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Adrien se rascó la nuca, incómodo por la peluca barata que llevaba en la cabeza. El calor dentro de la convención era agobiante y parecía derretirle la cabeza, y los cabellos plásticos le irritaban el cuello.

Era lo que tenía haber comprado la peluca a todo correr porque ninguna de las que Marinette tenía en casa le servía. Tampoco el sombrero de copa, aunque con el calor horrendo que hacía casi que agradecía que así fuera.

—¿Te apetece sacarnos unas fotos en el stand de las TsukiComics? —le preguntó Marinette—. Han montado un photocall.

Marinette le tomó la mano y, aunque Adrien llevaba guantes, sintió que una corriente eléctrica le recorría entero.

Atontado por el contacto y la flojera de sus rodillas, la siguió.

Su capa oscura, en realidad la que le había prestado Marinette y que casi había sido lo único que le había valido de su armario, ondeaba a su espalda con cada uno de sus pasos.

Eran una estela blanca y negra por aquellos pasillos alfombrados de rojo llenos de gente. Por el rabillo del ojo vio como más de uno les sacaba fotos a escondidas y, aunque estaba acostumbrado y entendía por qué lo hacían, le ponía de mal humor.

Su esmoquin le quedaba como un guante y la máscara que Marinette le había dado era idéntica a la original y brillaba con la luz. Pero quién estaba realmente increíble y atraía todos los focos era ella.

Caminaba con aquel vaporoso vestido blanco como si hubiera nacido en él y las largas coletas rubias le daban otra forma a su cara. Estaba preciosa, aunque fue extraño verla con ese color de pelo. Tampoco le fue fácil verse a él mismo con el pelo oscuro.

Cuando al fin terminaron la cola que daba al photocall, el staff de la tienda casi había montando un show al verlos. La pared verde del croma los recibió mientras muchas más cámaras que las del staff les sacaban fotos.

—¿Preparado para un baile? —le preguntó Marinette.

Se reía de forma relajada, pero por el agarre de sus manos pudo notar que la alteraba tanto público. Quizás no lo dejaba entrever porque se sentía escondida bajo el disfraz.

—Sólo bajo la luna —le respondió Adrien en un susurro.

Aún en la frialdad de su casa, sin pelucas, guantes ni antifaces, Adrien guardó aquella foto en un rincón secreto, uno solo para él. Uno que siempre le iluminaba y le daba esperanza incluso en la más fría de las noches.

Publicación original:

https://twitter.com/MeimiCaro/status/1483448536503136256

Fecha original: 18 de enero de 2022


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