7) Saber ancestral

     De una gaveta de su escritorio el teúrgo extrajo, dubitativo, un aestel plateado. Este centelleó, a modo de saludo, confiado en el inminente desvelamiento de arcanos saberes.

     Tras abrir el grimorio por una página al azar, sonrió.

     —¡Oh! ¡Magnífica! A mis acólitos les va a encantar esta sopa de ajo.

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