20- Mi esposo celoso.
—Amor, ya hagamos la Paz, no quiero seguir peleando contigo —manifiesta Mew tratando de abrazar a su esposo.
—¡No te atrevas! —grita Gulf tomando el sartén—. Si quieres seguir vivo para navidad mejor ni te acerques.
—¡Gulf! —grita Mew alejándose un poco—. ¡Baja eso!
—¡No me grites! —regaña Gulf bajando el sartén.
—Me parece tan tonto que estés enojado porque las vecinas vengan a dejar regalos —responde Mew—. Regalos que por cierto están tirados en la basura.
—¡Tómalos si quieres! —regaña Gulf cortando la cebolla—. ¡Sabes perfectamente que esas zorras quieren hasta un trío contigo!
—Relájate, son inventos en tu cabeza, son buenas chicas, nada de eso es así —responde Mew.
—¿A No? —interroga Gulf yendo a la basura y con el cuchillo abre uno de los regalos—. ¿Qué mierda son estos?
Mew se acercó y sonrió al ver artículos sexuales.
—¿¡De qué mierda te ríes?! —regaña nuevamente Gulf tirando la caja a la basura—. ¡Yo vi cuando los compraban y decían; Esto a nuestro vecino Mew le gustaran! ¡Así quizás nos amarre a la cama y nos haga maldades cuando su amargado esposo no este!
—Hubieras partido por decirme eso, cariño —responde Mew al abrazarlo—. No sabía de esas intenciones. Y aunque me traigan muchos de estos o traten de seducirme, jamás lo conseguirán. Sabes que soy homosexual y que el único amor de mi vida eres tú. ¿Podemos hacer la paz? Ellas son las que quieren algo, no yo.
—Desde ya te digo Suppasit que ya compré otro departamento y nos vamos a mudar bien lejos de aquí —responde Gulf dejando el cuchillo sobre el mesón—. Nos mudamos el fin de semana porque si sigo viendo esas horribles caras llenas de coquetería ¡Las mato!
—¿En qué momento compraste un departamento? —pregunta Mew asombrado—. ¿De dónde sacaste el dinero?
—De la cuenta mancomunada, ¿no podía hacer uso acaso? —responde Gulf—. Te recuerdo que es de ambos, también está mi dinero.
—Jamás he dicho que no puedes hacer uso cariño, será como quieras, sabes que nada te niego —responde Mew besando la mejilla de su esposo—. Si eso te ayuda a estar tranquilo y en paz nos mudamos sin problemas.
—Me parece excelente que obedezcas a tu esposo —responde Gulf—. Ahora déjame seguir con la comida.
Días después.
—¿Algo más que falte cariño? —pregunta Mew tomando unas cajas.
—Es lo último, amor —responde Gulf.
—¡Vecinos! —llama Love la vecina—. ¿Se van?
—¡Oh! ¿Se están mudando? —pregunta la otra vecina, Puifai.
—Así es —responde Gulf seriamente—. Compramos con mi “esposo” algo más grande. Este departamento era muy pequeño para nosotros y nuestros planes futuros.
—Qué pena —manifiesta Love con un puchero—. ¿Nos darían su nueva dirección? Es una pena, hubieran avisado antes.
—Ja, amor, que guarden eso, ya bajo —pide Gulf.
—Si cariño —responde Mew llevándose las cajas.
—¡En sus sueños tendrán la dirección malditas zorras! —grita Gulf dejando a ambas mujeres asombradas.
—¿Por qué nos dices así? —pregunta Love de forma ofendida.
—Ja, no se hagan las inocentes que no les queda —responde Gulf cerrando el departamento—. Ni crean que no sé qué morían, por qué mi esposo se las follara.
—No digas eso —responde Puifai con sus mejillas carmesí—. Eso jamás se nos ha pasado por la mente.
—No me hagan reír porque vi lo que le compraron para navidad y lo que dijeron que querían que él les hiciera —responde Gulf enojado—. Ambas son unas zorras que no tienen vergüenza. Seguro por eso a sus edades siguen solas y sin amor.
—¡Gulf! —regañan ambas mujeres.
—Oh, por eso te mudas jajaja —se burla Love—. Te dio miedo la competencia.
—¿Miedo? No reina, yo avanzo con mi esposo a un mejor futuro, un gran departamento que después será una hermosa casa y luego hijos. En pocas palabras, una familia. Algo que ustedes estoy seguro de que jamás lograrán por ser solo unas cualquieras algo así como uhmm… Unas pescadoras.
—¿Pescadoras? —interroga Puifai confundida.
—Sí, pescadoras —confirma Gulf—. Tiran la caña de pescar y se conforman con lo poco que pueden pescar en el día, sea un amante, un chico para quitar la calentura en el momento y luego tiene que volver a lanzar la caña para sobrevivir otro día. Yo no, yo me conformo con el pez gordo y que me pueda dar satisfacción en todos los ámbitos y que estoy seguro de que no tengo que lanzar otra vez la caña.
—¿Vamos cariño? —pregunta Mew acercándose a abrazar a su esposo.
—Si mi vida —responde Gulf dando una última mirada a sus vecinas y mostrar su anillo—. Yo avanzo.
Mew y Gulf se van y escuchan un pequeño chillido de enojo por parte de sus vecinas.
—Por fin no tendré que ver otra vez esas putas caras —dice Gulf sonriendo.
—Huy, mi esposo está feliz y en paz, qué hermosa sonrisa tiene —manifiesta Mew al abrazarlo—. Cariño…
—¿Dime? ¿Qué ocurre? —pregunta Gulf abriendo el auto.
—¿Si donde vamos a vivir ahora ocurre esto mismo? ¿Qué harás? —pregunta Mew abriendo el lado del piloto.
—Si ocurre esto mismo nos volvemos a mudar —responde Gulf entrando al auto.
—Jajaja, esposo celoso —responde Mew entrando al auto y besar la mejilla de su esposo—. ¿Y si nos mudamos a una isla?
—Esa idea me gusta más —responde Gulf sonriendo—. Aunque quizás ahora puede ser que a mí me persigan las vecinas jajaja.
—Qué chistoso estás —responde Mew encendiendo el motor—. Sabes qué cariño, no hay que desempacar, nos iremos a vivir a una isla.
—Jajaja, mi esposo más celoso —se ríe Gulf.
—No más que tú —responde Mew besando a su esposo.
꧁𝐹𝑖𝑛꧂
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top