La clavé de todo
Él le recuerda algo y no sabe por qué lo hace.
Él le recuerda aquella vez dónde se encontraba con lágrimas en los ojos sin saber nada de lo que había pasado anteriormente, con dolor en el pecho y un fuerte dolor de cabeza.
Dónde literalmente mente tuvo que empezar de cero.
Había acudido a varios médicos, pero ninguno le confirmaron un diagnóstico de trauma en el cerebro o alguna enfermedad que le impidiera recordar.
Solo ella no encontraba la manera en la que esa situación y él, estaban relacionados.
Pero ahí estaba él, con una sonrisa frente a la muchacha quien tenía muchas dudas.
—Jace. —susurro Clary casi sin pensarlo, solo se escapó de sus labios.
—Clarissa. —Hablo el rubio y se sentó junto a ella.
Era uno de los momentos que amaba la peliroja, ambos observándose con esas miradas mágicas, como decía ella.
Él no pensaba en nada más que no fuera, que le rogaba a los angeles por qué ella lo recordara.
Ellos ahora empezaban de cero, y eso el agradecía, pero no sería lo mismo, el lo sabía, apresar de todo lo que pasaron, ellos se seguían amando hasta ese horrible día.
Los ángeles no eran tan angeles como se dice y si el tuviera que cambiar algo de el, por ella, lo haría.
—Ya te dije que no me digas así —Clary fulmina con la mirada a Jace, y su sonrisa crece aún más.
—¿Por qué no?
—No se, es algo extraño, me recuerda a mi padre, pero no sé quién es, ni su rostro, ni voz, ni nada.
Automáticamente, como un golpe la sonrisa de Jace desaparece.
—¿Que? —pregunta Clary —¿dije algo malo?
—No, tú no hiciste nada malo.
Él piensa eso realmente, el que Clary ocupara su poder para ayudar, no era malo, al contrario, le parecía asombro, aún que eso le costará caro.
Ambos ahora se encontraban sentados en la banqueta, eran las 10 de la noche, adelante de una tienda que les daba suficiente luz para mirar uno al otro.
—Me muestras tu arte, señorita Clary.
—Pues claro, señorito Jace.
Ella procede a abrir su libreta de dibujo y pintura, lo primero que le muestra es una pintura abstracta, lo siguiente es un dibujo, lo diferente es que el del dibujo era Jace, Jace como el demonio búho.
—¿Dónde conseguiste está imagen?— pregunta Jace señalando el dibujo.
—Bueno yo lo soñé, me desperté y lo comience a dibujar antes de que se me olvidará ¿por qué? ¿sabes que es?.
—No.
<< Shadowhunters >> pensó gritar Jace, era la clave de todo, pero no lo grito, solo lo dijo.
—¿Que dijiste? —intrigada la pelirroja
—Nada —el se había arrepiento de decir eso.
—No, Jace, dímelo.
—Shadowhunters, cazadores de demonios.
Ella empezó a sentir dolor en su cuerpo, como quemaduras, soltó unos gemidos por el dolor, miro su brazo y tenía unos tatuajes, runas, como las de Jace.
Jace la miro estupefacto.
Clary estaba muda, no sabía que decir, pero lo que si sabía es que había recordado todo, cada parte la había recordado.
El precio era que no tenía más su poder que le otorgaron los angeles, aún siendo shadowhunters.
Ya no tenía su poder, podía ser una shadowhunters mas, pero tenía a Jace y sus amigos, y eso le bastaba.
547 palabras
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