El Nuevo Compañero de Mandy

"Mandy odia tanto a Chester como podría hacerlo. Su vida amarga se ve hundida en su hermoso odio, hasta que recibe un mensaje del destino que cambiaría su forma de ver las cosas."

Personajes: Mandy & Chester

Escrito y publicado el 14 de febrero de 2023 (especial San Valentín)

Esta historia NO está conectada con el universo de Orígenes (BSO)

.

.

.

La cena había terminado hace unas pocas horas. Ni siquiera nos dirigimos la palabra, ni siquiera nos vimos a los ojos. Su miseria se quería trepar hasta mi cabello, pero yo no la dejé. No se lo permití, y no pedí disculpas por eso. No tenía por qué hacerlo.

Estaba tan enojada con él, como siempre. Ya era habitual entre nosotros el pelear a cada rato. Las peleas y las discusiones se habían convertido en un tema de todos los días.

En esta tienda de dulces, lo único agrio somos él y yo. Gritándonos el uno al otro como dementes. Mirándonos como si fuéramos enemigos letales, como perro y gato, incluso si estamos juntos desde hace más de diez años.

No quería decir su nombre en el texto, pero es importante relacionar su estúpido rostro con una mezcla de letras asquerosas. CHESTER, mi compañero de toda la vida, el bufón de mi corte, alguien en quien debería confiar, pero sin dudas NO lo hago.

Hemos estado juntos en este dulce reino desde que mi papá lo trajo en esa apestosa caja de chocolates enorme, en la mañana de mi cumpleaños, cuando apenas era una mocosa pequeña. Recuerdo como Chester saltó de pronto, cuando saqué el envoltorio del regalo y la caja se abrió por sí sola. Desde dentro, aquel niñito vestido de bufón apareció en mi vida. Me hizo sacar unas cuantas sonrisas por un corto tiempo, y miles de enfados en el futuro también.

Puede ser divertido a veces, pero cuando se pone tan idiota, termina siendo un imbécil sin control remoto. Una persona tan molesta como siempre lo ha sido. Quizás se note la ira que transmito al hablar sobre él, me disculpo por eso.

La verdad, es doloroso hablar así de una persona a la que considero un "compañero", o "amigo", si me pongo generosa. Pero si el doctor me dijo que debo descargar mi ira de alguna forma antes de explotar mi corazón de menta, entonces voy a expresar mi más honesto odio sobre él. Mi hermoso odio para Chester.

Él ya estaba acostado en su cama cuando me digné a pensar un poco más tranquila en todo lo que había pasado. Roncaba con dulzura, incluso si sonaba fuerte. De pequeña, escucharlo roncar me hacía gracia, ahora solo me mantenía despierta durante las noches. Supongo que servía de despertador.

Habíamos tenido una fuerte pelea hacía unas pocas horas. Él sabe que debo hacer bien mi trabajo, y supongo que él también hace bien el suyo, incluso si a veces le sale demasiado perfecto.

Estábamos en mi tienda de dulces, rodeados de niños pequeños robándose los dulces que caían por doquier. Estaba muy cansada en ese momento, había dormido mal, mi ropa estaba más ajustada de lo normal, y lo peor de todo; ese imbécil no paraba de hacer chistes sobre mis grandes ojeras bajo mis cuencas. Sí, Chester, como si no fuera TU culpa.

Risas iban y venían, y si bien ayudaba a que los clientes se sintieran más en confianza con él y el lugar, no le importaba dejarme en ridículo delante de todos. Me sentía como una inútil. Apoyé mi cabeza sobre mi brazo, y cerré los ojos lentamente, reconciliando el sueño que se me había perdido la noche anterior, exactamente a las tres y media de la mañana, cuando al payasito se le ocurrió comenzar a roncar.

No crean que no pensé en separar nuestras habitaciones, es el deseo de toda reina de Candyland. Pero la vez que lo hice, se quedó llorando en la puerta de la habitación durante toda la noche hasta que le abrí para que entrara. Y no, no éramos niños. Eso pasó el año pasado.
Él siempre dice que somos como hermanos, yo diría que somos más como... "dueña con su mascota". Chester es como un perro, la única diferencia es que no me da ningún tipo de ternura.

Exactamente así me quedé por un rato, pensando en estupideces sin sentido que me hacían dormir de a poco. Fue ahí cuando sentí esa horrorosa sensación helada que me abrazó por la espalda, recorriendo todo mi cuerpo hasta que abrí los ojos y vi al idiota vestido de bufón, con un balde de agua fría entre sus manos, riéndose como si fuera la escena más graciosa que había visto en toda su vida.

¡¡HIJO DE TU...!! -Fue lo único que pude gritar, mis instintos de fiera rabiosa me permitieron decir toda la frase completa. Una frase que duró exactamente quince segundos. Ya se la pueden imaginar, pero no me apetece escribir todo-.

Su risa se intensificó cuando manoteé mi bastón de caramelo y se lo apunté directo a la cabeza. Fue ahí cuando YO me reí, y le disparé un tatequieto lanzado con dirección a su cráneo. Su gorro quedó quemado y casi destruido.

Lo que vino después se volvió un poco borroso, pero para él, probablemente se sintió como estar desfilando con el propio demonio. Sí, eso éramos, dos idiotas en desfile, compitiendo por ver quién se reía último.

Me enojé tanto por las cosas que dijo... Me dolieron, en realidad.
Parecía que la broma se había terminado cuando borró su sonrisa y apretó sus puños para mirarme de frente. Los dos estábamos furiosos, como dos titanes luchando en el castillo real.

La escena me dejó una sensación agria en la boca. Para mí, él no era más que un imbécil inútil que se la pasaba molestándome y molestando a los demás. Le dije que no servía para nada y que su vida valía lo mismo que la de un insecto. Quizás me pasé un poco con eso, pero no sentí el mismo dolor que el suyo hasta que pronunció esa única palabra que se disparó hasta mi corazón.

"No quiero volver a verte nunca más". Sí, quizás les parecerá simple y tonto, pero a mí me destruyó por completo. Él nunca se había animado a decirme algo así. Hay una clara diferencia entre los insultos, liderados por la adrenalina del momento, que un "no quiero volver a verte", una frase que se mantuvo en mi cabeza, y probablemente en la suya también, por mucho tiempo.

¿De verdad no quería volver a verme? Bueno, pues yo tampoco quería volver a verlo. Es más, si desapareciera de mi vista ahora mismo, sería el mejor día de mi vida. No ha hecho más que traerme problemas y dolor desde que lo conocí. Por ÉL soy la persona que soy ahora, una reina enfurecida y agotada de su vida.

Chester ya se había dormido para cuando yo me acurruqué entre mis frazadas rosadas. Al lado de mi cama, la suya parecía la cuna de un bebé, o la casita de un perro. Roncaba, pero esta vez más despacio que de costumbre. Yo sabía que sería otra noche sin dormir, así que ni siquiera intenté cerrar los ojos y terminar mirando al techo por seis horas seguidas hasta que los pájaros comenzaran a gritar el nombre de Dios por la ventana y yo les conteste con un insulto de gratis.

Gracias a las estrellas ya soy rica, porque si fuera pobre, probablemente solo vendería mis insultos y enfados a la gente, y así me volvería millonaria otra vez...
Perdón, fue un pensamiento fugaz.

Como sabía que esa noche ya estaba perdida y vería al sol saludarme una vez más, decidí prender mi computadora. Era una de esas portátiles, laptop, como quieran llamarla. La tenía desde hace tiempo, le faltaban un par de teclas. Adivinen quién fue el imbécil que saltó en mi cama para molestarme, sin darse cuenta de que la computadora estaba debajo de las sábanas. Sí... ¿ya entienden lo que siento por él?

Decidí perderme navegando entre las redes del Internet. Buscando algo interesante en las redes sociales, mirando algún que otro video... Vamos, lo que pasa cada noche, básicamente. Pero esta vez, el destino me mostró algo distinto, algo que me llamó mucho la atención. El algoritmo me había bendecido y la vida me sonreía después de tantos años. Un aviso anónimo en uno de los foros que me gustaba visitar. Lo leí atentamente, y mi corazón volvió a palpitar después de una muerte súbita.

"SE BUSCA COMPAÑERA DE CUARTO."

"Si te gustan los bombones de chocolate, y quedarte hasta tarde viendo videos en YouTube en la oscuridad..."
"Si te disgustan los farsantes y las mentiras, o si te apasionan las canciones de Arctic Monkeys..."
"Si tienes una rutina de bañarte dos días seguidos y dos días no..."
"Entonces, hey, yo soy el chico que buscabas :D"
"Escríbeme y escapémonos juntos!!"
"Atte: Anónimo."

Sinceramente, no supe cómo reaccionar. Sonaba como el mensaje que TODA mi vida había estado esperando, y ni siquiera lo sabía. Era mi verdadera oportunidad, la única chance que tenía de deshacerme de la Mandy que no me gustaba de mí misma.

Estaba emocionada otra vez en mi vida, y casi tropiezo mis propias manos por responder ese mensaje. Justo fue ese momento en el que Chester roncó más fuerte de repente. Lo miré fijamente, y no se los voy a negar, me sentía como una mala persona por pensar en reemplazarlo, ¡pero por favor! Él no hacía nada más que reírse de aquí a allá, haciendo estupideces y molestándome a cada rato. No podía decirle que no a una oportunidad tan perfecta en la vida, así que preparé mis dedos y toqué la primera tecla con mi índice.

"SÍ. Me gustan los bombones de chocolate. Me encanta quedarme hasta tarde en la oscuridad, aunque si es con películas, mucho mejor"
"Detesto a los farsantes, y me vuelvo loca con las canciones de Arctic Monkeys"
"No soy tanto de bañarme dos días seguidos, prefiero hacer la rutina de un día sí y un día no"
"Necesito conocerte pronto. Mañana por la noche en el parque de dulces, si te interesa. Podemos escaparnos juntos."
"Atte: ¡la chica que estabas buscando <3!"

Soné como la última poeta, lo sé. Y sí, me desesperé un poquito, también lo sé. Pero no pueden juzgarme, fue el mensaje más honesto y alegre que había mandado en MUUUCHO tiempo.

Mi vida se había vuelto amarga desde que Chester apareció. Me dolía verlo triste, pero él mismo dijo que no quería volver a verme nunca más, ¿qué problema habría en cumplirle su sueño? Necesitaba a alguien distinto en mi vida, y ese alguien ya había sido localizado.

Estaba sonriendo, sonrojada por la emoción. Cerré la laptop casi al instante y la dejé en el suelo, nada más que para ahogar un grito de entusiasmo bajo la almohada. El ronquido de Chester me dio la luz verde. Cerré los ojos con alegría, y caí dormida sin siquiera darme cuenta. Estaba tan excitada por la idea, que mi mente no pudo controlarlo. Mi corazón se desplomó de ternura, ese hombre era el que había estado buscando toda mi vida, ¿y qué si lo conocía por un texto en Internet? Seguía siendo especial.

Recuerdo que soñé con el encuentro. No estaba segura de tener un novio, pero tampoco lo veía así por completo. Ya ni siquiera me importaba del todo llegar a algo más con alguien, lo único que quería era conocer a alguien distinto que pudiera hacerme sentir diferente. Ya saben, algo sincero, una persona que pueda tratarme de una manera que ni yo pueda imaginar. Ese "alguien" estaba a pocos pixeles de mi vida. Sale lo viejo, entra lo nuevo.

Así que, al día siguiente, no pude estar más feliz al despertar. Se sintió como el mejor día de mi vida, la expectativa crecía conforme pasaban los segundos, y Chester no paraba de mirarme confundido. Se ve que estaba acostumbrado a verme enojada, pero yo no podía ni aparentarlo, estaba tan feliz...

La mañana se hizo polvo y la tarde se desvaneció para oscurecer pronto. Me preparé en mi cuarto por una hora y media seguida. Quería verme bien, pero lo único que necesitaba para verme perfecta era esa sonrisa, la que logré conseguir con la fuerte alegría en mi corazón.

La mirada que Chester puso antes de irme era bonita. No parecía verme con esos ojos de siempre, con el mismo odio de siempre, ni con la misma maldad de siempre. Estaba tranquilo, y me despedí de él, como si fuera la última noche en la que fuéramos a vernos.

En el camino, pensaba en cómo se vería aquel chico. ¿Tendría cabello largo? ¿Una larga lengua? ¿De qué color serían sus ojos? ¿Qué tan alto sería? ¿Cómo sería su olor? ¿Qué tan bonita sería su sonrisa?
Eso último me hizo sentir algo en el pecho. Me imaginé su sonrisa. Era hermosa. Sonreí yo también, y llegué al parque una vez había caído el sol.

Sentada en un banco de dos, esperé diez, veinte minutos... media hora. Nadie vino. Pensé que me habían dejado plantada, o quizás que mi mensaje no había sido recibido. Tal vez ese chico ni siquiera existía... Tal vez lo había SOÑADO...

Pero no, vi una silueta caminar directo hacia mi en la oscuridad, lentamente, manteniendo el ritmo en su caminata. Me tragué mis nervios y los guardé en mi corazón. Cerré los ojos para encuadrar esa hermosa expectativa que me había creado, y cuando escuché como los pasos del chico se detenían, quise abrir los ojos.

Lo primero que observé fue su sonrisa. Era bonita. Era preciosa. Era... familiar.
Reconocí esa curva en su rostro como si la conociera de toda la vida. El contrario me miró desde arriba, y acotó.

"Aw, eres tú..." -Dijo con cierta tristeza, pero asombro al mismo tiempo-.

Miré hacia arriba, y en sus ojos me reencontré con esa traviesa y tortuosa mirada que me congeló.

Era Chester, vestido con una mejor ropa de la que estaba acostumbrada a verlo. Ambos comprendimos al instante lo que había ocurrido, y no pudimos evitar vernos a los ojos y reírnos al respecto. No había tal chico, no había ningún anónimo... era solo él y su estúpido dulce rostro.

La desilusión de parte de los dos era tanta, que pronto se convirtió en un abrazo de consuelo. Me levanté del banco y entregué mis brazos hacia él.

"Lo siento" -Agregó él en voz baja mientras nos abrazábamos. Yo dejé caer una lágrima atrevida y le contesté-.

¿Estás bromeando? N-Nunca lo supe... -Me reí-.

¿Qué cosa? -Se confundió-.

Que te gustaban los bombones de chocolate, y quedarte hasta tarde viendo videos y películas en la oscuridad. -Apreté mis puños contra su ropa incluso más-.

Tampoco sabía que detestabas a los farsantes. Supongo que ahora me detestas. -Me devolvió una carcajada-.

No mientras te apasionen los Arctic Monkeys tanto como a mí. -Fue lo único que pude responder-.

Es lo que ocurrió aquella noche, lo recuerdo con cierto cariño, un cariño extraño. Jamás pensé que volvería a querer a alguien a quien odiaba tanto. Después de abrazarnos bien fuerte, un abrazo sincero que nos debíamos desde los diez años, Chester me tomó de la mano y comenzamos a caminar juntos en la oscuridad, camino a casa.

No sabía que tenías esa rutina rara de baño. -Le dije-.

Cállate, mugrienta. -Me contestó. Al principio me hizo enojar, pero de tantos insultos que nos hemos regalado durante la vida, realmente este se sintió más gracioso que indignante. Decidí echarme una risa y darle un golpe en el brazo, el cual nos fuimos devolviendo hasta que me dijo que le dolía. Normalmente lo seguiría golpeando de todas maneras, pero esta vez lo dijo de forma adorable. Cada vez era más parecido a un perro, jaja-.

Finalmente llegamos a casa. Era raro llevarme bien con él después de tanto tiempo, pero habíamos estado todo el camino hablando de las cosas que nos gustaban, y no éramos tan distintos, después de todo. Me confesó que le gustaba hacerme bromas pesadas porque le agradaba tener mi atención. Yo le confesé que, en el fondo, no me molestaban tanto sus bromas.

Una vez se encerró en el cuarto y prendió la televisión, yo llevé unos bombones de chocolate a nuestra habitación. Compartimos la caja en la oscuridad mientras veíamos los propios videos malísimos que Chester subía a su canal de YouTube. "BROMA A MI COMPAÑERA (TERMINA CON DISPARO EN LA CABEZA)" era el título del video más reciente.

Me reí por un momento, y cerré los ojos. Me sentía bien de nuevo, y ni siquiera hizo falta un cambio drástico. Quizás la persona que había estado buscando toda mi vida había estado siempre a mi lado, pero jamás me había dado cuenta. Su sonrisa ya no era asquerosa, se había convertido en algo más amigable y tierno.

Es obvio que Chester siguió con sus bromas, y yo con mis enojos característicos, pero... Ya no era tan doloroso como antes. Con solo saber que más tarde estaríamos comiendo chocolates y charlando de las estupideces que nos gustaban, realmente el enojo se hacía más fácil de tolerar.

Y ahora que terminé de escribir esto... Chester, por favor, sé que estás espiándome desde tu cama debajo de las sábanas.

¡¿PODRÍAS DEJAR DE ESPIAR TODO LO QUE HAGO EN LA MALDITA COMPUTADORA?! GRACIAS <3

FIN.

.

.

.

Escrito por Rodry346

Si te gustó y quieres más microfics, dejame un voto y un comentario, se aprecia mucho <3

Sígueme en Wattpad, echale un vistazo a mis otras historias, y no olvides guardar MICROFIC en tu biblioteca ^^

Checa mi Twitter y Kofi, los links están en la biografía de mi perfil :D cualquier ayuda se aprecia!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top