9. El momento de la verdad

Off entra en la habitación, y al verme sonríe, tan lindo que me roba un suspiro. Toma su lugar junto a mí en la cama y claramente noto que quiere decirme algo.

—Hola mi príncipe amado —me da un corto beso de piquito— ¿cómo amaneciste?

—Bien... —contesto un poco serio. Sé que hice mal, y sin embargo es tan hermoso, que quiere arreglar las cosas, cuando definitivamente fui yo quien cometió el error.

—¿Qué sucede? Aun es-

Corto inmediatamente su línea, no dejo que termine de hablar

—Nada... solo ¡Oye estos bebés se mueven demasiado, no tienen piedad de mí!

Me mira, sorprendido y preocupado.

—Bueno eso es porque están creciendo muy bien, y además es claro indicio de que serán muy activos —por no decir traviesos, pienso— se parecerán a mí —dice orgulloso— nuevamente se acerca y me besa, poco a poco ese beso se hace más intenso. Lo alejo con mis manos.

—Tienes que irte, ya casi es hora de estar en el trabajo —le recuerdo.

—Si lo sé, pero puedo llegar unos pocos minutos tarde —me da otro beso— o siempre me puedo quedar aquí con mi esposo. —Se agacha hasta quedar a la altura de mi vientre— ustedes, mis amores ¿quieren que me quede?

—Off...

—Está bien mi pequeño. Iré a trabajar, pero por favor, extráñenme mucho.

—Lo haremos. Te amo.

—También te amo, a los tres. Son todo lo importante en mi vida. Por favor, no se te vaya a ocurrir tener a estos bebés mientras yo no estoy.

Sonríe y luego sale de la habitación. Se marcha y no puedo dejar de pensar que tengo un gran esposo y yo, a veces lo trato mal, él no lo merece.

Sé que fui injusto al botarlo de la habitación, no debí portarme tan berrinchudo. Off no tiene la culpa del vendaval de emociones que se apoderan de mí. Me siento muy estresado, amaba pintar y dar clases, ir a la galería. 

Dejé de hacerlo durante dos meses y no pude soportarlo.

Volví a trabajar, aunque Off no quería, y resultó que me sentía cansado, y aún más estresado, porque con la enorme panza no tenía tanta destreza como antes. Estaba teniendo problemas para programar la siguiente exhibición y mis alumnos, no estaban respondiendo bien, pero no podía decírselo a Off, porque él me advirtió e ignoré sus palabras. También estaban los movimientos de mis niños, que me causaban unos dolores insoportables.

 Así que solo tengo ganas de llorar y a veces lo detesto, y sé que no está bien. 

Soy de lo peor.

«Cuando visitamos a Earth, para que verificara el tiempo de embarazo exacto y la salud de los bebés, no imaginamos lo que tenía para decirnos.

Los bebés estaban muy bajos de peso, para el tiempo que tenía de embarazo, eran dieciséis semanas entonces, y el tamaño y peso de los bebés era como de doce semanas. Nos asustamos mucho, pero él nos calmó diciendo que con vitaminas, una dieta balanceada y algunos cuidados especiales, para el siguiente control, ya todo debería estar bien.

No quiero asustarlos, pero si no te cuidas Gun, puede que para el siguiente control, tengamos malas noticias.

—Haré todo lo que indicó Dr. Yo mismo me encargaré de cuidarlo.

Y así lo hizo, no me descuidó ni un solo minuto, y lo amaba por eso. Claro, tuve que reducir el trabajo, solo daba clases en el estudio de casa, porque Off no me dejaba salir para nada, si no era con él. "Deja de trabajar" me decía, pero eso no era trabajo para mí. Aunque buscaba cualquier excusa para poder ir al centro y verificar que todo estuviera bien en la galería. Fue un mes complicado, porque no queríamos preocupar a mis padres, así que no les comentamos lo que el Dr. había dicho. Oh, y mi hambre era descomunal, se me antojaba cada cosa que ya ni recordar era bueno.

En el control de veinte semanas, los bebés ya estaban en estado perfecto. Aquel día Earth nos dijo cuál sería la fecha probable del parto y además nos explicó cómo sería ese momento. También volvió a repetir lo del control anterior, alimentarme bien, descansar lo suficiente y además no dejar de acudir a mis visitas prenatales, con él, porque eso era importante para mantenerme sano y a mis bebés también. Nos dio pase con su novio, el Dr. Arm Weerayut, psicólogo y también obstetra, para clases de psicoprofilaxis, a las cuales Off y yo, tendríamos que acudir.

Me realizarían una cesárea, cuando completara las treinta y siete semanas y de ser necesario los bebés entrarían en una incubadora, hasta completar su tiempo, pero yo no quería eso, así que haría caso al pie de la letra a todo lo que me indicaran.

Supimos también ese día, que mis bebés eran gemelos fraternos —mellizos— o sea no serían idénticos. Habían sido resultado de la fecundación de dos óvulos por dos espermatozoides y eran dos gestaciones distintas, desarrolladas a la misma vez, no compartían saco gestacional, ni placenta. Crecían de forma independiente. Recuerdo la cara de asombro de Off, cuando Earth explicó todo eso y realmente yo estaba igual de perplejo.

Realmente tienes que cuidarte mucho Gunnie. A pesar de que los bebés están bien, deberás cuidarte más. No puedo permitir que algo malo les suceda a ti y a mis bebés. Prométeme que harás caso a todas las indicaciones del Dr. Earth y desde hoy mismo, dejas de trabajar, nada de ir a la galería, a escondidas, y las clases en el estudio se suspenden ¿está bien? Te quedarás en casa, y solo saldremos para ir a las cases con el Dr. Arm. ¿De acuerdo? Además, dejarás de comer porqueri- cosas extrañas y llenaremos el refrigerador y la alacena con frutas verduras y alimentos balanceados. ¿Entiendes? Oh, también le pediré a mamá que se encargue de preparar tus alimentos y a Papá que te recuerde, ¡no! mejor que él mismo se cerciore de que te tomas las vitaminas y medicamentos que el Dr. Indicó. Creo que me sentiré más tranquilo si nuevamente ocupas tu habitación de soltero en casa de tus padres, así estarás acompañado todo el día mientras yo trabajo, ¿o debería renunciar?

—¡Oh, ya cállate Off! —Había dejado que hablara todo el rato, porque aún me encontraba como en shock, pero ya se estaba pasando de la raya— No renunciarás, no harás de mis padres mis sirvientes, dejaré de trabajar, para cuidar mejor del embarazo, descansaré, lo prometo y me mudaré a mi habitación de soltero en casa de mis padres, pero no volveremos a tener sexo hasta después que nazcan los bebés.

—Creo que deberías olvidar todo lo antes mencionado. Empecemos de nuevo esta conversación ok.

Comencé a reír a carcajadas y Off se unió a mí, no dejamos de hacerlo hasta que llegamos a donde estaba estacionada la camioneta.

—Finalmente es oficial. No hay peligro, estamos embarazados, tendremos gemelos y ya conocemos la fecha del parto.

—Y no puedo estar más feliz pequeño.

—¿Realmente eres feliz?

—Inmensamente mi amor»

Desde que Off abandonó la casa por la mañana, me pasé pensando en todos los momentos bonitos que vivimos durante el tiempo que estamos juntos.

Pasé el día, pensando en la manera de recompensarlo. El llegaría a las cinco de la tarde, pero tenía una clase con nuevos estudiantes de Karate hasta las ocho. Mamá y Papá aún están en Phanadul, por lo cual pediré a Oab me ayude a preparar la cena. Porque hoy más que ayer, los dolores en la cintura me están matando.

Off se merece todo lo bueno de este mundo, por soportarme, por ser tan buen padre, aunque nuestros bebés aun no nacieron, y quiero hacerle saber lo importante que es para mí, lo agradecido que estoy con la vida por haberlo puesto en mi camino y con Dios por permitirme amarlo y que me ame.

Off abre la puerta de la casa, le oigo dejar las llaves en el cuenco sobre el tocador del recibidor.

—En el comedor~ —digo, para que no suba a la planta de arriba.

El entra, en el comedor, no ha cambiado su ropa, seguramente por apresurarse en llegar, después que lo llamé. Verlo usar su Karate-gi me enloquece, sobretodo porque, cuando lo usa y sé que tendremos intimidad, soy yo quien retira el Obi de su Uwagi, y lo que me encuentro es su fornido pecho, y no puedo evitar las ganas de recorrerlo con las manos y porque no, con la lengua.

—Hola precioso ¿Qué- Ohh —se sorprende al ver la mesa lista para la cena. Pero yo, no dejo de mirar su uniforme de entrenamiento.

—Sensei "Hagamos el amor" —Digo y al segundo ya estoy sobre él. No he controlado mi boca al hablar, esa es la verdad. —O-

No termino de pronunciar su nombre cuando su boca ya está sobre la mía, sus cálidos labios son rápidos, al igual que mis manos, acaricio con mis dedos su cuello y voy bajando por su pecho hasta llegar a su cintura. Su boca es increíble, me hace sentir tantas emociones juntas, me roba el aliento, me excita, cuando devora la mía, hasta sacar el último gemido de mis labios. Se separa un poco, rompiendo el beso y mis ojos ya están inyectados por el deseo.

Decido que es momento de empezar, después de todo, fui yo quien tomó la iniciativa antes, al pedirle hacer el amor. Mis manos se presionan sobre su torso a través del Uwagi, Off permanece en silencio, noto que me mira extrañado, levanto la mirada y nuestros ojos se encuentran. Estoy ansioso, necesito dejar de lado el juego previo e ir directamente a la acción, así que en un dos por tres, el uniforme ya está en el piso, le sonrío y él también lo hace para luego empezar a desvestirme también. Sus manos viajan a la camisa que estoy usando y comienza a desabotonar uno a uno los botones.

"!No! no justo ahora!"

Trago saliva despacio, mientras veo sus manos acercarse al final, ninguno dice nada y en cierto modo es mejor, si abriera la boca, justo en este momento, sería para soltar un sonido lastimero. Off retira mi camisa, la piel de mi enorme panza de treinta y seis semanas, brilla, de lo estirada que esta. Sus dedos se deslizan por el contorno y mi cuerpo se sobresalta.

"Tranquilo, no es nada"

Off me dedica una sonrisa burlona, cuando sus manos llegan hasta la pretina de mi pantalón.

—¿qué pasa? —Sonríe— ¿ahora me temes?

Abandona mi pantalón y lleva ambas manos a mi rostro, me mira, besa la punta de mi nariz y luego sus labios vuelven a tomar los míos. Es un beso cálido, tierno, que poco a poco se va haciendo húmedo, cuando su lengua arremete dentro de mí boca, con todo, y yo la recibo encantado, con todas las ganas del mundo, hasta quedar sin aliento y tener que separarme por falta de aire.

—Lo siento. —soy yo quien habla, pero mi voz es como un susurro.

"¿Qué es lo que me pasa?"

Sus pulgares acarician mis labios y veo sus ojos brillar de manera increíble, se llenan de lágrimas, al instante.

—No tienes que disculparte. Te Amo.

Trago saliva, avergonzado antes de responderle.

—Yo te Amo, Off. —digo con la mirada puesta en sus labios, lentamente levanta mi rostro y nuestras miradas se encuentran una vez más.

—Realmente eres todo para mi Gunnie.

Mi corazón salta y mi sonrisa crece, Off deja caer sus manos a cada lado de mi cintura, provocando que los bebés en mi interior hagan un movimiento brusco que me hace derramar algunas lágrimas.

Posiciono mis manos sobre sus hombros y aprieto tan duro que Off se sorprende.

—¿Estás bien?

Se aparta de mí y me mira con preocupación.

—estoy bien, los bebés, se están moviendo mucho esta noche.

—quizá debemos parar.

—No Off, te necesito...

Siento un piquete en la parte baja. Pero insisto, llevo sus manos hacia la pretina de mi pantalón, ahí donde se quedó minutos antes.

La respuesta es inmediata, sus manos van bajando mi pantalón, el empieza a quitármelo.

—Eres tan hermoso, Gun. Eres mi chico soñado. El único que amo y amaré por siempre.

Sus palabras me ponen extrañamente sensible, hasta quiero llorar... ¿qué me está pasando? Siento mis mejillas arder, mi corazón late con fuerza y una parte de mi quiere gritar. Off baja mi pantalón hasta mis rodillas, esta noche no uso ropa interior, en realidad hace algunas semanas deje de usarla. Empiezo a sudar frio, aunque siento que mis mejillas están sonrojadas.

Ninguno quiere parar, vamos a hacerlo.

—¡OFFFFFF!

Empujo su cuerpo lejos del mío y lo veo chocar contra la mesa.

—¡¿Qué te sucede?! —levanta la voz, mientras con su mano soba su cadera que impactó contra la esquina de la mesa— mierda —se queja, pero a mí, nada me importa en ese momento.

Las terribles punzadas en mi cintura y mi parte baja se están incrementando, siento que se me rompe la espalda.

—¡¡¡ME DUELE MUCHO!!!

Off se endereza y pone los ojos en blanco. Sin decir una palabra toma su uniforme y empieza a ponérselo, mientras me mira y casi grita.

—¡No es hoy!¡Mierda!¡No!

—Oh Dios, me duele mucho ¿Qué sucede Offff?

Tengo toda su atención puesta en mí, una vez ha terminado de medio vestirse. Se acerca, me toma de las mejillas y me besa la frente.

—Respira, tranquilízate pequeño. Llamaré a Earth —dice, pero la calma dura solo unos pocos segundos.

Mi corazón vuelve a acelerarse, él intenta ponerme la camisa, recuesto mi frente sobre su pecho y grito tan fuerte que siento que los bebés se saldrán por mi boca.

Toma el celular de la mesa, donde lo dejó al llegar y marca un número. No tengo idea de con quien habla. Mis uñas están presionándose sobre su pecho. Cuando siento que el dolor va cediendo.

—Iremos al hospital pequeño. —Me dice— espera un momento.

Se dirige a la habitación y regresa en un par de minutos. Trae consigo el bolso que preparamos semanas antes para los bebés.

—¿Por qué-?

—Earth viene en camino, nos alcanzará en el hospital. Debemos irnos mi amor. Los bebés no quieren esperar una semana más.

—tres — le corrijo

—Oh Gunnie —me dice mientras termina de abotonar mi camisa—. Vamos cariño. Ha llegado el momento.

No sé si fueron sus palabras o el susto que sentí, pero inmediatamente el dolor volvió, los nervios se apoderaron de mí y una extraña sensación de angustia y rencor contra Off empezó a crecer en mi interior.

Mis hijos nacerían, se suponía que no sentiría contracciones, pero estaba completamente seguro que los dolores que estaba sintiendo eran eso precisamente.

—¡Moriré Off y mis hijos serán huérfanos! —El dolor era cada vez más fuerte, sentía que me iba a morir.

—Gunnie, querido, respira, no hables-

—¡Cállate Off! Te Odiooooo

Sip. 

El momento de la verdad había llegado... Por fin conocería a los bebés, que tanta guerra habían dado en mi vientre. En ese momento solo podía desear, que todo saliera bien y que pronto los pudiera tener entre mis brazos.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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