12. Mi propio mundo

Ha pasado un mes desde que los niños nacieron y Gun ya no debe ir al hospital todo el tiempo. Fue un momento realmente conmovedor y feliz cuando el Dr. nos dijo que podíamos llevarlo a casa, que había respondido muy bien y que ya no era necesario que permaneciera más tiempo en el hospital.

Gun estaba feliz y aunque se negaba a separarse de los bebés, ese día, durmió todo lo que no había podido hacer durante el mes anterior, y tuve que hacerme cargo de ellos. Bueno, ese fue mi primer día con mis dos hijos, juntos. Claro en un mes yo, ya había aprendido a hacer muchas cosas: cambiaba los pañales de Chimon perfectamente, podía darle baños calientitos antes de dormir, preparar biberón para mi bollito —pues Gun, no tenía la suficiente cantidad de leche, para amamantar a Ambos— quitarle los gases y hacerlo dormir.

Los nervios y los miedos, de los primeros días habían desaparecido. Mamá fue de mucha ayuda para mí. Siempre dispuesta a echarme la mano, y claro también soltar unas cuantas carcajadas a costa mía, como cuando me envió a probar la mamila de Chimon —que Gun había dejado porque tardaría más de lo debido en el hospital— y no sabía que debía probarla dejando caer unas gotitas en mi muñeca y terminé bebiéndome un sorbo completo iuugg. He aprendido mucho de ella, y sé que seguiré haciéndolo, aunque soy consciente de que no puedo abusar de su cariño y sus ganas de ayudarme, porque ella también necesita cuidado, pero lo que hace por Gun, mis hijos y yo, es realmente un regalo para mí.

Gun es un tanto desesperante cuando de Win se trata, no puedo negar que es realmente una persona increíble, cada día que pasa siento que no pude encontrar mejor compañero que él, pero a veces siento que el mundo desaparece para Gun, cuando esta con Win. Lo ama demasiado, lo protege de igual manera. Solo vive para estar pendiente del bebé, pero eso no quiere decir que haya descuidado a Chimon, ¡para nada! Por eso digo que es increíble, no sé cómo hace todo el día para darse abasto con los bebés.

Yo estoy realmente agotado.

Por las noches, soy yo quien se encarga de llevar a los bebés con Gun, para que pueda alimentarlos, les cambio el pañal y los acuesto para que vuelvan a dormir.

Ha pasado apenas un mes, no quiero imaginar cómo estaré dentro de tres, seis, un año... wow, como y cuanto más, cambiará nuestra vida.

«Mi cabello es un desastre esta mañana, al ver mi reflejo en el espejo, vi una persona completamente distinta. Soy padre y la palabra "padre" aún me resulta extraña. Un mes de paternidad, es demasiado poco, me crie prácticamente solo y ahora pienso que quizá no lo merecí, un hijo no solo necesita de la madre que lo dio a luz, la figura paterna es importante e indispensable, siempre necesitará del padre, desde que nace y a lo largo de su vida. Me hubiera gustado compartir tiempo con el mío, pero no fue posible, así que ahora viendo mi rostro a través del espejo, solo puedo prometerme a mí mismo que siempre estaré para mis hijos.

Entiendo que mi pasado es una experiencia vital, porque me convirtió en quién ahora soy. 

Soy un padre por partida doble y serlo ha sido el mejor regalo. Ambos, Chimon y Win, son nuestro mejor regalo. Pero entiendo que Gun cargó la peor parte, por eso aunque reconozco que el hombre que era un par de años atrás ha cambiado, según el espejo, yo nunca renegaré por ayudarlo porque noto en mi mirada un extraño brillo que antes no reconocí y sé que es por él y mis hijos, mi familia, mi propia familia. Y nada tiene que ver con que esta mañana parezca un zombi —es gracioso, pero no— y no tenga ganas de ir a trabajar. Es que soy feliz haciendo lo posible para ayudar a Gun, me siento feliz por pasar tiempo con mis bebés, desde ahora. Gun hace mucho durante el día, así que lo menos que puedo hacer es ayudarlo por las noches, aunque por la mañana tenga estas horribles fachas y desee tanto ir a trabajar pero en pijama.

Viendo las cosas en retrospectiva, algo me ha quedado muy claro: concebir una vida no es tarea fácil. Tener un hijo no es cuestión de suerte, es un maravilloso regalo de la vida, que no todos tenemos la dicha de recibir. Dios nos ha bendecido con dos angelitos, mis bebés y ha despertado en mí, un lado más luchador, como Win, mi bebé, porque si él pudo hacerlo ¿por qué yo no?

Gun y yo tenemos un largo camino por recorrer, aprender muchas cosas y conocer a nuestros hijos, cada minuto, cada día y durante toda su vida. Pero lo haremos juntos, siendo apoyo constante del otro, porque aunque estemos rodeados de personas buenas, desinteresadas –familia y amigos– que están allí, cercanas, siempre dispuestas a apoyarnos, somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de convertir a nuestros hijos en niños felices, que algún día crecerán, para ser mejores incluso que sus propios padres. Creo en este momento, que la frase que tanto escuché y nunca creí cierta, "Por un hijo, uno es capaz de todo", lo es, siento dentro de mí que el esfuerzo diario por sacar adelante a la familia, a todos nos cuesta, pero no hay satisfacción más grande que hacerlo con tu pareja y Gun y yo lo haremos, siempre juntos.»

—Buenos días mi amor. —Gun se ha levantado aunque traté de hacer el menor ruido posible, antes de marcharme. Los bebés, se despertaron muchas veces, por la noche y claramente ambos estamos agotados.

—Buenos días pequeño. ¿Qué haces levantado? Vuelve a la cama, es muy temprano aun. —Lo saludo justo cuando él me abraza fuertemente y se pega a mi pecho, logrando que me estremezca.

Sus manos van deslizándose hasta rodear mi cuello y se hinca en puntitas para besarme, Dios, sentir su cuerpo pegado al mío, su aroma me enloquece. Aunque solo sea un beso corto, es cálido y viene cargado de amor.

—¿Qué haces Gun? —le pregunto cuando siento sus manos bajando por mi pecho, mientras suelta uno a uno los botones.

—Nada, solo le doy los buenos días a mi esposo. ¿Qué más podría hacer?

Sonríe, juguetón... hay algo en su mirada, que no logro interpretar.

—Gunnie, debo marcharme —le digo cuando desabotona el tercer botón.

Él suspira derrotado.

—Mmm —hace un puchero.

—Gunnie, el Dr. Earth dijo que debíamos esperar alrededor de dos meses.

—Lo sé, solo quería arreglar tu camisa mi amado sensei —me dice guiñando un ojo. Se lo que intenta hacer, él no puede mentirme, sabe que me derrito cuando usa esa palabra o cuando me dice Papii en la intimidad.

Miro sus manos, que ya casi han terminado el trabajo, y han decidido descansar, justo en la cintura, tocando tentativamente la correa que llevo puesta.

—Oh —digo un poco desanimado, me encantaría quedarme a pasar el día con él y si fuera metidos en la cama mucho mejor, pero aun Gun no se ha recuperado, debo ser paciente—. Gracias.

—Ahora estás correctamente vestido —dice él, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro. Me vuelve a besar suavecito. Dejándome con ganas de prolongar el beso— Te amo —dice al dejar mis labios...

—Y yo a ti Gunnie. Deseo tanto que pase otro mes. —sonrío y él también.

—Quizá en la noche podamos arreglar algo, que no implique mucho esfuerzo de mi parte.

Sonrío, realmente lo adoro. Me da un piquito en los labios a manera de despedida y yo lo beso con pasión. Gun es adictivo.

El llanto de ambos bebés, hace que nos separemos de golpe.

—Voy yo —dice mi pequeño y me hace suspirar, mientras se aleja de la habitación con una sonrisa en los labios y acelerando el paso.

Realmente me hace feliz, mi corazón late más rápido cuando estoy junto a él. Lo amo, no hay duda de eso. Gun siempre será todo lo que quise en la vida, todo lo que imaginé del amor, y es finalmente el único dueño de mi corazón. Bueno, debo decir que hay dos pequeñitos que ahora lo ocupan también. Ser papá es lo mejor del mundo, pero Gun, Gun Jumpol, mi esposo, él es mi propio mundo.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top