Marinette se acomodó en el diván, enfurruñada en su manta de sirena, una que había hecho ella misma con tanto sudor y lágrimas. Tenía los pies tan fríos que parecía que llevaba horas con los pies metidos en agua helada, pero la realidad es que sólo estaba nerviosa.

Siempre le pasaba, igual sus manos parecían convertirse en bloques de hielo cuando su corazón se aceleraba. Sabía que no había motivos para ponerse nerviosa, pero no podía evitarlo.

Sería la primera vez que lo vería desde que las cosas cambiaron entre ellos y el revoltijo que tenía en el estómago no la dejaba en paz.

Un golpeteo en su ventana la sobresaltó. Y entonces lo vio. Con una sonrisa enorme y la voz en un susurro lo llamo:

–Chat...

Publicación original: https://twitter.com/MeimiCaro/status/1231320546752782336

Fecha original: 22 de febrero de 2020