Piloto

Historia registrada en derechos de autor bajo resolución administrativa nº 1-517/2011 SENAPI La Paz- Bolivia.

Prohibido copiar o adaptar

La iluminación del fondo era fuerte y resultaba imposible desviar la mirada. Cerró los ojos, aguantando el dolor de la cuerda que fuertemente rodeaba sus brazos y torso. Estar colgada a cuatro metros sobre el suelo balanceándose ligeramente de un lado para el otro podría hasta sonar divertido, si no fuera porque era la tercera vez esa semana que se encontraba en la misma situación, con las cuerdas quemando su piel y creando fricción con el cuero de su traje.

— ¡Sophie aguanta! —Le gritó un joven rubio a tiempo que luchaba mano a mano contra un hombre que le doblaba el tamaño.

— ¡Steve no voy a aguantar! ¡La cuerda se rompe! —gritó lo más desesperada que pudo, observando el inmenso colchón de aire debajo de ella, imaginando que se trataba de una olla con el ácido más potente que cualquier científico loco pudiera crear.

Una sacudida indicó que la cuerda se rompía y lo que en realidad duró solo un segundo, se extendió por minuto y medio. Steve empujó lejos a su contrincante, contra una lámpara de aceite, causando un pequeño incendio. Abrió los ojos con desesperación al ver a la joven muchacha caer hacia la muerte más espantosa que podría haber imaginado.

—¡¡¡Sophieeeeeeee!!! —Lanzó un gritó desgarrador.

— ¡Corte! —Anunció el director sin prestar atención a la protagonista de la serie, que seguía colgando del techo con la segunda cuerda de seguridad—. ¡Por fin! —dijo de mala gana—. Edítenlo y que se vea creíble —ordenó sin dirigirse a nadie en concreto. Ya era medio día y solo quería ir a comer, estaba cansado de repetir una y otra vez la dramática escena intentando que su bajo presupuesto para efectos especiales fuese suficiente para crear un capítulo decente.

—¡Oigan... bájenme! —gritó Sophie, tal vez como el día anterior se olvidarían de ella y la dejarían colgada mientras conversaban y comían la merienda—. O mejor déjenme, que las cuerdas me partan en dos. La fotografía de mi cuerpo sangrante y mis piernas dispersas por el set se verá increíble en los tabloides.

—Ya voy... qué diva. —Soltando la cuerda de seguridad, un hombre del reparto dejó caer a la joven estrella con un golpe seco sobre el colchón, que al final no estaba tan blando ni era tan grande como Sophie hubiese deseado que fuera.

Intentando incorporarse con los brazos atados, tropezó un par de veces hasta finalmente rodar hacia el suelo.

—Yo te ayudo Sophie. —Se ofreció rápidamente Steve. La gente del reparto se iba al descanso y por supuesto nadie ayudaría a la chica a desatarse.

Sophie agradeció con la cabeza y buscó a su hermano menor con la mirada, ignorando al actor norteamericano con quien protagonizaba una serie televisiva destinada al público juvenil.

Tenía hambre, estaba sudorosa gracias a las luces y le dolía todo el cuerpo, no deseaba nada más que ir a casa y disfrutar del resto del sábado completamente sola, encerrada en su habitación sin que su familia, sus amigos y menos su novio la fastidiaran.

—¿Ya nos vamos? —preguntó con fastidio Daniel, el hermano de Sophie, quien ya estaba más que harto de presenciar como su hermana representaba una estúpida escena para el programa más estúpido de la televisión.

—Sí, vamos —dijo con voz apagada, arrastrando a Daniel fuera del set, no tenía ánimos ni de cambiarse y si alguien la veía en la calle usando el vestuario del programa ¿qué más daba? Peores humillaciones había pasado.

— ¿Qué no te habían secuestrado y estuviste a punto de caer a un acantilado la semana pasada? —preguntó Daniel dándose impulso en su patineta, avanzando y retrocediendo para que su hermana le siguiera el paso.

—Me secuestran en absolutamente todos los episodios y siempre estoy a punto de caer, ser quemada, ahogada, triturada, apuñalada, devorada y baleada; hasta que Steve de alguna forma me rescata en el último segundo. El libreto se repite una y otra vez —respondió con soltura, buscando en su bolsa un cigarrillo arrugado y un encendedor. Aprovecharía la calle vacía y el trayecto a pie a casa para inhalar la nicotina y tener tiempo de perder el aroma. Después de años de recriminarle a su padre el fumar, acusarlo y destruir sus cigarrillos, ahora ella había adquirido el hábito, como una forma de relajarse ante la cantidad de presión que le caía desde que había empezado con ese programa de televisión.

Tras una audición en la cadena televisiva KTV un año atrás, su vida había cambiado radicalmente. Uno de los productores ejecutivos, admirado por el talento de Sophie para el canto y su atractivo físico, la contrató para tener el papel protagónico de su propia serie de televisión, donde sus dotes para el canto eran bien recibidos. Más todo lo que Sophie había soñado, todas esas promesas sobre grabar su propio álbum y poder dedicarse únicamente a ser cantante, no parecían llegar nunca.

— ¿Y no se les ha ocurrido hacer un guión mejor? Yo podría dar cientos de ideas —consideró Daniel, intentando quitarle el cigarrillo a su hermana.

—Hasta un mono podría dar mejores ideas, pero solo se basan en lo que la mayor parte de la población descerebrada del planeta quiere ver —dijo dando una última y larga calada al cigarro antes de dejarlo caer por culpa de Daniel.

Fatigada, se aproximó a la banca de un parque y se acomodó mientras buscaba sus chicles de menta. La semana pasada había sido un desastre y tenía docenas de horas de sueño acumuladas. Por un momento imaginó que todo era como antes, recordó como era su vida un año atrás, cuando todas sus metas en la vida parecían cumplirse y no podía imaginar ser más feliz. Era la mejor alumna del colegio, tenía amigos, incluso un novio que si bien no era perfecto y solía sacarla de quicio con frecuencia, la amaba de verdad y jugaba todo por ella; a diferencia del apático y patán novio que tenía ahora. Sin mencionar el tiempo libre que tenía entre manos que le servía para leer las novelas de romance que tanto le gustaban, además de practicar deportes, jugar videojuegos e incluso salir de campamento. Ahora si tenía suerte podía encerrarse en soledad por un par de horas.

— ¡Es Sophie! —Escuchó un grito.

—Ay no... —Suspiró abriendo los ojos.

Un grupo de chicas se acercaron a ella, tomándole fotos con sus teléfonos celulares mientras un par buscaba desesperadamente un cuaderno para pedir un autógrafo.

Sophie intentó sonreír sinceramente mientras se fotografiaba con ellas. No le agradaban las emboscadas de ese estilo, pero comprendía a los fans. Ella era famosa y resultaba agradable saber que había gente que la adoraba aún sin conocerla. Al menos era mejor lidiar son sus grupos de fans que con los de anti-fans, los cuales eran lastimosamente más numerosos.

La simpleza e incoherencia del programa de televisión había traído a un gran número de detractores, que ocupaban parte de su tiempo y energía en escribir en internet lo mucho que odiaba la serie de televisión, así como a los protagonistas por interpretar tan ridículos papeles.

Daniel reapareció cuando el grupo se dispersó y ambos hermanos recorrieron en silencio el resto del camino.

Primer capítulo! subiré el otro esta tarde,bueno la historia da para largo así que pónganse cómodos. Los primeros capítulos cuentan lo que ocurrió entre el ultimo capítulo de los sueños secretos de Sophie y el epílogo. luego ya se cuenta lo que pasó después.

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