Operación: Brawlidad 2 - Un Villancico Oscuro
"El año pasado, Bonnie se disculpó con Santa por llamarlo "tonto". Ahora, un nuevo mundo nevado corre peligro, y todo quedará en manos de Janet y Bonnie (y la ayuda de un especial Santa Claus) para llevar a cabo la "Operación: Brawlidad 2" y detener al vengativo Grouch de una vez por todas. En esta segunda parte, las dos hermanas descubrirán qué hay detrás de la Navidad, y todos los secretos que Santa y aquel mundo nevado tienen para esconder..."
Personajes: Bonnie, Janet, Santa/Stu, Grouch/Mico, Frost Queen Amber, Yeti Sam, Krampus Ash, Logmas Spike, Nutcracker Gale, etc...
Escrito entre el 21 y 24 de diciembre de 2024, publicado el 26 de diciembre del mismo año (¡¡FELIZ NAVIDAD!!)
Créditos a Santy_art721 en Twitter por permitirme usar el dibujo de Janet y Bonnie de la portada <3 muchas gracias!!
Esta historia NO está conectada al universo de Orígenes (BSO)
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VERSO 1 - NOCHE DE OSCURIDAD
¿Pueden oírlo? ¿Pueden sentirlo? ¿Acaso esos sonidos llegan a sus oídos, lectores?
No solo se trataba de la música del espíritu navideño, se trataba de algo más allá de la nieve. Más allá de los sentidos, más allá de la fecha.
24 de diciembre marcaba el calendario de la habitación de las dos hermanas. Una habitación desordenada, explotada de cosas por doquier. Aquella computadora, la litera, la bandera celeste, rosada y blanca que colgaba en el techo, juegos de mesa y juguetes tirados por el piso, patines y patinetas escondidas bajo la cama, más de tres pilas de ropa sucia descansando en el suelo.
Y a pesar de todo el desastre a su alrededor, era el lugar más cómodo y refugiado que Janet podía encontrar en un momento como este, porque, quizá, su alma, su corazón y su mente llevaban un desastre interno más complejo que el de la propia habitación.
Nada más que música triste sonaban y resonaban por todo el cuarto, chocando con las paredes y volviendo a los oídos de la pelirrosada, que con su casco tirado por el suelo y su ropa habitual todavía puesta, lloraba a mares sobre su cama, destrozada por dentro.
¿Qué había pasado? Bonnie se preguntaba lo mismo, pues había visto a su hermana mayor llegar a la casa y correr por el pasillo hasta la habitación, con lágrimas en los ojos, intentando retenerlas. La menor se asustó mucho, y a pesar de la enorme preocupación que cargaba en su pecho, no podía hacer nada por su hermana, pues ella se había encerrado desde hacía HORAS en su cuarto, y no paraba de repetir los mismos cinco temas tristes en su lista de reproducción.
Incluso si Janet no había dicho ni una palabra al llegar a casa, Bonnie había pasado la tarde entera sentadita en el pasillo, reposando su espalda sobre la puerta de la habitación. No podía entrar, pero sentía que, aunque estaba "lejos", podía acompañar a su hermana en un momento tan triste.
Bonnie: Ay, Janet... -Angustiada, murmuró para sí misma, al escuchar los mismos llantos que llevaba oyendo desde hacía horas ya por detrás de la puerta- Me pregunto qué habrá pasado...
Y no importaba qué tantos gritos haya pegado la pequeña para llamar la atención de Janet, nada había funcionado para que la mayor contestara con otra cosa que no sea "no me pasa nada", "estoy bien", o simplemente un...
Janet: Ya vete, Bon. -Se escuchó desde el otro lado de la puerta. Bonnie subió la cabeza y abrió los ojos bien grandes al oírla-.
https://youtu.be/P89rxnT7lKw
(Soundtrack de la escena)
Bonnie: ¿Janet? ¿S-Sí me escuchas? -Respondió. La contraria no se presentó ante la pregunta. Bonnie no se rindió e insistió- ¡Janet, contéstame!
Janet: ¡¡Te dije que te vayas!! ¡¿Por qué tienes que meterte en mi vida?! -Se quejó, alzando un poco la voz-.
Bonnie: P-Pero solo quiero ayudarte, Janet... -Dijo, con una voz tan triste y apagada que llegaba a ser tierna-.
Un silencio reinó en la casa. Stu, el amoroso padre adoptivo de ambas, había salido y no volvería hasta la noche. El árbol navideño brillaba en la sala de estar, luces que llegaban al comedor y chocaban con una parte del pasillo de la casa. Incluso así, ni siquiera la nieve parecía querer hablar en ese momento.
Bonnie bajó la cabeza, rendida. No había manera de ayudar a su hermana... ¿o sí?
En un abrir y cerrar de ojos, la puerta de la habitación, de repente, parecía abrirse muuuuy lentamente, como por arte de magia. La pequeña miró hacia atrás y rápidamente se levantó, para empujar la puerta y entrar al cuarto finalmente.
"WITHOOOOUT YOUUU, I CAN'T BREATHEEEEEEEEE"
Bonnie: Qué canción más triste... -Susurró, y bajó el volúmen del parlante para finalmente mirar hacia la litera-.
Allí, bajo la penumbra de la oscuridad, con la cortina cerrada y nada más que música triste, Janet se acostaba y lloraba en la cama de abajo, su cama, hecha bolita y dándole la espalda a su hermana para que no la viera.
Bonnie: Janet... -Se acercó y apoyó su mano sobre el hombro de su hermana, la cual ni se inmutó, solamente siguió llorando- ¿Qué pasa?
Lentamente, el ojito de Janet se asomó para voltearse de a poquito. Miró a su hermanita, su fiel e insistente confidente. Cuando se sintió lo suficiente segura y refugiada en la mirada de su pequeña hermana, Janet se volteó por completo y la miró, con los ojos rojos de pena y totalmente empapados.
Janet: ¿Por qué insistes en ayudarme? -Le preguntó, moqueando y limpiándose las lágrimas de sus mejillas-.
Bonnie: ¿Cómo que por qué insisto? ¡Janet, eres mi hermana, boba! -Le recordó- Y como tu hermana, debo estar para ti, para lo que necesites. -Apartó la mirada, con un poco de vergüenza. Stu hubiese estado orgulloso de ella si la hubiera escuchado- Es lo que hacen las hermanas, ¿no?
La mayor no pudo evitar esbozar una leve sonrisita. Verla ahí, tan decidida, tan impaciente, tan enérgica, solo para intentar que esté mejor. Ver a su hermanita parada frente a ella la hacía sentir más... contenta. O menos triste, como quieran decirle.
Janet: Je. -Moqueó nuevamente- Gracias, Bon. -Se levantó de a poquito de la cama. Le daba tanta ternura esa niñita- P-Perdón si te hablé mal...
Bonnie: ¡No te preocupes! -Sonrió- Solo quiero que no llores más... ¡y si lloras, que al menos sea por... ESTO! -PLUM-.
https://youtu.be/NYTOIHsKLTY
(Soundtrack de la escena)
Tremenda cachetada que le llegó a la cara a la hermana mayor cuando Bonnie cerró los ojos, sonriente y pícara como siempre.
Janet: ¡¡AUU!! -Se acarició la cara- ¿Eres tonta? ¿Qué haces?
Bonnie: Eso es por no abrirme la puerta. -Rápidamente, se acercó a ella- Y esto es por ser mi hermana. -Y le dio un besito justo en donde la había golpeado-.
Janet: Aww. -Cerró los ojos, sonriente- Así está mejor.
Se dieron un abrazo de hermanas que duró un ratito. Era uno de esos abrazos que Stu tanto amaba, cuando genuinamente podía sentir que esas dos niñas se querían mucho. Incluso si Janet era bastante más grande que Bonnie en cuanto a edad (y en cuanto a... todo, en realidad), eso no les impedía de tener una conexión muy fuerte, tan fuerte como ese abrazo. Janet realmente lo necesitaba.
Bonnie: Y... ¿entonces, qué te pasó? -Decía, apretada entre los brazos de su hermana-.
Janet: No importa.
Bonnie: Sí importa.
Janet: No.
Bonnie: Sí.
Janet: Nop.
Bonnie: Chi.
Janet: Bonnie...
Bonnie: Janet 7u7
Janet: Qué.
Bonnie: ¡¡Solo cuéntame!! -Y se alejó del abrazo- ¿Te golpeaste el dedo chiquito?
Janet: ¿Eh? ¡No!
Bonnie: Se te rompió tu juguete preferido.
Janet: ¿Cuál juguete?
Bonnie: El que escondes abajo de la cama.
Janet: ._.??????
Bonnie: ¡No! ¡Ya sé! -Sonrió, siguiendo con el juego de las adivinanzas- ¡Llevabas a tu pato a pasear cuando de repente explotó porque descubriste que tu pato era una bomba disfrazada de pato disfrazado de bomba pato!
Janet se le quedó mirando por un momento. Luego le respondió.
Janet: Bonnie, yo no tengo un pato.
Bonnie: ¿Ni siquiera el que hace cuack?
Janet: ¡¡TODOS LOS PATOS HACEN CUACK!!
Bonnie: Este de aquí no. -Un pato apareció entre sus brazos-.
Pato: Undertale es mrd.
Janet: Qué.
Pato: Borrador deidad.
Janet: ... ¿De dónde sacaste ese pato?
Bonnie: Lo encontré abajo de la cama. Qué voz tan grave tiene, señor pato. -Lo agarró con las manos y lo abrazó-.
Janet: Aish... - Suspiró, cansada. Finalmente, se levantó de la cama y comenzó a caminar hacia la puerta. No fue hasta que Bonnie habló, que se quedó congelada en su lugar-.
Bonnie: ¿Toda esta lloriqueada no será por algo amoroso de nuevo, verdad? -La miró, subiendo la ceja. El pato hacía la misma cara-.
Pato: 🤨
Janet: ¡¿Q-QUÉ?! ¡N-NO! -Se dió media vuelta, algo nerviosa. Su hermana seguía con la misma cara, sospechando- ... ¿q-quién te lo dijo? -Bajó la cabeza, angustiada-.
Bonnie: El pato.
Pato: Hola, sí.
Janet: ¡¡LOS PATOS HACEN CUACK!! -Le gritó al pato-.
Pato: Los patos no lloran. A diferencia de ciertas cantantes. No diré nombres.
Bonnie: Se notaba en tu cara, de todos modos. Janet, es la tercera vez en el mes que te pones triste por estas cosas... Cambiaste desde que cumpliste los 18, ¿o algo así? -Bajó la mirada, también se notaba apenada-.
Janet: ... ¿Tú... me escuchaste hablarlo con papá, verdad? -Apartó sus pupilas de su hermana-.
Bonnie: Un poquito... Puse un micrófono en la sala que está conectado a esta habitación. -Sonrió- Jessie me ayudó.
Janet: ... ¡¿QUE HICISTE QUÉ?! -Gritó, desesperada- Ugh, como sea...
Bonnie: Pero no te preocupes... ¡p-puedo ayudarte! -Exclamó. Janet se fue caminando hacia la sala- ¡¡HEYY, NO TE VAYAS!! -Bonnie tiró hacia atrás al pato, que cayó aterrizando en una pila de ropa-.
Pato: Delicia, (delicia). Assim você me mata. -Y comenzó a comerse una camiseta púrpura con un dibujo estampado de otra camiseta púrpura que tenía un dibujo estampado de una camiseta púrpura con un dibujo de un pato llevando una camiseta púrpura-.
Fue así como la pequeña Bonnie comenzó a correr por el pasillo de la casa, persiguiendo a su hermana, que con una cara seria y angustiada, caminaba hacia la sala de estar.
Bonnie: ¿Conseguiste novio ayer y te dejó hoy? ¿Se besaron pero tenía más labios de los que creías y tus labios no eran suficientes para besar todos los de él? ¿Te enteraste de que era una pila de gnomos disfrazados de un humano que parecía un zombie y por eso tuviste que dejarlo? ¡¡Janet, Janet, cuéntame!! -Insistía- ¡Hey, Janet, hey, mírame! ¡Janet, Janet! ¡Cuéntame todo a mí, Janet, cuéntamelo a mí! ¡¡JANEEEETTT!!
Janet: BASTAAAA. -Se dió media vuelta para enfrentar a su hermanita, dejándola callada- NADA de eso pasó. CÁLMATE, BONNIE VAN ROZE. -Sabía que la cosa se había puesto seria cuando su hermana la nombraba por su nombre completo-.
Bonnie: ... Ay.
Janet siguió caminando, dándole la espalda a su hermanita nuevamente. Cuando a Bonnie se le pasó la tristeza por los gritos de su hermana (tardó dos segundos), volvió a sonreír.
Bonnie: ¿Entonces sí me vas a contar? -Sacó la lengua- Seguramente solo te hayas enamorado de un chico cualquiera y te hayas ilusionado hasta el punto en el que te obsesionaste con él, pero luego terminaste con el corazón roto porque él ya tenía a alguien más a quien amar. -Cerró los ojos, orgullosa- O quizá solo estoy delirando. Sea lo que sea, cualquier otra idea podría ser incluso mejor y menos cruel para-...
Janet: ... ¿cómo lo supiste? -Dijo en voz baja, dándose media vuelta, con una expresión angustiada, más que antes-.
Bonnie: ... ¿de verdad fue eso?
Janet: ... -Apartó la mirada nuevamente, para luego sentarse en el sillón de la sala de estar y perderse entre la comodidad del mismo. Luego suspiró, liberando toda su tristeza-.
Bonnie caminó lentamente hacia su hermana. No sabía realmente si meterse en el asunto, o dejarlo estar. Ella no comprendía mucho cómo funcionaba el amor y las relaciones románticas, todo lo que sabía, lo había aprendido de la televisión-...
Bonnie: (Y de los fracasos amorosos de Janet...)
Sí... eso también. Gracias por recordármelo.
Incluso si no comprendía del todo la situación, la pequeña intentó acercarse a Janet, lo más delicada posible, tan suave y tierna como una linda flor.
Bonnie: YA LEVÁNTESE, SOLDADO. -Aplaudió con sus manos, frunciendo el ceño y hablando con voz de camarón militar- ¡¡ATENCIÓN!! -Realizó un gesto militar- SI USTED NO SE LEVANTA DE ESE SILLÓN, SOLDADO, ME VERÉ FORZADA A LLAMAR REFUERZOS, ¡¡¡¡¡¡¡CADETE!!!!!!!
Janet: Bonnie... si no vas a ayudar, solo lárgate. -Dejó caer una lágrima. Alguien apareció entre los brazos de Bonnie nuevamente-.
Pato: Traiga empanadas a la calle Garrido. Cerca de Parque Patricios.
Bonnie: ... -Bajó la mirada y dejó caer al pato de sus brazos. Luego, habló, ahora con su voz normal- Ay, Janet... ¿de verdad estás tan triste como para seguirme el juego? -Su hermana no contestó- Janet, ¡es Navidad! ¡No puedes estar triste en Navidad!
Janet: Ya verás cómo sí puedo. -Suspiró- Además, Navidad es mañana, hoy es Nochebuena.
Bonnie: ¡No lo voy a permitir! -Levantó su brazo, como una superheroína al rescate- No me dejas otra opción, hermanita... prepárate, porque aquí viene... ¡COSQUILLAS-BON, CONTRAATACA!
La pequeña se abalanzó hacia su hermana como un bólido. Sin dudas era una bomba llena de energía, y a veces, para Janet, era difícil lidiar con ella, todavía más cuando ni siquiera tenía energía como para lidiar con sí misma.
Janet: ¡N-No! ¡¡B-Bonnie, ni se te...!! -Las cosquillas de Bonnie llegaron rápidamente, Janet no pudo evitar comenzar a reír bien fuerte- ¡¡JAJAJAJAJA!!
Bonnie: ¡¡Nadie puede estar triste en Navidad!! ¡¡Mucho menos mi hermana!! -Y siguió haciéndole cosquillas, con más fuerza mientras Janet más carcajeaba. Era lindo ver a la adolescente reírse después de tantas lágrimas-.
Cuando de repente... PUM.
La puerta de la casa se abrió con fuerza. Un viento fuerte parecía entrar, y en el marco, una silueta que entraba como si de su casa se tratase.
Stu: ¡¡JO, JO, JO!! ¡¡ESTA-TA ES MI CA-CA-CA-CASA!! -Ah, cierto...- ¡¡BUE-BUENAS NOCHES, A-AMÉRICA!!
Las dos niñas esbozaron una sonrisa aliviada. Ya había llegado la persona más importante de sus vidas. Aquel hombre que las cuidaba, las protegía, las alimentaba y les daba todo lo que necesitaban. Ese era su padre robot, ¡STU! Padre adoptivo, padre robot, padre del año.
Bonnie: ¡¡PAPÁ!!
Janet: ¡¡Papá!!
Pato: Borren a Buzz Lightyear.
Stu: ¡¡Niñas-ñas!! -Y apresurándose en cerrar la puerta, se movió por el suelo con sus piernas (eran una rueda)- ¡¡Ya lle-llegué!! ¡A-Aquí estoy-oy! -Exclamó, tan alegre y enérgico como siempre, incluso si su único ojo era celeste-.
La familia unida se abrazó, y parecía que la Nochebuena oficialmente había comenzado cuando Stu llegaba a la casa. Las dos chicas se sentían tan refugiadas cuando estaban en los brazos de su padre robótico. No importaban las razas, ni mucho menos la diferencia entre todos, Stu las amaba como si fueran sus verdaderas hijas y eso era lo más importante.
Stu: NI-NIÑAS, ¡tengo un chi-chiste navideño que-que-que-que les va-va a gustar..... tar! -Ninguna de las dos se emocionó mucho, sabían que Stu era un padre de chistes malos, pero lo escuchaban de todos modos-.
Janet: A ver...
Stu: EJEM... -Las luces se apagaron, todos miraban- Los elfos es-estaban de huelga... (Es-Esto era Santa Claus que-que se estaba pre-preparando para hacer su-su-su viaje anual para repar-partir regalos...)
Las dos niñas miraban con atención, embobadas.
Stu: Los-Los elfos es-estaban de huel-huelga, así que tu-tuvo que hacer horas extra-tra con la lista de re-regalos. -Ya comenzó a reírse- En-Entonces fue a ver a los renos y des-descubrió que tenía un... LEER MAS+
Pato: Muy bueno.
Stu comenzó a carcajearse, con la voz trabada que era tan habitual en él. Las dos niñas se miraron mutuamente, intentando comprender el chiste, o siquiera el remate.
Janet: ... No entendí.
Bonnie: No, ni yo.
Stu: Ah... Yo tam-tampoco. Me apareció en Face-Facebook. -Sonrió-.
Las dos chicas se rieron por el chiste inocente de su padre, y simplemente lo dejaron estar.
Así, entre chistes malos (MALÍSIMOS) y risas entrecortadas por errores de cajas de voz, la noche pasó rápido. La cena fue un éxito, las estrellas brillaban como nunca, y ahora que Bonnie se había disculpado con Santa el año pasado por haberlo llamado "TONTO" hacía tres años atrás, ya se sentía mucho mejor.
De hecho, esta era la primera Navidad en la que Bonnie se sentía sin ansiedad, sin miedo, sin sentir nervios por ese tema con Santa. Finalmente era libre de todos los pensamientos que llegaban a aprisionarla, e incluso si ahora era Janet la que no la pasaba muy bien, en el fondo los tres estaban muy felices de tenerse el uno al otro en una fecha tan importante.
Y sentados en la mesa, pusieron un pastel con velas en medio de los tres. Comenzaron a cantar.
"Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpl-..."
Janet: Un momento... ¿hoy no era Navidad?
Stu: ... Ah, cier-cierto.
(Créditos a Santy_art721 en Twitter)
Bonnie: Yo solo estaba siguiéndoles el juego a ustedes.
Stu: ¡No se pre-preocupen, ni-ni-niñas! -Acto seguido, comenzó a cambiar todo el atuendo de la casa para que se vea navideño. Y en vez de un pastel, pusieron un queso en medio de la mesa- ¿Mu-Mu-Mucho mejor, verdad-dad?
Bonnie: ¡¡Síii, queso!! -Respondió alegre. Un segundo después, volteó hacia la cocina y allí se encontró una sorpresa- Hey... ¿Gus? ¿Qué haces ahí?
Gus: Vengo a buscar a mi pato. -Decía, fijándose en el refrigerador de la cocina- Y a hacer cameo.
Bonnie: Pensé que tenías un perro.
Janet: Así que de ahí venía el pato.
Stu: ¿Quién e-es Gu-Gus?
Pato: Borrador deidad.
Gus: ¡Ah, ahí estás! -Con fuerza, lo agarró del cuello y se lo llevó, caminando por la nieve de fuera de la casa-.
Bonnie: ... En fin, ¿en qué estábamos...? ¡Ah, sí! ¡¡QUESOOOO!!
"¡Navidad, Navidad, dulce Navidad!"
El espíritu cumpleañe-... digo, el espíritu navideño ya estaba por todos los rincones de la casa. La nieve cayó, las luces navideñas se prendieron y se apagaron, y se volvieron a encender. Y cuando parecía que la luna al fin brillaba en lo más alto, Stu acompañó a ambas niñas para arroparlas al dormir, pues la noche llegaba a su fin.
Stu: Que-Que-Que duerman bien mis ánge-ge-gelitos. -Dijo, con una voz suave y tierna, y cerró la puerta para despedirse-.
Las dos chicas dijeron "Buenas noches", con voz de cansadas, y después de tanto comer y de tantas canciones navideñas, finalmente había silencio y quietud en la casa. Bonnie era una bomba de energía incansable, pero Janet estaba llena de estrés y comenzaba a cerrar los ojos de a poquito.
"Pssst" se escuchó entre el silencio. Nadie contestó... "PSSST" volvió a insistir aquel sonido, viniendo desde las profundidades de la oscuridad. Nadie contestó, de nuevo.
Bonnie: ¡¡PSSSSSTTTT!! ¡Janet! -Susurró con fuerza. La pelirrosada mayor finalmente contestó-.
Janet: ¡Ya cállate! ¿Otra vez no te vas a dormir? -Se quejó-.
Bonnie: Sabes que nunca puedo dormirme en Nochebuena.
Janet: Si no te duermes, Santa no va a... -Pegó un bostezo enorme que cortó su oración-.
Bonnie: ¡Eso no es cierto! ¡El año pasado SÍ vino! -Exclamó, en voz baja- ¡Y no solo eso! ¡Él me defendió de aquel malvado mono verde que quería matarme!
Janet: Bon, ¿de verdad sigues con ese cuento? Ya pasó un año y sigues insistiendo con que fue real. -Dijo, con los ojos cerrados-.
Bonnie: ¡P-Pero lo fue, te lo juro! ¡Yo lo vi con mis propios ojos! ¡Yo lo vi, Janet! -Insistió. La contraria no contestó. Bonnie esperó unos segundos- ¿Janet?
De vuelta, no hubo ni un solo sonido de parte de la mayor. Finalmente, la pequeña pelirrosada asomó su cabeza hacia la cama de abajo, y ahí la vio a su hermana, durmiendo como un tronco.
Bonnie: Aish... -Se volvió a recostar en su cama, refunfuñando porque su hermana se dormía muy rápido-.
Y así, finalmente la casa quedó en absoluto SILENCIO. Nada más que oscuridad sobre la noche de paz quedó en la ciudad. Ni un solo alma que no estuviera descansando, solamente Bonnie resistía, aunque sus ojos comenzaban a cerrarse.
Una vez estaba entrando al reino de los sueños... algo extraño ocurrió.
¡PLUM! ¡PLAF! ¡WAAAH!
Las dos hermanas abrieron los ojos y se levantaron, totalmente asustadas. Aquel sonido les había llamado la atención y las había levantado de su profundo sueño. De repente, el estrés y, sobre todo, el miedo, comenzaba a trepar sobre la espalda de ambas.
Janet: B-Bonnie... ¿fuiste tú? -Acotó, medio dormida-.
Bonnie: ... No. -Respondió, preocupada. Se notaba el miedo en su mirada. Antes de que siquiera pudieran decir nada...-.
¡PLUM! ¡PLAF! ¡WAAAH!
Janet: ¡¡A-Ahí está otra vez!! ¡¿Qué fue eso?!
Bonnie: ¡¡No lo sé!! ¿Ok? ¡¡No lo SÉEEE!! -Contestó desesperada-.
Janet: ¡Pero no me grites! -Se quejó-.
Dejaron que el silencio las devore una vez más, pero, casi como si fuera a propósito, el destino logró darles una señal más cuando, repentinamente, volvieron a oírlo...
¡PLUM! ¡PLAF! ¡WAAAH!
Bonnie: ... Parece que viene del sótano.
Janet: ¿El sótano? -Se quedó pensativa- ¿Qué podría haber en el sótano?
Bonnie: Mmm... ¿Santa?
Janet: ¡No es Santa, boba! -Sabía que no podía incitar a Bonnie a creer que era Santa, porque si hacía eso... ay, ¿a quién engaño? Ya es muy tarde-.
Bonnie: ¡¡VAYAMOS A VERLO!! ¡¡VAMOS, VAMOS, JANET, VAMOS!!
Janet: Ugh... No voy a salir de aquí, ni loca. -Se cruzó de brazos-.
La cantante cerró los ojos, y cuando los volvió a abrir, su hermanita estaba ya parada frente a ella, sonriente y alistada para salir del cuarto.
Janet: Aish, Bonnie... vuelve a dormir.
Bonnie: Nop.
Janet: Sí.
Bonnie: Mmmm... NOP.
Janet: Bonnie, hablo en serio.
Bonnie: Mmmm... ¡BUP! -Y le picó la nariz, abriendo la puerta en la oscuridad y yéndose corriendo por el pasillo- ¡¡ATRÁPAMEEE!!
Janet: ¡¡BONNIE VAN ROZE!! -Exclamó, y se levantó de la cama. Sabía que había caído en la trampa de su hermanita- ¡UGH!
Apurada, salió corriendo por el pasillo, intentando encender la luz para poder ver mejor, pero... parecía que no funcionaban. Solamente la colorida luz del árbol Navideño estaba encendida, y esa luz no parecía venir desde la sala de estar, venía directo desde la puerta del sótano.
Janet: ¡¡Bonnie!! ¡Bonnie, espera! ¡Dios santo! -Dijo, corriendo detrás de ella, y cuando finalmente llegó al sótano... se llevó una sorpresa- ... Wow.
Ambas hermanas congeladas, una al lado de la otra, mirando solamente a la puerta del sótano. Detrás de la puerta, nada más que un vacío oscuro que, de alguna manera, generaba luces navideñas para llamar la atención. ¿Qué era ese lugar? No era el mismo sótano de siempre.
Bonnie: ¿Janet? ... ¿Y esto? -Volteó para verla de reojo. Janet estaba aterrada-.
Janet: ... ¿Qué pasó con el sótano? -Le temblaban las manos- Se ve oscuro, aterrador y totalmente misterioso...
Bonnie: ... ¿Oscuro, aterrador y totalmente misterioso? -Repitió, totalmente seria-.
Janet: Ajá...
¿Recuerdan eso que les conté hace tiempo sobre la "conexión de hermanas"? Bueno, esa conexión era tan fuerte, que siempre parecía que Janet podía saber lo que Bonnie pensaba, o incluso lo que estaba por hacer. En este caso, la conexión y los pensamientos que llegaron a la mente de Janet fueron exactos para que se asustara, pues ya sabía lo que Bonnie tenía en mente.
Bonnie: Jeje. -Se rió y miró a su hermana, pícara-.
Janet: Ni se te ocurra-...
Bonnie: ¡¡LA ÚLTIMA EN LLEGAR ES UN MUÉRDAGO SIN BESOS!! -Y la más imprudente de las dos se tiró de lleno hacia el vacío de la oscuridad, adentrándose por ese sótano oscuro al que, ahora, Janet se sentía obligada a entrar-.
Janet: ¡¡PERO YO YA SOY UN MUÉRDAGO SIN BESOS!! ¡¡UGH!! -Se quejó, y algo asustada, pero decidida a cuidar a su hermanita, se lanzó también por la puerta, entrando ella también en la oscuridad-.
La puerta del sótano se cerró detrás de ambas cuando Janet sintió sus pies pesarle todavía más que antes. Su cuerpo era distinto, mucho más pesado de lo habitual, y sintió un leve mareo junto al vertigo que le producía la oscuridad. Parecía que estaba cayendo, cayendo en picada, y sería una caída que no terminaría nunca, al parecer.
¡¡AAAAAHHH!!
Tomaron varios minutos de la chica gritando de pavor en la oscuridad, hasta que finalmente sintió un terreno congelado chocar contra su cuerpo. El golpe fue directo en su cabeza, y fue tan, pero tan grande el dolor, que la muchacha quedó inconsciente, siendo devorada por la mismísima oscuridad...
VERSO 2 - MUNDO DE OSCURIDAD
https://youtu.be/viwEIBb4ne0
(Soundtrack de la escena)
Oscuridad.
Oscuridad.
... Aún más oscuridad.
Sus ojos se congelaban, llenándose de escarcha cuando, finalmente, la nieve caía de sus pestañas al suelo, abriendo las ventanas de su vida una vez más.
Ahora miraba, más allá de la penumbra, buscando alguna respuesta a lo sucedido. Su espalda se sentía fría, chocando con el suelo nevado que abrazaba su piel y su ropa. Janet finalmente se despertaba, pero no había nadie a su lado...
Janet: ... ¿P-Pero qué? -Miró hacia la derecha; nada. Miró hacia la izquierda; ... tampoco nada- ¿Hm?
Una leve luz iluminaba su camino, ahora que se encontraba dentro de lo que parecía ser una cueva. Congelada hasta las paredes, oscura como el vantablack, y por si fuera poco, el aire que se respiraba no era el más cálido, que digamos.
La jovencita se levantó, impaciente, y entre la oscuridad caminó, siguiendo y siendo guiada por la luz al final de aquella cueva, en el límite de ese túnel.
A lo lejos, escuchó unas risas, algo que la llamaba. Abrió sus oídos y se enfocó en escuchar, para que aquella segunda vez que sonaran las risitas, ella pudiera reconocerlas.
Janet: ¿B-Bonnie? -Murmuró para sí, totalmente aterrada de lo que podría pasarle a su hermanita-.
Ni lenta, ni perezosa, Janet comenzó a correr lo más rápido que pudo. Moviendo sus piernas y agilizando sus rodillas, intentando llegar a tiempo mientras gritaba el nombre de su hermana.
Janet: ¡¡BONNIE!! ¡¡BON, YA VOY!! -Exclamaba, pero no parecía recibir ninguna respuesta a cambio-.
Tanto fue su esfuerzo por llegar, que la luz comenzó a cegarla. Su cuerpo se llenó de iluminación, y cuando finalmente lo oscuro se había cambiado por el sol chocando contra su rostro, allí pudo ver lo que le deparaba aquel nuevo mundo.
https://youtu.be/l9-nfLKJL68
(Soundtrack de la escena)
Janet: Waos...
¿Era real lo que veían sus ojos? Parecía que sí. Por las dudas, ¡la adolescente pestañeó más de tres veces!
Nieve por doquier, árboles enormes y pinos congelados. Más allá de la oscuridad de la cueva, un reino y su aldea se pintaba frente a ella con más de mil colores. Regalos por el piso, juguetes moviéndose de aquí para allá entre los suelos de caramelo y las acarameladas viviendas de los dulces aldeanos y pueblerinos, habitantes de aquel paisaje tan mágico y navideño.
¡Buen día, señorita! -Comentó uno de los hombres de galleta que pasaron por su lado-.
¡Hola! ¿Qué tal? -Exclamó otro de los habitantes, pasando tan tranquilo-.
Janet: ¡H-Hola! -Trató de ser amable, aunque estaba muy confundida-.
¡¡HEY!! -De repente, le llamaron la atención. Era un individuo extraño, parecía ser un espejo con ojos y, de alguna forma, hablaba- ¡¿QUÉ HACÍA UNA NIÑA COMO TÚ EN UNA CUEVA OSCURA?! ¿HM?
Janet: ¿Eh? -Fue ahí cuando lo miró, y a su vez, al ser un espejo parlante, logró ver lo que había más allá de sus ojos- ¡Wow! ... E-Es... Estoy... Y-Yo soy...
HERMOSA.
(Créditos a joka_carioca en Twitter)
La adolescente susurró para sí misma al verse al espejo. ¿Cómo había ocurrido ese increíble cambio tan drástico? Sea como sea, LE ENCANTABA. Su ropa de elfo, su peinado teñido de negro, esa pinta tan navideña y nevada que tenía hacía que se sintiera tan cómoda consigo misma.
Sr. Espejo: ¡¿Y NO VAS A CONTESTARME?! -Le volvió a gritar, enfadado- Mi nombre es el Sr. Espejo. Ese es mi nombre porque soy un espejo. Y soy un señor.
Janet: Genial. -Dijo, sin siquiera mirarlo a los ojos. No podía parar de fijarse en sí misma- Se ve hermoso, Sr. Espejo.
Sr. Espejo: ¿Hm? ¡Pero si solamente te estás reflejando! -Se quejó y refunfuñó-.
Mientras la nieve caía, Janet carcajeó y siguió corriendo por la aldea entera, aunque ahora iba dando saltitos. Se veía tan feliz.
Sr. Espejo: ¡¡NO DEJEN SÓLO AL SR. ESPEJO!! ¡¿QUIÉN VA A REFLEJARLOS SI NO SOY YOOOOO?! -Gritó, enojado. Después, se calmó- Extraño a mi esposa.
Así fue como la muchacha siguió explorando el lugar. Sin dudas era precioso, lo tenía todo. No parecía haber ningún tipo de problema, ni ningún tipo de terror. El espíritu navideño desbordaba en aquel reino, y hasta los soldados nevados eran buena onda.
Janet: ¡Buenos días! -Les dijo a los tres soldados nevados mientras pasaba caminando con saltitos. Los tres eran todos iguales entre sí, con sus espadas de hielo y su poca ropa, desabrigados, podían aguantar cualquier tipo de clima. La corona de hielo que llevaban en la cabeza era reluciente-.
Soldado 1: ¡¡BUENOS DÍAS, SOY EL SOLDADO 1!!
Soldado 2: ¡¡BUENOS DÍAS, SOY EL SOLDADO 2!!
Soldado 3: Soy Fernando Rigoberto™.
Una fuerte ventisca resopló y frenó la alegre caminata de la navideña cantante, escuchando una voz que la haría cambiar de dirección para mirar a su costado.
Janet: ... ¿Bonnie? -Cuando la escuchó, la mayor supo al instante lo que debía hacer-.
Frunciendo el ceño, Janet salió corriendo entre la nieve, desviándose del pueblo y abriéndose paso por el bosque, caminando entre los árboles congelados.
¡¡AAHHHH!! -Se escuchaba. Janet comenzó a asustarse-.
Janet: ¡¡B-Bonnie!! ¡Ya voy, Bon! ¡Resiste! -Gritaba, aunque su hermana no parecía oírla-.
¡¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!!
Janet: ¡¡BONNIEEEEE!! -Y cuando finalmente llegó a un espacio abierto en el bosque...-.
¡¡AAAAHHHH!! ¡¡CÓMO ME GUSTA MI NARIZ!!
Janet: ... Qué. -Ámbas chocaron miradas-.
Bonnie: ¿Janet?
Janet: Bonnie.
Bonnie: ¡¡JANET!!
Janet: Bonnie...
Bonnie: ¡¡¡¡JANEEEETTTT!!!! -Y se abalanzó contra ella, saltando hacia su hermana para que la atrapase-.
(Créditos a Santy_art721 en Twitter)
Bonnie: ¡¡TAMBIÉN ESTÁS AQUÍ!! ¡¡WOOHOOOO!! -Gritaba con alegría, abrazando a su hermana mayor como nunca antes. Janet pudo sentir una sensación muy linda en el pecho. Quizá eso era el famoso "amor" del que tanto hablaba la gente-.
https://youtu.be/NYTOIHsKLTY
(Soundtrack de la escena)
Bonnie: ¡¡Creí que era la única que había terminado aquí!! ¡¡PERO AHORA LLEGASTE TÚ, JANET!! ¡¡JANET, LLEGASTE, LLEGASTE!! ¡¡¡SISISISI!!! -Se soltó del abrazo y empezó a saltar de la alegría al ver a su hermana-.
Ahora Bonnie llevaba lo que parecía ser un traje de reno. Parecía un pijama, y a pesar de lo poco que parecía abrigarla, no tenía nada de frío. Quizá toda esa energía la mantenía en movimiento constantemente, y eso causaba que su cuerpo se convirtiera en una bola de masa radiactiva incapaz de congelarse.
Bonnie: (Seh, algo así)
Janet: Aquí estoy, sí. ¿Qué es este lugar? -Miró a su alrededor, todavía sin poder creer en donde habían terminado-.
Bonnie: ¡¡NI IDEA!! ¡¡PERO ME ENCANTAAAAAA!! ¡¡MI SUEÑO CUMPLIDO; SER UN RENO!! -Y siguió corriendo, aunque ahora con los brazos extendidos, como si fuera una avioneta- ¡¡MIRA CÓMO VUELO, JANET!! ¡¡SOY UN RENOOOOOO!! ¡¡PEEP, PEEP, PEEP!!
Janet: Pff, los renos no hacen ese ruido.
Bonnie: ¿Cómo que no? ¡¡Su nariz roja es su bocina!! -Puso sus dedos en su cara y apretó su propia nariz- PEEP, PEEP.
Janet: Jaja, como sea. -Rodó los ojos, con una sonrisa- Te queda muy bonito el traje de reno.
Sra. Espejo: Oh, ¿y quién es esta amiga? -Se acercó a Janet de la nada-.
Janet: ¡¡AAAAHHH!! -Pegó un grito bien alto, apartándose de quien se acercaba a ella. Después la miró-.
Se trataba de un individuo EXACTAMENTE IGUAL al Sr. Espejo de antes, aunque esta tenía un moño en la cabeza. Nada más. Ah, y le cambiaba la voz.
Y también reflejaba a Janet.
Ah, y olía a plástico nuevo.
Sra. Espejo: Yo soy la Sra. Espejo. En mi te puedes reflejar. -Sonrió-.
Janet: Sí... gracias.
Bonnie: ¡¡JANET, MIRA!! ¡¡SOY UNA MESA!!
Cuando la miró, Bonnie estaba enterrando sus manos y pies en la nieve, tomando la forma de una mesa en la que su espalda era la parte donde se apoyaban las cosas, normalmente.
Janet: Ah, sí. Qué linda. -Subió su pulgar y volvió a ver a la Sra. Espejo-.
Sra. Espejo: Yo soy la Sra. Espejo. En mi te puedes reflejar.
Janet: Sí, ya sé.
Bonnie: ¡¡JAAAAANEEEEETTTTT!! -Su hermana rodó los ojos y la miró- ¡¡MIRAAAA!! ¡¡SOY UNA SILLA!! -Literalmente estaba haciendo una pose de ella sentándose en el aire-.
Janet: Muy bonita. -Subió su pulgar de vuelta y volvió a mirar a la Sra. Espejo-.
Sra. Espejo: Yo soy la Sra. Espejo. En mi-...
Janet: ME PUEDO REFLEJAR, YA SÉ. -La interrumpió. Fue ahí cuando volvió a escuchar un grito que la sacó de quicio-.
¡¡¡¡¡¡¡¡JAAAAAAAAAAAAAAAAAAANEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEETTTTTTTTTTTTTTTT!!!!!!!!!!!!!!
Janet se dio vuelta. La miró.
Mira lo que puedo hacer... 😏
https://youtu.be/FoBXdwCb0bg
(Pido disculpas)
Janet: ...
Bonnie: ¡¡Mi baile es tan genial que hasta volví a tener la ropa que tenía antes durante el baile pero ahora ya tengo mi ropa de RENO de vuelta!! ¡¿LO VISTE, JANEEEETTT?! -Le gritó-.
Janet: ... Sí. Sí, lo vi.
Bonnie: ¿¿Y TE GUSTÓ?? -Se quedó expectante por la respuesta de su hermana-.
Janet: ... No.
Sra. Espejo: Yo soy la Sra. Espejo. En mi te puedes reflejar.
De repente, un sonido que espantó a todos en el bosque se llegó a escuchar. Eran gritos de desesperación, miedo. Estaban todos aterrados por algo que nadie llegaba a entender bien.
Janet miró a Bonnie y la tomó de la mano, corriendo de vuelta hacia la aldea, pues los ruidos parecían venir por ahí.
Janet: ¡¡Hay que irnos, los ruidos parecen venir de la aldea!! -Es lo que acabo de decir...-.
Bonnie: ¡¡Es lo que acabas de decir!! -Qué-.
Janet: Yo no dije nada. -Silencio-.
Una vez llegaron de vuelta a la aldea, el cielo parecía haberse puesto más nublado de lo normal. Ahí, todos los habitantes se veían aterrados, preocupados por algo que ocurría. Se llegaban a oír las voces de los soldados congelados y nevados, que se subían encima de una fuente de hielo hecha de chocolate para llegar a toda la aldea.
Soldado 1: ¡ATENCIÓN, TODOS! ¡CÁLMENSE! ¡ESTARÁ TODO BAJO CONTROL!
Soldado 2: ASÍ ES, NOSOTROS LOS PROTEGEREMOS Y TODO SALDRÁ BIEN.
Soldado 3: Soy Fernando Rigoberto™. Por favor, no olvides mi nombre.
La adolescente, con su hermana, tomándola de la mano, se acercó hacia los soldados entre la muchedumbre de gente y preguntó en voz alta.
Janet: Eh, ¡disculpe! ¡Perdone...! -Cuando uno de los soldados la miró, ella procedió a hablar- ¿Qué está pasando?
Soldado 1: ¡NADA DE LO QUE TEMER, SEÑORITA! ¡SOLAMENTE UN LÍO!
Soldado 2: LA REINA DE ESTAS TIERRAS HA SIDO EJECUTADA.
QUEEEEEEEEEEE. -Gritó todo el mundo. El soldado 1 miró al soldado 2 con algo de enojo-.
Soldado 1: ¡A-AUN NO SABEMOS SI REALMENTE FUE EJECUTADA! ¡¡S-SOLO NO LA ENCONTRAMOS POR NINGÚN LADO!!
Janet: ¿D-Desapareció? ¿Pero cómo?
Soldado 2: UN MALVADO ENEMIGO LE HA QUITADO EL TRONO POR LA FUERZA.
Soldado 1: ¡LA HAN DESTERRADO DE SU MANDATO! ¡¿DÓNDE ESTÁ SANTA CUANDO SE LE NECESITA?!
Soldado 2: ¡Y TODO POR UN MALÉFICO MONO VERDE!
Janet se quedó pensativa por un minuto. ¿Un maléfico mono verde, eh? ¿Dónde había oído eso antes?
Cuando el recuerdo llegó a su cabeza y finalmente se dió cuenta, observó a su hermanita, que en voz baja y casi sin ser escuchada por nadie, simplemente habló.
Bonnie: ¿Acaso hablan de... Grouch?
...
Todo desapareció, repentinamente. El paisaje a su alrededor se volvió oscuro, dejando solamente a las dos hermanas paradas en el vacío de la oscuridad. El mundo había desaparecido, y con él, todos los que estaban a su alrededor.
¿Así que sabes sobre Grouch, eh?
https://youtu.be/qhwghQSqLpA
Un auténtico horror trepó por la espalda de ámbas, escuchando una voz grave y suave detrás de ellas. Cuando se dieron vuelta, tan lentamente, solamente pudieron ver un individuo que quedaba entre aquella multitud de personas, ahora inexistente.
Nada más que su pequeño cuerpo hecho de pura madera, con su sonrisa y su mirada perdida. La luz de la estrella luminosa de su cabeza lo acompañaba, y a pesar de ser una luz poderosa, no alcanzaba para quitar a toda la oscuridad que ahora abrazaba a los tres en la escena.
(Créditos a Artdrei_14 en Twitter)
Janet: ¿Y tú quién e-...?
Hablo con la niña. -Solamente contestó, sin siquiera mover la boca al hablar. Era como si los sonidos simplemente salieran de su interior. Tenía una voz que estaba aplastada hasta escucharse como uno de esos árboles navideños con canciones en 8-bits-.
Bonnie: ¿Quién? ¿Yo?
Tú. -Dijo en voz alta- Conoces a Grouch, ¿no es así?
Bonnie: S-Sí... -Apartó la mirada- Él... Él intentó matarme la Navidad pasada. Con el vidrio de una botella. -Bajó la mirada. No le gustaba recordarlo-.
Janet: ... ¿Bonnie? -Se preocupó. Intentó llamar la atención de su hermanita, pero no sirvió de nada-.
Lo he conocido también. De hecho, lo he acompañado por un largo tiempo. Fui su... "mano derecha", por así decirlo. -Acotó el tronco sonriente, sin mover ni un adorno navideño de su cuerpo-.
Bonnie: P-Pero... él es malo. -Se entristeció- ¿Por qué harías algo así como ayudarlo?
Fui un tonto al pensar en que ayudar a Grouch me traería algún beneficio. -Finalmente se movió, solamente para apartar la mirada de las dos chicas- Lo ayudé a tomar ese trono, fue mi última tarea. Pero así, sin más, se deshizo de mi y me encerró en el sótano del castillo de las nieves, esperando a que sus súbditos me utilicen como leña para sus cenas navideñas.
Bonnie: ¡Qué terrible!
Janet: Espera, ¿entonces ese mono SÍ es REAL?
Más de lo que crees, señorita. -Le respondió- Por suerte pude escapar, pero él no se detendrá hasta destrozar todo a su paso. Él no descansará hasta haber derrotado a su peor enemigo, y finalmente tomar la venganza que tanto anhela.
Janet: ¿Venganza?
Bonnie: ¿Su peor enemigo? -Un pensamiento le llegó. Simplemente lo escupió- ... ¿Hablas de Santa?
Así es. -Carraspeó la voz- Santa ha sido su némesis durante AÑOS. Y Grouch JAMÁS ha podido vencerle. Solamente tomando el reino nevado podría lograrlo... y bueno, es justamente lo que hizo.
Janet: Ay, no...
Me encantaría poder acabar con él con mis propias manos, pero... -Su voz, que había comenzado agresiva, ahora se calmaba- No puedo. Hemos hecho un pacto mágico que no permite que nos dañemos entre nosotros dos. Así de fuerte era nuestro vínculo. -Suspiró- Si yo intento lastimarlo, me lastimaré a mí mismo, y viceversa. El truco que él tiene es que, no tiene que lastimarme ÉL mismo, sus súbditos lo harán por él, y así iba a matarme...
Bonnie: ¡¡Ese mono es tan cruel!!
Lo es. -Bajó la mirada, de alguna forma- Es por eso que necesito su ayuda, hermanas. Derroten a Grouch. Quítenle su trono y devuélvanselo a su verdadera reina. ¡NO PERMITAN QUE NADIE SALGA HERIDO!
Janet: Pero... nosotras solo queremos volver a casa...
¡La única manera de volver a casa es encontrando la estrella brillante de la punta del árbol navideño! Su nombre es "la estrella oscura". Es una estrella tan, pero tan poderosa, que solamente está resguardada en el trono del palacio de la reina, ¡siendo protegida ahora por Grouch! -Explicó- Si esa estrella cae en malas manos...
Janet: Entonces... derrotamos a Grouch, conseguimos la estrella, ¿y volvemos a casa? -El tronco asintió-.
Bonnie: ¡¡GENIAL, UNA AVENTURA!!
¡Apresúrense, hermanas! ¡No nos queda mucho tiempo! ¡Por favor, tienen que salvarnos! -Insistió, nuevamente-.
Las dos hermanas se quedaron mirándolo, en silencio, pensativas. Antes de siquiera poder reaccionar o decir nada, el tronco viviente desapareció, y cuando pestañearon, el mundo a su alrededor había vuelto a la normalidad... o bueno, "la normalidad", porque todos los habitantes y aldeanos estaban corriendo desesperados, gritando como locos.
Bonnie: ¡Tenemos que detener a Grouch, Janet! -Exclamó, decidida-.
Janet: Ajá, sí. -La miró- ¿Y cómo vamos a detener nosotras SOLAS a un tirano DEMENTE?
Bonnie: Bueno... no tenemos por qué estar solas. -Su expresión de confianza confundió a Janet, para luego ambas mirar hacia arriba, sobre una montaña nevada-.
¡¿Y AHORA, QUIÉN PODRÁ AYUDARNOS?!
Una fuerte risa se escuchó en la lejanía. Brillando con valentía y mostrando su flameante silueta ante el sol, aquel individuo desconocido aterrizaría pronto entre la muchedumbre de gente, atropellando a algún que otro hombre galleta al caer.
¡¡JO, JO, JO!!
https://youtu.be/7SAJNfCkg7U
(Soundtrack de la escena!!)
Aquella ventisca peinó su barba blanca, al igual que estremeció su gorro navideño frente a la nieve. Él finalmente estaba ahí, y con una enorme sonrisa, Bonnie lo miraba una vez más, después de un año. Janet no podía creerlo, pero sí existía y era real... estaba frente a ellos.
El recién llegado se acercó a las dos chicas, y sin siquiera pensarlo, las abrazó como si fueran sus hijas de toda la vida.
(Créditos a Chamilnator en Twitter)
Santa: ¡¡JO, JO, JO!! ¡¡FELIZ NA-NAVIDAD A TO-TODOS!! -Exclamó con alegría-.
Janet: ¿Apoco ya es Navidad?
Bonnie: ¡¡ES SANTAAAAAAA!!
Santa: ¡¡ASÍ ES-SES-S-...!!
YO SOY PA-
YO SOY PA-
YO SOY PA-
YO SOY PA-
YO SOY-...
...
¡¡YO SOY PA-PA-PA-PAPÁ NOEL!! ¡¡JO, JO, JO-OJ!!
Todo el mundo festejó cuando Santa llegó a la aldea. Sabrían que todo estaría bajo control cuando veían su enorme barba y su sonrisa sin igual. De repente, todo el pueblo estaba aliviado y esperanzado, al igual que las dos hermanas, que comenzaban a calmarse... a excepción de Bonnie, claro.
Santa: ¡¡Mi-Mi-Mi nombre es STUART S.T.U. STUART!! -Sonrió- LO QUE SI-SIGNIFICA...
S an
T nicolás
U de Uruguay
Santa: ¡¡PE-PERO PUEDEN LLAMARME... Papá Noel, Santa Claus, EL VIEJITO PA-PA-PASCUERO... COMO GUSTEN!!
Las dos hermanas se quedaron mirando mientras toda la muchedumbre gritaba y aplaudía, hablando entre ellos e incluso diciéndole cosas al recién llegado, agradeciéndole por su heróica aparición. Janet se le quedó mirando con una cara confundida, Bonnie estaba hipnotizada por la emoción y no podía parar de verlo. Sin perder la mirada de ámbas, la mayor comentó.
Janet: ¿Desde cuándo Santa es tan parecido a papá?
Bonnie: ¡¿DESDE CUÁNDO PAPÁ ES TAN PARECIDO A SANTA?! ¡¡NO LO PUEDO CREER!! -Le respondió, totalmente perdida en la emoción del momento- ¡¡NO ES PAPÁ, POR ALGO SE LLAMA "PAPÁ NO-ES"!!
Janet: Es "Papá Noel"... -Ahí sí la miró- Además, acaba de decir que se llama STUART.
Bonnie: ¿Acaso no sabes el nombre de nuestro padre? -Se cruzó de brazos-.
Janet: Claro que sí, ¡¡SE LLAMA STUART!! -Le gritó-.
Bonnie: ¡¡CLARO QUE NO!! ¡¡"PAPÁ" NO ES SU ROL, ES SU SEGUNDO NOMBRE!! ¡¡SU NOMBRE COMPLETO ES STU "PAPÁ" STUART!!
Janet: ¡¿QUÉ?!
La pequeña ignoró la conversación y se acercó con los ojos brillando hacia el barbudo hombre, y con calidez, le gritó, como si estuviera en un recital.
Bonnie: ¡¡TE QUIERO SANTAAAAAAAAAAA!! -Santa la miró y apuntó con su dedo hacia ella-.
Santa: ¡¡Y YO A TI, NI-NI-NIÑITA!! -Bonnie se quedó perpleja, y comenzó a saltar de la alegría-.
Bonnie: SANTA, SANTA, SANTA, SANTA, SANTAAAAAAA -De nuevo, el contrario la miró- ¡¿ME RECUERDAS?!
Santa: ¡¡Jamás po-podría olvidar una carita-ta tan adorable com-m-m-mo la tuya-a!! ¡¡Jo, jo, jo!!
Bonnie: ¡¡ÉL ME RECUERDA!! -Y se subió a los hombros de su hermana, zarandeándola como loca-.
Santa: Muy bie-bien, amigos. Como soy Sa-Santa, tengo la ob-obligación de fre-frenar mis-s trabajos na-navideños, y encar-cargarme de traer pa-pa-pa-paz a esta aldea-a. -Dijo, mientras todos hacían silencio y lo escuchaban- Es po-por eso, que yo mismo me-me encargaré de derrota-tar a Grouch por mi-mi cuenta.
¡¿QUÉ?! ¡¡ESTÁ LOCO!! -Gritaron todos los aldeanos en la muchedumbre. Santa los calmó rápidamente-.
Santa: ¡¡Jo, jo, jo!! ¡No te-teman! -Movió sus manos- Ya lo he ve-vencido muchas veces a-a-antes. No por nada soy su-su-su rival, enemigo, NÉ-NÉ-NÉMESIS personal, ¡jo, jo, jo! -Carcajeó-.
La hermana menor miró a la mayor, con una carita suplicante que tenía bien claras sus intenciones. Janet, con su seriedad de siempre, le contestó sin siquiera hacer falta que Bonnie preguntara nada.
Janet: No lo vamos a ayudar.
Bonnie: ¡¿POR QUÉ NOOOOOOOOOO?! -Gritó, angustiada- ¡¡DEBEMOS AYUDARLO, ÉL NO PODRÁ HACERLO SÓLO!!
Santa: No se pre-preocupen, aldeanos-os. Puedo hacer e-e-esto sólo.
Bonnie: ¡SI NO VAMOS NOSOTRAS, ÉL SALDRÁ LASTIMADO!
Santa: ¿Qué, aldeanos-os? Nah, no hay por-por qué salir la-lastimado. Yo le daré su me-merecido a ese macaco bu-bufón.
Bonnie: ¡¡POR FAVOR, JANET!! ¡¡ÉL NOS NECESITA!!
Santa: No necesito a na-na-nadie que me ayude. ¡Jo, jo, jo!
Janet: ._.
Bonnie: Polfabolchito 🥺
Janet: No me pongas esos ojos.
Bonnie: 🥺
Janet: ...
Bonnie: 🥺
Janet: ... 🙄 -Rodó los ojos, y automáticamente miró a Santa- Oiga, Sr. Santa.
Santa: ¿Sí, jo-jo-jovencita?
Janet: ¿Necesita que dos niñas lo ayuden en su travesía?
Santa: ¡¡SE-SERÍA DE MUCHA AYUDA!! -Exclamó-.
Bonnie: SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII. -Gritó con fuerza, festejando y dando vueltas con los brazos abiertos como una avioneta... de nuevo- FIIIUUUMMMM.
Santa: ¿Es muy a-activa, verdad-dad?
Janet: Seh. Se acostumbrará a ella.
Santa: Chalesota.
Bonnie: ¿QUÉ TENEMOS QUE HACER?
Santa: Bueno, pri-primeramente, debemos pasar por el bo-bo-bosque nevado del terror, lue-luego atravesar el valle inquietante os-oscuro del mal... y finalmente ade-dentrarnos por las catacu-cumbas del olvi-vido en el pa-palacio de la reina, donde ahora mi-mismo está Grouch.
Janet: Ay... qué largo.
Santa: ... -Se quedó pensativo- Tie-Tie-Tienes razón, Janet.
Janet: (¡¿CÓMO SUPO MI NOMBRE?!)
Santa: Y como tienes ra-razón... se me ocu-ocurre una idea. -Encima del techo de una casa, por alguna razón, Santa llegó a observar algo que les vendría bien a los tres-.
Encima de aquel techo, un cañón ENORME pintado para que pareciese un reno se hallaba. Santa subió junto a las niñas hasta la parte más alta de la vivienda.
Bonnie: ¡Wow! ¡Ese se ve como uno de esos cañones que tendrían la capacidad intelectual suficiente para hacer un comentario fuera de contexto en este preciso momento!
Cañón: Soy Clyde.
Bonnie: ¡Wow! ¡El cañón acaba de hablar!
Santa: Si mis cal-calculos no fallan, podremos-sos tirarnos del cañón y ate-terrizar justamente en... -Comenzó a medir la distancia entre la aldea y el palacio que se veía justo en el horizonte- algún lu-lugar.
Janet: Genial. -Rodó los ojos-.
Santa: Ya ustedes me-me dirán en dónde. ¡Bue-Bue-Buen viaje, jovenci-citas! -Agarró a Bonnie y Janet con fuerza, y las puso dentro del cañón-.
Janet: ¡¡E-ESPERA!! ¡¿NO VAS A VENIR?!
Santa: Las al-alcanzo luego. -Le guiñó su único ojo. O quizá solo estaba parpadeando...-.
Janet: ¡¿QUÉ?! ¡¡NOO!!
Bonnie: SIIII.
Janet: NOOOOOOO.
Bonnie: ¡¡SIIII!!
Clyde: Soy cañón.
Santa: ¡¡FUERA ABAJO, JO, JO, JO!! (Mi voz no se tra-trabó en ese mo-momento, fue solo un... efecto de so-so-sonido. Una ri-risa, es todo). -Les dijo a todos los que leen. Finalmente prendió el cañón, y las dos chicas salieron volando por los cielos-.
¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHH!!!!!
Ambas gritaron, volando como estrellas fugaces mientras Santa las veía salir disparadas. Janet se aterraba por lo que sería la caída en la nieve, mientras que Bonnie solamente cerraba los ojos, y entre el frío del bosque nevado, exclamó.
¡¡"OPERACIÓN: BRAWLIDAD 2"!! ¡¡ALLÁ VAMOS!!
.
.
.
¡PLUM! ¡PLAF! ¡WAAH!
Los ojos de Janet se cerraron por un momento. Aquel traje de elfo podía ser precioso y se veía hermosa con aquello puesto, pero lo cierto es que daba mucho frío, y más cuando acababas de aterrizar bruscamente en la nieve.
Cuando volvió a abrir los ojos, sus pestañas parecieron temblar por un momento. A su lado estaba Bonnie, que se levantó de un gran salto y todavía con una sonrisa en la cara. Entre la nieve, incrustado y manchando la escarcha blanca de un rojo carmesí, un diente de Bonnie que se le acababa de caer por el estruendo, ensangrentando el suelo nevado como si de una serpiente contra su presa, una gallina, se tratara.
Janet: Ay... mi cabeza. -Se levantó lentamente, agarrándose la cabeza y acariciándola de a poco- Maldito sea, nos abandonó. -A su lado, escuchó una voz... diferente a la de su hermana-.
Santa: ¿Abandonar a qui-qui-quién? -Le llamó la atención-.
Janet: ¿Cómo llegaste aquí tan rápido? -Preguntó, refunfuñando y con el ceño fruncido-.
Santa: Magia na-navideña. -Bonnie interrumpió la conversación-.
Bonnie: ¡¡Mira, Santa!! ¡¡Se me cayó un diente!! -Exclamó, emocionada, saltando y zapateando mientras sostenía el diente ensangrentado con sus mangas- ¡¿Radical, cierto?!
Santa: ¡Cla-Cla-Claro! "Ra-Radical". -Le respondió, y ámbos chocaron sus puños-.
Con solo mirar al brillo en los ojitos de Bonnie, uno podía darse cuenta de la enorme felicidad que cargaba en su corazón. La pequeña estaba tan feliz de estar a su lado...
Janet: Bueno, y ahora... ¿a dónde? -Miraron a su alrededor. No había más que bosque, bosque, y más bosque-.
Santa: Hm. -Se quedó pensativo- Mis ins-instintos robóti-ticos me dicen que vayamos a... ¡EL SUR! -Apuntó hacia una dirección-.
Janet: Ese es el Norte.
Santa: ¡¡ENTONCES HACIA EL-EL-EL NORTE-TE-TE!! -Siguió apuntando-.
Janet: ... ¿No tienes idea de a dónde tenemos que ir, verdad?
Santa: Bue-Bueno... -Se rió, nervioso- No es como si-si tú supie-pieras a dónde ir tampoco-co, jovenci-ci-cita... -Se cruzó de brazos- Pase lo que pa-pase, mientras na-nadie nos ataque, estaremos bie-en-...
Janet: Sí, supongo.
...
Janet: Espera, ¿Bonnie, qué haces? -Miró a su hermana, algo alejada de los dos-.
Bonnie: ¡¡MIREN, UN REGALO EN MEDIO DEL BOSQUE!! -Sonrió, y se acercó corriendo hacia el enorme regalo colorido que tanto resaltaba entre la nieve-.
Santa: ... Hm. -Se le quedó mirando- E-Espera-ra... Yo no tra-traje ningún rega-ga-galo...
Janet: ... qu-...
¡PUM! Un fuerte estruendo se escuchó cuando Bonnie finalmente se acercó al tan enigmático presente. Desde dentro de este, unas garras frías y aterradoras parecían crecer para atacar a la niñita, mismas garras que ahora la tomaban de la pierna y la hacían gritar del miedo.
Bonnie: ¡¡JANEEEETTT!! -Se asustó, y llamó a su hermana para que la proteja-.
Janet: ¡Bonnie! -Salió corriendo hacia ella- ¡Resiste! -Y cuando finalmente estaba por llegar a su hermanita, un individuo extraño aterrizó frente a ella, cortándole el paso-.
Por su silueta, Janet no podía verlo bien, pero aquel individuo era enorme, peludo, y muy, muy atemorizante. Tanto fue el susto que se pegó, que la pobre muchacha cayó al suelo nevado, mirando hacia arriba al monstruo cruzado de brazos que ahora estaba a punto de atacarla.
Santa: ¡¡NI-NI-NIÑAS!! -De una vez por todas, parecía comportarse más serio de lo habitual-.
El robot navideño se deslizó por la nieve hasta llegar a enfrentar al enorme y misterioso individuo. Fue ahí cuando chocaron sus miradas, y con una leve expresión de confusión, Santa se frenó en su lugar.
Santa: U-Un mo-mo-momento... Re-Reconozco esos o-o-ojos...
¿Reconoces esta voz también?
Para sorpresa de todos, no. Aquel individuo misterioso no fue el que habló. Tampoco se trataba del regalo con garras aterradoras. Era la voz de un tercero. Una voz femenina y calmada, elegante por sí sola. Fría como la nieve y seca como la escarcha. Santa no tuvo ni que darse vuelta para reconocerla. Ya sabía de quién se trataba.
Qué coincidencia encontrarte por aquí, querido Santa. -Dijo la mujer misteriosa, acercándose lentamente bajo el frío del bosque nevado- No ataquen... No todavía. -Les ordenó a los otros dos individuos, y finalmente, ellos le obedecieron, dando un gran salto y apareciendo por detrás de la mujer-.
El monstruo más grandullón de los tres se encargó de acercarse al regalo, y con sus garras, lo atacó justo en la parte de su "cara" a su propio compañero. Así, aparecieron dos ojos en la oscuridad de dentro de aquel presente, y mientras caminaban, una criatura de lo más extraña comenzó a salir desde dentro, como si estuviera atrapada en el envoltorio del regalo.
Y mientras el cielo se nublaba y la nieve caía con más fuerza que nunca desde las tinieblas, nuestro equipo navideño principal, la familia entera, voltearon lentamente, siendo Santa el último de ellos. Cuando chocaron miradas con los recién llegados, quedaron muy confundidos... a excepción del robot, que miraba a la líder, serio como nunca.
"Bonita No-Nochebuena, ¿ver-verdad, Santa?"
Decía la mujer del grupo, imitando la voz tartamuda de Santa con un tono burlón. El robot no pudo evitar fruncir el ceño, con una mirada furiosa que solo se enfocaba en la muchacha, pálida como el hielo.
Bonnie: ¡¡HEY!! ¡¡CUIDADO CON CÓMO LE HABLAS A SANTA!! ¡¡O NO TE TRAERÁ NINGÚN REGALO EN NAVIDAD!! -Acto seguido, le sacó la lengua, burlándose de ella también, aunque en el fondo estaba enojada- ¡¡BLEEEHHH!!
Janet: ¿Y esta quién es? -Le preguntó al líder navideño, sin dejar de mirar a la contraria-.
Santa: ... La-La monarca congelada. La reina de-de las nieves. -Decía, mientras la miraba-.
AMBER.
https://youtu.be/13j2842BwUM
(Soundtrack de la escena)
Janet: Pff... ¿Amber? -Se le quedó mirando- Ese es nombre de vieja. -La reina la miró. Su expresión confiada y aterradora se esfumó en un momento-.
Amber: ¡¿D-DISCULPA?! -Frunció el ceño- A ver, ¿cómo es TU nombre, entonces?
Janet: Yo me llamo Janet. -Se cruzó de brazos-.
Amber: Ajá, sí. "Janet". -Rodó los ojos- ... no es un nombre feo, la verdad. -Murmuró-.
Janet: ¡¿QUÉ DIJISTE?!
Amber: ¡QUE CIERRES LA BOCA! ¡TU REINA TE LO ORDENA! -Con su bastón mágico, apuntó hacia la muchacha, lanzándole una llamarada de una especie de "fuego congelado" que no le dió a Janet de milagro. No me pregunten cómo es que funciona eso del "fuego congelado"- ¡Ay! ¡L-Lo siento!
Janet: ¡¡CASI ME MATAS!! -Le gritó, totalmente furiosa-.
Amber: N-No fue mi intención... -A su lado, el monstruo regalo la miró- ¿Qué pasa, Ash?
Ash: Me quiero morir.
Amber: ¿Otra vez con eso? -Cruzó los brazos. Miró a su otro compañero, el monstruo grandote. Parecía ser un yeti- Sam, creí que habías hablado con él al respecto...
Sam: Es un regalo, Su Majestad. Querer ser abierto y morir es parte de su naturaleza. -Le contestó, con una voz grave y ronca, más se notaba bastante calmado-.
Ash: Por favor, mátenme. Ábranme. Quiero morir.
Amber: ¡Deja de decir eso! ¡Me deprimes, Ash! -Refunfuñó. El regalo solamente bajó la cabeza-.
La familia navideña se quedó mirando la escena, en total silencio. Solamente chocaban miradas de un momento a otro, pero no parecía que sea cortés interrumpir en un momento como este. No fue hasta que Santa carraspeó, que la reina volvió a la realidad.
Amber: Oh, cierto. -Aclaró su garganta- Ejem. ¡¡RÍNDANSE, ESCLAVOS DEL BOSQUE, SÚBDITOS DE LA MISERICORDIA!! ¡¡PORQUE YO, LA REINA DE LAS NIEVES AMBER, LOS ATACARÉ!! ¡¡NGAAAAHH!! -Exclamó, furiosa-.
Sam: Y luego me los comeré.
Amber: ¡Exacto!
Sam: Y vamos a hacer un FESTÍN con SUS ENTRAÑAS.
Amber: Y luego los vamos a digerir.
Ash: Por favor, acaben con mi vida.
¡¡CIERRA LA BOCA, ASH!! -Exclamaron sus otros dos compañeros. El regalo bajó la cabeza-.
Bonnie: Yo puedo abrir ese regalo. -Acotó, pícara como siempre, alistando sus uñas-.
Janet: Si te acercas a las garras de ese monstruo, la que va a terminar muriendo vas a ser TÚ. -La regañó- Y voy a ser YO la que se encargue de eso. -Se cruzó de brazos-.
Bonnie: Qué malota.
Santa: No-No-No entiendo tu-tu plan, Amber. -Se acercó lentamente- ¿Por-r qué-qué-qué querrías acabar con nosotros-sos?
Amber: Bueno... verán, es una triste historia. -Bajó la mirada, y con los ojos cerrados de forma dramática, comenzó a hablar- Era la noche antes de Navidad...
https://youtu.be/72LiIZ3M8jM
(Soundtrack de la escena)
Allí estaba yo, sentada en mi trono. Observando a todos mis súbditos hacer las últimas preparaciones para la fiesta navideña.
Todo era perfecto. Todo iba de maravilla. La sonrisa en todos aquellos que confiaban en mí era digna de una fotografía, de quedar inmortalizada en el hielo. Era una escena preciosa, un paisaje bellísimo.
Fue así, hasta que... en un oscuro momento. ESE MALDITO MOMENTO.
Un intruso entró a mi palacio. No sabía de quién se trataba, pero entre la oscuridad del castillo, él se escabulló hasta llegar a mi trono, donde mi soldado más cercano, Sam, y yo, abríamos un regalo juntos. Yo se lo había preparado para él por su buena voluntad y sus maravillosos servicios protegiéndome durante tanto tiempo.
Por la entrada principal, allí llegó. Junto a una especie de tronco viviente, GROUCH, el temible, caminaba lentamente, haciendo su aparición por la sala del trono.
Él nos miró, y con el inmenso poder de la estrella navideña, nos atacó.
Sam cayó en la maldición del horror congelado, convirtiéndose en un yeti.
El presente que le obsequié a Sam cobró vida, y se convirtió en un monstruo que no anhela matar, sino que desea morir.
Y yo... bueno, siempre fui una monarca congelada, pero perdí mi trono, y a todos mis súbditos... MI REINO ENTERO, ¡ESE MALDITO MONO SE LO QUEDÓ! ¡¡ME LO ROBÓ!!
Y ahora no hay nada que yo pueda hacer... es por eso que, perdidos en el bosque, nos escabullimos en la oscuridad junto a Sam y Ash. Para buscar una vida nueva en la naturaleza, pues no podemos vencer así a Grouch, NADIE puede vencerlo...
...
Amber: Ahora que saben mi triste historia, viajeros... ¿pueden comprender los deseos y anhelos de una pobre monarca y lo que queda de sus fieles acompañantes? -Bajó la cabeza-.
Bonnie: ... No entendí ni merga.
Janet: Ya sabíamos esa historia.
Amber: ¿EH?
Janet: Parte de ello nos lo contó uno de los dos soldados en la aldea. -Se cruzó de brazos, con una expresión confiada y presumida- De hecho, todos creían que estabas muerta.
Bonnie: Eran tres soldados.
Janet: Eran dos.
Bonnie: No te olvides de Fernando Rigoberto™.
Amber: ¡¡CÁLLENSE!! -Ambas hermanas la miraron- ¿O sea que ustedes ya sabían todo eso e hicieron que se los cuente... PARA NADA?
Las dos chicas se quedaron mirándola, serias. Santa solamente se rascaba la barba, disimulando que no le interesaba la discusión.
Janet: Seeeeh. -Sonrió, otra vez presumida-.
Amber: GRRRR.
La mirada de la reina se tornó roja, enfurecida, observando directo a la chica vestida de elfo. Esa sonrisa odiosa la sacaba de quicio.
Santa: Es-Escuchen todos, ¿por-por qué no arreglamos es-esto de manera... ci-civilizada? ¿Eh? -Acotó, tratando de calmar las aguas-.
Amber: Pff. No. -Sonrió, maléfica, con la mirada baja y oscura- Lo haremos a MI manera, ¿está claro? -Subió la mirada y chasqueó los dedos- Sam.
Sam: ¡Su Majestad! -Se puso firme, dispuesto a servir-.
Amber: Tráeme mi ARMA SECRETA. -Sam abrió los ojos bien grandes-.
Sam: ¿E-Está segura, Su Majestad?
Amber: ¡¡SOLO TRÁELA!! ¿QUIERES? -Refunfuñó. Sam se encogió de hombros-.
La familia navideña sintió miedo por un segundo. ¿A qué se refería con ARMA SECRETA? Con toda la incertidumbre encima, estarían por descubrirlo.
Sam sacó algo misterioso desde su propia boca, y se lo entregó formalmente a la reina. Amber caminó lentamente hacia los tres héroes, y con una leve sonrisita confiada, se frenó frente a ellos.
Amber: ¿Están preparados para conocer mi ARMA SECRETA? -Abrió los ojos como platos- MI ARMA MORTAL.
Bonnie: ¿A-Arma secreta?
Janet: ¡¿ARMA MORTAL?!
Santa: ... ¡¿CONOCER-CER?!
Amber: ¡¡SÍ, SÍ Y SÍ!! -Carcajeó- ¡¡PREPÁRENSE, MORTALES!! ¡¡PARA SER DERROTADOS POR EL PODER DE...!!
Y con total terror, las dos hermanas se abrazaron a Santa, mientras Amber sacaba una hoja de detrás suya. Y no, no era una hoja de amoladora, ni de motosierra, ni siquiera era una hoja ensangrentada... juzguen por ustedes mismos.
...
Janet: ... ¿Esta es tu arma secreta? -Chocó miradas con Amber-.
Amber: Claro. -Le sonrió- ¿Asustada?
Janet: ... Quizá.
Amber: ¡¡NO HAY NADA MÁS ATERRADOR QUE UN DIFÍCIL CRUCIGRAMA NAVIDEÑO!! ¡¡MUAJAJAJAJA!! -Carcajeó, como la malvada reina que podía ser si quería-.
Sam: ¡¡Qué increíble, Su Majestad!! -Aplaudió, apoyando a su reina-.
Ash: Por favor, mátenme. Abran este regalo. ¡¡QUIERO MORIR!! -Insistió. Sam le encajó un golpe en la nuca- ¡Auch! ¡SÍ! ¡SÍ, MÁS! ¡GOLPÉAME MÁS, POR FAVOR!
Sam: Qué rarito. -Apartó la mirada-.
Bonnie: ¡¡Apártense!! ¡Yo me encargo de esto! -Exclamó, acercándose a la reina mientras se arremangaba las mangas del traje de reno. Le echó un ojo al crucigrama-.
Amber: Oh, ¡una joven de CORAZÓN PURO y VALIENTE! ¡ESA es la actitud, niñita! -La apoyó. Luego miró a Janet- Deberías aprender de tu... ¿hermana? ¿Prima? ¿Hija?
Janet: ¿De verdad tiene pinta de ser mi hija? -Suspiró-.
Amber: Por tu malhumor, tranquilamente podrías ser SU ABUELA y ni siquiera me daría cuenta. -Automáticamente comenzó a carcajear- ¡¡MUA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!!
Janet: Ya vámonos a casa, porfa. -Miró a Santa. Estaba rascando su barba, pensativo- ¿Qué tanto piensas?
Santa: Si "ÁRBOL" tie-tiene cinco le-letras, y la terce-cera-ra letra es la que se-se usa para comen-menzar, enton-tonces... ¿la palabra en ver-vertical es "BOLA"?
Janet: ¡Ugh! ¿En serio? ¿Tú también? -Se llevó las manos a la cabeza, harta de la situación-.
Amber: ¿Qué pasa, corazón? ¿Te molesta que tu familia te deje de lado y tengas que vivir SÓLA en un palacio en el que, a pesar de tener todas las comodidades y lujos, no te servirá de nada puesto que es un palacio enorme que, sin importar qué tan grande sea, SIEMPRE estará vacío IGUAL que tu ALMA porque no tienes a nadie con quién compartir tu vida? ¿ES ESO? -Le gritó a Janet, que se dio media vuelta para mirarla-.
Janet: ... ¿Te estás proyectando?
Sra. Espejo: ¿ALGUIEN DIJO REFLEJAR?
Janet: ¡¡DIJE PROYECTAR!! ¡¡"PROYECTAR", ESO ES LO QUE DIJE!! -Al lado de la Sra. Espejo, apareció otro individuo-.
Sr. Proyector: PARECE QUE ESTE ES UN TRABAJO PARA... *fium, fium* ¡¡EL SR. PROYECTOR!! -Exclamó, orgulloso de sí mismo-.
Janet: ¡¡FUERAAAA!! -Los dos objetos inanimados la miraron y se pusieron tristes. Rápidamente desaparecieron-.
Amber: No me estaba proyectando. -Dijo, acercándose a Janet, dejando que Santa y Bonnie se divirtieran con el crucigrama, mientras Ash le suplicaba de rodillas a Sam que lo asesinara- O... bueno, quizás sí.
La reina parecía estar... ¿abriéndose? ¿De alguna forma? Janet se quedó perpleja ante lo que veía y escuchaba. No quería sonar como una metiche, pero tal vez era lo que Amber buscaba, una metiche a quien contarle su dolor.
Janet: T-Tú... ¿te sentías sola? -La contraria subió la mirada, para luego apartarla. No se atrevía a mirar a la muchacha a los ojos-.
Amber: Un poco. -Comenzó a acariciar su brazo, como una especie de mecanismo de defensa ante los nervios- Hubo un tiempo en el que sí estuve acompañada. Cuando era una niña.
Janet: ... Creo que puedo entenderlo. -Apartó la mirada, teniendo un recuerdo fugaz de dos personas importantes para ella-.
Amber: ¿Ah sí? -La miró, esperanzada- P-Pero... tú tienes a tu hermana. Al menos, ella está para ti cuando lo necesitas. Eso vale oro.
Janet: Hm. -No pudo evitar que se le escapara una leve sonrisita, recordando todos los intentos de Bonnie por hacerla sentir mejor hacía unas horas atrás- Je, supongo que tienes razón. Es bonito sentirse acompañada.
https://youtu.be/-PuXRXftkDA
(Soundtrack de la escena)
Amber: Jeje, sí. -Le sonrió- Cuando era tan solo una princesita, mis padres me arropaban por la noche en Navidad, y esperaban a que me durmiera para apagar la luz del cuarto. -Se le escapó una carcajada- Le tenía mucho miedo al armario. Siempre pensé en que habría algún monstruo, o algo aterrador para acecharme.
Janet: Jaja, es normal.
Amber: Ajá. -Miró hacia la nieve. Le recordaba a su infancia- Y le insistía a mi papá, el rey, que dejara la puerta del armario abierta y se quedara sentado dentro, aunque casi ni cabía ahí, jaja. -Volvió a mirar a Janet- Pero él me protegía. Y me quedaba tranquila. Y finalmente podía dormir.
Janet: ... -Esbozó una sonrisa- Ellos... tus padres... -Apartó la mirada- ¿Ellos ya...?
Amber: Sí. -Acotó, cabizbaja- Ambos. El mismo día. Las luces navideñas se apagaron aquella vez. Y junto a ellas, la luz del reino. La luz de mis padres. -Suspiró- Y ahí quedé yo. Una tonta niña grande que juega a ser reina. Ni siquiera puedo sentirme fuerte como para gobernar. Ni siquiera puedo sentirme bien conmigo misma, confiada, segura.
Janet: ... ¿por qué no? -Se le quedó mirando-.
Amber: ... Porque nunca estuve lista para dejarlos ir. -Se le cayó una lagrimita. Parecía congelarse en el momento- Alguna vez, estuve llena de energía y calor. Pero cuando ellos se fueron, y el reino apagó sus luces... mi corazón se... congeló. Para siempre. -Se limpió la lágrima congelada- Y nunca más volví a sentir calidez, jaja.
Janet: Ay. -Bajó la cabeza, luego la subió para mirar a la monarca. Tomándola de las manos, le dijo- Yo creo que puedes recuperar esa calidez. Tienes la fuerza necesaria, te lo aseguro.
Amber: Hm. -Su voz se entrecortó un poco al sentir el calor de las manos de la contraria. Apartó la mirada nuevamente- ¿Cómo? ¿Cómo podría sentirme bien otra vez conmigo misma? ¿Haciendo crucigramas como una niña pequeña?
Janet: No. -Se rió- Recuperando tu trono, como la verdadera REINA que eres. -Subió las cejas. Amber la miró fijamente-.
Amber: Ah-...
El pecho de la monarca comenzó a ir cada vez más rápido, sintiendo una fuerte sensación de calor, no solamente en sus manos, en su cuerpo entero. Su cabello, duro y congelado, parecía derretirse lentamente cuando chocaba miradas con la chica.
Janet: Y si no puedes sola, NOSOTROS te ayudaremos. ¡Te lo prometo! ¡Recuperaremos tu puesto! -Le sonrió-.
Amber: Hm. -Bajó la mirada- ... ¿por qué?
Janet: ¿Eh?
Amber: ¿Por qué me siento así? -La miró- No. -Frunció el ceño- El hielo es mi elemento. No puedo sentirme así.
Rápidamente quitó sus manos de las de Janet, sorprendiendo de repente a la chica y, a su vez, a su familia también.
Amber: ¡¿Q-QUÉ HICISTE CONMIGO?! -Le gritó, enfurecida-.
Janet: ¿Q-Qué? -Se sonrojó un poco al sentirse observada por Santa y Bonnie- P-Pero si no te hice n-nada...
Amber: ¡¡NO!! ¡¡A-ALGO HICISTE!! -La empujó- ¡¿CÓMO TE ATREVES A HECHIZARME CON... CON... TUS MANOS?! -Janet no entendía nada- ¡¡NO TE ME ACERQUES!!
Janet: A-Amber, y-yo...
Amber: ¡NO PRONUNCIES MI NOMBRE! -Y tomó su bastón, congelado en la arena, para finalmente dejar que el fuego congelado hablara por ella- ¡¡BRUJA!! ¡NO VUELVAS A MIRARME CON ESOS... OJOS!
Santa: ¿Qu-Qué pasa? -Se acercó a Janet. Ella se encogió de hombros- ¿JANET, QUÉ LE-LE HICISTE-TE-TE?
Janet: ¡¡SOLAMENTE QUERÍA AYUDARLA!!
Bonnie: ¡¡TERMINAMOS EL CRUCIGRAMA!! -Exclamó, corriendo entusiasmada para mostrárselo a la reina- ¡¡MIRE, SU MAJESTAD, MIREEE!! -La hoja del crucigrama fue quemada por el fuego congelado de Amber- Au...
Amber: ¡¡AL DIABLO CON LOS CRUCIGRAMAS!! ¡¡ESTOY... ESTOY... INDIGNADAAAA!! -Se colocó en posición de combate-.
Santa: Oh n-n-no...
Sam: ¿Su Majestad? -Se acercó-.
Amber: ¡¡ESTA CHICA...!! ¡¡¡¡ME ENVENENÓ CON SU... CALIDEZ!!!! -Le gritó en la cara- ¡¡HAY QUE DESTRUIRLA, DESTRUIRLA!! ¡¡¡DESTRÚYANLOS A TODOS!!!
Bonnie: Solo pienso en budines y pasteles cayendo sobre míii~
Janet: ¡Amber, podemos solucionar esto, solo escúchame!
Amber: NO VOY A ESCUCHAR A NADIE. -Su mirada se perdió en el abismo- EN GUARDIA.
Ash: SIIII, SIIIIIIII, ¡¡¡SISISISISI!!! -Celebraba, nunca había estado tan feliz en la vida- POR FIN, FINALMENTE, ME VAN A MATAR, SISISISISI.
Sam: Ugh. -Rodó los ojos-.
Santa: Bien... es-esto va a terminar ma-ma-mal...
https://youtu.be/vBjscyFC3jo
(Soundtrack de la escena)
¡En guardia! ¡Una batalla acababa de comenzar! Y no cualquier batalla, una lucha FRENTE A FRENTE contra la destronada REINA DE LAS NIEVES y sus guardaespaldas. En carne y hueso, Janet miraba la situación y se preguntaba cómo las cosas habían escalado hasta este punto.
Amber: ¡Ataca, SI TE ATREVES! -Pegó una carcajada. Estaba loca-.
Tan repentinamente se había vuelto todo tan violento, que esto parecía una batalla al más puro estilo de un videojuego RPG.
Sam fue el primero en acercarse, utilizando sus armas de nudillos fosilizadas para golpear en la cara al querido Santa, que se le movió la barba, dando vueltas por alrededor de su cabeza.
Santa: ¡¡OW-OW-OW!! -Su ojo se tornó rojo, y cuando enfocó con sus pupilas al enorme yeti, sus puños se movieron por sí solos-.
Un fuerte golpe se le devolvió a Sam en la cara, haciéndolo escupir su congelada saliva hacia el suelo, cayendo su escupitajo como una estalactita en la nieve, enterrándose, igual que un muerto.
Sam: ¡¡Me las pagarás!! ¡¡NADIE se mete con LA REINA!! -Frunció el ceño- ¡¡GRAAAAHHH!! -Y se abalanzó hacia Santa, siguiendo con su pelea-.
Mientras, Bonnie corría pegando un grito de guerra, yendo directamente a por el regalo viviente, que con sus ojos tan felices, se quedaba quieto esperando al ataque de Bonnie.
Ash: SIII, ¡¡MÁTENME!! -Y cuando finalmente Bonnie llegó y recibió su golpe...- Ah...
Bonnie: ¡Toma eso, malvado! -Su puño llegó con toda la fuerza que pudo. Sin embargo, Ash no sintió ni un poquito de dolor-.
Ash: NOOOOOOOOOOOOOOOOO.
Janet se quedó mirando cómo su hermanita seguía intentando atacar al regalo, sin ningún tipo de éxito. Ash lloraba, no de dolor, sino de tristeza y angustia por no poder morir, incluso si Bonnie realmente lo intentaba.
Aunque quiso seguir mirando, un repentino ataque la hizo saltar del susto. Se trataba de, otra vez, una especie de "fuego congelado", igual al que Janet ya había esquivado de milagro anteriormente. Cuando miró a su oponente intentando atacarla, se percató de cómo el cuerpo de Amber flotaba y levitaba con la ayuda de sus poderes elementales.
Amber: ¡¿Por qué no me atacas?! ¡¿Acaso me tienes miedo?! ¡Cobarde! -Exclamó furiosa, y siguió atacando con fuego a Janet, que esquivaba rodando por la nieve como si de un perrito blanco se tratara-.
Janet: ¡No quiero pelear! -Gritaba, pero Amber no parecía importarle. Ella seguía atacando y quitándose la ira que tenía acumulada- ¿Por qué quieres matarme? ¡Yo no te hice nada!
Amber: ¡Me hechizaste!
Janet: YO. NO. HICE... ¡¡NADA!! -Una estalactita le llegó hasta su pecho, logró esquivarla de pura suerte- ¡AH!
Amber: ¡Cállese, cochina!
Todavía levitando, un montón de estalactitas puntiagudas sobrevolaron alrededor de la reina. Parecía poder controlarlas solo con sus dedos, como si fueran sus súbditos. Acto seguido, las preparó todas, apuntando directo hacia Janet.
Amber: Me las pagarás. -Y dejó que sus ataques se lanzaran uno por uno, como una lluvia de flechas, cayendo directo en el rango de la muchacha, que corría despavorida-.
Se tropezaba entre la nieve y sus piernas comenzaban a cansarse, pero no podía dejar que esas estalactitas le dieran. ¿Qué pasaba si realmente moría en aquel mundo nevado? ¡No quería averiguarlo!
Amber: Y así, cuando libere toda esta ira...
Janet seguía esquivando, Amber seguía atacando. El bosque se había convertido en un campo de batalla campal en cuestión de minutos.
Amber: ¡Finalmente podré recuperar mi CORONA HELADA! ¡¡MUA, JA, JA, JA, JA, JA!! -Carcajeó con unas risas malvadas-.
Las estalactitas finalmente cesaron, y Janet se frenó, algo agitada, para mirar a la monarca.
Janet: ¿Corona? ¿Y qué hay de malo con la que traes ahora? -Amber, que se reía como loca, de la nada la miró, adoptando una expresión totalmente seria en su rostro-.
Amber: ¿Ah? -Confundida, tocó su cabeza- Ah. -Efectivamente, traía su corona en la cabeza- Ya la tengo. Nunca la perdí, ¿no?
Janet: La tuviste en la cabeza todo el tiempo...
Amber: Mhm. -Se quedó pensativa, levitando en el aire- Bueno, entonces eso daría por terminada la batalla.
Chasqueó los dedos y tanto Ash como Sam cesaron en sus ataques. La reina dejó de levitar y cayó de nuevo al suelo, aterrizando delicadamente. Janet se le quedó mirando, su familia también.
Janet: ¿Eh? ¿Eso es todo?
Amber: Ajá. -Pegó media vuelta- Nos vemos en otro momento.
Tanto sus compañeros como ella comenzaron a caminar de vuelta hacia la parte oscura del bosque.
Santa: Bueno, e-e-eso fue fá-fácil. -Miró a las dos chicas-.
¡¡U-UN MOMENTOOO!!
La voz de Amber resonó entre todos los árboles. De repente, la chica corrió nuevamente hacia el campo de batalla, y entre toda la nieve, se plantó firme para enfrentar a los héroes una vez más.
Amber: ¡¡TODAVÍA TENGO QUE RECUPERAR MI TRONO Y MI REINO!! -Exclamó-.
Santa: Oh, n-no... a-a-aquí vamos de-de vuelta...
Amber chasqueó los dedos y la batalla se reanudó. Vamos, que incluso Santa, que había quedado tirado en el suelo, se volvió a tirar a propósito nada más para que Sam viniera a atacarlo.
Y nuevamente, ¡la acción volvía una vez más!
Amber: Ejem... Y ASÍ, CUANDO LIBERE TODA ESTA IRA... -Volvió a levitar, y generó nuevos ataques helados para lanzarlos directos a la cabeza de Janet- ¡¡FINALMENTE PODRÉ RECUPERAR MI TRONO Y MI REINO!! ¡¡MUA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!! -Carcajeó, después se quedó callada por un segundo, carraspeando- Ejem, mucho mejor, ¿verdad?
Janet: ¡¡SOLO DÉJAME EN PAZ!! -Seguía corriendo, intentando esquivar los ataques- ¡NO QUIERO PELEAR, NO QUIERO HACERTE DAÑO!
Amber: ¡NO ME IMPORTA! -De vuelta, volvió a lanzar ataques-.
Janet: Y-Yo... ¡Yo solamente quería ayudarte! ¡Solo quería que te sintieras mejor contigo misma! -La contraria la escuchó. Parecía comenzar a sentir otra vez ese ardor inmenso en su pecho-.
Amber: ¡Agh! ¡¿Y p-por qué harías eso?!
Janet: ¡Porque también me cuesta sentirme bien conmigo misma! -Santa pareció mirarla en ese momento- ¡¡Solamente pensé que podía ayudarte si te hacía sentir comprendida!! ¡¡Porque REALMENTE te COMPRENDO!!
Amber: ¡¡AAHHH!! -Un dolor enorme en su pecho la obligó a que comenzara a levitar más bajo. Apoyando su mano en su corazón, Amber trataba de disipar el ardor agonizante que sentía en su corazón congelado-.
Santa: ¡¡E-ESO ES!! -Recibió un golpe de Sam- ¡¡AUCH!! -Volvió a mirar a la chica, ignorando el golpe- ¡¡JA-JA-JANET!! ¡¡DILE COSAS LI-LINDAS Y COMENZARÁ-RÁ A DERRETIRSE!! ¡MI-MI-MIRA SU CABEZA!
Janet observó el peinado duro y helado que llevaba Amber en su cabeza. Parecía estar hecho de, literal, HIELO, y por lo que podía observar, comenzaba a derretirse lentamente cuando Amber sentía ese ardor en su interior. Chorreaba gotas de agua de su propia cabeza.
Janet: ¿C-Cosas lindas? -Murmuró para sí misma. Amber subió la cabeza y, enfurecida, volvió a atacarla-.
Amber: ¡¡MUEREEE!!
Janet: ¡¡Agh!! -Esquivó el ataque, aunque casi le da en la pierna- A-Amber, y-yo...
Amber: No quiero escucharte. NO QUIERO ESCUCHARTE.
Janet: ¡¡AMBER!!
Amber: ¡NO!
Janet: Amber, tu... tu, este... -De repente, todos se le quedaron mirando, incluyendo la reina que levitaba- Tu voz... tu voz es... ¿muy linda?
Amber: ... -Se quedó silenciosa-.
Santa: ¿E-En se-se-serio?
Bonnie: ¿Ese es tu mejor cumplido?
Ash: POR FAVOR, MÁTENME. ¡¡NO QUIERO ESCUCHAR A ESTA CHICA NUNCA MÁS!!
Janet: ¡Oigan! Lo estoy intentando, ¿de acuerdo? -Dijo, mirando a todos los que estaban batallando detrás suya entre la nieve. Cuando volvió a mirar al frente, se sorprendió bastante-.
Ahí estaba, levitando, en silencio, con la mirada perdida y miles de pensamientos revoloteando por su cabeza. Janet la miró a los ojos, sus miradas chocaron una vez más. Con una voz tímida y tranquila que sonaba rara al compararla con la voz de sus gritos desesperados, Amber habló. La verdadera Amber... habló.
Amber: ... ¿De verdad lo crees? -Le preguntó, con honestidad. Janet abrió los ojos bien grandes- ¿Te... Te gusta mi... voz?
Janet: Eh... -Tragó saliva. Le daba un poco de vergüenza admitirlo, pero... ¿para qué mentir a esta altura?- Bueno, sí. Bastante. -La miró y le sonrió levemente. Una sonrisa honesta-.
La muchacha pudo notar cómo el cabello de Amber comenzaba a derretirse cada vez más y más, y sus poderes de levitación comenzaban a irse cuando la reina finalmente aceptaba esa sensación en su pecho. ¿Para qué reprimir las cosas? Eso solo congelaría aún más su corazón.
Janet: Y... ahora que te miro. -Apartó la mirada por un segundito, luego volvió a verla- Tienes una sonrisa muy bonita también. Y tus ojos.
Amber: Je. -Soltó una risita. Finalmente aterrizó, con sus pies en la nieve. No bruscamente, no de manera ruda. Aterrizó tranquila y delicada, suave como una flor invernal-.
Ahora estaban frente a frente las dos. Se miraban fijamente, sintiendo la fría brisa de invierno recorrer la piel de ambas. A ojo de todos se podía notar, como el cuerpo de Amber se derretía, casi en automático, mientras ella caminaba y se acercaba cada vez más y más a Janet.
De repente se frenó. La reina apartó la mirada, en profundo silencio. Tuvo un pensamiento. Tan solo un pensamiento más de reprimir las cosas, de seguir congelando más su corazón. Volvió a mirar a Janet, ella le sonrió. Supo que no valía la pena retener el ardor de su pecho. Supo que el dolor, en este caso, no era malo, porque era ese mismo dolor el que la ayudaría a salir del pozo en el que se había metido hacía tanto.
Supo, en lo más profundo de su helado corazón, que aquel ardor inmenso en su alma sería el fruto de su valentía, y llegaría a ser la herramienta que la llevaría a volver a volar, a resurgir de las cenizas, como si fuera el ave Fénix.
https://youtu.be/PcfyVaTUops
(Soundtrack de la escena)
Janet caminó hacia la reina, que se congeló en su lugar, quieta, una escena totalmente silenciosa en cuanto a voces. Solo sus respiraciones se escuchaban. Se miraron a los ojos. Cuando Janet finalmente llegó a estar frente a ella, se arrodilló ante Su Majestad.
Se pudo oír una risita provenir del cuerpo que se derretía de la monarca. La chica elfo, frente a ella, bajó la cabeza y cerró los ojos. Cuando finalmente se atrevió a abrirlos y subir la mirada, movió sus manos hacia la mano izquierda de la reina. La acercó hacia ella.
Con delicadeza, Janet movió la mano helada de la congelada reina, y la acercó hasta su rostro. Así, de una buena vez, teniendo el valor para acercar sus labios y besar la mano de la monarca, que sería el golpe final para derretir ese corazón congelado que ardía por libertad en el pecho de Amber.
Amber: Hm. -Sonrió, mirando a la chica. Se atrevió a acercar su otra mano hacia la cabeza de Janet, y rascar su cabeza despacio, con cariño, como si fuera su forma de agradecerle-.
La cantante pudo sentir los dedos de Amber juguetear con sus cabellos y su capucha de elfo. La reina cerró los ojos, miró hacia arriba, y dejó salir un suspiro enorme de liberación, como si no hubiera respirado en muchísimos años. Finalmente, su corazón volvía a latir.
Cuando Amber abrió los ojos, Janet, con lentitud y delicadeza, despegó sus labios de la mano de Amber, y la devolvió a su lugar. Sintió una fuerte sensación en el pecho. Jamás había besado a alguien con tantas ganas. La miró fijamente, subiendo la cabeza, y rompió el hielo del silencio para acotar.
Janet: Estoy a su servicio, Su Majestad. -Y asintió con la cabeza-.
Amber: Jeje. -Solamente pudo reírse. Con su cara totalmente sonrojada, apartó la mirada y soltó otro suspiro- Wow. Q-Qué... Qué calor. -Pegó una leve carcajada- Creo que... Creo que no me sentía tan aliviada desde que era una niña.
Janet: Me alegra haber podido ayudar. Jeje.
Amber: Hm... Gracias... Gracias, Janet. -Y ambas se sonrieron-.
Janet se levantó y se le quedó mirando por un ratito. Ahora, la mirada de Amber era distinta. Ya no mostraba odio, ya no mostraba rencor. Ya no mostraba esas cicatrices y heridas que tenía desde pequeña. Ahora mostraba un color distinto, un aroma diferente. En sus ojos, Janet podía ver amor, amor de verdad.
Ash: Bueno, ¿y si me matan? -Lo miró a Sam, que a regañadientes, le respondió solamente con un puñetazo que lo mandó a volar- ¡¡AAAHH!! ¡¡SIIIII!!
Bonnie: Nunca va a aprender...
Santa: Cooomo se-se-sea... -Su voz fue suficiente para llamar la atención de Janet y Amber, que no podían parar de mirarse a los ojos- Lamento-to interrumpir su mo-mo-momento, pero... tenemos un ma-macaco verde al que derrotar-tar.
Bonnie: ¡Y UN TRONO QUE RECUPERAR! -Gritó de repente, saltando con alegría-.
Janet: Jaja, cierto. -Volvió a mirar a Amber- ¿Confías en mi para devolverte tu reino?
Amber: ... -Se le quedó mirando, con una expresión confiada y hasta presumida- Solo no me decepciones. -Bromeó un poco, acariciándole la cara a la chica, que le devolvió una sonrisa sonrojada- Ah, por cierto.
La reina miró a Santa, para acercarse a él y, de su congelada ropa, sacar una pieza clave para derrotar a Grouch.
Amber: Antes de que me quitaran el trono, me llevé ESTO. -Extendió su mano hacia Santa. Él la miró. Amber sostenía una LLAVE- Es la llave del reino. Abre todas las puertas del palacio, incluyendo la sala del trono. Sé que les servirá.
Santa: ... Gra-Gracias, Su Majestad. -Sonrió, y agarró la llave para guardarla entre los pelos de su barba-.
Janet: Derrotaremos al mono loco y recuperaremos ese trono, te lo prometo. -La reina la miró de reojo, y sonriente, le contestó-.
Amber: Sé que sí. -Con su mano, volvió a acariciarle la cabeza. Janet sintió un lindo cosquilleo por todo su cuerpo. Cuando se iba caminando, la cantante se dio la vuelta, y haciendo un gesto con su mano, cerrando todos sus dedos excepto su pulgar y su meñique, se colocó la mano en la oreja y susurró-.
Janet: ("llámameeee"). -Amber echó una risita al mirarla-.
Sam: Qué melosa. -Acotó, al lado de la niña reno-.
Bonnie: Seh. Ew. -Acotó, con cara de asco al ver a su hermana- Ya vámonos que tengo sed de... ¡JUSTICIA! -Exclamó- ¡Al palacio!
Santa: ¡Al pa-palacio!
Janet: ¡Al palacio!
Ash: Por favor, mátenme.
VERSO 3 - ENFRENTANDO A LA OSCURIDAD
El sol había caído más rápido de lo que esperarían. La luna comenzaba a brillar en el cielo, y junto a ella, los últimos brotes del día, los rayos solares finales. Comenzaba el inicio del fin de su congelada aventura, y ahora que estaban casi frente al palacio de las nieves, el trío de la familia navideña se escabullían entre la fría escarcha, intentando pasar desapercibidos.
Caminando por la oscuridad, gateando por la penumbra, acechando a todos desde las sombras. Santa avanzaba lentamente alrededor del palacio. Detrás suya, la atenta Janet trataba de que los cascabeles en su ropa no hicieran mucho ruido, y al final de la fila, la imprudente Bonnie dejaba de lado sus impulsos de destrucción, ahora que se sentían como espías navideños o agentes secretos festivos.
Santa: ¡Por-Por aquí! -Susurró, adentrándose entre los árboles para acercarse a un arbusto. Se escondería detrás de las plantas y la nieve, junto a las dos chicas- ¿Ven to-todo eso?
Más allá de la oscuridad, el enorme castillo hacía aparición. Nada más que parloteo y villancicos oscuros se oían desde aquel lugar. El palacio no llegaba a verse del todo bien, ya que no había mucha iluminación además de la que la luna les brindaba. Aun así, se podía notar como, gran parte de este, estaba construido únicamente de HIELO.
Bonnie: Waos. -Acotó- Es gigante.
Janet: Es precioso. -Sonrió-.
Bonnie: ¿No estarás pensando en ya quedarte a vivir aquí, verdad? -Se cruzó de brazos mirando a su hermana-.
Janet: ¿Qué? Pff, no. -Rodó los ojos. Bonnie la miraba con la misma expresión de enojo- Bon, no voy a quedarme a vivir. ¿Qué te hace pensar eso?
Bonnie: Mmm... Te hiciste muy amiga de la reina. Nada más. -Apartó la mirada-.
Janet: ¿Eh? ¿De qué hablas, enana? -Se le escapó una risita- ¿Qué, estás celosa o...?
Bonnie: ¿Celosa? -Repitió- ¿Por qué estaría YO celosa? -Le sacó la lengua- Bleeeh.
Janet: Porque te estás comportando como una bo-bo-bo-boba.
Bonnie: ¡¿Una bo-bo-bo-boba?! ¡¿YO?! -Frunció el ceño- ¡¡Yo no soy una bo-bo-bo-boba!! ¡¡TÚ eres una bo-bo-bo-boba, JANET!!
Santa: Shhh. -Se escuchó, de repente- Ha-Hagan silencio, bo-bo-bo-bobas. Los guardias-s-s nos escucha-charán.
Las dos chicas se enfocaron nuevamente en sus alrededores. Miraron la entrada del castillo. Habían dos guardias resguardando la enorme puerta. Poseían grandes armas y eran enormes. No convenía mucho arriesgarse a atacarlos, o siquiera buscar problemas con ellos.
Janet: Ugh, ¿cómo vamos a pasar entonces? -Se quejó-.
Bonnie: Tiene que haber una forma... -Se quedó pensativa- ¡¡YA SÉ!! ¡¡OTRA VEZ EL CAÑÓN!!
Janet: No pienso volver a ACERCARME SIQUIERA a ese cañón, NUNCA MÁS.
Santa: Está-tá bien, está bie-en... no el cañón. -La tranquilizó- Pero, po-po-podemos escabullirnos en el pala-lacio de una forma más-sas... "navideña". -Sonrió, pícaro-.
Janet: ... ¿por qué suena como algo que no me gustaría hacer?
Cuando se quiso dar cuenta, en un parpadeo, los tres se encontraban ahora, de alguna manera, en uno de los techos del castillo. La luna brillando junto a los tres.
Janet: Sep. Definitivamente era algo que no me gustaría hacer.
(Créditos a JonnyMoraales en Twitter)
Santa: ¡¡Solo tengo que-que-que apretarme un poco-co-co más!! ¡¡Ugh!! -Decía, haciendo fuerza, intentando pasar por la estrecha chimenea por la que ahora adentraba todo su cuerpo-.
Bonnie: Hay que admitir que al menos es una idea divertida. -Miró a su hermana- ¡Siempre quise jugar a ser Santa!
Janet: Podrá ser divertido, pero hay que tener cuidado. -Suspiró- ¿Por qué soy la única cuidadosa en una familia llena de imprudentes?
Bonnie: Quizá porque no sabes divertirte, hermanita. -Le volvió a sacar la lengua, como hacía unos minutos- BLEEEHHH.
Janet: ¿Podrías dejar de molestarme? ¡Estamos juntas en esto!
Santa: Agh... Ya-Ya casiii... -Seguía intentando pasar por la chimenea, mientras las dos niñas hablaban-.
Bonnie: ¿Juntas? Sí, claro. -Rodó los ojos. Fue ahí cuando Janet se percató de que, en realidad, había algo más profundo en el malestar de Bonnie-.
Janet: ... ¿Bon? -Su hermana solamente le daba la espalda- Bonnie. -No contestó- Por favor, ¿me vas a dejar hablando sola?
Bonnie: Tú no me seguiste el... cuando yo.... -Murmuraba para sí misma. Janet no la oía bien-.
Janet: ¿Qué dices? -La pequeña se dio vuelta y le gritó-.
Bonnie: ¡¡TÚ NO ME SEGUISTE EL JUEGO CUANDO YO INTENTABA ANIMARTE!! -Frunció el ceño. A Janet le tomó por sorpresa aquel grito-.
Janet: ... ¿Qué? -Preguntó, confundida. Bonnie solo se dio la vuelta- Espera, ¿hablas de lo del otro día? ¿De cuando estaba triste?
Bonnie: SÍ. -Se cruzó de brazos, sin mirarla- Hice de todo para que estuvieras bien, y no me hiciste caso... ¡Y ahora viene una... desconocida, y te pones toda feliz y contenta! ¡Hm!
Janet: ... Ay, Bon. -Se acercó a ella, intentando buscar su mirada. Bonnie se daba la vuelta cada vez que la mayor quería mirarla a los ojos- Bonnie, no sabía que te había molestado tanto ese tema...
Bonnie: N-No... No me... No me molestó. -Acotó, casi con la garganta quebrada-.
Janet: Claro que sí, bobu. -La tomó del hombro. Bonnie se dio vuelta lentamente. Estaba llorando-.
Bonnie: Mm... Ah. -Solamente sus tristes quejidos se oían entre lágrimas. Janet se sintió super mal-.
Janet: Bonnie, valoro muchísimo todo lo que haces por mí, y todo lo que haces para que me sienta bien siempre. -Dijo, con una sonrisa- E incluso si a veces no estoy de humor... todos tus esfuerzos valen la pena. Porque, al final... me hace muy feliz tener tu compañía. De verdad.
Bonnie: ... Ay. -Con sus mangas largas, se secó las lágrimas de su carita. Se veía muy tierna, a pesar de todo-.
Janet: Y quiero que sepas que NADA en el mundo va a hacer que deje de ser tu hermana. NADA, ¿oíste? -Carcajeó-.
Bonnie: ¿Ni siquiera si te enamoras? -Sollozó un poquito más. La calidez en las manos de Janet sobre sus hombros le hacía sentir mejor-.
Janet: Pff. -No pudo evitar echar una risa- Ni siquiera si me enamoro. Te lo prometo. -Su mano subió hasta la mejilla de su hermana. La acarició, quitándole las lágrimas- Siempre te voy a cuidar. Y siempre voy a estar para ti, hermanita. SIEMPRE. Que te quede claro.
Bonnie: ... Je. -También echó una risita, que cuando se mezclaba con sus lágrimas y los mocos de su nariz, terminaba sonando graciosa- Te q-quiero, bo-bo-bo-boba...
Janet: Y yo a ti, bo-bo-bo-bobita. -Se acercó lentamente hacia ella, abrazándola bien fuerte en el sitio-.
La niñita reno correspondió al abrazo, apretando el cuerpo de Janet contra el suyo tan fuerte como nunca. Jamás había tenido tantas ganas de expresar ese amor de hermanas que se tenían. Janet sintió la fuerza que producían los brazos de Bonnie, y simplemente la dejó que se acomodara entre su pecho.
De repente, entre los sollozos ya silenciosos de Bonnie, las dos pudieron escuchar algo que les llamó la atención. Un sonido extraño, diferente, inesperado...
Santa: CÓMO LAS A-A-AMO... -Decía lagrimeando, con una cámara en su mano, grabando toda la escena e inmortalizando el cuadro de Janet y Bonnie abrazándose- ¡AY, MIS NI-NI-NIÑAS!
(Créditos a ZayaPatria en Twitter)
Janet: ¡Oye, apaga eso! -Se quejó, separándose del abrazo- Solo nuestro papá puede sacarnos fotos de hermanas.
Bonnie: ¡Eso, eso! -También se paró, al lado de la mayor- ¡¡Solo nuestro papá STU!! ¡¡Díselo, Janet!
Santa: Ay, sí, sí. Cie-Cierto. -Guardó la cámara, se secó las lágrimas, y calmó su lloriqueo- Y yo, o-obviamente NO soy su papá STU-U-U.
Bonnie: Claro que no. Porque si fueras nuestro papá Stu, lo sabríamos. ¿Verdad, Janet? -La miró, inocente-.
La mayor miró a Santa a la cara. Ambos sabían lo que estaba en la mente de los dos, y era la verdad. Después de ver el lindo ojo de "Santa", Janet decidió simplemente sonreír y mirar a su hermanita una vez más.
Janet: Tienes razón. Si fuera papá y no Santa, lo hubiéramos sabido desde el principio. No me cabe ningún tipo de duda, Bon. -Se cruzó de brazos-.
Bonnie: ¡Genial!
Santa: Muy bie-bien, ni-ni-niñas. A-Ahora... ¿por-por qué no ayudan a Santa-ta a bajar por la chi-chimenea? -Sonrió, nervioso por quedar atascado-.
Bonnie: ¡Tengo una idea!
La niña corrió hasta el borde del techo. Santa le dijo que tenga cuidado al correr en un techo así de alto, pero a ella le dio igual. Cuando llegó al límite de las tejas, tomó carrera, y salió disparada de vuelta hacia ellos, apuntando exactamente al navideño señor atascado.
Santa: E-Espera... ¿qué-qué estás ha...? -Se quedó mirándola-.
Bonnie: ¡¡FUERA ABAJO!!
Santa: ¡¡E-E-ESPERA, BON!! ¡¡ME VAS A...!! -Y la niña aterrizó directamente en su cabeza, desatascándolo y haciéndolo caer por la chimenea de golpe- AAAAHHH.
Junto a él, la niña cayó también, y aterrizó encima suya.
Santa: Pipipipipipi. -Janet les habló desde arriba-.
Janet: Eh... ¿están bien? -Exclamó. Recibió un "SIIII" de su hermanita. No lo pensó más, y despidiéndose de la luna, se adentró por la estrecha chimenea. Para ser realmente estrecha, no le tomó mucho trabajo. Le faltaba comer más a la muchacha-.
Cuando Santa estuvo por levantarse del suelo, Janet cayó encima de él y volvió a tirarlo una vez más. Caminó junto a su hermana por el lugar en el que acababan de aterrizar mientras el hombre robot se levantaba de su mareado golpe.
Santa: Ouououououh... -Se acariciaba la cabeza con una mano-.
Bonnie: ¿Así que este es el palacio de la reina?
Janet: Bueno, esta es una de las habitaciones... creo.
Se trataba de un cuarto muy bonito. Con la chimenea que acababa de ser apagada, muebles de madera que se veían como nuevos, y un piso limpio con alfombras de colores hermosos. Sin dudas era muy cómodo estar ahí. El olor a comida recién hecha que provenía desde la parte de abajo, donde se encontraba el comedor del reino, era simplemente delicioso.
La pancita de Bonnie se retorció de hambre al sentir aquel aroma. Y cuando por fin Santa se había levantado, el tipo decidió tomar asiento por un momento en la cama de la habitación.
Janet: ¿Estás... bien? -Le preguntó, mirándolo algo preocupada-.
Santa: S-Sí... e-es solo que... -Perdió su mirada- M-Me mareé.
Janet: Ah. -Se quedó silenciosa. No esperó a que el contrario hablara mucho más. Sin embargo, una frase la tomó por sorpresa-.
Santa: ¿Saben? Este-te lugar me... trae re-recuerdos. -Miró a su alrededor- Este a-a-aroma. Este tipo de ha-habitaciones. -No pudo evitar sonreír- Son muy fa-familiares para mí.
Bonnie: ¿Familiares?
Janet: ¿Qué clase de recuerdos te trae?
Santa: Oh, re-recuerdos de cuando era jo-jo-joven. -Miró al suelo, perdiéndose entre sus memorias- Cuando pa-pasaba tiempo con... con él.
Janet: ... ¿con "él"? -Se le quedaron mirando las dos- ¿Quién es "él"?
Santa: ¡Oh, jo, jo, jo! -Carcajeó como buen Santa que era- ¿Nu-Nu-Nunca se los conté, ver-verdad? -Ambas negaron con la cabeza-.
¿Nunca les-les conté sobre mi a-amistad con... GROUCH?
Janet: ¡¿QUÉ?!
Bonnie: ¡¿CÓMO?!
Janet: ¡¡P-PERO ESO ES...!!
Bonnie: ¡¡IMPOSIBLE, IMPOSIBLE!!
Santa: Tra-Tranquilas, ni-niñas... jo, jo, jo. -Las miró- To-Tomen asiento. Supongo que-que ha llegado el mo-momento de que... sepan to-toda la verdad.
Las dos niñas se sentaron en las sillas de las mesas frente a la cama. Con solamente el sonido de las ventiscas frías de la noche que se asomaban por la ventana, y la calidez de la habitación cerrada que se decoraba con aromas deliciosos, como un lindo árbol de Navidad, ambas pusieron toda su atención en el amigable Santa, que, ahora sentado en la cama del cuarto, comenzaba a tener varias memorias del pasado.
Carraspeando un poco su voz, logró algo increíble. Su tartamudeo, de pronto, se fue, y comenzó a hablar con voz de narrador navideño, como si se tratara de un anciano contando una hermosa historia.
Todo comenzó... hace mucho tiempo.
https://youtu.be/F3YbnM6_0eU
(Soundtrack de la escena)
Solía ser nada más que un normal, común y corriente robot. Un simple muchacho que, un día de suerte, cayó y conoció este mundo. Un muchacho suertudo que se enamoró de sus paisajes, de sus lugares, de su gente. El reino de las nieves, la aldea, todo lo que el mundo nevado tenía para ofrecerme era sensacional.
Conocí a todas las personas en este lugar. Aprendí cómo funcionaban las cosas por aquí, y cómo se conectaban con el mundo "real". Cada tantos años, UNA PERSONA es elegida como SANTA CLAUS. Una forma de "representar" el espíritu navideño. Siempre ha sido así. Esa persona sería el elegido para salir del mundo nevado hacia el mundo real. Y así, poder entregarles regalos y magia a los niños de aquel mundo, llenar de alegría la realidad por, al menos, un día entero del año.
Hay una larga lista de hombres y mujeres que han actuado como "Santa" en este mundo. Todos han dejado su granito de arena durante MUCHOS años, para que el mundo de ustedes, niñas, sea un lugar mejor.
El más reciente Santa que había sido elegido cuando aparecí por aquí, era un hombre llamado "Bo". Lleno de cicatrices y tan frío como la nieve, las personas lo AMABAN, y hacía un gran trabajo. Me hice muy amigo suyo, y con el tiempo, decidí visitarlo... quizás más de la cuenta.
A su vez, conocí a su aprendiz. En ese momento, no era más que un simple monito. No se vestía de esa manera, su color era el rojo igual que cualquier otro Santa Claus. Sus ojos estaban llenos de brillo. Su sonrisa, repleta de risas. Era alguien enojón, de vez en cuando, pero era una gran persona. Su nombre no era GROUCH... su nombre era MICO.
Y con el tiempo, nos hicimos grandes amigos. Mico entrenaba junto a Bo para ser el próximo Santa Claus en la enorme lista de la historia. ¡Era su más grande sueño! ¡Quería marcar su legado entre todos los Santa! ¡Él quería dejar su alegría y amor por el mundo, repartiendo regalos! Quería dejar una huella entre la nieve de la historia.
Me pidió que fuera a sus entrenamientos. A él le gustaba que lo acompañara. Éramos grandes amigos, casi inseparables, me gustaría decir. Le tenía un fuerte aprecio.
No fue hasta un atardecer invernal, en el que, en uno de los entrenamientos, Bo me pidió que entrenara con ellos.
Mico aceptó el reto de entrenar junto a mi. Solamente debíamos pasar pruebas de sigilo, vuelo en trineo, repartir regalos lo más rápido posible... ¡ya saben, lo normal! Jamás creí que yo sería... "bueno" en eso.
Vi la mirada fría de Bo cuando vencí a Mico en todas las pruebas posibles. Él vio cierto potencial en mí. Un potencial que no había visto en nadie más. En cuanto a Mico, bueno... él no podía parar de llorar.
Aquel día, recuerdo que me sentí fatal. Sentí demasiada pena por el muchacho.
Bo me pidió que volviera a entrenar con ellos al día siguiente. Y al siguiente. Y al siguiente.
Y así pasaron los días, entrenamiento tras entrenamiento. Vencí a Mico en TODOS y CADA UNO DE ELLOS.
Su frustración llegó a tal punto en el que... ¡él ya casi no me hablaba! Y solo era cuestión de tiempo hasta que las cosas fueran a peor.
Una noche, Bo nos citó a ambos en el palacio. En la sala del trono, él nos puso frente a la reina y el rey, y su pequeña hijita, la princesa de las nieves. Bo nos obligó a luchar entre nosotros, y cuando digo luchar me refiero a... LUCHAR. De verdad.
No había entrenamiento, no habían "pruebas de sigilo", o lo que fuere. Él quería que golpeara a mi amigo.
Y me rehusé a hacerlo. Elegí la clemencia. Decidí ser piadoso.
Sin embargo, Mico, no descansó hasta poder darme un golpe. Quizá él era "bueno" para entrenar como Santa, pero era muy malo para luchar. Y no consiguió golpearme ni una sola vez.
Él estaba tan enojado, tan furioso conmigo. Quería derrotarme, de verdad lo necesitaba. Necesitaba demostrar que era mejor que yo, necesitaba demostrar que tenía mucho para dar. Y yo, con el corazón roto, traté de dialogar con él, pero... simplemente no podía.
Mico estaba ciego.
Mico estaba mudo.
Mico estaba sordo.
Y no habría forma de hacerlo parar cuando se enfurecía.
Solo encontré una manera. Un golpe. Directo en la cara. Le dolió tanto que... casi se desmaya.
Tirado en el suelo, Mico no pudo más. Me miró a los ojos. Estaba llorando. Destruí sus sueños y esperanzas sin siquiera buscarlo. Destruí su vida.
Bo y toda la corona aplaudió, y me eligieron como el próximo Santa en la lista de los Santa. "¡Esto no es lo que quiero!", exclamé fuerte. Nadie pareció escucharme. Con el tiempo, tomé la decisión de pensar en que, quizá, era solo el destino... pero me di cuenta de que no.
De alguna forma, descubrí lo que había ocurrido. Todo era un engaño. Todo había sido una farsa para arruinar a Mico. Descubrí la verdad detrás de los ojos blancos y fríos de Bo.
Él arregló cada entrenamiento. Él arregló cada prueba. Él manipuló y controló todo para hacerle creer a Mico que era un auténtico fracasado, un inútil, un fraude para ser un Santa. Y convencer a todos de que yo era mejor, pero lo cierto, es que yo solamente fui el chivo expiatorio del plan maestro de Bo, solamente su cordero para seguir manipulando él mismo al Santa actual. Él sabía que Mico no se dejaría controlar, pero yo sí. Bo solo buscaba seguir siendo Santa desde las sombras, después de que pasara su turno de ser el Santa del momento.
Él quiso usarme, pero cuando me enteré de la verdad, me alejé de él. Jamás lo volví a ver. No hasta ese fatídico momento...
Sabía que Mico debía saber la verdad. Sabía que Mico tenía que conocer lo que hicieron. Y estuve a punto de darle su merecido título de Santa Claus que tanto anhelaba.
Pero para ese momento...
El corazón de Mico ya se había congelado.
En cuanto él se enteró de la verdad, tomó justicia por sus propias manos.
Y asesinó a Bo. A sangre fría.
Lo vi con mi propio ojo. Lo vi todo. Él se percató de que estaba ahí.
Pude ver, desde la lejanía, bajo la luna y la nieve cayendo sobre el bosque invernal, cómo el cuerpo de mi amigo mono se pintaba de verde, al igual que su traje. Cómo sus garras se agrandaban, cómo sus colmillos sobresalían. Cómo la sangre adoptaba un rojo infernal, logrando así que aquel líquido de las venas de Bo, en su ropa, se resaltara todavía más.
Esa noche, fue la noche en la que, junto a Bo, Mico murió.
Mi amigo fue asesinado. Mi "maestro" también.
Y de aquel incidente, solamente quedaron dos cosas; mis recuerdos, y GROUCH.
Un monstruo sediento de venganza por lo que hicieron de su vida. Una insaciable bestia que, dejando atrás su sueño de traer paz y alegría, MAGIA al mundo real, se encarga de, todas las noches navideñas, sembrar el CAOS y la DESTRUCCIÓN a donde sea que vaya.
Asustando niños, provocando accidentes, arruinando cenas navideñas por discusiones en familia... TODAS las cosas miserables, TODAS las agonías y angustias de Navidad. TODAS, de alguna u otra forma, son causadas por ÉL. TODAS... son culpa de GROUCH.
Y me deja pensando, porque algún día quizá fuimos compañeros y mejores amigos, pero el destino parece haber querido que seamos enemigos. Y mientras él me odie y quiera verme muerto... tal vez no haya otra alternativa que pasar el resto de mis Navidades luchando contra él. Deteniendo sus planes malvados.
Porque él comete un fatal error del que no se da cuenta, y es que, si tan solo él supiera que, realmente, es MÁS FUERTE que yo. ES MEJOR QUE YO EN TODO... Bo le hizo creer lo contrario, pero si él supiera eso... si él realmente tuviera en mente la fuerza que trae en su interior... tal vez no estaría aquí contando esta historia.
Pero Grouch no confía en sí mismo. Grouch no sabe que puede vencerme si quiere. Y tal vez, solo TAL VEZ, la verdadera herramienta para ganarle todas las veces que me enfrento a él, siempre ha sido esa... esa voz...
el propio enemigo que GROUCH lleva en su interior; la voz de MICO.
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La voz de Santa se apagó al instante. El recuerdo de la sonrisa de Mico resonaba en su memoria, entre las paredes de su mente, ahí podía verlo, escucharlo reír. Era un recuerdo muy, muy bonito.
Bonnie: Waos.
Janet: No... No tenía idea de todo eso.
Santa: Sí... -Ahora que había terminado de narrar y de recordar tanto, su voz volvió a la normalidad- Qui-Quizás... Si yo nunca-ca-ca hubiera aparecido en-n-n este mundo-do...
Janet: ¿Qué díces?
Santa: ¡So-Solo piénsenlo, ni-niñas! Si jamás hu-hubiera aparecido en la-la-la vida de Mico... él hubiera-ra cumplido su sue-e-eño... él se-sería feliz. -Bajó la cabeza-.
Bonnie: Bueno, quizás, ¡pero eso no quiere decir que sea tu culpa, Santa! -El barbudo subió la cabeza apenas escuchó la voz de la niña- ¿Acaso no todo fue un plan maestro por parte de ese malvado otro Santa?
Janet: Ah, es cierto. -Miró al hombre- ¿Bo, verdad? ¿Ese era su nombre? -El contrario asintió con la cabeza-.
Santa: No-No lo sé... -Apartó la mirada- F-Fue su-su culpa, pero... no puedo e-e-evitar sentirme ma-ma-mal por Grouch.
Janet: Yo no me siento mal por él. -Rodó los ojos- Por favor, MATÓ a una persona. Se lo merecía o no, no importa. Él no tiene derecho a decidir quién vive y quién muere. ¿Acaso es una especie de deidad, o algo? ¡No lo creo!
Bonnie: ¡Díselo, Janet, díselo!
Santa: ... Tie-Tienes razón, Ja-Janet. -Se quedó pensativo- E inclu-cluso si me da pena, por-or-orque alguna vez lo conside-deré un amigo... hay que-que detenerlo a-antes de que cau-ause más problemas... má-má-más dolor... -Se levantó de la cama, con el puño en el cielo, decidido-.
Janet: ¡Exacto, así se habla!
Bonnie: ¡Eso es! ¡¡VAMOS A CAZAR MONOS!! -Gritó emocionada-.
Los tres se levantaron y se pusieron en marcha, sintiendo una fuerte sensación heróica en el pecho. No duraría mucho, porque cuando abrieron la puerta...
Soldado: ¿Eh? ¡¡P-Por el ángel oscuro!! ¿Qué hacen ustedes aq-... AGH...!!
Santa no tardó en golpearlo hasta dejarlo inconsciente. Janet y Bonnie miraban la escena, calladas, caminando por al lado del soldado caído, pasado al oscuro pasillo enorme del palacio.
Santa: Bien, e-e-eso bastará. -Carcajeó- ¡A-Ahora andando!
Y una vez más, la familia unía fuerzas para correr por el pasillo, enfrentándose a la oscuridad en la que ahora se metían, caminando por ella cuales sombras en la noche.
Buscaban la sala del trono, donde seguramente encontrarían al temido Grouch. La piel se le tensaba a Janet, que seguía al barbudo Santa por todos lados, guiando el paso como el líder del equipo.
En silencio, se aseguraban de que nadie los viera, hasta que...
Santa: Ups. -Acotó, al escuchar cómo una puerta se abría justo detrás de ellos. Por la puerta, un anciano vestido de cascanueces, con su bombo y su enorme sombrero, los miró pasar como si fuera casa de ellos- ¡Bue-Buenas noches, se-señor! ¡Que-Que mañana es Na-Navidad, eh!
Ya sé quiénes son ustedes. -Contestó el anciano, serio, pero no se mostraba enojado ni amargado-.
Santa: ¿A-Ah, sí? -Las dos chicas se escondieron detrás de él, mientras el cascanueces viejito se acercaba al grupo- ¿N-No le-le-le importaría de-decirnos donde queda la sa-sala del trono?
El anciano se quedó callado por unos segundos. Pestañeó para ver a Santa varias veces. Su vista no le favorecía demasiado.
Sí. Me parece que yo te conozco. -Se quedó pensativo, rascando su barbilla- Hm...
Santa: Bieeee-e-e-e-en... -Apartó la mirada, y comenzó a irse lentamente hacia atrás, intentando escaparse de él-.
Descuiden, no pienso sabotear su misión. -Acotó, lo que dejó un fuerte alivio en el barbudo, que se dio media vuelta para escuchar las palabras del cascanueces- Si de verdad eres quien creo que eres, quizá... deba ayudarte. ¿Tienen una llave para la sala del trono, verdad?
Santa: Uhm... S-Sí.
Espléndido. Solamente sigan su camino derecho por el pasillo. Llegarán a una inmensa puerta. El Señor Grouch estará esperándolos ahí... ¡vayan preparados, solo por las dudas! ¡Je, je! -Carcajeó, las dos chicas se sintieron más cómodas al escuchar al señor- Ustedes hagan lo suyo, yo me encargo del resto. Que el ángel oscuro esté con ustedes.
Santa: Eh, i-igualmente.
Y casi como si fuera un regalo del destino, el cascanueces corrió por el otro extremo del pasillo, cerrando la puerta enorme con llave. Ahora, nadie podría pasar a aquel pasillo, y por tanto, tampoco hacia la sala del trono. Eran solamente ellos contra Grouch, finalmente sería así. Y aunque Santa, ni las niñas, entendían las intenciones del cascanueces, no podían agradecerle más.
Janet: Eso fue raro.
Bonnie: Ese señor olía a pan dulce.
Después de una lenta caminata de preparación, las campanas desde fuera se oían, impacientes por su llegada. La noche estaba en su cúspide, y la luna brillaba más que nunca. Las estrellas los acompañaban, guiándolos por el camino del ángel oscuro.
Cuando enfrentaron a aquella enorme puerta, en su mente lo supieron; había llegado el momento. Bonnie miraba cada detalle de sus alrededores. Janet, sumergida en la oscuridad, deseaba y le pedía a todas sus deidades que las cosas salieran bien. En cuanto a Santa, aunque parecía el más calmado de los tres, la verdad es que estaba nervioso. Este encuentro, por alguna razón, se sentía más personal que nunca.
Santa subió a Bonnie a sus hombros. La niña, con la llave que les había dado la reina de las nieves, se encargó de colocarla para abrir la enorme puerta. Y cuando finalmente la luz de la sala del trono inundaba la inmensa oscuridad del pasillo, la maldad se chocó con la bondad, en su máximo esplendor.
ESTABAN DENTRO.
Un silencio inquietante, el sonido de sus pies abrirse paso por el suelo rebotaba entre las paredes y provocaba un eco enorme en la sala. Miraban a sus costados, estaba todo tan tranquilo.
Bonnie: Hm. Parece que el mono feo no está.
Janet: S-Sí, ya deberíamos i-irnos... -Un fuerte grito las interrumpió-.
Santa: ¡GROUCH! -Exclamó, el eco le ayudó a que su voz resonara todavía más- VINE A BUSCARTE.
Y caminó lentamente hacia el trono. Estaba dado vuelta. Cuando por fin se acercó lo suficiente al enorme asiento de la realeza, algo le llamó la atención... ¿Acaso era eso una garra saliendo desde el costado del respaldo?
Santa: ¡A-Ah! -Retrocedió unos pasos cuando, de repente, efectivamente, una garra verde lo asustó- Ugh. -Unas carcajadas se oyeron del otro lado del trono, y con cautela, el individuo que reía se dio la vuelta, revelando finalmente su verdadero rostro. Familiar, pero aterrador al mismo tiempo-.
... GROUCH.
(Créditos a shenisarts en Twitter)
KJJJ, JE... TÚ.
Santa lo miró directamente a los ojos. El ambiente se volvió pesado, tan pesado como nunca. Ambos tenían tanto dolor y tantos recuerdos juntos, que cada pequeño centímetro de esos recuerdos y ese dolor se mezclaba con la frialdad con la que se hablaban.
Grouch: ¡No te veo desde el año pasado! -Carcajeó, con esa risa de puerco que a veces tenía- Estás más gordito, ¿no? -Lo miró más de cerca- Más barbudo también. ¡Finalmente estás empezando a verte como un verdadero Santa Claus! ¡KJJJJ, JA, JA, JA!
Santa: Chi-Chi-Chistes aparte, Grouch. -Acotó, serio. El contrario lo interrumpió, con una voz burlona y una cara grotesca-.
Grouch: "Chi-Chi-Chistes aparte", bleeeh. Si vas a estornudar o algo, no me estés apuntando a mí, eh. -Sonrió, burlándose del tartamudeo del contrario. Acto seguido, mostró sus colmillos podridos-.
Santa: Cierra el pico. -Por primera vez, dijo una frase completa en la que no tartamudeaba. Grouch se sorprendió, tanto que frunció el ceño al instante-.
Grouch: ¿Qué quieres ahora? ¿No ves que estoy ocupado gobernando MI REINO? -Se recostó en el trono, presumido-.
Santa: ¡Jo, jo, jo! ¿Tu-Tu reino? -Subió la cabeza, confiado- Ni-Ni siquiera tienes una co-corona. -Se quedó pensativo- A-A-Aunque pensándolo bie-bien, a ti te quedaría me-mejor una... TIARA.
Las chicas del fondo comenzaron a reírse junto a Santa. El mono se sintió atacado de verdad, y con el bastón que sostenía en una de sus manos, golpeó el suelo, causando un fuerte estruendo que los haría callar en un santiamén. Acto seguido, Grouch miró a las niñas.
Grouch: Ah, qué decepcionante. ¿No vas a presentármelas? -Sonrió, maldito- ¿Ahora traes a tus niñas al trabajo? ¿En qué clase de padre ASQUEROSO te has convertido, STUART? -Santa lo hizo callar-.
Santa: No me o-obligues a mencionar tu-tu nombre real.
Grouch: ¿Crees que me da miedo escucharlo?
Santa: Te da-dará miedo lo que venga de-después si repites mi nomb-bre otra vez... MICO.
Los dos se miraron a los ojos, manteniendo el contacto visual. Según palabras de Bonnie; "parecía que jugaban a quién pestañea, pierde".
Grouch: ¿QUÉ SE TE PERDIÓ AQUÍ, SANTA? -Preguntó, de mala gana, apretando los dientes-.
Santa: Un trono, ¿lo-lo has visto? -Subió la mirada- Porque-que si lo viste... se-será mejor que lo devue-e-elvas.
Grouch: ... KJJJJ, JA, JA, JA, JA. -Le sonrió. Aquella maniática sonrisa...- ¿Por qué no vuelves a tu trineo y te largas volando de aquí, hombre?
Santa: No-No-No me iré hasta que tú te la-largues, GROUCH. -La tensión entre los dos era atemorizante-.
Grouch: ¿Tú no sabes lo que tengo conmigo, verdad? -Santa se le quedó viendo- LA ESTRELLA OSCURA. La estrella del poder. El poder ABSOLUTO. La estrella que dejó caer el ángel oscuro en este mundo nevado hace cientos y cientos de años, sellándolo de oscuridad. La tengo en MI PODER. -Le sonrió en la cara- Y si no te largas AHORITA, vas a conocer ese poder... EN CARNE PROPIA.
Santa: ¿Crees que-que me dan miedo tu-tus amenazas? Po-Po-Por favor, Grouch. Ya estamos gra-grandes... -Se rió- Hemos hecho esto po-por años...
Grouch: Pero este año será TU ÚLTIMO AÑO.
Santa: ¿Eso cre-crees?
Grouch: No lo creo. -Suspiró- TE LO ASEGURO.
Janet: EJEM... -Se escuchó de repente, llamando la atención de ambos- Solo para aclarar una cosita... ¿están amenazándose o... coqueteándose?
Santa: ¡¿Q-Qu-...?!
Grouch: ¡¿WHA-...?!
Bonnie: Je, iba a preguntar lo mismo. ¡¡CONEXIÓN DE HERMANAS!! -Las dos chocaron los puños-.
Grouch: Qué jovencita irrespetuosa. -Se cruzó de brazos- Conociendo al padre, no me sorprende. -Rodó los ojos-.
Janet: Bueno... estamos buscando a alguien que haga papel de madre... -Le respondió, carcajeando. Su hermanita también se reía junto a ella-.
Santa: ¡¡NI-NIÑAS!!
Grouch: ¡¡NGHH....!! -Gruñó, pegando un enorme salto de su trono, aterrizando justo en frente de la joven- ¿TE CREES MUY GRACIOSA, NIÑITA? -Y las cosas fueron de mal... en peor-.
El mono tomó a Janet del cuello con sus garras. Ahora su suave piel se comenzaba a cortar, dejando fluir la sangre lentamente por pequeñas heridas que se producían en su cuerpo. Grouch sonreía y parecía disfrutarlo, mirando con atención a cada movimiento y cada expresión que hacía la contraria.
Janet: ¡¡A-Agh...!!
Santa: ¡¡JA-JANET!!
Bonnie: ¡¡JANET, NO!! -Estuvo a punto de abalanzarse hacia el mono, pero este tomó su bastón, y la golpeó con fuerza a la pobre niña, que salió disparada para impactar justo donde estaba Santa acercándose. La niña aterrizó bruscamente, y el barbudo cayó rendido en el suelo en un santiamén- ¡Au!
Janet: B-Bonnie-... -Murmuraba, casi asfixiada. Su garganta le dolía muchísimo-.
Grouch: ¿SE RÍEN DE MI ACASO? ¡¿ACASO TE RÍES DE MÍ, IMBÉCIL?! -Le gritó, zarandeando a Janet en el aire, cortando su cuello lentamente. A este punto, unas pocas heridas más podrían causar que la chica se desangrara-.
Las gotas de sangre caían al suelo, manchando no solo los hermosos azulejos de la sala del trono, sino también la verdosa ropa que llevaba Grouch en aquel momento. Su sonrisa se volvía enfermiza cuando sentía la sangre correr frente a sus ojos.
Janet: P-Por... f-f-favo-or... -Se dio media vuelta, con el cuerpo de Janet sostenido solo por su brazo. Le mostró a los otros dos, rendidos en el suelo, la cara agonizante que ponía la cabeza casi púrpura de la muchacha-.
Grouch: Así defenecerán todos y cada uno de ustedes. -Dio una breve pausa- No importa cuánta valentía tengan en sus almas. Yo siempre estaré DOCE PASOS POR DELANTE.
¡¡¡¡KJJJJJ, JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!
... ¿Ah?
¡PLUM!
¡GAAGGH!
El cuerpo de Janet cayó al suelo, pudiendo tomar un enorme respiro mientras su cuello sangraba de a poco. Sus ojos estaban a punto de salirse de sus cuencas. Un enorme mareo la dejó confundida por un momento, pero pudo ver a su salvador. Era nada más, y nada menos que el propio hombre que siempre la salvaba, y que siempre la protegía.
Un fuerte golpe, un poderoso impacto. Santa mandó a volar a Grouch como lo hizo la Navidad pasada. Y cuando el mono aterrizó en el suelo, el robot corrió rápidamente a auxiliar a sus pequeñas.
Santa: ¡¡JA-JANET, BONNIE!! -Con velocidad, tomó a Bonnie, cargándola en su espalda, y se acercó a Janet, que tirada en el suelo, intentaba respirar- Tra-Tranquila, querida. Todo es-es-estará bien...
Janet: Agh...
Bonnie: Au... -Se sostenía la cabeza, abriendo los ojos de a poquito- ¡AY! -Se asustó mucho cuando vio el estado en el que estaba Janet-.
Janet: Tranquila, B-Bon... E-Estoy bien.
Santa se levantó cuando oyó la risa de Grouch hacer eco entre las paredes. Había vuelto a por más. Y no se quedaría conforme hasta asesinarlos a TODOS.
Santa: ¡¿Por qué no-no-no te rindes DE UNA VE-VEZ?! -Exclamó-.
Grouch: KJJJJ, JAJAJAJA. -Carcajeó, maniático- Por favor, STUART... esto acaba de comenzar. -Decía, caminando lentamente hacia su enemigo-.
"Para algunos, soy Grouch; un monstruo sin corazón, el rey del CAOS. Para otros, soy Mico; el mono que se volvió loco por sus sueños rotos y esperanzas olvidadas de DESTRUCCIÓN"
"Pero, en lo más profundo de mi alma cantora, sé muy bien lo que soy..."
"UN VILLANCICO OSCURO"
https://youtu.be/tPwzoZ-e664
(Soundtrack de la escena)
El último verso ha comenzado.
Los dos enemigos a muerte corrieron para enfrentarse. Santa vs Grouch. MICO vs STUART.
Aquellos quienes solían ser amigos, aquellos quienes, en el fondo, se tenían un profundo aprecio, ahora no quedaba más que ODIO, RENCOR, CAOS Y DESTRUCCIÓN en sus vacíos y congelados corazones.
Y esta vez, Grouch no iba de broma. Iba totalmente en serio. Esta vez, estaba decidido a exterminar a aquel Santa. Si él no podía ser el Santa que el destino le prometió que sería, entonces nadie más debería serlo, mucho menos aquel que le ARREBATÓ el título.
El demente mono verde juntó sus dos manos, utilizando sus garras para abrirse camino frente a Santa, que fue atacado, cortando toda su ropa y dejando caer al piso toda la tela resquebrajada.
Santa: ¡¿C-CÓMO TE A-A-ATREVES?! ¡¡ES-ESTE ERA NUE-NUEVO!! -Exclamó, enfurecido-.
Grouch: ¡¡ROMPERÉ TU CABEZA ASÍ COMO ROMPISTE MIS SUEÑOS!! -Le devolvió, y se abalanzó hacia él nuevamente, utilizando sus garras como ataques clave-.
Para su fortuna, Santa era muy escurridizo y veloz, no por nada era el actual Santa del mundo real. El barbudo se movía con velocidad hacia atrás con cada rasguño que Grouch intentaba darle. Era inútil, Santa era más rápido que él. El mono solo podía gruñir.
Santa: ¡¡IN-INTENTA GOLPEARME SI PUEDES, I-IDIOTA!!
Como si fuera por arte de magia, de su gorro navideño, Santa hizo aparecer un saco bordó. Una especie de bolsa que, cuando la lanzó al piso y puso sus manos sobre ella, la bolsa creció y creció, al punto de quedar como un saco enorme que contenía cientos de regalos dentro.
Grouch: Se suponía que ese saco debería ser... ¡¡MÍO!! -Y procedió a atacarlo una vez más, pegando un enorme salto para aterrizar frente a él-.
Antes de siquiera poder aterrizar, Santa tomó dos regalos pequeños de la bolsa, y se los lanzó rápidamente a su enemigo, haciéndolo caer en picada de su gran salto. El suelo estaba fresco para Grouch esta vez.
Grouch: ¡¡M-Maldito...!! -Nuevamente se levantó, y siguió pegando saltos para acercarse con velocidad a su némesis, quien respondía con regalos de su bolsa, algunos hasta llenos de nieve, defendiéndose de los ataques asesinos del malvado mono-.
Mientras los dos enemigos peleaban, Bonnie se encargaba de mantener a Janet resistiendo las heridas. Por primera vez, la hermana pequeña tenía que cuidar de su hermana mayor, lo cual era difícil, pero en un momento tan tenso como este... ¿qué era FÁCIL?
Santa: ¡¡RÍN-RÍNDETE DE UNA VEZ, GROUCH!! ¡¡NO PUE-PUEDES CONTRA MÍ!! -Le gritaba mientras esquivaba sus ataques furiosos- ¡SOY DE-DEMASIADO RÁPIDO! Y TÚ... DE-DE-DEMASIADO LEEEENTOOOO... -Agregó, en tono burlón-.
Grouch: ¡¡CIERRA LA BOCA, INSECTO!! -Finalmente se cansó, y tomó su bastón, con el que golpeó el suelo para crear un fuerte estruendo que haría temblar el suelo de la sala del trono-.
Santa: ¡¡WOWOWOWOOO!! -Se mareó como nunca-.
Grouch: ¡¡YA VEREMOS QUIÉN SE RÍE AL FINAL, BARRIGÓN!! -Con su bastón, se impulsó para saltar lo más alto que pudo. Desde las alturas, le gritaba, delirando como el maniático que podía ser- CUANDO NO HAYA MÁS QUE DESTRUCCIÓN. CUANDO NO HAYA MÁS QUE CAOS. CUANDO EL ÁNGEL OSCURO LLEGUE DE VUELTA, YA NO HABRÁ DÓNDE ESCONDERSE. NI TÚ, NI YO, STUART.
Allí estaba Grouch, flotando en el aire, haciendo una increíble pirueta que parecía de espectáculo. Santa intentaba ponerse de pie, pero el leve terremoto le causaba unas nauseas terribles. Apenas podía distinguir en dónde estaba parado. Cuando quiso darse cuenta... ¡PLUM!
Santa: ¡¡AGH!!
El enorme aterrizaje que pegó Grouch encima del barbudo fue suficiente para golpearlo fuerte en la cabeza, dejándolo todavía más confundido que antes. Aprovechando el impacto, el malvado "monarca" utilizó sus garras una vez más, esta vez rasguñando la cara de Santa, que quedó con las puntas de su barba afeitada.
Santa: ¡¡N-NOOOOO!! ¡MI-MI BARBA! -Gritó, angustiado- ¡TA-TAMBIÉN ERA NUEVA!
Grouch: KJJJJJ, ¡¡AAAAJAJAJAJAJAJA!! -Un golpe pequeñito lo tomó por sorpresa. Detrás suya, la pequeña Bonnie intentaba atacarlo, haciéndole solo cosquilas- Aww, qué ternurita. -Grouch la tomó de los brazos, dejando a Bonnie solo siendo capaz de patalear sin sentido alguno-.
Bonnie: ¡¡SUÉLTAME, M-MALVADO!!
Grouch: KJJJ... ¿Acaso quieres que te MATE como no pude hacer la Navidad pasada, niñita? -Le sonrió, mostrándole los colmillos- Quizá no pueda darte la misma muerte que tenía pensada... pero se me ocurre algo mejor. -Sacó su lengua puntiaguda y aterradora- TE VOY A DEVORAR COMO A UNA BANANA, KJJJJJ, ¡¡JAJAJAJAJA!! -De pronto, dejó de reírse- Eso sonó raro. Como sea... ¡¡KJJJ, AJAJAJAJAJAJA!!
Bonnie: ¡¡NOOOOO, NO, NO, NO, NO!! -Gritaba atemorizada, pidiendo auxilio cuando los dientes de Grouch se acercaban a su cara- ¡¡¡AAAAAHHHHH!!!
¡¡SUÉLTALA, IMBÉCIL!!
Janet se levantó y se encargó de dispararle con uno de los regalos de la bolsa de Santa. Era un regalo grande, por lo que fue suficiente para empujar a Grouch y hacerlo caer al suelo, soltando a la pequeña niña, que salió corriendo despavorida.
Janet: No vuelvas a tocar a mi hermana de nuevo. -Acotó, con el cuello pintado de rojo, pero todavía parada y lista para luchar. Grouch solo pudo sonreír ante su destreza-.
Grouch: JE. -La miró- Eres ruda, niña. -La apuntó con su bastón- TÚ serás la siguiente.
Con velocidad, volvió a utilizar su bastón para impulsarse hasta arriba, flotando en el aire por unos segundos. Janet tomó a Bonnie de la mano y salieron corriendo, intentando escapar del aterrizaje de su enemigo, aunque él las perseguía en el aire.
Cuando llegaron a la pared de la sala, no supieron a dónde ir, y aquel mono aterrador estaba a punto de caer sobre ellas dos para atacarlas nuevamente. Con una sonrisa maniática y unas garras filosas, Grouch preparó sus colmillos para masticar, relamiendo su boca con su lengua.
Finalmente aterrizó frente a ellas, teniéndolas acorraladas. Las miró sonriente. Con su bastón en la mano, acotó.
Grouch: Hasta acá llegaron, muchachitas. -Carcajeó- KJJJJJJ, ¡¡UAJAJAJAJAJA!! -De nuevo, otro regalo fue directo a su cabeza, desde detrás- ¡¡YA ESTUVO BIEN CON LOS REGAL-...!! -Otro más le llegó cuando se dio mediavuelta, aunque este le pegó directo en la cara, entrando en su boca y dejándolo mudo hasta que lo escupió- ¡PUAJ! ¡¡ARGGH! ¡¡GRRRRR!!
La hermana mayor aprovechó que el enemigo no estaba mirando, y le pegó una fuerte patada en la espalda, impacto suficiente para tirarlo al suelo, totalmente adolorido.
Santa se reunió con sus dos compañeras de equipo, y una vez los tres estaban frente al caído mono con el dolor inmenso en su espalda, lo miraron desde arriba.
Janet: Ríndete. No tienes amigos que te vengan a salvar. -Le dijo, seria-.
Grouch: Pff, ¿AMIGOS? ¡¡No necesito amigos!! -De su sombrero navideño verde, sacó un ARMA SECRETA- ¡¡TENGO PAN DULCE!! ¡¡KJJJJ, UAJAJAJAJAJAJ!!
El mono, preso de su locura, mordisqueó rápidamente el postre y se terminó el pan dulce en tiempo récord. Después, borró la sonrisa de su cara, y miró hacia arriba a sus enemigos.
Grouch: Ya no tengo pan dulce.
Santa: E-E-Eso fue todo, Grouch. -Dijo en voz baja. El mono lo miró, tirado en el suelo, siendo opacado por su sombra... como siempre-.
Grouch: Agh... -Respiró agitado- N-No... -Lo miró a los ojos- ¡P-Por favor, no!
Santa: ¿Eh?
Grouch: ... ¿P-Por qué no s-simplemente me dejas... ganar UNA vez? -Bajó la mirada. La oscuridad de la noche bañaba el ambiente-.
Santa: ... ¿De-De qué hablas?
Grouch: ¡¡DE ESTO!! -Miró a su alrededor- ¡¿No te das cuenta?! ¡¡Siempre me has ganado en todo!! ¡¡SIEMPRE!! ¡¡NO ES JUSTO!! -Se quejó- U-Ustedes son tres... Yo no tengo... no tengo a nadie.
Santa se quedó pensativo un momento. Le daba pena, mucha pena su enemigo. Siempre había sido así. No le molestaba derrotarlo, pero... él tenía un punto. Jamás había ganado nada, ni siquiera cuando entrenaban juntos en su juventud.
Lo pensó dos veces, y aun así la corazonada seguía ahí. El barbudo decidió estrechar su mano al mono, un gesto de humildad, bondad y, sobre todo, amistad... y todo lo demás que termine con "dad". (¡¿NAVIDAD?!)
Janet: ¡¿Q-Qué haces?! -Murmuró. Santa la miró, calmado-.
Santa: Grouch... MICO. -El contrario lo dudó por un momento, pero luego miró la mano del contrario- Nos vamos a casa. -El mono sonrió por un leve segundo, y apretó los dedos de Santa con sus garras, ayudándolo a pararse-.
Sin embargo, y como no era muy difícil de imaginar, a Grouch no le importaba nada de todas esas cosas que terminaban con "dad", mucho menos la amistad, o la Navidad. Las garras de su otra mano fueron DIRECTAS al pecho de Santa, para luego susurrar cerca de él.
Grouch: Tendrás un gran corazón, STUART. -Carcajeó- Pero los grandes corazones cargan a grandes IDIOTAS. -Se levantó y dejó caer al piso a su enemigo- KJJJJ, JAJAJA.
Bonnie: ¡¡NOOO!! -Se acercó al robot junto a su hermana-.
Janet: Ay, no... ¡¡Ay, no!!
Santa: Agh... -Rodó en el suelo para dejar que su herida tomara aire- Debí saberlo...
Janet: Resiste, pa... Y-Ya nos vamos. -Acarició su rostro. Santa parecía cerrar su único ojo, de a momentos-.
Bonnie: ¡¡SANTA, QUÉDATE!!
Grouch: ¡¡Y para el GRAN FINAL...!! -Saltó hacia su trono, para sacar de un cofre un arma muy... especial-.
Entre sus garras, Grouch ahora sostenía una brillante estrella oscura, que emitía colores de todo tipo, hasta los que no existían. Ese era el PODER ABSOLUTO, ese era el FINAL DE LOS TIEMPOS. Y ahora Grouch lo tenía entre sus dedos.
Grouch: Les daré una bonita muerte. -Sonrió, y jugó su última carta, ahora que ya había "ganado"- Saluden a... ¡¡EL PATO ESTELAR!! -... Qué-.
Así como escucharon, desde detrás del trono, un pato apareció. Era un simple pato, amarillito y bonito. Sin embargo, cuando Grouch utilizó la estrella oscura en él... el animal comenzó a crecer, y a crecer, y a crecer todavía más, hasta el punto de ser enorme, casi tanto como la sala del trono misma. Sus plumas se pintaron de un negro oscuro galáctico, y sus ojos, perdidos en la nada, se abrían grandes como él mismo.
Grouch: KJJJJJ, ¡¡JAJAJAJAJA!! -Sentía el poder correr por sus venas- ¡¡DESTRÚYELOS, PATO!!
Sabían que era el final. Sabían que ya no había alternativa. Tanto Janet, como Santa cerraron los ojos, esperando a que el ataque llegara y finalmente defenecieran... si tan solo hubiera una forma de salir de esta.
¡¡ESPERA!!
El pato se frenó de pronto al escuchar la voz chillona que gritó. Grouch paró su risa, confundido por lo que sucedía.
Grouch: ¿Eh?
Bonnie: ¡¡Tú eres mi pato!! -Sonrió, mirando hacia arriba al inmenso animal que se acercaba a ella- ¡¡TÚ ERES EL PATO QUE NO DECÍA CUACK!!
Pato: Así es.
Janet: No puede ser...
Santa: Es-Espera, ¿qué? -Abrió el ojo-.
Bonnie: ¡¡AYÚDANOS, POR FAVOR!! -Exclamó. El pato se quedó pensando- Si nos ayudas, prometo darte de comer todas las camisetas púrpuras con dibujos de camisetas púrpuras dentro de otra camiseta púrpura con un dibujo de un pato llevando una camiseta púrpura... o como sea. -Lo miró con una cara suplicante-.
"Polfabolchito 🥺"
Pato: Hm... -Miró a un lado. Después, volvió a mirarla- ¿Las palabras mágicas?
Bonnie: Ehm... ¿por favor y gracias?
Pato: Las otras.
Bonnie: Ah. -Sacó la lengua- Borrador deidad.
Pato: Borrador deidad.
El pato se dio media vuelta, y comenzó a caminar hacia Grouch.
Grouch: No... puede... ser. -Observó al pato acercarse hacia él- ¡¿Q-QUÉ HACES, IDIOTA?! ¡¡TIENES QUE ATACARLOS A ELLOS, NO A MÍ!! -Comenzó a saltar de la furia, pataleando y zapateando por todo el lugar-.
Pato: Silencio.
Grouch: ¡¿WHA-...?! -Desesperado, trató de escaparse, pero el animal era demasiado grande como para siquiera apartarse de él- ¡¡N-No te me acerques!! ¡¡¡A-A-ALEJATE DE MÍ, BESTIA HORRIBLE!!!
El pato se acercó lo suficiente como para tomar a Grouch con su pico. Ahora lo sostenía con sus dientes desde su ropa, y Grouch dejó caer su bastón en el suelo, para quedar colgando desde las muelas del pato.
Grouch: ¡¡B-BÁJAME!! ¡¡NO, NO, NO, NO!! -¿De verdad iba a perder así? La respuesta era...-.
Bonnie: Sí, parece que lo vencimos. -Miró a su hermana y a Santa-.
Santa: Y yo que-que todavía quería ha-hacerme el muerto para darle má-má-más drama al asunto...
Janet: Me asustaste. -Se cruzó de brazos-.
Grouch: ¡¡ESTO NO ACABARÁ ASÍ!! ¡¡GROUCH VOLVERÁ, EL PRÓXIMO AÑO!! ¡¡¡SE LOS ASEGURÓ!!! -Exclamaba- ¡¡SANTA LO SABE, ÉL VENDRÁ!! ¡¡EL ÁNGEL OSCURO VENDRÁ!! ¡¡Y-Y NOS MATARÁ A TODOS!! ¡¡KJJJJ, JAJAJAJA!! ¡¿E-ESCUCHARON?! ¡¡A TODOS, NOS VA A MATAR A TODOS!! ¡¡UUAJAJAJAJAJAJ!!
Pato: Vuela alto, macaco. -Y alzando sus alas, rompió la gran ventana de la sala del trono, para así salir volando, llevándose al mono como si se tratara de su hijito, o peor aún... su presa-.
https://youtu.be/-tslGvCIS3Q
(Soundtrack de la escena)
Nada más que el nuevo amanecer ahora se mostraba más allá del horizonte. La noche había cesado, y con lo que quedaba de ella, el pato oscuro volaba junto al demente Grouch, del que se oían todavía las risas maniáticas y los gritos que pegaba, rendido ante los dientes de su propia arma mortal.
Volando en el horizonte, el pato oscuro desapareció, y junto a él, el terror de aquel villancico oscuro también. Santa se levantó con ayuda de sus dos niñas, y Janet le revolvió el cabello a Bonnie, que brillaba con una resplandeciente sonrisa.
Janet: Bien pensado, enana. -Sonrió- ¿Quién lo diría? ¿El pato? Wow.
Santa: Me to-tomo por sorpresa, la ver-verdad. -Miró a Bonnie- Bi-Bien hecho, Bon-Bon. -Chocó los puños con ella-.
Bonnie: Los salvé. -Susurró para sí. Sus ojos brillaron como nunca antes-.
Bajo la luz del amanecer, la familia se abrazaba después de tanto caos y destrucción. El sol chocaba nuevamente con sus navideñas ropas, ahora que salía una vez más.
De repente, la puerta enorme de la sala del trono se abrió de un portazo, dejando entrar a una muchedumbre enorme de gente que los rodeó por completo.
https://youtu.be/8K0npQ--ACw
(Soundtrack de la escena)
Al principio se confundieron, pero después, se dieron cuenta de que se trataba de nada más, y nada menos, que TODOS Y CADA UNO de los amigos que habían hecho en el camino.
Santa: ¡¡A-Amigos!! ¡¡To-Todos están aquí!!
¡Lo lograron! ¡Son nuestros héroes! ¡¡Hurra, hurra!! -Gritaban todos los aldeanos, que habían llegado justo a tiempo para celebrar la gran hazaña de la familia-.
Bonnie: ¡¡Jaja, somos nosotros!! ¡¡Somos héroes, Janet!!
Janet: ¡¡Sí que lo somos!! -Festejó junto a ella, y de repente, comenzaron a encontrarse con caras conocidas entrando a la sala del trono-.
¡¡Lo hicieron!! ¡¡De verdad lo hicieron!! -Exclamaba el querido tronco que habían conocido en la aldea- ¡Sabía que lo lograrían! ¡Sabía que podrían frustrar los planes de Grouch!
Janet: ¡¡Hey, el hombre tronco!!
Bonnie: ¡¡ES TRONQUITOS!! ¡¡HOLAAAAA!!
Santa: Oye-ye, ¿y tú quién e-eres?
¿TÚ quién eres? -Le respondió el tronco, mirándolo de lejitos-.
Santa: Li-Literalmente soy Santa Claus-s-s.
A ese ni lo conozco. -Rodó los ojos, y sonrió de nuevo al ver a las dos chicas, acercándose para abrazarlas- ¡Gran trabajo, jovencitas! ¡Sabía que podía contar con ustedes!
Por otro lado, una persona se acercó a Santa, o debería decir, un objeto inanimado. Se trataba de alguien que el barbudo ni conocía, pero se veía simpático.
Sr. Proyector: ¡SANTA! ¡SOY TU MÁS FIEL ADMIRADOR, HERMANO! -Se acercó para darle la mano. Era un muñeco de nieve con cabeza de proyector. No tenía manos-.
Santa: ¡Ah, g-gracias! -Le respondió, y se quedaron hablando-.
Sr. Proyector: DEBERÍAMOS JUGAR HANDBALL UN DÍA DE ESTOS, HERMANO. O APRENDER LENGUA DE SEÑAS, HERMANO.
Santa: Ya-Ya...
Unos segundos más tarde, otras dos caras conocidas aparecieron frente a las dos chicas.
Sr. Espejo: ¡¡NIÑITAS!! ¡¡USTEDES LO LOGRARON, NO PUEDO CREERLO!! -Decía, casi entre lágrimas- ¡¡ESTOY TAN FELIZ, QUE HASTA REGRESÉ CON MI ESPOSA!!
Sra. Espejo: Yo soy la Sra. Espejo. En mi te puedes reflejar.
Sr. Espejo: ¿NO ES HERMOSA?
Janet: Jeje, bueno, sí-...
Sr. Espejo: DIGAN QUE ES HERMOSA.
Janet: ¡¡LO ES!! ¡Es hermosa...! -Exclamó, casi asustada-.
Bonnie: Es hermosa porque en ella puedo mirar el reflejo de mi hermana. -Acotó. Janet la miró, sorprendida por el comentario- Y sé que mientras su reflejo esté ahí, siempre voy a estar protegida. -Sacó la lengua- Bleeeh.
Janet: Eres una ternurita, ¿lo sabías? -Le pellizcó un cachete. Bonnie simplemente se rió-.
Sr. Espejo: Aww. -Suspiró- El amor de hermanas. Divino tesoro. O algo así era la frase. ¿Verdad, cielo? -Miró a su esposa-.
Sra. Espejo: Yo soy la Sra. Espejo. En mi te puedes reflejar. -La pareja se miró, y se reflejaron el uno al otro, pudiendo mirar el interior del alma de cada uno- TE AMO.
Sr. Espejo: ¡¡PERO YO MÁS!! ¡¡NGAAAAHHH!!
Después de que Santa terminara su charla, otros tres individuos se acercaron para hablar con la familia. Se veían bastante felices, aunque sus rostros siempre estuvieran serios.
Soldado 1: WOW, LO HAN LOGRADO.
Soldado 2: SINCERAMENTE IMPRESIONANTE.
Soldado 1: NI SIQUIERA SOLDADOS COMO NOSOTROS PODRÍAMOS HABER VENCIDO A GROUCH.
Soldado 2: ASÍ ES, ESTAMOS AGRADECIDOS, QUERIDO SANTA.
Santa: Oh, mu-muchachos, no hay de-de-de qué. -Se sintió halagado- Si-Sigan con el bue-buen trabajo.
Soldado 1: ¡¡LO HAREMOS, SEÑOR!!
Soldado 2: ¡¡NO LO DEFRAUDAREMOS!!
Soldado 1: ¡¡CLARO QUE NO!!
Soldado 2: ¡¡NO, NO!! ¡¡DE HECHO, LO HAREMOS SENTIR ORGULLOSO!!
Soldado 1: ¡¡ESO ES, ORGULLOSO!!
Soldado 2: ORGULLOSO DE........ NOSOTROS!!!!!!!!!!!
Soldado 1: SÍ, NOSOTROS.
Soldado 2: SÍ.
Soldado 1: SÍ.
Santa: (Qué su-sujetos más ex-extraños...!!)
Soldado 3: Disculpen, señoritas. -Se acercó a las dos chicas, que lo miraron atentas-.
Janet: Oh, eres tú de nuevo.
Soldado 3: Así es. ¿Por casualidad, recuerdan ustedes mi nombre? -Comenten si recuerdan su nombre-.
Janet: Hm...
Bonnie: ¡¡OH, OH, YO SÍ LO RECUERDO!! ¡¡SÍ, SÍ, LO RECUERDO!! -Gritó, saltando y zapateando en el aire-.
Soldado 3: ¡¿De verdad?!
Bonnie: ¡SÍ! ¡TU NOMBRE ES Fernando Rigoberto™!
Soldado 3/Fernando Rigoberto™: ¡Oh, no puedo creerlo! -Comenzó a llorar lágrimas de felicidad- Niñita... acabas de hacerme el soldado más feliz del mundo. Tan feliz que podría... yo podría... volaaaaAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRR. -Y, como si fuera un fantasma, lentamente salió volando hacia el cielo, desapareciendo de la vista de todos-.
Bonnie: Vuelta alto, Fernando Rigoberto™. Vuelta alto. -Se secó una lágrima brillante-.
Entre la muchedumbre de gente, otros tres individuos llegaron. Una de ellas se abalanzó directamente hacia Janet, abrazándola fuerte como nunca antes a nadie había abrazado. La muchacha reconoció de quién se trataba en un santiamén.
Amber: ¡¡Lo hicieron!! ¡¡Recuperaron el castillo!! ¡¡Y el trono, está a salvo!! -Se separó del abrazo, mirando a su alrededor- ¡No sabes cuánto te agradezco, Janet!
Janet: Pff, je. -Apartó la mirada, algo avergonzada- Bueno, no fue solo trabajo mío. No podría haberlo hecho sin Santa y Bonnie. -Miró cómo Sam y Ash se acercaban para hablar con su hermana y el barbudo-.
Amber: Aun así... Fuiste muy valiente al venir aquí y recuperar mi reino. Siempre te lo agradeceré. -Le sonrió- Además, me ayudaste a descongelar mi corazón. Me ayudaste a... sanar un poco mis heridas, ¿sabes? Creo que algo así no tiene precio.
Janet: Pues no te sientas en deuda. Tú también me ayudaste a comprender un poco lo que me pasaba a mí misma... -Se rascó la nuca- Gracias por eso.
Fue ahí cuando la monarca se percató de las heridas en el cuello de Janet. Eran bastante grandes, y a pesar de todo, su cuerpo pareció resistirlas. Amber se acercó lentamente, y les dio unos leves besitos fríos, que ayudarían a sanarlas para convertirlas en cicatrices, y así sentirse mucho mejor. Después de todo, Janet hizo lo mismo con ella.
La muchacha no pudo hacer más que quedarse congelada en el sitio, totalmente roja, pero con una sensación bonita por toda su piel.
Santa: Así que... ¿vo-volverás a la normalidad? -Miró a Sam-.
Sam: Lo haría, pero... creo que ya me gustó este cuerpo de yeti. Es mucho más abrigado que un cuerpo humano.
Santa: Es re-respetable. -Carcajeó- No tendrás que-que usar ro-ro-ropa nunca más. -Sam abrió los ojos como platos-.
Sam: Podré ser una bestia, pero no un animal. -Colocó las palmas de sus manos juntas, cerrando los ojos, en pose de meditación-.
Santa: Pa-Pa-Paz y amor, hermano-no.
Bonnie: ¿Y qué hay de ti? ¿No estás lleno de vida ahora que todo se resolvió?
Ash: Por favor, quiero morir.
Bonnie: Aish, qué pena.
Un fuerte golpe la aterró de repente, pero no, no fue un golpe hacia la pequeña Bon, tampoco fue un golpe hacia Santa o Janet. El golpe que tiró Sam fue directo hacia la cara de Ash, que entre risas comenzó a festejar, y así el yeti le sacó cada parte de su envoltura, despellejándolo vivo como si fuera un animal.
Ash: ¡¡SIIII, MUERTEEE!! ¡¡DIVINA MUERTE!!
Finalmente el regalo había sido abierto, finalmente Ash había cumplido su sueño, finalmente MURIÓ.
Y como una mariposa, renació nuevamente, mostrando lo que había dentro del regalo. Era increíble, era precioso, era hermoso, era... ¿una piñata?
(Créditos a Scezer_pingrek en Twitter)
Ash: U-Una... ¿U-Una... piñata? -Se quedó totalmente quieto- N-No puede ser...
Sam: Ay, no...
Ash: P-Primero un regalo... Y-Y ahora... ¡¿UNA P-PIÑATA?! -Exclamó- ¡¿P-POR QUÉ LA VIDA NO QUIERE QUE MUERA?! ¡¿POR QUÉ NO PUEDO SER LIBRE?! ¡¿UNA PIÑATA, EN SERIO?!
¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!
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Finalmente había llegado la hora de irse. En el palacio, en aquella sala del trono donde ocurrió la más legendaria de las batallas navideñas, la reina se sentaba en su trono y los tres héroes pasaban al frente, con toda la población mirándolos.
Amber: Y así, yo les otorgo este reconocimiento, por haber salvado a nuestro mundo nevado. -Con el bastón que había dejado caer Grouch en su derrota, tocó los hombros de cada uno de aquellos héroes-.
Pasando primero por la elfo, Janet, la hermosa aventurera. Siguiendo con Bonnie, la fiel acompañante de quien sea que necesite su ayuda. Y terminando con Santa, el más grande de los héroes que el mundo nevado haya podido conocer. Toda la familia unida, todo el equipo completo, se arrodillaba frente a la reina, siendo reconocidos por su logro.
Santa: Gra-Gracias, Su Majestad. -Todos alrededor aplaudieron, era todo una fiesta-.
Amber: Y por su gran esfuerzo, les brindo... -De su ropa, sacó una pluma del pato oscuro que había recolectado cuando este alzó vuelo y la dejó caer- Su boleto de vuelta a casa. Esta pluma será suficiente.
La reina colocó la pluma en la cabeza de Santa, que estaba en medio, y tomando de las manos a sus dos niñas, cerraron los ojos.
Santa: ¿Es-Están listas para regresar a ca-casa, ni-niñas?
Bonnie: Noooo.
Janet: De hecho, no. -Las dos hermanas rieron-.
Bonnie: ... Hagámoslo.
Janet: Seh.
¡¡Adiós, gracias por todo!! ¡¡HÉROES!! -Se llegaba a escuchar desde la muchedumbre. Y cada vez más lejos, mientras sentían un fuerte dolor de cabeza repentino-.
Amber: Pueden volver cuando quieran. Los estaremos esperando. Siempre serán bienvenidos al mundo nevado.
(Créditos a veilyX3 en Twitter)
Una fuerte luz parecía brillar en la oscuridad, y con los ojos cerrados, las voces de todos en aquel lugar se fueron alejando cada vez más y más, hasta el punto de ser irreconocibles.
De pronto, parecía que los tres estaban tomados de las manos, en un vacío inmenso, y más allá de la oscuridad, pudieron finalmente abrir los ojos.
Olía a muerto ahí dentro.
.
.
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La adolescente abrió los ojos, parpadeando más de una vez. Frente a ella, nada más que oscuridad. Estaba atrapada en un lugar desconocido, y cuando quiso mirar a su alrededor, el vacío se la había tragado.
Janet: Ay, no... Ay, no, no, no... ¡¿Bonnie?! -Gritó-.
Bonnie: ¿Eh? ¿Q-Qué? -Escuchó de repente la voz de su hermana-.
Janet: ¿Ah? ¿Estás ahí? -Tocó la cara de Bonnie-.
Bonnie: ¿Qué haces?
Janet: Bon, la oscuridad nos devoró.
Bonnie: ¡¿QUÉ?!
Janet: ¡¡AAAAHHH!! -Y de repente, una luz inmensa las cegó-.
Era luz solar que, de repente, llegaba a sus ojos, dejándolas calladas y quietas cuando vieron aquella silueta en la puerta que parecía pintarse frente a ellas, sobre las escaleras.
Stu: ¿Ni-Niñas? -Se quedó extrañado- ¿Qué ha-hacen aquí? ¿Durmieron en-en-en el sótano?
Las dos hermanas se miraron a los ojos. ¿Qué? ¿El sótano?
Stu prendió la luz. La oscuridad finalmente cesó. Ahora, las dos chicas pudieron ver cómo llevaban sus pijamas puestos, y alrededor, por todo el sótano, se encontraban varios adornos navideños antigüos sin utilizar, de años pasados.
La estufa del sótano estaba apagada, pero encima de ella, una caja con un juguete de un mono con un gorro navideño encima reposaban con tranquilidad. Por el suelo, variedad de objetos inanimados se lograban ver, como proyectores, espejos, soldados de juguete e incluso postales de Navidad con dibujos brillantes de aldeas acarameladas.
A Janet le llamó la atención, sobre todo, aquella tiara de princesa que había quedado guardada en el sótano desde que ella era pequeña. Todo comenzaba a... encajar, de alguna manera.
Bonnie: E-Espera... ¿fue todo un sueño? -Miró a Janet-.
Janet: ... ¿Siquiera podríamos haber tenido el mismo sueño?
Stu: Aww, ¿so-soñaron lo mismo? -Sonrió, sintiendo un amor inmenso por ambas- Son ta-ta-tan tiernas.
Bonnie: ¿Conexión de hermanas?
Janet: Seh, supongo. -Le sonrió- Conexión de hermanas.
Bonnie: ¡Waaaoossss!
Stu: Ah, cier-cierto. ¡Fe-Fe-Feliz Na-Navidad, mis queridas-das chiquillas! -Exclamó, forzando su voz más grave para sonar como Santa Claus- ¡¡Vengan a abrir sus re-regalos!! ¡¡Jo, jo, jo!!
La más pequeña se levantó de un salto enorme, corriendo hacia las escaleras como si no hubiera un mañana. Janet, más tranquila, caminó detrás de ella, dándole un último vistazo a aquel oscuro sótano. Como si se estuviera despidiendo, se frenó por unos segundos.
Stu: ¿Ja-Janet, vienes? -La chica volteó a mirarlo-.
Janet: ... -Una sonrisa se pintó en su rostro- Claro.
https://youtu.be/T6UfG77Bwpo
(Soundtrack de la escena)
La mañana navideña pintaba las paredes de la casa. Nieve por fuera, calidez por dentro. Igual que en su corazón, Janet se sentía mucho mejor. Ya no tenía esa sensación de tristeza y angustia como el día anterior. Ya no más.
Llegó a la sala de estar. Ahí ya estaba Bonnie, revolviendo entre todos los regalos debajo del árbol. Stu la miraba, con una sonrisa en su rostro. Cuando la mayor llegó, se puso a su lado, solamente para que su padre la mirara de reojo, y le diera un empujoncito en dirección al árbol.
Stu: Sa-Santa llegó para ti ta-también, querida. -Janet se quedó perpleja, ¿acaso tenía un regalo ella también?-.
Janet: ¿E-En serio?
Stu: Ve a averi-riguarlo.
La chica lentamente se dio vuelta. Su hermanita sostenía un regalo entre sus manos. Era bastante grande, una caja grandota. El envoltorio estaba cuidadosamente colocado alrededor, y en la etiqueta, se podía leer...
Bonnie: "De: Santa, para: ..." -Le costó un poco leer- "¿Janet y Bonnie?"
Janet: ¿Ambas?
Bonnie: ¡Eso dice! -Subió la cabeza hacia su hermana, moviendo su mano en gesto de que se acercara-.
Finalmente ahí estaban, las dos hermanas, una al lado de la otra. Todos los recuerdos de la noche anterior revoloteaban por sus cabecitas, y por si fuera poco, se sentían nerviosas todavía por todo lo que había ocurrido.
Santa, Grouch, Amber... todos aquellos nombres... ¿realmente habían existido? ¿O era todo una especie de sueño colectivo extraño? Quizá jamás lo sabrían, pero sabían que, a pesar de todo, mientras estén juntas, las cosas estarían bien. Se tenían la una a la otra, y si pudieron derrotar juntas de verdad a un maniático mono verde, podrían derrotar a lo que sea, incluso el dolor de un corazón roto, ¡JA!
Janet: ¿Qué esperas? ¡Ábrelo!
Bonnie: Dice que es para las dos. -La miró de reojo, con una sonrisita- Abrámoslo. Juntas.
Janet sonrió, y no se hicieron esperar más. Las dos se prepararon, y con sus manos y uñas puestas sobre el envoltorio, contaron hasta tres...
Uno...
Dos...
Y... ¡tres!
...
U-Un momento, Bon... ¿estos no son...?
¡¡JANET!! ¡¡NUESTRA ROPA NAVIDEÑA!!
...
¡¿QU-...?!
¡¡CUACK!!
*CLICK*
(Créditos a ZayaPatria)
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FIN.
Santa: ¡JO, JO, JO! ¡¡FE-FE-FE-FE-FELIZ NA-NAVI-VIDAD!!
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Escrito por Rodry346
Dibujo de la portada hecho por Santy_art721
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¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS, Y AÑO NUEVO TAMBIÉN!! ¡¡GRACIAS POR LEER!! :D
-Rod <3
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