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Marinette no tuvo tiempo siquiera de gritar. Antes de darse cuenta, la barandilla del puente en la que estaba apoyada cedió y ella se vio engullida por el vacío.

Se esperaba el golpe duro contra el agua fría, el ardor asfixiante en los pulmones, el terror. Pero en su lugar se vio arropada por un calor familiar. Marinette aterrizó en brazos de Chat Noir, más por accidente que por planificación.

—Hola princesa —la saludó Chat con coquetería, aunque la sorpresa era evidente en él—. Creo que te hace falta que te echen una pata.

—¿Chat? ¿Pero qué...?

Dejó la pregunta en el aire. Chat había anclado su bastón en el enrejado de unos maceteros cercanos para llegar a ella.

—Pasaba por aquí —respondió Chat, haciendo funcionar el bastón para devolverlos a tierra—, justo a tiempo.

El aparato se retrajo lentamente, moviéndose de forma aparatosa por el débil anclaje.

—¿Pero cómo...? —preguntó Marinette—. ¿Es que tú nunca te tomas vacaciones o qué?

—Muchas gracias Chat, me has salvado —dijo Chat en falsete, haciendo que Marinette frunciera el ceño.

—Eso no responde a mi pregunta.

—Ni a mi me suena eso a un agradecimiento —terció él—. Para ser una princesa, creí que tendrías mejores modales.

—Me vas a hablar de modales tú.

—Disculpa, soy un gato callejero de lo más galante y educado —se defendió Chat cuando finalmente llegaron a la zona segura de tierra.

Bajo a Marinette de su abrazo y se miraron el uno al otro con el ceño fruncido.

—Y como gato callejero que soy, no tengo vacaciones porque no tengo otra cosa que hacer que deambular por ahí.

Marinette suspiró, malhumorada por ese comentario y preocupada. Pero sobre todo estaba agradecida, aunque la sorpresa le hiciera difícil demostrarlo.

—Gracias —dijo Marinette finalmente.

—¿Cómo? —preguntó Chat con una sonrisa traviesa.

—Gracias por salvarme.

Chat sonrió de oreja a oreja y le hizo una teatrera reverencia. Lo peor es que consiguió hacerla reír.

—Ey, si no tienes nada que hacer, ¿te apetece ir a casa?

Chat la observó detenidamente, perdiendo la sonrisa.

—Ya sabes, a tomar un chocolate caliente y un pedazo de bûche de Noël —Marinette se encogió de hombros—. Para darte las gracias.

—Me encantaría —le respondió Chat, recuperando la sonrisa.

Publicación original:

https://twitter.com/MeimiCaro/status/1474483605921759232

Fecha original: 24 de diciembre de 2021

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