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A la ojiazul no se le borraba aquel día en que el azabache había confesado su infidelidad, y mientras más lo recordaba, más recuerdos que había creado con el surgían en sus pensamientos, haciendo claro que esta se sintiera usada; como si tan solo fuera un juguete o algo de poco valor que cualquier hombre podía tomar y hacerla de su pertenencia. Extrañaba cada día más al azabache, y sus pequeñas hijas también, aunque veían también al peliblanco como una figura paterna, seguían extrañando a su padre biológico. Cada vez eran más las preguntas acerca de donde estaba su padre y la ojiazul no sabía que decir, tarde o temprano tendría que decirles pero no quería pues lo menos que quería hacer era herir a las pequeñas. Aunque tal vez Jules no lo recordara, Jade si. Por otro lado, el peliblanco era más constante con la ojiazul, llegando así a entablar una relación de mejores amigos.
Era un día frío, parecía que iba a nevar pues las temporadas de invierno y heladas se aproximaban. El peliblanco como ya era costumbre salió de su hogar rumbo al de la ojiazul, tenía un pequeño regalo para ella esperando a que le alegrara un poco la mañana; él hacía todo con tal de verla feliz. Por otro lado, la ojiazul se encontraba fuera de su hogar, había ido a visitar a una de sus amigas, una morena un poco más alta que la ya mencionada, era castaña de cabello corto y muchos la apodaban 'pirómana'. ¿La razón? Le encantaban los explosivos, tenía varios en su casa y era buenísimo con cualquier objeto explosivo. Ella se encontraba en su localización, llamado 'la plataforma', claro que también tenía una casa algo lejos de ahí, pero la mayor parte del tiempo se la pasaba ahí en compañía de una de sus mellizos. Como sea, la ojiazul llegó al lugar y tan pronto como la morena la vió corrió hacia ella con una gran sonrisa en su rostro.
— ¡Skyeeeeeee!
— ¡Tinaaaaaaa!
Las dos amigas se abrazaron y la morena como de costumbre preguntó por él como estaban, a lo que la ojiazul respondió que estaba todo 'bien', claro que también preguntó por el azabache, y ella al escuchar eso no pudo evitar soltar un suspiro, pero a diferencia de otros, aquel suspiro era más bien tal vez de dolor, tristeza. La morena claramente reconoció aquella expresión, aunque la ojiazul no le mostraba su lado débil al mundo, llegó a hacerlo con la morena.
— ¿Pasa algo?
— Es solo que.. necesito hablar..
— Entiendo, espera un momento.
La morena volteó a ver a su pequeña hija, de la misma edad que Jade. Era una pequeña de tez morena y con el color de su cabello idéntico al de su madre, y de igual color sus ojos, unos ojos alegres y grandes, era como una mini versión de la morena.
— Océano, cariño.. ¿te importaría llevar a Jade a jugar por allá? Solo ten cuidado con los explosivos, ¿si?, por favor.
La pequeña asintió con su cabeza y tomando la mano de Jade se alejaron del lugar, dejando a la ojiazul y a la morena 'solas', pues aún así la ojiazul tenía en brazos a la pequeña azabache.
Entraron entonces a un cuarto donde a veces dormía la morena, era algo pequeño pero acogedor. La ojiazul se sentó en la cama y recostó a su pequeña en la misma, la morena se sentó en una silla que se encontraba ahí.
— ¿Cómo has estado?, ¿Como está Midas y las pequeñas?
— Bien, estamos bien.. ¿cómo han estado ustedes?
— Genial, aunque claro que Akemi quiere otro hermanito.. hahah... pero todavía no me decido si podría tener otro hijo o no..
— Tinaaa~ tú puedes con los nenes, eres una gran madre.
— ¿De verdad?, digo lo mismo Skye, oye.. ¿Midas no te ha pedido otro hijo?~
— E- Eh.. no..
Parecían estársela pasando bien, Jules no daba lata por lo que hacía todo más ameno. Pero pocos fueron los segundos que duraría la risa de la ojiazul, todo a causa de una pregunta hecha por la morena.
— Oye Skye.. ¿sabes quién es esa chica qué pasa tanto tiempo con Midas? Es.. algo raro que pasen tanto tiempo juntos..
— Oh.. yo.. ya me tengo que ir..
La morena supo al instante que algo raro estaba pasando, ¿porqué justo cuando mencionaba eso, la ojiazul se notaba incómoda? Por otro lado, la ya mencionada no quería hablar de eso, aquel recuerdo le dejaba un 'mal sabor de boca'. La morena tomó a la ojiazul de uno de sus brazos, impidiéndole a esta que se retirara.
— ¿Qué es lo qué pasa? Sabes.. sería muy raro que me dijeras que él te está engañando..
La ojiazul se quedó helada al escuchar aquello, ¿cómo era que había acertado si la posibilidad de eso era de una en un millón? No respondió, tan solo se quedó observándola.
— ¿Skye? Tierra llamando a Skye, ¿estás ahí?
— Yo.. si.. tengo algo que contarte..
— ¿Qué es? Te escucho.
La ojiazul soltó un suspiro, se volvió a sentar en la cama y le contó todo a la morena, al principio la expresión de la ya mencionada era una normal acorde a lo que le contaba la ojiazul, pero al comenzar a decirle todo lo que hacía y ver cómo las lágrimas salían de sus orbes, su expresión cambió a una horrorizada, una expresión de tristeza y horror, tal vez también rechazo; ¿cómo era posible aquello? de puro milagro la ojiazul estaba viva. Y así fueron algunos minutos, lo describía de una manera tan triste que era imposible de creer, el azabache no era así, ¿cómo es que cambió?; claro que la morena estaba horrorizada y enojada con lo que él mismo azabache le hacía a la ojiazul, ver las marcas en su piel era suficiente para creerle, aunque claro, desde el primer momento le creyó.
— ¿Recuerdas cuando nos conocimos, cuando me contaste que te atraía el azabache y solo habían cruzado algunas palabras? Yo.. pensaba que eran linda pareja.. es mi culpa por haberlos juntado..
— Tina.. no es tu culpa.. él era tan lindo conmigo.. el amor me cegó completamente, no quería aceptar la realidad y prefería tragarme el cuento de que él iba a cambiar o que todo era un mal sueño.. yo.. me detesto, ¿qué hice yo?, lo sigo amando más que ayer... Quiero volver a ese tiempo en donde me decía cosas lindas, donde me trataba de forma especial.. trágame tierra y escúpeme en el tiempo que decía que era su chica favorita.. ahora se lo dice a otra y lo detesto.. ¿acaso era verdad cuando me lo decía? Unos ojos dorados y unas pequeñas blancas mentiras.. jugué a ser la tonta pero siempre lo supe.. él hablo con ella.. tal vez y fue peor lo que pudieron haber echo, pero me quedé callada para no perderlo.
— Skye.. el problema es que le crees a cualquier idiota que se te acerca y te dice dos palabras bonitas ¡y ya! Skye, es hora de que abras los ojos, el no va a cambiar, es un idiota. Hay mejores personas que él, no llores por alguien que no vale la pena.
De alguna manera la ojiazul se sintió mejor al escuchar aquello, soltó una suave sonrisa ya que se sentía algo liberada al haberle contado todo eso a la morena. Pasaron unas horas y el peliblanco estaba algo preocupado por la ojiazul, ¿dónde estaba?, ¿le había pasado algo malo?; no lo sabía y eso lo mantenía preocupado.
La ojiazul se despidió de la morena y se retiró del lugar rumbo a su casa de nuevo. Después de una media hora llegó a su hogar donde se encontrarían al peliblanco, y después de unos segundos este corrió a abrazarla, de verdad que estaba preocupado pero verla de nuevo lo calmaba por completo.
— ¿Dónde estabas? Me tenias preocupado..
— Yo.. estaba con una amiga, fui a visitarla porque tenía mucho tiempo sin verla..
— Me tenías preocupado.. pero ya no importa, ya estás aquí y eso me calma..
Los dos entraron a la casa y ella comenzó a preparar la cena, comenzaba a oscurecer y en cualquier momento las pequeñas tendrían hambre. Después, cenaron y las llevó a la cama donde se quedarían dormidas, ahora solo eran la ojiazul y el peliblanco, solo ellos dos, solos, en la noche, ¿qué podría salir mal?
Claro que la ojiazul se ponía nerviosa al estar cerca del peliblanco y de igual manera le pasaba al ya mencionado, y ahora que estaban solos el ambiente de tensión sexual abundaba.
— Creo que me iré a mi casa.. mi perro me está esperando..
— Lex, no tienes perros.
— Uno.. imaginario.. su nombre es algodón.
— PFF- claro..
— ¡Hey! No te rías..
— Bien, no lo haré.
Aunque sé comían con tal solo la mirada, no lo querían hacer tan obvio, por lo que lo único que hacían era estar en silencio y más tiesos que un pan duro.
— Skye..
— Lex.. ¿quieres pasar la noche conmigo?
— Claro, me gustaría.
— Bien, vamos a la cama ya, 'mi amor'.
Aquello último lo hacía bromeando, le gustaba ver el rostro sonrojado el peliblanco. Una vez que llegaron a la cama, se recostaron y quedaron viéndose de frente, algo que a los ojos de los dos era algo tan lindo que parecía un sueño. Pocos fueron los segundos para que los dos se quedaran dormidos, y para conveniencia de los dos quedaron a poca distancia casi abrazados.
CONTENT WARNING !! ⚠️
Medio nsfw, si no te atrae este tipo de contenido, te recomiendo saltarte esta parte. (Pasó mucho desde que escribí 'lemon' en esta historia, así que ok)
El peliblanco se levantó, estaba todavía algo dormido y al ver a la ojiazul tan de cerca suyo lo tenía nervioso y de alguna manera ansioso. Y claro, al sentirse observada la ojiazul también despertó de su sueño.
— ¿Qué pasa?
— Nada.. es solo que.. te ves realmente linda..
— . . . ¿Lex te sientes bien?
— Yo eh.. perdón por lo anterior, si, me encuentro bien, volveré a dormir..
La ojiazul rodó los ojos y se removió un poco en su lugar, logrando así acercarse al peliblanco y subirse encima de él, ahora recostándose en su pecho. El ya mencionando al sentir aquello no pudo evitar sonrojarse, era algo nuevo en él. Solamente llevó sus manos a la espalda contraria y comenzó a acariciarla suavemente. La ojiazul inconscientemente acercó su rostro al contrario y comenzó a un beso lento, pero claro el peliblanco estaba tan nervioso que no sabía qué hacer, así que torpemente correspondió al beso. Después de unos minutos, el peliblanco paró a la ojiazul, ¿estaban haciendo lo correcto?
— Skye, Skye..
— ¿Mmh?, ¿qué sucede?
— ¿Está bien que estemos haciendo esto..?
— No lo se.. pero tú tranquilo..
La ojiazul comenzó a hacer un vaivén en el regazo del peliblanco, mientras él ya mencionado posaba sus manos en las caderas de la ya mencionada, y pocos fueron los segundos para que una erección se hiciera presente en los pantalones del chico, estaba avergonzado y al mismo tiempo ansioso, una sensación de verdad extraña. Algunos jadeos y gemidos salían de la boca del peliblanco, eran dulces sonidos para los oídos de la ojiazul, y claro que sabía lo que hacía.
— Skye, ah~ p- para.. harás que- ngh~
— ¿Haré que? Ah~
Los gemidos y jadeos abundaban en el ambiente, parecía que todo iba a terminar en una cosa pero al final la ojiazul reaccionó y se dio cuenta de lo que le estaba haciendo al contrario, se sentía avergonzada. Lo último que hizo fue dejar un último beso en los labios ajenos y salió de la habitación avergonzada, ¿que le había pasado?; y por otro lado, el peliblanco estaba de igual forma avergonzado, ¿qué había pasado? Una experiencia algo fuera de lo normal.
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