Marinette miró el regalo de Adrien. Era una soberana estupidez, pero sentir el frío contacto de los abalorios y el hilo rojo le congelaba la piel y le pesaba como un ladrillo. Como si sus sentimientos y su conexión con Adrien estuvieran recluidos allí.

Era el último objeto que reflejaba su amor por Adrien en aquella habitación. Las fotos que empapelaban su pared las había tirado para reciclar y los objetos de coleccionista los había regalado. Pero se sentía reticente a soltar aquello.

Marinette lo guardó en una caja y salió de casa, a escondidas de sus padres.

Era noche cerrada y la calle estaba fría y solitaria. Ella apuró el paso hasta llegar a aquel parque con su enorme árbol. No era un parque que frecuentara mucho, pero siempre que iba le transmitía paz.

Sin importarle ensuciarse, hizo un agujero en el suelo. Al final tuvo que usar algunas piedras porque la tierra estaba demasiado dura.

Cuando fue suficiente, enterró la caja y se marchó de allí, deseando que sus sentimientos también quedarán muy atrás y que aquel falso hilo rojo que los unía se rompiera de una vez.

Publicación original: https://twitter.com/MeimiCaro/status/1230622264875474944

Fecha original: 20 de febrero de 2020