Esta es la trágica historia de dos amantes que no pueden evitar permanecer distantes. Cuando la cabellera dorada de Helios aparece, la bella dama entre las sombras desaparece. De igual modo, una vez que Selene se duerme, el radiante sol se despierta y busca sin descanso a su amada: él escudriña mares y océanos por si encuentra su reflejo, pero no lo halla. El carro dorado surca el cielo de este a oeste, descorriendo el manto oscuro de la noche, pero la luna no deja huella.

Ella envuelve de negrura la bóveda celeste en el momento en que emerge. La dama dirige el carruaje de plata con la esperanza de encontrar a su amado, pero no hay suerte.

Si juntos quieren estar, no se deben impacientar, pues tan sólo una vez coincidirán. Y su fogoso amor será envidiado en todo el Olimpo.