Capítulo 23: Busted

Aquella soleada mañana me encontraba en mi habitación del hospital leyendo una revista que una de las enfermeras me había traído debido a que estaba cansada de ver la televisión. Intercambié algunos mensajes con David para ir asegurándome de que cumplía con lo prometido, y esperé a que mis amigos y familia vinieran para contarles mi plan.

–¡Llegué, mi amor! –gritó Ingrid abriendo la puerta de golpe, haciendo que me asustara por un instante.

–¡Ingrid! –le gritó Selena molesta. –No asustes a tu sobrina, acaba de despertar de un coma.

–Yo caigo en coma todas las noches cuando toco la cama pero parece que no te importa. –soltó Ingrid acercándose a mí mientras sonreía. –¿Qué tal te encuentras?

–Mucho mejor. –sonreí viendo a todos. Me alegraba saber que le importaba a las personas que ahora consideraba mi familia, mi sonrisa se borró e inicié con lo que tenía planeado. –Papá, ¿Podrías llamar a Raúl?

–¿Por qué? ¿Ocurre algo? –preguntó extrañado.

–Tengo una idea sobre como arrestar a Margaret, y necesito que él esté presente. –respondí bajo la mirada sorprendida de todos.

–Celine, sería mejor que esto se lo dejáramos a la policía. –sugirió Harley. –No estás en condiciones para un loco plan de los tuyos.

–Tranquila, yo solo soy el cerebro de la operación. No haré nada que requiera que salga de la cama.

Mi padre no estuvo muy convencido pero aún así llamó a Raúl, el detective acordó estar en el hospital dentro de quince minutos para hablar. Mientras esperábamos me preguntaron como me encontraba, así sobre una nueva serie que había encontrado Zac en Internet. Helen se acercó a mí y me dio un pequeño beso en la mejilla mientras cogía mi mano con cariño.

Quince minutos después Raúl tocó a la puerta y Max se acercó para abrir mientras los demás esperábamos. Raúl vestía de manera casual pero eso no hizo que se librara de su pistola reglamentaria y las esposas, se acercó a mí para saludarme e inicié la conversación.

–Tengo un plan para arrestar a Margaret. Ella me quiere a mí, ¿no? –todos asintieron comprendiendo. –Pues bien, le daremos lo que quiere.

–¿Qué? No voy a permitir que esa loca te toque ni un pelo, Celine. –dijo mi padre comenzando a alterarse. –Mira lo que te hizo.

–Tu padre tiene razón, no podemos entregarte así sin más. –añadió Carly sentada al lado de Zac. –Debe haber otra solución.

–Un momento. Todavía no ha terminado. –interrumpió Raúl viéndome interesado. –Prosigue.

–Sé de alguien que se le da bien el maquillaje, lo que podemos hacer es que alguien se disfrace de mí y así hacemos que Margaret salga de su escondite. –seguí explicando. –Claro que no saldrá porque me vea en la calle, le mandaré un mensaje para quedar en algún sitio y hablar. Será ahí cuando Raúl y el resto de policías la detengan.

–Hasta ahí lo entendemos, ¿Pero quién nos ayudará con el maquillaje y quién será tú doble? –preguntó Joe cruzándose de brazos.

En ese preciso instante alguien llamó a la puerta, Joe se acercó para abrir y todos se sorprendieron de ver a David entrar a la habitación con una sonrisa nerviosa. Helen, quien estaba a mi lado, me sujetó con fuerza de la mano y miró con odio a David, él se acercó temeroso a mí mientras me saludaba.

–¿Qué hace él aquí? –preguntó Helen enfadada con él.

–Lo he llamado yo. –respondí y vi las miradas sorprendidas de todos. –David es quien nos ayudará con el maquillaje. Anoche hablamos las cosas y ahora está de nuestro lado.

–Bien, eso soluciona una de las dos incógnitas. ¿Quién te sustituirá? –preguntó Teresa con curiosidad.

–Para esa misión, he escogido a Harley. –dije y mi amiga me miró sorprendida, al igual que el resto.

–¿Cómo dices?

–Eres la más parecida de altura a mí, además del tipo de cuerpo. –expliqué con tranquilidad. –Solo haríamos unos cambios y sería una doble perfecta.

–Uhm. De acuerdo. –dijo no muy convencida. –¿Qué debería hacer?

–Te tintaría el pelo y te maquillaría como Celine, quedarás casi igual. –esta vez habló David haciendo que sonriera. –No te preocupes, nada de lo que te pondré es permanente.

–Bien, hagamos esto.

–Avisaré a mis agentes para que sigan a la señorita Morgan, lo principal será su seguridad. –avisó Raúl antes de salir de la habitación.

Raúl y Harley entraron al baño para que nuestro nuevo aliado pudiera retocar a nuestra amiga para que se pareciera a mí. Max miró con desconfianza como ambos entraron en el baño y se mantuvo con el ceño fruncido y cruzado de brazos unos minutos hasta que Zac llamó su atención mientras que lo miraba con una sonrisa.

–¿Estás celoso? –preguntó Zac con una sonrisa divertida.

–Claro que no, ¿Por qué lo estaría? –respondió algo nervioso.

–Porque te gusta Harley, no lo niegues. –dijo Ingrid con una sonrisa. –Todos vemos como os miráis, se nota amor entre ustedes.

–¡Eso no es verdad! –negó nuestro amigo sonrojándose, y todos sonreímos. –No sonriáis, que no es cierto.

–Primer paso, la negación.

–Ingrid, pareces una adolescente, siempre estás metida en sus conversaciones. –dijo Selena a su hermana. –No seas chismosa.

–No lo soy. Es que se aprecia a simple vista las parejas que hay aquí. Helen y Celine es obvio porque ya son novias. Luego están Zac y Carly, Max y Harley y vosotras dos que todavía no lo tengo claro. –explicó Ingrid con una sonrisa satisfactoria. –No me podéis negar que las parejas son así.

–Creo que has acertado. –sonrió Helen viendo a la subdirectora, quien alzó los brazos cantando victoria.

Pasó un rato más antes de que David saliera del baño con una sonrisa. Antes de que pudiéramos hablar, Harley salió del baño dejándonos a todos con la boca abierta. Su pelo castaño ahora era negro, y usaba unas lentillas para que sus ojos fueran verdes como los míos, además se notaba el maquillaje que había usado nuestro amigo para hacer que sus facciones se parecieran a las mías.

–Celine, parece tu clon. –dijo Abigail unos segundos después, todavía algo sorprendida.

–Buen trabajo, David. –le felicité sonriendo. –Es como si me viera en un espejo.

–Gracias. –respondió feliz.

–Basta, vais hacer que me sonroje. –dijo Harley algo nerviosa.

–Max, ¿no dices nada? –preguntó Ingrid con malicia.

Miré a Max para ver como miraba a Harley con la boca entreabierta y sin pestañear, creo que lo hemos perdido. Raúl entró de nuevo a la habitación y se quedó unos segundos intercambiando miradas entre Harley y yo, a la vez que nos veía con el ceño fruncido.

–Veo que tu doble ya está lista. –dijo Raúl acercándose a Harley. –Ten, un auricular por el que nosotros oiremos todo lo que Margaret y tú habléis. ¿Estás lista?

–Sí. –respondió Harley con decisión.

–Mándale un mensaje, los demás venid conmigo, es hora de arrestar a Margaret Llopis. –informó Raúl con una sonrisa confiada.

–Tened cuidado. –dije antes de que todos se marcharan.

–Lo tendremos, cuando regrese ella ya estará arrestada. –dijo Helen despidiéndose de mí, con un pequeño beso.

–Yo me quedo con ella, solo por si acaso. –avisó David al resto.

–De acuerdo, confiaremos en ti, no nos defraudes. –le comentó mi padre al chico.

Se marcharon para dar caza a Margaret, deseaba verla entre rejas no solo por haberme atropellado, sino porque gracias a que empuje a Helen, ella se pudo salvar de estar en una situación como la mía o peor. Nunca le deseaba el mal a nadie, pero esa mujer había conseguido que pensara en cosas horribles que quisiera que le pasaran.

David comenzó a guardar todo el maquillaje que había usado, y de paso sacar un juego que había traído para jugar mientras esperábamos, al parecer quería quedarse conmigo desde el primer momento. Una parte de mi estaba frustrada de no poder ver como arrestaban a Margaret, quería ver su cara de espanto cuando se viera arrinconada por la policia.

–¿Te apetece unas partidas? –preguntó David mostrándome el juego que tenía en sus manos.

–¿El Monopoly? ¿Enserio David? –pregunté con una sonrisa divertida.

–Es el mejor juego de todos. Solo unas partidas, después podemos jugar al Uno. –explicó con una sonrisa, parecía emocionado por jugar.

–Parece que lo tuvieras todo planeado, Faz. –respondí con una sonrisa desafiante. –Bien, juguemos. Aunque seria mejor ser tres, así estaría más emocionante la partida.

Como si el destino o la suerte estuviera de nuestra parte, la puerta de mi habitación se abrió revelando al doctor Gómez, con su impecable bata blanca. David dejó caer las figuras de metal de diferentes personajes, al ver al doctor entrar a la habitación y no pude evitar sonreír con malicia.

–Hola, Celine. Quería preguntarle como se encuentra. –dijo Iker acercándose a mí.

–Estoy mejor, creo que ya tengo mi fuerza y mi energía de antes. –respondí con una sonrisa. –¿Cuándo podré recibir el alta?

–Viendo tu estado, creo que en unos dos días, tres como máximo. He visto que el resto se ha ido con Raúl, ¿todo va bien?

–Sí, van a arrestar a mi madrastra. –vi que Iker tenía intenciones de irse pero conseguí detenerlo. –Oye, Iker. ¿Quieres jugar con nosotros?

–Celine. –musitó David comenzando a ponerse nervioso, le guiñé un ojo y volví a mirar al doctor con una sonrisa.

–Tengo media hora de descanso, voy a por un bocadillo y vengo. Les voy a ganar. –dijo Iker sonriendo y guiñándole un ojo a David.

–Que suerte, ¿verdad? –pregunté con una sonrisa una vez que Iker salió de la habitación. –¿David? Oh, dios. Creo que le ha dado un ictus.

David miraba fijamente la puerta mientras un suave "ah" salía de su boca, casi no pestañeaba y cuando lo hizo fue porque se le metió una pestaña en el ojo y comenzó a quejarse. Eso me dio en qué pensar, ¿yo fui así con Helen a mi alrededor? No creo que llegara a tanto.

HELEN

Todos veíamos desde lejos como Harley esperaba a Margaret sentada en uno de los bancos del parque, el cual había sido avisado de lo que iba a ocurrir, así que el gerente dejó pasar a menos personas, todas ellas avisadas de que evitaran acercarse a esta zona. Teresa nos comentó que seguramente Celine estaría mosqueada de no poder venir a ver como arrestaban a su madrastra, así que Ingrid se puso a grabar todo lo que ocurría.

–No puedes grabar.

–¿Por qué no? Solo estoy grabando a una de mis alumnas en su viaje a Escocia, no hay nada malo. –respondió Ingrid con una sonrisa victoriosa.

–No pasa nada porque grabe. –informó Raúl. –Simplemente luego me mandas el vídeo y puedes seguir teniéndolo, como prueba por si en tu país necesitan alguna evidencia de que Margaret Llopis atropelló a Celine Blackvour.

–Te ha callado pero bien, hermana. –rio Ingrid divertida, viendo a Selena con una sonrisa.

Raúl nos mandó callar cuando vimos como Margaret hacía su aparición, el detective habló con sus socios por móvil para que estuvieran preparados para cuando Harley diera la señal. Desde lejos vimos como ambas comenzaron a hablar, y nuestra amiga grababa todo con una grabadora que Raúl le había dado antes de escondernos. Y gracias al pequeño aparato que le dio Raúl en el hospital, pudimos enterarnos de que iba la conversación.

–¿Por qué haces todo esto? –preguntó Harley, imitando la voz de Celine y la verdad es que lo hacía bastante bien.

–Creo que es bastante obvio. Fuiste un error, lo menos que puedo hacer es librarme de ti y quedarme con la herencia que tu madre te dejó. –respondió Margaret. –Me sorprende la rápida recuperación que has tenido. Una lástima que hayan capturado a Roberto, le hubiera mandado que te envenenara por accidente.

–¿De verdad no sientes ningún afecto hacia mí? –volvió a preguntar Harley, tal y como lo habíamos planeado.

–La verdad es que no. Siempre fuiste un estorbo en mi vida, por suerte Juan hace todo lo que le pido, y por eso él es mi hijo, tú no. –sonrió con arrogancia. –No te librarás de mí, tengo contactos y puedo hacer que mañana ya no estés respirando.

–Bueno, una pena que no vaya a ser así. –dijo Harley hablando con su voz normal. –Es toda vuestra, chicos.

En cuanto dijo aquello Harley, un grupo de policías salieron de los arbustos y rodearon a Margaret para que no pudiera escapar. Ella miró a nuestra amiga con odio y seguimos a Raúl, quien se acercaba sonriendo. Un policía se acercó a ella y la esposó mientras que otro le quitaba el bolso que llevaba.

–Margaret Llopis, quedas arrestada por intento de homicidio y amenazas de muerte. –dijo Raúl sin perder la sonrisa.

–Vosotros. –gruñó con rabia. –Derek, no puedes hacerme esto. ¡Soy tu esposa!

–Ya no lo eres, te mandaré los papeles de divorcio cuando estés en la cárcel. Prefiero estar soltero que tener como esposa a una loca como tú. –respondió Derek con firmeza.

–Eso es, bien dicho Derek. –vitoreó Ingrid aplaudiendo.

–Todo esto es vuestra culpa, si su asquerosa hermana no se hubiera acercado a mi marido, Celine no estaría viva. –gruñó Margaret intentando soltarse del agarre del policía.

–¡Oye, a mi difunta hermana no le hables así, cebolleta! –le gritó Ingrid acercándose peligrosamente a ella. –Déjela suelta, agente. Que le doy una hostia que se le quita la tontería.

El agente consiguió llevarse a Margaret de allí para llevarla a la comisaría, Raúl nos avisó de que podíamos regresar a nuestro país sin ningún problema, dado que ya tenían las pruebas necesarias para mandarla a prisión. Ingrid le mandó el vídeo a Raúl por mensaje, y decidimos regresar al hospital. Estaba segura de que Celine estaría aburrida y enfurruñada por no haber venido.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top