Final. Mi vida junto a ti (parte 2)

—¡No es cierto! dime que no es cierto Gunnie.

—Oh por Dios cariño, lo es. Se me había olvidado por completo. Nada extraño en mí, pero... ¿y tú?

—Últimamente he tenido todos mis sentidos puestos en Chimon y Pluem —eso me arranca una sonrisa— Lo lamento.

Off me toma entre sus brazos y me besa tiernamente.

Abrazados, levantamos la mirada hacia el balcón, del cual pende un lienzo blanco con un grande corazón rojo en el centro, que dice. "Off y Gun por siempre" y más abajo, ¡Feliz aniversario!

Mi corazón está inundado de ternura, por el gesto tan hermoso que han tenido mis hijos y porque con el, demuestran que nos aman, como nosotros a ellos. 

Estamos haciéndolo bien. 

Estamos criando niños amoroso y sensibles, con un tierno y gran corazón.

Saco las llaves y al nada más empujar la puerta hacia adentro, una lluvia de pequeños globos multicolor, caen sobre nuestra cabeza y una suave melodía, empieza a sonar en el reproductor.

Los niños, Mamá y Papá aparecen por el pasillo, ya enfundados en sus respectivos pijamas. Nos felicitan, y Nirin anuncia que tendrán una pijamada en casa de los abuelos. Papá, toma las bolsas de mi mano y seguidamente se dirige a la cocina, para dejarlas y salir por la puerta que da a la parte trasera de la casa y conecta con la suya, dejándonos solos, no sin antes indicarnos que debemos seguir los pétalos de rosas, esparcidos en varias direcciones de la casa.

El primer camino, se dirige hacia el comedor. Dos candelabros con las velas encendidas, iluminan la mesa ya servida.

En la botella de champagne, un post-it con la caligrafía de Win dice: "De sobra sabemos, que no necesitan usar un traje" —Sonrío, por lo ocurrente que es mi hijo y no puedo contradecir sus palabras...

—¿A qué se refiere mi conejito?

—A nada cariño, te parece si cenamos. Apuesto a que la cena esta deliciosamente preparada por Mamá.

Cenamos y brindamos, recordando momentos juntos, momentos que cada día han hecho de nuestra vida, una muy feliz. Porque el amor que sentimos el uno por el otro, no tiene igual.

El segundo camino, nos lleva al pasillo de los recuerdos, ese que llené con fotografías de nuestros hijos y sus logros.

"No necesitan una nota para este —dice el post-it— pero igual quería escribirlo. Gun sonríe, tan lindo.

Ya no existe el mueble que coloqué para los portarretratos, ahora toda la pared tiene pintado un árbol con muchas ramificaciones, de las cuales nace una leyenda y una foto. Encabezando están Khalan y Lawan, seguida por una fotografía grande de Gun y mía, el día de nuestra boda. Las demás fotos son de nuestros tres hijos. "Familia Feliz" lleva por título. Recorremos con la mirada llena de lágrimas cada foto y su leyenda.

"La princesa de la casa, dijo Papá" dice una fotografía de Nirin sonriéndome, mientras camina hacia a mí, en el jardín.

"El conejito de papi en su primer juego de futbol interescolar" Win lanzando el balón frente a la portería del equipo contrario.

"El bollito de papito, ganando su primer concurso de pintura en la escuela" y Chimon recibiendo un trofeo y diploma.

Y así muchas fotografías, que estoy seguro, en algún momento nos harán añorar el pasado.

El tercer camino de pétalos, nos lleva escaleras arriba justo hasta la puerta de nuestra habitación. Al abrirla, un dulce aroma invade nuestras fosas nasales, velas aromáticas, provenientes del baño, nos hacen ir hacia allí directamente.

La tina está llena, una botella de vino con dos copas, en una bandeja, junto a un recipiente con uvas y queso en trozos pequeños, aguardan por nosotros. La nota que Gun espera leer. "No se tomen demasiado tiempo, que el agua se enfría" una carita sonriente acompaña la nota.

—Que ocurrente es mi conejito —Gun no entiende los mensajes que está dejando su conejito y yo no puedo creer que mi hijo me esté guiando hacia una noche pasional.

Después de tomar un rico baño y relajarnos un rato, entre besos y caricias, el vino se termina y Gun tiene las mejillas sonrojadas, sus ojos brillan como siempre y encandilan a los míos que no pueden dejar de verlo enamorados.

—Espera un momento, voy por las toallas, me envuelvo una en la cintura y con la otra seco a Gun que ya ha salido de la tina.

Recorro su cuerpo con suavidad, seco cada parte y voy dejando besos por doquier. Gun se estremece ante mi tacto y jadea sin querer. Cuando seco su entrepierna, sus rodillas flaquean, así que lo tomo entre mis brazos y lo llevo conmigo hacia la habitación. Todo está como siempre, salvo una pequeña caja en mi mesita de noche. Dejo a Gun sobre la cama, completamente desnudo y tomo la notita de color rosa, que ha dejado mi hijo.

"Papá, por favor, no queremos más hermanitos" Sonrío, mientras abro la pequeña caja, en donde encuentro una tira de preservativos y un tubo de lubricante.

Mi hijo no hizo esto, estoy seguro de que fue Khalan. Pero ya hablaremos al amanecer, en este momento solo deseo besar a mi esposo, que me está echando miradas sensuales, mordiéndose el labio inferior y acariciando sus torneadas piernas. Deseaba hacerle el amor desde que puso sus manos sobre mi erección mientras manejaba de regreso a casa, hace un par de horas, así que no lo hago esperar, porque estoy completamente seguro que él, lo desea tanto o más que yo.

Nuestros cuerpos se encuentran, listos para amarse como muchas otras veces, conozco cada centímetro del cuerpo de Gun y él conoce el mío, como si fuera el propio. Sé dónde tocar y la respuesta que obtendré, Gun sabe cómo hacer que enloquezca como la primera vez.

Mis manos acarician su cuerpo, y mis labios van deslizándose hacia el sur, desde su cuello, recorriendo con infinito deseo cada centímetro de piel. Mis manos han avanzado más rápido, llegan a sus muslos y una vez allí, abro un poco sus piernas y me coloco entre ellas, su pene esta erguido, al igual que el mío pero quiero continuar besando, beso un poco más su cuello y voy bajando por su clavícula hasta llegar a su pecho, donde me entretengo un poco, debido a que sus pezones se encuentran duros y erguidos, incitándome a mordisquearlos un momento.

Gun se retuerce bajo mi cuerpo, cuando me acomodo, dejando que mi pene roce con el suyo, generando aún más placer en él, en ambos.

No necesito preparar a Gun, últimamente hemos tenido sexo, a diario, y no tardo en empujarme un poco contra su entrada, haciéndolo gemir. Llevo sus piernas a los lados de mis caderas y me acerco más, por fin introduciéndome en él. Las primeras estocadas son lentas, pero Gun gime de placer y no puedo contenerme. El ritmo va incrementándose, hasta hacerse tan intenso que la hermosa y desordenada visión de Gun bajo mi cuerpo me enloquece, haciéndome acompañarlo en un incansable concierto de jadeos y gemidos.

Mi miembro palpita al verlo y escucharlo gemir mi nombre, mientras llega a su primer orgasmo.

—Pa-pii —Él gime, cerrando los ojos, sin poder decir algo más. Respirando cansado, pero emitiendo altos gemidos, mientras yo sigo empujándome tan profundo en él, como me es posible.

Sus piernas se ajustan en mi cintura, cuando siente el segundo orgasmo llegar y el flujo escurrir entre su abdomen y el mío.

Lo beso hambrientamente, mordiendo sus labios, cuando él clava sus uñas en mi espalda, marcándola, como de costumbre. Su cuerpo se sacude en espasmos, su respiración es agitada y su pene esta sensible al roce de mi mano. Sigo moviéndome dentro de él, cambiando la posición y logrando que grite implorando por más.

Me abraza por el cuello, tratando de aprisionarme y tras unos minutos siendo dulce, comienza a moverse, yendo al encuentro de mis embestidas, haciéndome gemir, aun más.

De un momento a otro, las posiciones son invertidas y tengo a Gun cabalgándome, apoyando sus manos en mi pecho, para darse impulso, pero eso no dura mucho, vuelvo a cambiar nuestras posiciones y lo dejo sobre sus rodillas y codos, en una posición que a mí me encanta y disfruto mucho, porque tengo todo el acceso que necesito, para darle a mi pequeño, el placer que se merece, haciéndolo disfrutar de cada movimiento de mi pelvis y mi pene, muy dentro de él.

Sin previo aviso, arremeto contra su entrada, golpeando tan fuerte que el sonido de nuestra piel encontrándose, era muy notorio. Su punto de placer absoluto estaba siendo tocado por mi pene y el sonido de sus gemidos me hacía estremecer.

Tiro de su cabello, hacia atrás, y vuelvo a capturar su boca en un beso húmedo y necesitado.

Estamos a punto de llegar al clímax. Juntos, esta vez, pero es Gun quien grita mi nombre primero, mientras yo sentía como sus piernas temblaban y terminaban cediendo.

Salí de él, para terminar corriéndome en su espalda.

Ambos acabamos extasiados y muy agotados.

Limpio el cuerpo de Gun, con las toallas de antes, y me dejo caer en la cama junto a él para al final caer dormidos.

Al despertar, muchas horas después, siento esa cálida sensación de cariño, a la que me tiene tan acostumbrado. Me arrulla su respiración, siento mi corazón latir con fuerza, y lo acerco mucho más a mi cuerpo, intentando fundir su piel con la mía, apretando mi mano en su hombro, temiendo que el momento juntos se termine de repente.

—Sabes que no iré a ningún lado Papii. —me dice aun con los ojos cerrados. Beso su frente y él sonríe, haciendo que por mi espalda recorra un intenso escalofrío.

—Lo sé pequeño. Tampoco me iré nunca. Porque no puedo concebir mi vida lejos de ti, nunca pude, nunca podré, porque juré envejecer junto a ti, permanecer a tu lado hasta que no haya más vida por vivir.

—Off, te amo tanto. Feliz Aniversario.

—Feliz aniversario mi amor. Te amo. Mi vida junto a ti, ha sido la cosa más maravillosa que pudo sucederme. Mis hijos y tú, son lo que más amo, mi tesoro más grande. Mi todo.

—El universo entero sabe que esa es la verdad más absoluta de todas. ¿Y sabes?... Yo nunca cambiaría ni un poco, mi vida junto a ti.

—Entonces sigamos luchando, sigamos creciendo, continuemos amándonos y criando a nuestros hijos, enseñándoles que lo más importante en la vida, son el amor y la familia.

Ser padre no es nada fácil, ningún bebé llega con instrucciones bajo el pañal.

Todos los padres primerizos, nos esforzamos mucho para hacer lo mejor para nuestros hijos, porque sabemos que eso es lo único importante, su bienestar total.

He aprendido mucho en estos once años, pero sigo pensando que nunca dejaré de hacerlo. Muchas situaciones, están por venir, Yo aprendí mucho con los gemelos. Con Nirin, todo fue más fácil. Pero la primera vez, se queda grabada en tu piel. Recibí ayuda de muchas personas, que con el paso de los años se fueron convirtiendo en la familia que se me negó, al crecer.

Me costó trabajo, pero creo que al igual que Gun, me he convertido en un buen padre para mis hijos. Los amo, con todo mi corazón y sé que el tiempo me dará la razón cuando los vea marcharse a la universidad, terminar una carrera, hacer lo que les gusta, casarse y que nos traigan a nuestros nietos, porque ese día sabremos que valió la pena, todo lo que hicimos por ellos.

El vínculo entre un padre y su hijo es de los más bonitos e importantes. Sé que Gun, puede tener una conexión más fuerte con los niños, pues él los llevó en su vientre, pero yo estuve con él y ellos cada día, desde el primer día y un poquito de crédito recibiré. La mayor recompensa, para ambos, será verlos siempre felices.

Mis sueños, mis ilusiones, mis alegrías y mis tristezas, mis emociones y mis deseos del corazón, le pertenecen a Gun. Mi vida cambió de manera increíble desde que lo conocí y ahora tantos años después, solo puedo decir que es maravillosa.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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