El nuevo jefe
En vista de que los habían dejado solos; Ian y Sophie se acurrucaron entre los cojines de la sala de juegos frente a la televisión que había en la pared. Ese lugar era agradable, Sophie ya empezaba a pensar cómo convencer a sus padres de darle esa habitación, en vista de que Tiago no regresaría en un buen tiempo. Luego pensó que eso no pasaría, el lugar estaba demasiado alejado de la casa, su padre no le permitiría pasar tiempo a solas con Ian ahí, porque harían precisamente lo que ella quería hacer con él a solas.
Se separaron y se alejaron casi a un metro de distancia cuando escucharon a alguien entrar al lugar.
Thaly los miró con una ceja arqueada, dándoles a entender que no la tomaran por idiota y no había forma de hacerle creer que en verdad veían la televisión de esa forma.
—Se hace tarde, mejor me voy. —Ian miró nervioso a su reloj e intentó escapar, se sentía incómodo en presencia de los padres de Sophie. Aún no estaba seguro de cómo estaba su relación con ellos, o si le dirían algo por habérsela llevado dos días al bosque.
Sophie lo acompañó, pensando lo mismo, prefería darle a sus padres y a su novio un tiempo separados antes de manejar las cosas con más normalidad.
—Antes de irte quiero hablar contigo. —Thaly los detuvo.
— ¿Conmigo?—Ian se señaló.
—Sí, contigo.
Ambos chicos intercambiaron miradas y se acercaron a ella.
—No dije que contigo. Quiero hablar con Ian a solas —le dijo a su hija.
Sophie le dio a Ian ánimo con un gesto y salió del lugar. Hubiera querido quedarse a escuchar detrás de la puerta, pero era de vidrio, así como las paredes.
En su mente Ian empezó a preparar un discurso sobre lo mucho que quería a Sophie y cómo saldría con ella aceptando todas las reglas que le impusieran.
Cuando Sophie salió del campo de visión, Thaly se dirigió al chico.
— ¿Cuánto ganas en tu trabajo actual? —le preguntó, sacando al chico de contexto.
— ¿Qué?
—Que cuánto ganas.
—Pues, no mucho, depende, recibo un salario básico, pero gano una comisión por trabajos extra...
—Pero aun así no es mucho. Y sé que tienes muy malos horarios. Si quieres entrar a la universidad no vas a poder trabajando tanto de noche y viviendo en el lugar donde vives.
—Podría vivir mejor, pero estoy ahorrando, y el horario me permite ir al colegio. —Se defendió, no veía hacia donde quería ir Thaly con todo eso, ¿tal vez recriminarle el no ser lo suficientemente bueno para Sophie?
—No creo que vayas a ahorrar mucho. Y tampoco sé si vale la pena tanto sacrificio.
— ¿Qué quieres decir con esto? —Ya no se contuvo, no le gustaban las indirectas—. ¿Tiene algo que ver con Sophie? Porque a ella no la haré vivir mal, si hago todo esto es por el futuro de ambos.
—Sí, ya lo imagino —respondió tranquila.
— ¿Entonces? Por qué me preguntas sobre mi economía.
—Porque quería hacerte una propuesta. Necesito un nuevo administrador para la pizzería, puedes acomodar los horarios a tu gusto siempre y cuando hagas mejorar el negocio, y te pagaría mucho más de lo que ganas ahora.
—Sé a dónde quieres llegar con esto, y no gracias. No voy a recibir dinero regalado como haces con Tiago —determinó, eso sí que no lo iba a aceptar.
—Esto no sería como lo de Tiago, no quiero regalarte dinero. Sabes que legalmente mi hermano y yo deberíamos ser tus tutores, pero hemos dejado que sigas emancipado porque respetamos tu sentido de independencia. Yo de verdad necesito a alguien de confianza y que sea inteligente para evitar la quiebra del lugar. Por eso pensé en ti.
—No lo sé. —Pensó rascándose la nuca—. Gano bien con las comisiones y siento que ese dinero sí me lo he ganado, recibir un sueldo viniendo de ti igual me parecería una ayuda.
— ¡Eres demasiado complicado! —Thaly puso los ojos en blanco. Ian era la persona más terca que conocía—. Hagamos algo. No voy a pagarte un sueldo. Diez por ciento de las ganancias de la pizzería son tuyas, así que lo que ganes dependerá de tu esfuerzo y de cómo la administres. No necesito que estés ahí ocho horas diarias siempre y cuando vea resultados. Tienes dos meses para poner los números en negro.
El ahora sí lo consideró seriamente. Era una buena oportunidad de ganar mucho sin horarios tan espantosos, por fin tendría más de cinco horas seguidas de sueño. Además le gustaban los retos.
—¿Puedo manejar el lugar como quiera y voy a ser jefe de Tiago?
—Claro, mientras menos tenga que hacer yo, mejor. —Encogió los hombros.
—Bien, acepto.
—Genial. Mañana ve después del colegio, te daré los papeles, te presentaré a los empleados y hablaré con el abogado para firmar lo que tengas que firmar.
— ¿Eso es todo? —Ian preguntó ya que la mujer parecía con ánimos de retirarse.
—Sí, ¿por qué, tienes alguna pregunta? Hablaremos del negocio mañana.
—No, me refiero a si solo de eso vas a hablarme, creí que me dirías algo respecto a Sophie.
— ¿Qué quieres que te diga? —Se mostró desconcertada, parecía preguntar en serio.
—Pues no sé, estamos juntos de nuevo y no estoy seguro de cómo es la situación entre nosotros, después de todo lo que pasó, con mi padre, tu padre y eso... —Jugueteó con los dedos, queriendo disimular su preocupación.
—Lo que pasó hace años creo que ya está curado. Respecto a tu relación actual con Sophie no puedo decir mucho, es su vida amorosa, y la verdad me caes mejor que Steve, creo que Sophie se habría aburrido de él, además dejará de salir con patanes cabezas huecas como Zack o Esteban. —Encogió los hombros.
— ¿Y no vas a decirme nada por habérmela llevado dos días? Creí que llamarían a la policía o irían personalmente a buscarnos.
—Claro que no —bufó—. Sophie se fue por propia voluntad y fue bueno que la alejaras de la casa y los periodistas, no sabes el circo que se formó aquí, no me gusta que se metan con mis hijos.
—Sí, pero no me refería solo a eso...
—Ian —lo interrumpió, sabía a qué se refería—. Lo que tú y Sophie hagan en su intimidad es asunto suyo. Yo ya no puedo meterme en eso y soy la persona con menos moral para hablarlo, a tu edad ya estaba embarazada. Creo que ambos son responsables y poniéndoles reglas o evitando que estén a solas no gano nada, solo que ustedes se escabullan con más destreza. Lo que tenga que hablar sobre este tema lo haré con ella cuando se muestre dispuesta ¿de acuerdo?
—Sabes, eres la persona más relajada que conozco. —Reflexionó con sorpresa, la forma en la que Thaly se tomaba todo con tanta tranquilidad le parecía surrealista.
—Tengo seis hijos, dos de ellos hiperactivos y tres con la capacidad de sacarme de mis casillas a diario. Así que tengo dos vías: o vivir estresada e histérica todo el tiempo, o tomarlo todo con calma y preocuparme solo de las cosas de las que debo preocuparme ¿tengo algún motivo para preocuparme por Sophie y por ti?
—No, claro que no...
—Entonces, perfecto. —Sonrió a tiempo que se retiraba.
Sophie rondaba por ahí pretendiendo no ser vista, pero Thaly la distinguía husmando desde atrás de un árbol. Al salir al jardín le hizo una señal para que dejara de ocultarse.
Buena comida, dinero, un rato agradable con amigos, un día libre de trabajo y un festejo privado con su novia habían arreglado el cumpleaños de Tiago por completo. Después de un día común en el colegio, fue a la pizzería. Con todo lo ocurrido esos días se había olvidado por completo de las ideas que tenía para mejorar el negocio. Ahora que sabía que su propia madre era la dueña, iba a ser más fácil aportarle sus ideas, sobre todo el usar a Sophie para atraer clientes. Tenían que aprovechar, tal vez la fama de su hermana se extinguiría tan rápido como había aparecido una vez que finalizara el programa.
El lugar estaba vacío y todos los empleados parecían en una reunión de la cual no le habían avisado. Casi se cae de espaldas al ver a Ian con ellos, hablando mientras el resto lo escuchaba muy interesando.
—Llegas cinco minutos tarde. —Ian dejó de hablarle a los empleados y se dirigió a su amigo. Todos voltearon a verlo.
— ¿Qué haces aquí?
—Trabajo aquí, siéntate y no interrumpas la reunión.
— ¡¿Cómo que trabajas aquí?! —se exaltó, eso debía ser una broma de mal gusto.
—Shhhh... —lo calló—. Siéntate.
Haciendo caso a la orden solo por saber qué estaba ocurriendo, Tiago agarró una silla vacía.
—Espero que estén de acuerdo con el ajuste de salarios, esta tarde lo hablé con la señora Cohen y estuvo de acuerdo. —Ian continuó con lo que estaba diciendo al resto. Rafael y Antonio lucían satisfechos y los otros dos empleados indiferentes.
— ¿Ajuste de salarios? ¿Qué pasa aquí?—Tiago lo interrogó.
Ian le indicó al resto que podían retirarse.
—Pasa que soy el nuevo administrador.
— ¡¿Qué?!
—Que soy el nuevo administrador —repitió con una enorme sonrisa, nada le agradaba más que fastidiar a Tiago para pasar el rato.
— ¿Mi madre te contrató?
—Pues sí, quien más. Quiere que mejore el lugar, así que estoy haciendo unos ajustes en los gastos, luego me encargaré de la identidad visual del lugar y la publicidad.
Eso era demasiado sorpresivo, no podía imaginar por qué su madre pondría a Ian en ese cargo, pero sin duda sería mejor que el anterior administrador.
— ¿Y qué ajustes hiciste en los salarios?
—Rafael y Alfredo no han recibido un incremento desde hace dos años, así que les subí el sueldo. —Encogió los hombros—. Y a ti te lo reduje a la mitad.
Tiago paró las orejas.
—¿Que hiciste qué?
—Lo reduje a la mitad. Ganabas más que Rafael, que es quien trabaja más en este lugar. Tu salario era ridículamente alto, un insulto al resto de empleados, tu madre solo te lo daba por pena. Si quieres dinero habla con ella y que te lo envíe.
—No voy a pedirle dinero. No tienes derecho a reducirme lo que gano, sabes que apenas vivo con eso.
—Bienvenido al mundo real, donde ganas un salario bajo por muchas horas de trabajo, aunque en este caso trabajas bastante poco en relación a lo que ganas, pero intento ser justo.
Al diablo que Ian fuera su mejor amigo, no le gustaba nada ganar menos dinero, aunque no se lo mereciera y mucho menos tenerlo de jefe. Y sumado a todo eso, se sentía un poco traicionado por su madre, por haberle dado ese puesto a Ian en lugar de a él.
Después de varios días libres que habían aprovechado al máximo, Ian y Sophie regresaban al colegio y sus ocupaciones cotidianas, las que incluían trabajo y ser el centro de atención por los pasillos del colegio. Para nadie era ya secreto que Sophie había cortado definitivamente su relación con Steve y ahora estaba con Aaron Hyde, el chico que había llegado un tiempo atrás de Inglaterra y al que muchos conocían con anterioridad por el nombre de Ian Key.
El interés por el novio de Sophie había incrementado. Los rumores sobre su cambio de identidad y su vinculación con traficantes de armas y narcotraficantes eran fuertes y muchas cosas que Sophie, su familia y el canal de televisión se había encargado de encubrir, se destapaban.
Lo acontecido con Ian unos años tras no había sido el secreto mejor guardado y aunque a él no le interesaba en lo más mínimo que la gente supiera sobre su pasado o los motivos para su cambio de nombre, algunos periodistas de programas y tabloides rondaban el colegio, haciendo preguntas a los estudiantes y armando la asombrosa historia de Aaron Hyde, el novio de la conocida actriz adolecente Sophie Cohen.
— ¡Miren lo que les hice! —Antes de entrar al salón de clases una alumna de primer año los interceptó. Sophie la había visto en varias ocasiones, era miembro de uno de sus clubs de fans. La chica llevaba entre manos una Tablet y les mostró orgullosa una página en Facebook que había creado. Una foto montada de los dos chicos estaba en la portada y ya había varios fans unidos a lo que se llamaba: " Aaron's team fans club". Abajo estaba el lema: Porque Steve nunca estuvo a la altura de Sophie—. La foto es provisional, ¿puedo tomarles una besándose? —Les suplicó—. Por fis, queremos ser su página oficial, nosotras los apoyamos, queremos reunir más gente para pedir que cierren la página de apoyo a Steve. Ahí dicen que eres una zorra sin corazón —le dijo muy seria a Sophie, como queriendo darle en la vena vengativa para convencerla.
—En el recreo ¿sí? —le respondió Ian —.Hay mejor luz afuera y tenemos que entrar a clases.
—Claro, ¡los busco! Por eso sé que eres mejor que el nabo de Steve —le respondió la chica, corriendo hacia su salón, destilando alegría a su paso.
— ¿Un club de fans que me apoya? La gente está mal —le comentó a Sophie mientras se apoderaban de dos asientos al fondo del salón.
—Acostúmbrate, tú sabías a lo que te atenías por estar conmigo. Tendrás cientos de niñas preguntándote cosas y queriendo tomarte fotografías, y miles de adolescentes diciéndote lo mucho que te odian y creándote memes en internet.
—Verás que todo acaba cuando dejes de filmar el show y vayamos a la universidad.
—Bueno, no sé, lo imagino —respondió de manera distraída, queriendo evitar darle una respuesta concreta. A tiempo que todos entraban en el salón sacó su libro de texto y pretendió que buscaba la última página en la que se habían quedado. Ian le quitó el libro de las manos.
—¿No estarás pensando en actuar en esa telenovela o sí?
—No sé —respondió tajante—. Debo dar una respuesta hoy, y sí lo estoy considerando. No sé si es buena idea renunciar a una carrera que he empezado hace poco. Si rechazo esta oferta ahora, posiblemente me cierre todas las posibilidades en el mundo del espectáculo.
—No es una buena idea seguir con una carrera que no te gusta. Esto no es lo que quieres —le reprehendió, intentando bajar el tono de voz porque todos los alumnos del salón los miraban fijamente. Incuso Alan y Evan habían parado en seco cuando se acercaban y decidieron sentarse en otro lugar lejos de sus amigos, para no verse involucrados en su conflicto.
—Para lograr lo que queremos a veces hay que hacer sacrificios y eso incluye hacer cosas que no nos gustan. No tengo muchas opciones, no hay una disquera interesada en mí. Hasta ahora no tengo una sola canción que pueda ser considerada un éxito, o al menos buena, y para cuando la tenga será muy tarde. Prefiero mantenerme en la industria mientras busco una manera de dedicarme solo al canto, siendo conocida es más sencillo.
—Hay otras formas.
—¿Cuáles? ¿Ir por la vía tradicional como me sugeriste? No voy a lograr nada haciendo covers y se nota que soy una pésima compositora porque te di mis canciones hace días y no me has respondido nada, supongo que solo quieres evadirme por no decirme la verdad.
—No, no es eso... —respondió pensando cómo explicarse.
El maestro llegó al curso y tuvieron que guardar silencio. Ian le mandó a Sophie un mensaje al celular, para continuar con su discusión, pero ella lo apagó de inmediato demostrándole que no pensaba seguir discutiendo al respecto.
A la salida de la clase Sophie tomó sus cosas rápidamente e Ian le interrumpió el paso.
—Tenemos arte —dijo la chica yendo de un lado para el otro, intentando pasar entre las dos filas de bancos. En vista de que Ian no la dejaría pasar empujó uno de los pupitres y se abrió paso.
—Espera. Escuché tus canciones y las tres primeras no me parecieron mal si lo que quieres es atraer a un grupo de niñas trece añeras.
—¡Ah pues muchas gracias!, entonces postularé a Disney Channel. —Sophie se ofendió. Quería sinceridad, pero estaba molesta con Ian por hacerle sentir mal por las decisiones que estaba tomando respecto a la novela.
—Pero las otras dos siguientes me parecieron más maduras y muchísimo mejores. —Corrió tras ella abriéndose pasó en el salón de una forma más torpe.
—No lo suficientemente mejores ¿verdad?
—No, pero se puede arreglar. La música de "Durmiendo en la oscuridad" me parece fabulosa, pero la letra es un poco cursi y trillada, sin embargo, la letra de "Sin mi problema" me gustó mucho.
—Solo porque habla de ti. —Lo miró acusadoramente.
—Sí, pero es interesante el doble sentido que tiene la letra. Hablas de un problema que al final se fue y suena a un final feliz, pero en realidad hablas de mí y de mi muerte así que si entiendes bien la canción el final es lo opuesto. La analogía es buena y le da a la canción más de un sentido. Solo necesita unos ajustes y he estado trabajando en eso, no quería decirte nada hasta no terminarla.
—¿En serio? —Detuvo su huía y se olvidó de llegar a tiempo a la clase.
—Sí, estoy viendo la forma de ponerle esa letra a la melodía de "Durmiendo en la oscuridad", tienes una buena lírica y una buena melodía, pensé que si las unías tendrías una canción estupenda. Al menos algo que podemos grabar.
Insegura se mordió el labio, tal vez Ian solo lo decía por acabar la pelea, aunque él no era de mentir por arreglar los problemas. Si él tenía razón y entre todas las cosas que llevaba años escribiendo al final salía algo que valía la pena, podría considerar el arriesgar el todo por el todo, rechazar la propuesta de la KTV e iniciar su carrera de cantante desde cero.
Tiago trabajando para Ian y Sophie encaminada en su carrera de cantante, ?qué puede salir mal?
Pues opinen! gracias por leer!!! Anoche se me hizo muy tarde y ya no pude subir este capítulo, hoy creo que sí subiré otro más.
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