Ruta del espacio

El cuerpo de forma regular y escondido bajo la tierra marciana aguardaba los vientos de la tarde mientras que, por la mañana, recibía el viento radiante del Sol. Era de un metaloide aún desconocido por muchos y resistía los picoteos del láser minero en el vacío de Marte.

Un cuerpo de toberas abrasadoras atravesaba constante pero lentamente el espacio por donde dejaba su marcada luz de materia atomizada por motores iónicos.
En el frente del cuerpo, bien llamado "nave", los ojos oscuros del capitán Tesher esperaban avistar por el rabillo una mancha inusual en el fondo del espacio. Una mancha flotante que poco a poco se iría ampliando hasta estar frente suyo, lo suficiente como para notar que allí habitaban personas, y, claro, cuidando de que la nave no aterrizara sobre la barrera de hiperfuerza que rodeaba una atmósfera cálida. Era quizás el mayor peligro de viajar al espacio en una nave de veinte mil millones.
Tesher tomó nota de la revisión del vehículo a conciencia, siempre con ayuda de la tripulación; dos astronautas y dos robots, éstos últimos diferenciados con nombres reparando en sus siglas de código.
El capitán volvió al módulo de descanso en que el hábitat centrífugo proporcionaba gravedad cómoda, dependiendo su grado de a donde se dirigían. Allí se encontraban Iris y su compañero Ernesto Rimbro con la barba mojada de café. Rimbro habló con rapidez hacia el capitán, quien atravesó la misma sala hasta coger asiento en un sofá blanco con vista a la negrura.
-Capitán-dijo-,hablábamos sobre el final del viaje con Iris. Al parecer una segunda nave puede interferir con nuestro rumbo.
-¿Una segunda nave en órbita baja?
-Así es.
-¿Tripulada?
-No, cada que enviamos un mensaje lo repite. Así que debe ser automática.
-Busca otra forma de acoplar. Si bloquea nuestra trayectoria, eso consumirá más combustible para recoger el paquete.
-Sí, hablando de eso...-Rimbro hizo una pausa-. Quizás haya que posponer la entrega. KIT dice que el plan no funcionará, no con esa nave de extracción en nuestro camino.
-¿Y qué extrae?-preguntó el capitán.
-Hielo, toneladas por minuto. Lo cual me sorprende tratándose de Marte.
-Para qué querrán hielo...
-¿No se ha enterado, capitán? Lo usan para abastecer de agua al cinturones asteroides y a...
-Bueno, el cinturón de asteroides está más o menos poblado pero no lo suficiente.
-Hay otra colonia a la que abastecer. Deimos.
-¿Para qué quiere Deimos agua?
-Si no usáramos motores iónicos para movernos, usaríamos agua como masa de reacción. Y ellos la usan para beber y hacer combustible.
El capitán Tesher volteó la mirada hacia el fondo de la sala de estar. Iris había quedado dormida en el sofá de dos cojines con un libro de notas colgando en la mano. Tesher se fijó en ello. Rimbro volvió a iniciar la conversación con el capitán.
-Bueno, no tienen mala tecnología comparada con la de nosotros.
-Ellos tienen un campo de energía. Es bastante avanzado diría yo. ¿Y qué ha estado haciendo Iris?
-Hiperfuerza, se llama así... Oh, ¿Iris? Pues estuvo trabajando en las antenas y en estabilizar la corriente que iba al motor. Ha quedado rendida luego de eso. Y yo estuve reparando a KIT.

Las alas solares de la nave se escondieron dentro de ranuras en un cilindro rotatorio de varios metros. Los motores iónicos aún dejaban atrás la estela azul brillante que expulsaba argón encendido, luego la totalidad de la nave descendió poco a poco, yendo en línea recta más que en trayectoria balística.
Iris despertó en la sala del módulo centrífugo. KIT estaba frente a ella, JANE observando por la ventana triangular que mostraba el exterior y el comandante en el segmento de pilotaje con Rimbro. Ambos avistaron el punto blanco lejano que representaba la luna más pequeña de Marte.
Una mancha representaba al pequeño Deimos. En su superficie se asentaban los bordes fluctuantes de la barrera, separando el espacio vacío del exterior del interior que contenía en sí una atmósfera controlada y cálida que se enfriaba mientras más se acercaba uno al borde polvoriento.
Establecieron comunicación con el radiotransmisor de la nave para solicitar un aterrizaje en su superficie.
-Aquí, nave Space Queen. Solicito abordaje y tiempo de esclusa.-la voz lenta de KIT pasó a los altavoces en el interior de la barrera.
La antena del interior giró hasta dar media cara a la nave. La información del viaje, siendo uno bastante legal, recorrió la onda corta hasta llegar a los ordenadores de la base. Pronto la gravedad de los generadores enterrados en el suelo de la luna jalaron hacia el centro de Deimos. La sensación se volvió agradable poco a poco para los humanos dentro de la masa alargada.
Aguardaron en la esclusa de la llamada "Space Queen", un nombre memorable, y se asentó de a poco en la gravedad para descender por la esclusa y atravesar la barrera.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top