055
La noche en París siempre había sido su favorita. Probablemente porque era la única que había podido recorrer a sus anchas gracias a la magia de Plagg. O porque estaba ella. Su querida, añorada e inalcanzable lady.
Aunque esa noche sin luna era más amarga. Su última misión había sido un éxito. Habían detenido los planes de HawkMoth otra vez. Pero la frustración y la ira de Ladybug por su decisión impulsiva de lanzarse en una treta arriesgada, peligrosa y totalmente individual aún quemaba.
La heroína se había marchado rápidamente con su yoyó, sin mirar atrás, sin querer hablarle. Chat Noir no soportaba estar así con ella. Odiaba el frío silencio, lo detestaba con todas sus fuerzas.
Pero Chat sabía un secreto. Sabía a donde corría su lady cuando se enfadaba.
Siguiendo su plan, trepó a lo más alto de la Torre Eiffel. Ella observaba la ciudad con serenidad, pero cuando le detectó mostró una mueca amarga.
—No quiero tu compañía Chat Noir.
—Lady...
—No —le cortó tajante, aún sin mirarle—. Quiero estar sola. Como parecías querer hoy tú.
—No es lo que parece... Por favor, mírame...
Silencio.
—Ladybug...
Silencio.
Silencio.
Silencio.
Chat se estaba congelando por dentro y lo odiaba. Estar con Ladybug era una de las razones por las que el frío gélido de su casa era más tolerable, ella entibiaba su fragmentado y helado corazón.
Se sentía morir.
Chat carraspeó, decidido a no dejar las cosas así.
—Mi lady... Esto va por ti.
Chat Noir comenzó, acompañado por el jazz que salía del pequeño altavoz que había llevado consigo, con una de las ideas más osadas que había tenido en su vida. Bendito fuera su antifaz.
Ladybug se sobresaltó al escuchar la música, pero no se dio la vuelta hasta que escuchó los pasos frenéticos tras ella.
Se giró, exclamando un pequeño grito de sorpresa al ver a Chat Noir bailando al son de la música mientras movía su falda de plátanos.
Ladybug se llevó las manos a la boca, sorprendida. Él no la miraba, no se atrevía, pero era una realidad que Josephine Baker habría estado muy orgullosa de él.
Al final no lo resistió. La risa fue superior a sus fuerzas y las carcajadas fueron más veloces que sus pensamientos.
—Por todos los prodigios, te quiero tanto —dijo Ladybug entre risas.
Chat Noir detuvo su baile en un movimiento extraño, mirándola sorprendido.
—Perdona, ¿qué?
—Nada.
—Has dicho que me quieres —repitió Chat, acercándose a ella—. Me quieres.
Ladybug se tapó el rostro con las manos, consternada. Chat tomó sus manos y, gentilmente, las apartó. A pesar de la máscara podía ver sus mejillas sonrosadas y el brillo intenso de sus ojos azules.
—Me quieres —repitió Chat, sin creérselo—. ¡ME QUIERES!
Chat la abrazó. Las mejillas de Ladybug estaban calientes y Chat sentía que su corazón se iba a derretir.
—¿Es necesario que lo repitas tanto? —murmuró Ladybug, correspondiendo lentamente el abrazo.
Chat sonrió.
—Yo también te quiero. Con todo mi corazón.
Publicación original:
https://twitter.com/MeimiCaro/status/1334245930548269058
Fecha original: 2 de diciembre de 2020
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