Una niña festejaba su cumpleaños en su hogar junto a su familia. Pero ella estaba triste, ya que su hermano no le había regalado nada. 

Resulta que ella padecía de problemas cardíacos, y esto hacia llorar al hermano, quien sabía que su último momento junto a ella estaría por ocurrir.

La hermana estaba enfadada con él debido a no regalarle nada en su posiblemente último cumpleaños...

—¡Solo seis meses de vida Hermano! Y no me das nada para conmemorar mi último cumpleaños, eres el PEOR!...— Dijo ella para acto seguido correr a su habitación

Sin embargo, el hermano solo sonrió con lágrimas en los ojos.

Tras unos minutos, mientras la niña bebía su vaso de gaseosa, de repente se mareo y se desmayó.
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Acto seguido, la niña despertó en el hospital confundida, los medicos hablaban con el padre mientras la madre lloraba encima de la niña, consolando la, a pesar de que ella no entendía nada. Buscaba a su hermano menor por todos lados y no lo encontraba, incluso pregunto a su madre. Sin embargo, la madre decidió no revelarlo...

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Pasó una semana sin saber dónde se encontraba su hermano, hasta que un día, su madre entró a la habitación con cuidado y determinación.

— Hija, tengo el desayuno...  — Dijo la madre dándole una bandeja con una taza y galletas...

—Gracias mamá...

Con eso dicho, la madre se fue... Y la niña comenzó a comer, cuando de repente, bajo de las galletas encontró una carta que decía:

"Querida hermana mayor, lamento que tú regalo de cumpleaños se haya tardado en llegar. La discusión me dió algo de culpa y compasión a la vez... Tal vez te estés preguntando donde he estado todo este tiempo... Y no estoy seguro de dónde estoy ahora mismo. Tu regalo te lo entregue el mismo día de tu cumpleaños cuando estabas en el hospital... Y no te preocupes por mi, porque siempre estaré dentro de tu pecho... Mi regalo de cumpleaños, está, y siempre estará en tu corazón..."

— — Tu hermano menor, Alex...

Feliz cumpleaños hermana... Que pases bien el resto de tu vida...

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