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El nuevo reto comienza by CRADLESPECTRUM

Games » Pokémon Rated: T, Spanish, Drama & Romance, Ash K./Satoshi, May/Haruka, Words: 68k+, Favs: 38, Follows: 30, Published: Jul 3, 2011 Updated: Mar 31, 201366Chapter 8

Recapitulando:

-Si, existe uno, no es muy grande pero podemos ir, ven-

Capitulo 8.- ¿Entiendes lo que sientes?

El joven entrenador dirigió a la castaña hacia el lago de Pueblo Paleta, a pesar de que no era tan grande como otros, era iluminado magníficamente por los últimos rayos de sol, era muy relajante estar ahí. Las personas que visitaban ese lugar, era para pasar tiempo con su pareja, hecho que fue notada por May cuando vio a tantas parejas sentadas a los alrededores, Ash nunca se había dado cuenta de ese detalle, para él, sólo era un lugar muy concurrido pero tranquilo, donde poder pensar sin interrupciones.

-Emmmm... Ash... ¿seguro que quieres estar aquí?- cuestionaba confundida la chica observando el lugar.

-Pues, tú preguntaste si había un lago, y este es el único que hay en Pueblo Paleta- explicaba el entrenador, buscando algún lugar para sentarse, sin notar porque le preguntaba eso -Ahora que lo mencionas, sólo en una ocasión he estado en este lugar- comentaba el entrenador provocando una duda a la chica. Ella sabía que no era normal asistir a ese tipo de sitios sin alguien que lo acompañara.

-En esa ocasión... ¿viniste... con alguien?- se comenzó a sonrojar como, sin embargo en su interior se moría de curiosidad.

-Si, esa vez vine con Misty, fue idea de ella venir, aunque no comprendí muy bien porque necesariamente vinimos a este lugar, a mi parecer, hay mejores cosas que hacer en su ciudad, bueno... yo sólo me conformo con pasear un rato- expresó el azabache, tomando asiento en el pasto, bajo la sombra de un gran árbol. El hecho de que el hubiera venido con Misty mataba de celos a la coordinadora, aunque ella no lo aceptaba ya que aún no confirmaba estar enamorada de Ash pero ya admitía sentir atracción por el.

Después de que el entrenador se sentara, invitó a May a hacer lo mismo, provocando sorpresa en la castaña. Para cualquier chica parecería que Ash estaba siendo muy directo, traerla a un lugar así, y ahora pedirle que se siente junto a el... aunque claro está que el entrenador no tenía malas intenciones. Al final acepto sentarse a su lado.

-Ash, ¿te puedo hacer una pregunta?- decía la chica con una mirada preocupada, a lo que el entrenador asintió - ¿tienes idea del porque están estas personas aquí?- preguntó la castaña, observando que Ash estaba muy tranquilo a pesar de que hubieran muchas parejas alrededor.

-Pues, no lo se, aunque me parece que vienen porque es un lugar muy calmado y pueden hablar sin interrupciones, para eso venimos nosotros- esta respuesta sorprendió a la coordinadora, tal parecía que Ash sabía lo que se viene a hacer a este sitio.

-Entonces también sabes que son entre sí esas personas ¿no?- diciendo esto volteando en dirección contraria al entrenador, evitando verlo a los ojos ya que se sonrojo por la pregunta.

-Pues me imagino que lo mismo que tu y yo, ¿no May?- contestó serenamente el entrenador, volteando a verla con firmeza.

- ¿Qué?... ¿Enserio?... pero... nosotros... tu- balbuceaba como una pequeña bebé, la puso muy nerviosa lo que pregunto el chico.

-Claro, tú y yo somos grandes amigos como ellos- murmuró el joven, acomodándose una vez más en el árbol, dejando confundida a la chica hasta que asimiló lo dicho por el entrenador.

-Que alivio... así que tú crees que todos son amigos, ¿verdad?- decía algo desilusionada pero a la vez contenta por evitar esa situación tan incomoda.

-Pues... si, ¿a que creías que me refería?- cuestionó el azabache para la sorpresa de May.

-No, a nada, olvídalo- explico la chica y volteando en todas direcciones, buscando cambiar de tema -oye Ash, ahora que me doy cuenta ¿porque no traes a Pikachu?- notando que el roedor no se con el entrenador, algo que comúnmente se veía.

-Pues, he viajado con él por 3 regiones sin parar, así que decidí darle un descanso y lo dejé con el Profesor Oak- explicó el entrenador pensativamente -pero... será difícil viajar sin él, es mi mejor amigo- bajando la mirada tristemente; este gesto hizo sentir mal a la chica por su pregunta, pero instintivamente hizo algo...

-Lo siento Ash, no quería hacerte sentir mal- abrazando a Ash fuertemente, en realidad no era para abrazarlo de esa forma, pero May actuó sin pensar, simplemente le dio un abrazo espontaneo.

El abrazo lo extendió la castaña. Ash por su parte no pudo corresponder a ese abrazo, mantenía sus brazos quietos, debido a que... al fin sintió "algo", ese mismo "algo" que le ocurrió en el puerto de Ciudad Carmín, eso que sentía dentro de él, además hacía que se sonrojara. Ahora se encontraba más confundido que la vez pasada. En aquella ocasión creyó que era por que extrañaba a la chica, pero ahora la tenía aferrada a su cuerpo, era imposible que fuera por eso.

-M...Ma...May- no podía articular palabra, al fin el chico estaba ruborizado.

La coordinadora al notar que se estaba exhibiendo demasiado, volvió en sí y soltó al entrenador, poniéndose de pie apresuradamente.

-Yo... lo siento- dijo la castaña igual de roja que el entrenador sin mirarlo a los ojos.

Después de ese suceso, hubo unos minutos de un silencio muy incomodo para ambos, Ash no sabía que era eso que sentía, aunque se dio cuenta que a pesar de que se sentía "raro", no era necesariamente malo, incluso lo disfrutó. May por su parte, no comprendía muy bien cual era su sentimiento por el entrenador, sobre todo por lo que había hecho sólo hace unos segundos, su interior simplemente reaccionó.

-Creo que... lo mejor es que volvamos a casa- comentó el azabache levantándose del pasto. Aun se notaba muy apenado y evitaba mirar fijamente a al chica.

-Si, tienes razón- imitando el gesto que hizo el entrenador, sólo que ella ya se encontraba de pie.

Ambos comenzaron a caminar de regreso a la casa de Ash. Fue la caminata menos placentera para ambos, no se atrevían a dirigirse la palabra, mucho menos una mirada por la pena que sentían con el otro. Al final quisieron deshacerse de sus vergüenzas, pero...

-ASH-MAY- dijeron los dos a la vez, interrumpiéndose mutuamente.

- ¿Qué me quieres decir May?- pregunto el entrenador, confiando en que no tendría que explicar nada sí sólo respondía a lo que preguntara la castaña.

-Primero dime lo que tú me querías decir- respondió rápidamente, para desgracia de Ash.

-Para evitar esta situación, que tal si mejor olvidamos el asunto de hace un momento- riendo nerviosamente con su mano atrás de su cabeza pero levemente sonrojado.

-Si, creo que es lo mejor- contestó la joven, con una sonrisa muy forzada que escondía un poco su nerviosismo.

Finalmente llegaron a casa del entrenador, para ese momento ya había oscurecido el cielo. Era una noche fría, además comenzó una tormenta muy fuerte e incluso se avistaban algunos relámpagos. Para fortuna de los chicos, ya habían entrado a la casa de Ash.

-Mamá, ya volvimos- exclamo el entrenador, entrando por la cocina de donde provenía un olor muy distintivo para el olfato del azabache.

-Que bien que ya volvieron, le preparé una deliciosa cena para compensar la comida- decía Delia amablemente y colocando algunos platillos en la mesa.

- ¡GENIAL!- grito Ash al ver los platillos tomando asiento velozmente, olvidándose de todo asunto.

-Gracias señora Ketchum- comentaba la castaña mientras tomaba asiento para comenzar a cenar.

Fue una cena muy familiar, ya que, lejos de deprimirse por la tormenta, estaban muy felices de compartir la mesa, incluso después de terminar de cenar, se la pasaron por horas contando historias de sus aventuras. Ash contaba aventuras de su viaje por Sinnoh, y May de sus concursos en Johto, en fin... fue una gran noche para los 3.

Alrededor de la media noche, cada uno se fue a una habitación, Ash en su propia recamara y May en la habitación para huéspedes; esta era una habitación pequeña, pero confortable, algo descuidada debido a que en la casa de los Ketchum no solía haber muchas visitas.

El cielo de Pueblo Paleta seguía siendo dominado por relámpagos y gotas de agua, que, después de unas horas, se volvió granizo. Ash dormía cómodamente en su cama, en cambio la castaña estaba aterrada ya que desde muy pequeña le temía a los rayos.

Un tremendo estruendo se escucho en los cielos, provocando un grito muy angustiante por parte de May y luego un crudo llanto. Pero en ese momento alguien tocó la puerta de la habitación de huéspedes.

-May, ¿estas bien?, escuché un grito- decía Ash desde afuera de la habitación. El suele tener el sueño pesado, pero fue casi imposible no despertar con ese grito tan deprimente.

-...Si... Ash estoy... bien- contesto desde adentro de la habitación con una voz quebradiza, pero para su mala suerte un segundo estruendo se escuchó, provocando un otro grito de su parte, aunque esta vez trato huir de la recamara. Corrió hasta la puerta de la habitación, la abrió bruscamente y se lanzo literalmente a los brazos del azabache, quien por poco cae al suelo, pero pudo mantenerse de pie.

-Lo siento Ash, pero odio los rayos- dijo la chica, refugiándose en el pecho del entrenador y con lágrimas que brotaban de sus ojos.

A pesar de que estaba en una situación idéntica a la del lago, por una "extraña razón" en esta ocasión, al entrenador lo mataba ver en ese estado a la chica, e impresionantemente se le ocurrió una buena idea para ayudarla.

-Ven, te ayudare para que puedas descansar- murmuro Ash llevando a su propia habitación a la coordinadora, quien apenas podía reaccionar. Entraron a la habitación y el entrenador recostó en su cama a la joven, él acerco una silla al costado de la cama y tomo asiento.

- ¿Que haces Ash?- pregunto muy intrigada la castaña.

-Esto fue lo único que se me ocurrió, imagino que cuando en Hoenn tenías miedo, ibas con tus padres para no sentirte sola ¿verdad?- comento sonrientemente el azabache, a lo que May algo apenada asintió -Pues para que puedas dormir, me quedare aquí cuidándote, así te sentirás con compañía- explicó el entrenador sonriendo.

-Pero Ash, dormirás muy incomodo sentado, porque no te acuestas- dijo nerviosamente, haciéndose a un lado, dejando espacio para que el entrenador entrara, a sabiendas que no estaba del todo bien que durmieran en la misma cama.

-No lo sé May, creo que mejor me quedo aquí- decía algo sonrojado el chico, recordando como se sintió la ultima vez que estuvo demasiado cerca de la coordinadora.

May acepto esto algo desilusionada. Ash se quedó cuidando a la chica, hasta que unas horas mas tarde se quedo profundamente dormida, viendo esto, el entrenador se acomodo mejor en la silla y se dispuso a dormir. Todo transcurría tranquilamente, hasta que un tercer estruendo aun mayor que los anteriores se escucho en todo Pueblo Paleta, provocando que la chica despertara, se encontraba apunto de gritar, pero, vio al entrenador profundamente dormido en la silla.

-Vaya, cumplió lo que dijo, se quedó dormido hasta que yo lo hice- pensó May, quedándose tontamente mirando al entrenador de pies a cabeza -creo que debe estar muy incomodo al estar durmiendo en esa silla, pero no creo que acepte por las buenas dormir conmigo... a menos que...- se decía la coordinadora, ideando un plan para que Ash decidiera dormir con ella.

Después de idear algo, puso en marcha su plan, comenzó a llorar levemente y aumentaba la intensidad, todo con el fin de despertar al entrenador.

-Mmmm... que pasa May, ¿porque.... lloras?- pregunto el joven, frotando sus ojos, aun medio dormido y dando un gran bostezo.

-Lo lamento Ash, lo que pasa es que... en mi casa cuando tenía miedo, dormía junto a mi mamá- tapando su rostro, para evitar que se diera cuenta que estaba sonrojada.

-Veamos, puedo llamar a mi madre si tú quieres- comento el entrenador y se paraba de la silla torpemente.

- ¡NO!... no la despiertes, no quiero provocarle molestias, ¿crees que... tú puedas dormir aquí?- comentó aun con su rostro tapado, pero, sorpresivamente sintió como la cama se empezaba a mover.

Se destapó la cara y vio al entrenador acomodándose junto a ella, alegrándose mucho la chica. Ash simplemente ansiaba descansar de una buena vez así que pronto se durmió. May al ver que su plan había funcionado, se recostó.

En ese momento, Delia al escuchar voces y ruidos en la habitación de Ash, decidió ir a echar un vistazo para asegurarse que todo estuviera en orden. Se dirigió a la recamara del joven, abrió la puerta y vio a los chicos dormidos, uno al lado del otro. Primeramente se sorprendió mucho, pero después al ver que estaban plácidamente dormidos y... vestidos, su preocupación bajo y se fue a dormir.

En la habitación de Ash, seguían dormidos ambos jóvenes, pero en un simple movimiento, el entrenador se dio la vuelta y abrazo a May como si fuera una almohada, aunque no era con mala intención, sólo fue un acto reflejo. La chica se sorprendió y asusto un poco, pero luego se calmo y disfruto del abrazo del entrenador, aunque Ash seguía durmiendo como un bebé.

-Gracias Ash...- murmuro la joven, acurrucándose en los brazos del entrenador, antes de quedarse profundamente dormida.

Continuará...

Aquí la continuación, espero que les guste

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