❝Perfectamente imperfecta❞
Hoy es un día más de mi vida.
Un día más de rutina.
Tengo la vida que cualquier mujer quisiera: un amado esposo que es muy fiel, atento, cariñoso y dos hermosos hijos que son súper tranquilos y respetuosos.
Tengo mi trabajo como doctora especializada en cirugía. Soy muy querida y famosa por mejorar los aspectos mas horribles que cualquiera tenga...
¿Alguien de 80 quiere lucir como Brad Pitt? ¡No hay problema! Lo "mejoro" en tan solo una intervención de 5 horas ✨
¿Naciste con un ojo de más? ¡No te preocupes! Te lo quito y luego te lo entrego en bolsa de regalo para que lo tengas de adorno jajaja
¿Necesitas una vaginoplastia para hacerle creer, a tu futuro marido, que él es el primero? ¡No digas más! Te dejaré ahí abajo como nueva (aunque hayan pasado 50 personas) ✨
Como ven, soy genial en mi profesión.
Y por si fuera poco, también tengo mi propia floristería y además soy costurera los fines de semana...
¿Qué más puedo pedir? ¡Tengo la vida que siempre soñé!
Puedo viajar donde deseo y cuando quiera.
Tarjetas de crédito ilimitadas.
Dinero para derrochar con strippers.
Todos me aman.
Tengo un empleo perfecto con un sueldo perfecto...
¿Qué me falta?
Ah... La familia...
Bueno, temo decir que tuve que "intervenirlos" para que fueran tan perfectos, como lo son ahora.
Mejor les explico de qué se trata...
Yo soy una persona que persigo la perfección en su máxima expresión.
Es necesaria para mí, como el aire para respirar.
Yo soy perfecta, con un empleo perfecto y una vida de lujos perfecta. Pero, desafortunadamente, el hombre que escogí no era lo suficientemente perfecto y bueno para mi. Era un enjambre de apariencias.
Me fue infiel 17 veces con diferentes mujeres, porque yo pasaba mucho tiempo en el trabajo y en el spa.
¡Patrañas! Necesito trabajar para vivir con mis lujos, porque el universo no me hizo rica y debo embellecerme todos los días...
Volviendo al tema principal... Además de serme infiel, me mentía y gastaba mi dinero cada que podía en drogas, prostitutas, alcohol y juegos de azar.
Así que hice lo que cualquier persona deseosa de perfección hubiera hecho: lo operé.
Bueno, creo que "me comí" una parte JAJAJAJA. Olvidé mencionar que no solo opero estéticamente sino que me especialice en diferentes tipos de cirugía. Estudié durante 23 años para ser quien soy ahora.
La diosa de la perfección.
Seguiré con mi relato...
Mis hijos... Bueno, ni siquiera los quería.
Salieron lindos como yo, solamente por eso les dejé pasar varias cosas... Aunque no toleré que me faltaran el respeto y sean revoltosos, asi que también los operé.
Les contaré el procedimiento que llevé a cabo con ellos:
Comencé por "dormirles" o como a mí me gusta decir desactivarles varias zonas del cerebro:
•El hipocampo para borrar varios recuerdos. Es una especie de formateo o reestablecimiento de fábrica para poder enseñarles como si recién hubieran nacido. Los entrené a mi antojo.
•La amígdala cerebral del sistema límbico para poder modificar sus emociones, así no estén tan presentes en el cerebro y en su día a día.
Además, a mi marido lo cambié físicamente.
Ya estaba medio gastado, para mi gusto.
Lo que sí, con mis hijos no manipulé mucho sus emociones. Las dejé normales en un 10%.
De mayores me lo agradecerán, estoy segura. De esta manera no sentirán empatía y no sufrirán cuando tengan perdidas o desamores.
Ahora todos son perfectos.
Todos somos perfectos.
Implanté lo que deben hacer y sentir. Así no cometerán errores jamás.
Los amo así como están
Soy Dios porque creo perfección y voy en la búsqueda de ella, segundo a segundo.
Soy una diosa. La diosa de la perfección.
— Es la segunda vez que lo dices. Por cierto, te voy a pedir que dejes de relatar como si estuvieras hablando con muchas personas, solamente lo haces conmigo. Estúpida loca — dijo tajante, Anna.
— ¡Qué aburrida eres! Pero está bien Anna.
— Bien, pero también deja de relatar la manera en que te respondo. Cambiando de tema, necesito hacerte unas preguntas importantes... — dijo arreglándose sus lentes. — ¡Ya! Me exasperas — agregó con cólera.
— JAJAJAJA jamás dejaré de relatar. Crecí leyendo en Wattpad historias de rayita y sobre fulminar con la mirada, teniendo los ojos abiertos como platos.
— Bien, loca estúpida, ya no me interesa tu discurso de cosas cliché — dijo haciendo un ademán con la mano — Ahora, quiero que me digas cómo es que sabías qué zonas del cerebro tratar sin matar a alguno de tus familiares en el intento — preguntó Anna, muy seria.
— Bueno, pues, eso es muy fácil cuando no es la primera vez que lo haces querida. Y ésto nos lleva a otra historia y de nuevo al pasado...
Tenía 22 años y me había graduado en medicina general.
Soy sádica desde el nacimiento y siempre experimenté con animales, pero debido a mi búsqueda de perfección fue que estudié medicina, para tener más conocimientos.
Necesitaba un lugar donde comenzar a experimentar con personas.
¿Y qué lugar mejor que un neuropsiquiátrico?
— ¿Osea que asesinaste personas con enfermedades mentales? — me cortó el relato la imbécil de Anna.
— Te estaba contando que experimenté con ellos y ¿en serio crees que sobrevivieron? Si eran experimentos y era la primera vez que probaba con humanos, es muy evidente que murieron. Y por si te interesa, asesiné a 77 personas. La mitad de los que residían en ese psiquiátrico.
— No puedo creer que no sintieras algo por esas personas. Eres un monstruo — añadió Anna con ¿asco?
— No mi ciela, no siento empatía por nadie. Nunca la sentí, ni cuando torturaba a mis mascotas. Y no soy un monstruo, soy la diosa de la perfección.
— Bien, diosa de la perfección, no te escucharé más. Se acabó la sesión por hoy — añadió mi querida Anna, guardando su libreta con notas.
— ¿Volverás mañana? ¿O ya te cansaste de escuchar mi historia por vigésima vez?
— Sabes que sí, debo volver porque éste es mi trabajo — noté una tristeza en su rostro.
— ¿Qué ocurre? ¿No te cansas de intentar que mejore? No lo haré. Ésto es lo que soy y no sirve de nada que retrases mi condena.
— Eres mi hermana, Astartea, y yo te quería — dijo con tristeza. — Tenías la vida que cualquiera quisiera mientras yo tenía que conformarme con una miseria — añadió con odio.
— Lo sé Anna. Pero ahora puedes tener la vida que siempre quisiste, tomando todo lo que es mío. Inclusive mi familia. Ya te lo sugerí en otro momento. Mi condena a la silla eléctrica se dará igual, la atrases o no.
— Descansa As. No tomaré tu vida — agregó la estúpida Anna, rechazando mi oferta una vez más. — Adiós — se despidió con un portazo.
¿Es que no se cansa de decirme que no?
Yo ya estoy condenada, sin embargo no me arrepiento de nada.
Y, si tuviera la oportunidad, lo volvería a hacer mil y un veces más.
Esta noche intentaré escapar. Veremos qué tal me va. Siendo una diosa, no puedo fallar.
No voy a fallar...
• Algunas horas después •
Okay, fallé. Creo que, después de todo, no soy perfecta. Soy perfectamente imperfecta.
La felación que le hice a los dos guardias de mi puerta ni siquiera sirvió, porque solamente me tienen como una loca cuando me deberían temer.
Maldita sea. No puedo creer que fallara.
No volveré a aceptar las visitas de mi hermana. No merezco vivir si no soy perfecta.
Todo se derrumbó, dentro de mi, dentro de mi.
Escribo este final con mi sangre.
Escribo para no sentirme sola. Porque estoy sola en este mundo.
Escribo porque así acaba mi historia, con mi muerte y mi hermana tomando mi vida.
Después de todo, mi hermana fue la que me trajo aquí y mi hermana soy yo y yo soy ella.
Mi nombre es Anna Becker y soy psiquiatra.
Yo soy la condenada a la silla, mientras mi hermana disfruta su vida en Malibú con su perfecta familia.
Astartea me modificó a mi también y cambió mi aspecto. Así acabé por tomar su rostro, carácter e identidad. Pero nadie me creerá, pues soy ella y solo estoy loca.
Al menos encontré un fin a mi miserable vida.
Gracias hermana, aunque no me gustará mi manera de morir. Y aunque tú seas yo, te perdono y ojalá te lleve el demonio maldita.
•••
Unas semanas después Astartea, siendo en realidad Anna, fue condenada a la silla eléctrica mientras su hermana permanecía sin expresión alguna; viéndola morir.
— Descansa en paz, hermana, lamento haber tomado tu vida pero no me iba a permitir morir tan pronto.
•••
Ahora Anna, (quien no es nada más ni nada menos que Astartea con su identidad), vive en sudamérica y cada noche que desaparece alguien es porque ella acecha en los callejones. Está ahí, la espera de nuevas víctimas para seguir experimentando y buscando la perfección en su plenitud.
¿Y tú, qué tan seguro estás caminando por las calles en la noche?
Puede que Astartea te capture y seas su próxima víctima.
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