4. Un dulce año nuevo

𝓤𝓷 𝓭𝓾𝓵𝓬𝓮 𝓪𝓷̃𝓸 𝓷𝓾𝓮𝓿𝓸

Las luces brillaron en lo alto mientras yo me apagaba, mis ojos no cedían más a mi orden y los pies solo pedían paz.

Recuerdo bien lo inútiles que eran esas luces en el cielo, que solo querían que yo sonriera y susurrara «oh, que bellas son», cuando el único sentimiento que me transmitían era de decepción. Una que crecía al ver al mundo haciendo lo que yo no hice, mirando luces artificiales que no complementaban nada y solo formaban una capa de humo negro.

Los gritos me saturaban los oídos y yo me inclinaba contra las almohadas para apagarlo cantando una canción de la cuál no conocía nombre.

Quería creer que estaba muerta y que las voces eran solo origen de mi mente que podía apagar con un clic.

El reloj tocó las 12.

Aún recordaba mi vida ¿eso es un avance? ¿O solo mi desgracia? Y si fuera así ¿cuál desgracia?

Cuando todo paró yo también lo hice, dejé de pensar y miré al cielo apagado de mi mente en pausa. Caí en lo que suponía unos brazos reconfortantes y no luces torpes.

El olor a comida y cerveza se extinguió por fin en una atmósfera parecida a un mundo nuevo.

Creado en el 2018

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