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—No pensé que preparar una boda podía ser tan engorroso —se quejó Marinette, dejando el cuaderno lleno de ideas, fechas y lugares en el que Adrien y ella habían estado trabajando desde que se comprometieron —, y eso que la nuestra va a ser pequeña.

Marinette se sentó a su lado en la isla de la cocina y cogió una de las papas del bol y empezó a pelarla.

—Creo que me mareé cuando Kagami empezó a hablarme de lo que nos tenía preparado para la despedida de solteros —bromeó Adrien, que seguía picando los pimientos.

Marinette se rio por lo bajo.

—Creía que Kagami nos iba a organizar algo tranquilo, pero creo que se le ha ido de las manos.

—Cuando me dijo que la iba a hacer en el barco de los Couffaine me relajé —reconoció Marinette—, ahora me arrepiento un poco.

—Yo solo espero que nadie se emborrache tanto como para saltar por la borda.

—Creo que Kim aprendió la lección en el cumpleaños de Rose.

Ambos se rieron. Gracias a Alya aquel era un recuerdo guardado para la posteridad.

Marinette suspiró al hacer estiramientos para la espalda. Estaba agotada.

—Y recuérdame no pedirle nunca más a Nino que se encargue de grabar nuestra boda. Me ha tenido al teléfono una hora hablándome como si fuera al rodaje de la boda de una Kardashian.

—¿A ti también? A mi me tuvo pegado al teléfono tanto tiempo que creo que se me durmió la oreja.

Ambos se rieron, agotados.

—Quién me iba a decir que mis padres serían el menor de los problemas.

—Todo el mundo me ha estado comiendo la oreja con el tema de los suegros —reconoció Adrien—, creo que más por verme asustado que por otra cosa.

—Ellos saben que me haces feliz y te adoran —aseguró Marinette—. Si alguien tiene que quejarse de su suegro debería ser...

Marinette enmudeció de repente. Nunca hablaban de Gabriel, menos aún desde que estaba en la cárcel.

Adrien comprendió su silencio y le pasó un brazo por encima del hombro, atrayéndola hacia sí.

—Mira el lado positivo, ya queda menos para ser oficialmente el señor y la señora DuPain-Cheng.

Adrien le sonrió de forma cálida y alegre. Una sonrisa de él que no conoció hasta que pudo salir de las murallas de los Agreste.

Enternecida, Marinette le correspondió el abrazo cuidando no mancharle la camiseta de tierra.

—Lo estoy deseando.

Publicación original:

https://twitter.com/MeimiCaro/status/1496042009848692736

Fecha original: 22 de febrero de 2022

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