio a un lado de Marlena.
—¡¡Yo Empiezo!! —Grito la pelirroja.
En el primer giro a Giulia le tocó besar a Fabrizio, la pelirroja, por dentro se moría de nervios, pero por fuera proyectaba la misma seguridad infalible que siempre.
Realmente le gustaron los labios de Fabrizio, y al chico de los helados, también le encanto.
A Fabrizio ahora le toco la pelirroja, y digamos que, se besaron con gusto.
—Luca, ahora hazlo tú. —Dijo la pelirroja, y Alberto no podía de los nervios, deseaba ser él a quien besara esa noche.
La botella giró y después de varias vueltas, como si un travieso juego del destino estuviera guiando esa noche, la botella se detuvo, justo delante de esos bellos ojos esmeraldas que miraban con atención y asombro, que esa noche, Luca le daría su primer beso…
Un beso, en los labios de otro chico.
Era el primer beso de Luca, y aunque no era el primero de Alberto, eso el pecoso no lo sabía, así que, para él sí lo sería, ese primer beso, que nunca olvidarían.
Luca había visto a sus padres miles de veces darse un pequeño besito, por lo cual él ya sabía lo valioso que eran los besos, tanto para personas terrestres como marinas, y siempre que imagino su primer beso, nunca imagino que sería a otro chico.
Pero él, no era cualquier chico, era el chico que había robado su corazón, era el que lo hacía sonreír como bobo y suspirar solo al pensar en él… Era con quien se sentía libre.
—¡¡Vamos chicos!!
Gritaron Giulia y Fabrizio, Mar solo miraba con ternura a Alberto y con sus manos le hizo un gesto como diciendo “anda hazlo, lo has esperado tanto”, pues sabía los sentimientos de su amigo, y así cumplía la promesa que le hizo la noche del muérdago, de encontrarle la oportunidad de besar a Luca.
—Luca…
—Si…
Luca y Alberto ahora estaban frente a frente, sonrojados y nerviosos, no sabían lo que sentirían, ni como sería, solo se sonreían dulcemente.
Alberto se tensó al sentir las manos de Luca tomar las suyas, y de a poco acercarse.
—Alberto, cierra los ojos —Dijo Luca al casi estar rozando su nariz con el pecoso, y ver que lo miraba fijamente.
—Ah… ¿Qué? —Alberto apretó fuertemente sus ojos, pensando, ¿Qué se sentirá? ¿Me abrazará? ¿Será como los que he visto? O rayos, ¡me va a besar! Luca me va a be…
¿Qué?
Luca, nervioso, solo se delimitó a rápidamente robarle un pequeño poquito que no duro ni un segundo, para Luca, siendo lo más hermoso de su vida, (y para él, lo más atrevido) y para Alberto, aunque increíble, fue mucho más rápido de lo que imaginó, ni siquiera dio tiempo a terminar sus pensamientos.
Alberto abrió sus ojos, viendo a Luca taparse la cara, completamente rojo, y los demás admirando con una sonrisa tierna la escena, Luca se veía exageradamente tierno.
—Vaya… no creí que pasaría tan rápido —Reflexionó tristemente Alberto.
—Bien, ahora Marlena —Dijo Fabrizio con la esperanza de que a ella le tocara él.
—Ok… Vamos. —Contesto ella.
Giro la botella, un poco más fuerte que los demás.
—Rayos… —Pensó Mar.
—Luca
—¿Qué?… Oh…
Ahora a Mar le tocaba besar a Luca, cosa que a ella no le incomodaba para nada, en sus palabras Luca era un hermoso ángel, pero no quería incomodar a su amigo de ojos verdes.
Marlena, abrumada, volteó a ver a Alberto, y él, algo incómodo, desvió su vista y asintió, dando “su permiso”
Mar se colocó frente a Luca, él solo la miraba algo sonrojado, pues no negaría que también le agradaban los coqueteos (a su vista) de la chica y su humor, era muy linda, pero Alberto era su amor.
Mar, al ser la única qué sabía besar, no estaba nerviosa, ni nada, solo se delimitó a tomar entre sus manos ambas mejillas de Luca, y delicadamente como si fuera la cosa más cotidiana del mundo, darle un pequeño y tierno beso de boca cerrada en los labios, rápido y sin ningún problema.
—Alberto te toca —Dijo Giulia, y el pecoso volteó, ya que en lo que su Lunedì besaba a su Ángel, él no quiso ver.
—¡Sí, me toca! —Grito Alberto tomando de inmediato la botella.
El pecoso apresuradamente la giro deseando que de nuevo fuera Luca, pues deseaba darle el beso que tanto había imaginado, pero para su sorpresa no fue él, sino Marlena.
La mente de Alberto rápidamente se hizo un desastre, pues sus deseos más profundos lo traicionaron porque, ¿Quería besar a su amiga?
Inconscientemente… Claro que sí, ella le encantaba, y eso lo abrumaba, pero, ¿Aquí?, ¿Ahora?
No delante de Luca… Aunque ella había besado al pequeño frente a él…
Y, no se podía negar, ya todos habían besado a quien le toco.
—Rayos, ¿Ahora qué hago? —Pensó Alberto, de pronto miro que las palmas de sus manos estaban púrpuras, pues le estaban sudando, y con vergüenza rápidamente se limpió en su ropa.
Marlena estaba frente a él con una cara inexpresiva, no sabía si reír, o que hacer, pues, rayos, claro que el beso que se dieron la noche del muérdago le fascinó.
Así pasaron más de cinco minutos y nadie se movía ni decía nada.
Marlena en un intento de escucharse “normal” como era ella, trato de bromear con la situación, aunque por dentro los nervios la mataban.
—Oye, se supone que me debes de besar esta noche… si piensas hacerlo —Rompió el silencio Mar y con los ojos cerrados se comenzó a reír como una forma de liberar estrés.
—¡Cállate! ¡Si lo voy a hacer! —Respondió rápidamente Alberto, su mal humor no era otra cosa más, que un intento de encubrir que se moría por besarla.
—Estoy segura de que no lo harás —Canturreo burlona la chica entre risas.
—¡Ya cállate! —La reacción del pecoso les causo gracia a Giulia y Fabrizio y más a Mar… pero Luca solo los miraba.
Marlena no podía aguantar la risa, en lo que aun con los ojos cerrados esperaba, pues estaba segura de que él no lo haría, pero era una buena oportunidad de reírse un rato de su amigo.
De forma burlona la chica hacía «piquito» con sus labios, cuál pajarito, luciendo realmente tierna y hermosa, cosa que no hacía mas que incrementar el nerviosismo de Alberto.
Los demás se mantenían expectantes a ver si sucedía o Alberto se echaba para atrás, pues era obvio para todos lo nervioso que en realidad estaba.
—Ambos sabemos que no pasará, cariño —Respondió Marlena, sabía que ese comentario lo haría enfadar más.
—¡No me llames así! —Alberto, enojado, le grito a la cara.
Ella, aun con los ojos cerrados, solo sonrió mostrando sus dientes, amaba ponerlo furioso, además que, para Marlena, inconscientemente molestar a quien le gustaba era su forma de mostrar cariño, y ni ella misma lo sabía.
Alberto torpemente poso una mano sobre la mejilla de esa «insoportable chica», pues realmente no sabía que hacer, solo había visto 3 besos y eso solo de las películas que había visto en su vida, no contando los besos nerviosos de Giulia y Fabrizio, pero… Esos besos, los de las películas, Eran muy… ¿Intensos?
Además, Tenía miedo ponerse en evidencia, ya que, aunque no lo dijera, besarla, a esa chica insoportable… insoportablemente bella, tierna y divertida a sus ojos, era algo que deseaba desde hace tiempo, cosa que ahora lo hacía sentir muy culpable.
Pero, su orgullo era más grande y tenía que intentarlo, no dejaría que Marlena tuviera la razón.
—Es, tan, hermosa.—Pensó Alberto al verla de cerca e inconscientemente sonrió, las manos le comenzaron a temblar.
Mar, al sentir la mano de Alberto sobre su rostro, cambio a un modo más serio, notando todos ahora sí, que la chica se estaba muriendo de nervios, de verdad estaba sorprendida y nerviosa, ¡¡¡En serio la besaría de nuevo!!!, pues ella solo estaba jugando, desde un principio no esperaba que en realidad la besara, y menos frente a Luca.
Mar creyó que solo sería una situación más donde terminarían riendo y jugando, no que de verdad lo haría, solo le gustaba hacerlo enojar y ya. No quería molestarlo más, pues sentía que «se estaba pasando» esa noche, y ella también ya se estaba incomodando.
La chica intentó relajar su cuerpo para dejar que él la besara, si en verdad lo haría, pero era imposible, pues el fantasma de aquel beso cada que miraba a Alberto la perseguía…
Y sentía que había capullos de mariposas en su estómago, que estaban a punto de emprender el vuelo.
Esa poca tranquilidad que la chica pudo sentir por un momento, termino cuando Alberto casi cae de frente al piso al tratar de acercarse más a su rostro. Recargándose sobre la mesa improvisada, tirando una madera junto con algunos envases de refresco, provocando un fuerte ruido y que algunos envases de vidrio se rompieran, pues Alberto literalmente ya era un desastre, sudaba y estaba algo ajitado, pero hacía lo posible por no demostrarlo.
Ella abrió sus ojos sorprendida, al escuchar el fuerte ruido y comenzó a reír de nuevo, liberando un poco de esos nervios que la mataban, y todos comenzaron a reír igual… menos Luca.
—Miele, en serio, ya déjalo así, solo estaba jugando, está bien, no tien…
Torpemente, Alberto en un «muy brusco» movimiento, la tomo de ambas mejillas y la jaló hacia él, callándola con un beso en los labios… que más que un beso fue un muy fuerte cabezazo, golpeando sus frentes y ambos recibiendo un gran impacto en las narices.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco segundos y… Las mariposas emprendieron el vuelo.
—¡¡¡¡Auch!!!! —Grito Mar, empujando al pecoso y separándose de él, cayendo la chica de sentón al suelo y tomándose con ambas manos su nariz, que goteaba un poco de sangre, sus ojos estaban cristalizados, pues en serio dolió… Pero le encanto.
—¡Iiugh, me escupiste en la boca! —Grito Alberto, fingiendo estar asqueado, limpiándose los labios, y sobando su nariz, que comenzó a sangrar un poco más que la de ella, cuando la realidad es que las malditas mariposas querían salir volando de su estómago, sentía fuegos artificiales en su corazón. ¡Lo hizo, tuvo el valor, la beso!
El corazón de Alberto quería estallar de todo lo que sintió en esos cinco segundos.
—¡Yo no te escupí, tenía la boca abierta, idiota, casi me rompes la nariz Alberto! ¡¿en qué estabas pensando!?
El pecoso también agachado sobaba su frente y su nariz estaba hinchada.
—Es que no te callabas, ¡¡nunca te callas!! ¡¡ERES TAN FASTIDIOSA!!
—Y tú ¡tan, tan!, ¡De todas las cosas que me imagine, nunca imagine que casi me romperías la cara!
Y así siguieron discutiendo, mientras que Giulia y Fabrizio solo los miraban, se burlaban de ellos y todo el caos que hicieron, menos Luca, quien después de haber sentido lo más hermoso de su vida, confirmo por primera vez que lo que sentía eran celos, ardía en su pecho, y sentía que sus ojos estallarían en lagrimas.
Aunque no fue un beso de verdad, según el juego, verlo “besarla” «por no.decir.casi.tumbarle.los.dientes», dolió dentro de su corazón.
Sin decir nada, se alejó sin que lo vieran, y se fue a su casa sin despedirse de nadie. Giulia y Fabrizio estaban tan entretenidos viendo discutir a sus amigos.
Alberto y Marlena estaban a punto de jalarse de los cabellos, así que nadie se dio cuenta, hasta pasado un rato.
—Luca, ¿y si esta noche te quedas con Giulia y conmigo en el escondite del Árbol?… ¿Luca?
Nadie contesto a la pregunta del pecoso, rápidamente Alberto volteó aun agarrándose la nariz, en busca de su pequeño ángel, dándose cuenta, que él ya no estaba ahí.
Fabrizio y Giulia miraron como el arrepentimiento se dibujó en el rostro del de ojos esmeralda, y también hubo otra cosa que Giulia logró notar, la forma en que su amiga miraba a su hermano, y también se le notaba culpa y tristeza reflejada en su rostro, pues cuando tienes sentimientos muy fuertes, un poco se puede escapar por los ojos.
[…]
🎶—Ride —Twenty One Pilots
—¿Lagartija que te paso? —Pregunto Matteo a su hermana al verla con la nariz inflamada, con sangre seca, y se veía que en su frente se comenzaba a formar un gran moretón, ademas de lo lastimada que aún traía la pierna.
Inmediatamente dejo lo que estaba haciendo y se acercó a verla.
—¡El idiota de Alberto, estábamos jugando a la botella y me dio un cabezazo en lugar de un beso! —Contesto la chica en voz exageradamente alta.
—¡Marlena!, Encima de llegar después de las doce, te pones a gritar, ¡queremos dormir! —Grito la vieja Pituccia.
—¡Si tía! —Gritaron los hermanos Scatola a la vez.
Matteo revisó la nariz de su hermana, le quito la sangre seca, le puso ungüento para desinflamar y una pequeña curita en el tabique.
—Mmmm… Ya veo. —Dijo seriamente Matteo.
—¿Qué, qué pasa? —Pregunto algo asustada Mar.
—Sí, definitivamente. —Decía Matteo muy convencido al ver la herida de su hermana.
—¿¡Qué, que tengo?, dime!
—Tienes… un severo cuadro de enamoramiento agudo —Contesto Matteo y se comenzó a reír.
—¡Claro que no! ¡Qué te pasa, creí que algo grave me había pasado! —Gritó la Meredissa y le lanzo un almohadazo a su hermano, mientras él se moría de risa al verla completamente enrojecida hasta las orejas.
—Por favor, si hasta le pusiste tu aroma en los labios. —Acusó Matteo.
—Eso fue… solo porque quería despertarlo, además de que solo es un cuento.
—No del todo Mar, él aún estaba impregnado de las feromonas de la Strega, y mientras más tiempo permanecieran sobre su rostro menos podría salir del trance, eso es verdad y si expones a la persona a tus feromonas y la persona a quien se lo haces gusta de ti, corta de tajo la hormona de la Strega, tú lo sabes, de otra forma Alberto hubiera durado mínimo tres meses bajo su hechizo…
Marlena, mírame… ¿Por qué lo haces tan difícil?, solo admítelo, te gusta el puberto y ya, y ese chico podría olfatearte a kilómetros y quedar embobado contigo, es obvio para todos que está enamorado de ti.
—Matti… —Mar solo abrazo a su hermano, podía fingir ante todos, pero no ante él.
—Hermanita, no porque te fue mal antes en el amor, siempre tiene que ser así. No dejes que tus miedos te cieguen, quiero verte feliz, el enano es un buen chico. —Dijo Matteo a su hermana, y ella solo lo abrazo más fuerte.
[2:00am]
🎶—Yeah Yeah Yeah – Blackpink-
“Alberto… le romperás el corazón a quien amas, por favor, no hagas eso”
“Pero yo te amo a ti”
Esas palabras que Mar había dicho a su amigo aquella noche, y la respuesta de Alberto daban vueltas en su cabeza, y se clavaban con estacas en su corazón, ahora ella se sentía… Sentía que era igual a Venecia.
Aunque todo paso en diferentes contextos, pues cuando pensó en el juego, nunca fue su intención que Alberto la terminara besando a ella, se sentía una basura.
—Idiota… Debí negarme, no debí dejar que pasara… —Pensaba Mar, aunque negarse a besarlo, realmente solo la declararía ante los demás… Ante ella misma, pues estaba completamente enamorada de Alberto, y no lo quería aceptar, se negaba a de nuevo pasar por eso. Ya una vez se había enamorado, y esa experiencia no fue muy buena… Solo ya no quería pasar por eso de nuevo, ya no queria sentir dolor, pero aun así, claro que deseaba besarlo de nuevo.
El corazón de Marlena aun se encontraba acelerado, intentando asumir y procesar los sucesos que pasaron en el abismo, asi como lo que fue capaz de hacer. Hechos que solo demostraban lo importante que Alberto era para ella.
Si existe algo más triste que estar enamorado y no ser correspondido, es estarlo, sentir que también te quieren, pero esa persona le pertenece a alguien más.
✨🫧🫧🫧🌊💜🌊🫧🫧🫧✨
🎶-Amor Completo -Mon Laferte-
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🎶-Wrecked -Imagine Dragons-
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🎶-Drunken Whaler -Dishonored-
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🎶-Follow You -Bring Me The Horizon -
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🎶-Ride -Twenty One Pilots -
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🎶-Yeah Yeah Yeah -Black Pink
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