Es pura aventura. Un ir y venir entre letras, versos y parrafos. El escritor no solo escribe sino que lee, vive y se pone en la piel de su personaje favorito.

Escribir es una experiencia muy emocionante. En mi opinión, es como jugar a ser un dios en un mundo paralelo. El escritor es quien tiene las riendas, nadie le sugestiona sino que se deja llevar por sus impulsos sin pararse a pensar en que dirán.

El escritor expresa libremente sus pensamientos, inquietudes y sentimientos. Los comparte sin temor al resto del mundo.

Escribe con el corazón no con el cerebro, no piensa sino que las letras fluyen de su pluma.

El escritor no solo construye frases, también aprende de otros. Un escritor antes de serlo es lector y hace de la lectura su mundo.

¿Se nace o se hace? No sabéis las veces que he escuchado esa pregunta. No se nace aunque es cierto que algunas personas tienen mucha capacidad creativa. No obstante, la creatividad se adquiere con el tiempo, se cultiva y florece. Entonces es cuando tu mente no conoce límites.

Habrá veces que no entenderán tu decisión, pero no te importa porque tú eres feliz tal y como eres, siendo tú mismo, siendo escritor y lector.

¿Para qué queremos fama y dinero? Si podemos ser felices dedicándonos a lo que realmente nos gusta.

Desde pequeños nos inculcan que tenemos que tener un trabajo serio y con futuro. La escritura solo es un pasatiempo.
Yo convierto ese pasatiempo en trabajo y trabajo con las pautas que yo considero, nadie me controla. Solo me debo a mis lectores y a mi corazón.