CAPITULO 65. Límites.

                              Olivia.

Abrí los ojos y lo primero que vi fue el lugar a mi lado vacío. Jimin no estaba. Me había desvelado esperándolo y nunca llegó. Un par de lágrimas salieron involuntariamente. Él se había quedado con ella, a pesar de que prometió que pasaríamos la noche juntos.

Me paré y fui directo al baño para lavarme la cara y los dientes. Hoy tendría un día más de trabajo sin hacer nada. No sé si soportaría estar con ellos dos en el mismo lugar, después de lo que estaban haciendo. Mi mente no podía evitar pensar lo peor. En el fondo, esperaba equivocarme, porque de no ser así, Jimin iba a destrozarme.

La puerta de la habitación se abrió y lo vi a él. Desvié la mirada al instante. Entró y llegó frente a mí.

—Buenos días, preciosa—, quiso besarme, pero volteé la cara —Perdóname, sé que te dije que pasaríamos la noche juntos, pero mamá me llamó pidiéndome que Eunji y yo fuéramos a cenar con ella.

—¿Después de que cenaste, qué pasó?— pregunté sin mirarlo a los ojos.

—Vimos una película los tres— contestó. —Y, bueno...

—Decidiste quedarte con tu amiga— estaba reprimiendo las lágrimas que amenazaban con salir.

—No, no fue así— negó. —Me quedé dormido. Ni siquiera me di cuenta hasta que desperté esta mañana y Eunji...

—¿Ella también se quedó a dormir?

—Bueno, sí—. Bajó la mirada y eso fue un indicio para mí de que ocultaba algo.

—¿Dónde durmió ella?— pregunté.

—Preciosa, no tiene caso...— lo interrumpí.

—¿DÓNDE DURMIÓ ELLA, PARK JIMIN?!— exclamé histérica.

—Con... conmigo—. Me dolió escuchar aquello. Me di la vuelta, no quería verlo —Preciosa, espera, por favor, no te vayas—. Me sujetó de ambos brazos. —Escúchame, no pasó nada entre ella y yo. Solo dormimos. Eso puedo jurarlo—. Dijo con desesperación —No la toque, te lo juro.— exclamó desesperado.

—Me haces sentir insegura.— mi voz comenzaba a quebrarse.

—No tienes por qué sentirte insegura— dijo, tomando mis manos. —¿Por qué te sientes así? ¿Es por qué Eunji no te agrada?

—Ella te abraza, te besa, te acaricia y acapara toda tu atención todo el tiempo. Parece que delante de ella no soy nada—. No lo resistí más y un par de lágrimas traicioneras se deslizaron por mi mejilla.

—¿No te gusta que me demuestre afecto? —preguntó.

—Bueno, tal vez deba ir a que Yoongi me demuestre afecto de la misma manera. Tal vez esta noche deba dormir con él después de ver una película juntos—. La mandíbula se le tensó con cada palabra dicha por mí.

—Sabes muy bien que Yoongi tiene otras intenciones—, dijo con molestia.

—¿Acaso Eunji no las tiene contigo?— fruncí el entrecejo mientras seguía llorando. —Ella se comporta como tu novia—. Grité. —Y tu novia soy yo—. Hice que me soltara las manos —Es injusto.

Se quedó en silencio, solo se escuchaban mis sollozos.

—Desde que ella apareció, solo me haces a un lado—. Dije con dolor. —No entiendes, porque yo jamás te he hecho algo así.

—Mi amor...— quiso tomar mi mano, pero la alejé.

—Ni siquiera en la intimidad eres igual—. Me sentía enojada y al mismo tiempo triste. —Solo llegas, me tomas y cuando estás satisfecho, te duermes sin decir nada, sin hablar conmigo. Cuando sabes que, aunque nos vemos todo el día, apenas cruzamos un par de palabras.

—Lo siento tanto, no llores, preciosa—. Limpió mis lágrimas. —Por favor, perdóname. Todo volverá a la normalidad.

—Necesito unos días, así que dame espacio—. Le pedí. —Quiero volver a mi trabajo.

—Sí— asintió.

—No entiendes—. Lo miré. —Quiero volver a las cámaras, no quiero estar más con ustedes.

—Está bien, me encargaré de eso—. Aceptó sin decir más.

Pasé a su lado para irme de una vez y me llamó, deteniéndome.

—Olivia— suplicaba.

—Dame espacio, Jimin, no me sigas—. Salí de la habitación con mis cosas. Me encontré con Jessica, que al parecer había escuchado nuestra discusión.

—¿Todo está bien?—, preguntó, y negué con la cabeza.

—Nada está bien—.

—Ven aquí—. Me abrazó y solté un par de suspiros.

—Lo escuché todo. Hiciste bien al pedirle tiempo. Esta vez él te está fallando a ti— dijo con seriedad.

—Me duele—. Sollocé. —No quiero perderlo.

—Ahora lo importante es hacerle saber que no va a jugar contigo. Tiene que poner límites claros con su amiguita—. Dijo Jess, secándome las lágrimas. —Vamos, te voy a preparar un té.

—No hay tiempo para eso. Llegaremos tarde—. Limpié el resto de mis lágrimas y me forcé a sonreír ligeramente.

—Está bien, Namu y Jungkook nos llevarán—. Fuimos directo al garaje, donde Jungkook y Namjoon estaban dentro del auto esperándonos. Nos subimos y vi que me miraron confundidos, pero no dijeron nada. El maknae encendió el motor y comenzó a conducir, sacándonos del garaje y emprendiendo camino a la empresa.

—Olivia, pensé que te irías con Jimin—. Comentó Jungkook.

—No, él tiene asuntos más importantes que atender—. Fingí una sonrisa. —Entiendo—. Dijo Jungkook, concentrado en el camino. —Pasaremos por mi bonita Sonmin.

—Evidentemente, así es. No la dejas ni respirar—. Se burló Jessica.

—Tengo que cuidar lo que es mío—, Respondió el maknae con una risita.

—Pues, no veo un anillo en su anular, así que todavía no es tuya—, Dijo Jess con intención de picar a Jungkook.

—¿Entonces, aún no eres mía?—. Nam se volteó a mirar a mi amiga desde el asiento del copiloto.

—¿Por qué te quedas callada? Respondele a mi hyung—. Jungkook se reía mientras maniobraba con el volante.

—Callate—. Jessica se avergonzó y se veía linda, toda roja.

—Una parte de mí te pertenece, pero seré completamente tuya cuando mi dedo anular tenga un precioso anillo—. Le respondió a su novio.

—Supongo que es justo—. Dijo Nam.

—¿Piensas lo mismo, Olivia?—. Preguntó el maknae.

—Por supuesto, así deben ser las cosas—. Apoyé lo dicho por mi amiga.

—Tendremos que informárselo a Jimin. Él todo el tiempo recalca que eres suya. Vive en una mentira—. Bromeó Jungkook.

—Ahí está Sonmin—. Estacionó el auto justo frente a mi otra amiga —Sube, bonita—. Jungkook le aventó un beso.

Sonmin se sonrojó y subió al auto en la parte trasera, donde íbamos nosotras.

—Jungkook dijo que eres suya—, dijo Jessica para seguir molestando al maknae. —Pero le dije que eso no es cierto.

—Es cierto, verdad bonita—, Jungkook la miró por el espejo retrovisor.

—¿Por qué?—, preguntó Sonmin.

—Le dije que no eres suya porque en tu dedo anular no hay ningún anillo—. Contestó Jessica. —¿Cierto o falso?

—Supongo que es cierto—. Dijo Sonmin.

—¿Qué?, ¡Sonmin!—. El maknae fingió hacer un berrinche.

—Excelente elección—. Jessica se reía de Jungkook.

—Lo siento, Kook, pero es verdad—. Dijo Sonmin, encogiendo los hombros. —Aunque quizá una parte de mí sí sea tuya, pero no completamente, como dice Jessi, hasta el matrimonio.

—Justo eso le dije a Namu—. Las tres levantamos las palmas y las chocamos entre sí.

—Quedamos derrotados—. Jungkook le dio una mirada rápida a Nam.

—Tienen razón, no puedo discutirles eso—. Nam encogió los hombros.

El resto del trayecto fue risas y bromas. Yo no decía nada, me limité a escucharlos y reír. Aún sentía esa opresión en el pecho que no me dejaba respirar con normalidad.

Jungkook nos dejó a una cuadra de la empresa, para que no nos vieran llegar juntos y seguir manteniendo en secreto nuestra relación con ellos. Cada una fue a su respectiva área de trabajo, y aunque no quería, tuve que ir a la sala de ensayos. Jimin prometió que podría volver a mi trabajo detrás de cámaras, pero todavía tenía que hablarlo con el CEO, así que no me quedaba más remedio que estar allí.

Jimin entró a la sala y rápidamente clavó su mirada en mí, pero yo desvié la mía para evitar el contacto visual. Eunji no tardó en aparecer y acercarse a Jimin, tocándolo como acostumbraba, acaparando toda su atención. Pude darme cuenta de que su mirada iba de ella a mí, como si quisiera cuidarse de hacer algo inapropiado.

El ensayo comenzó y me quedé sentada en un rincón, viendo toda la coreografía. En aproximadamente tres semanas, se estrenará el video musical, y ya tienen programada una entrevista en un programa de televisión coreana, donde presentarán la canción y bailarán en vivo.

Después de un largo rato de ensayo, Yoongi pidió un descanso. Él se sentó a mi lado, y los demás siguieron practicando.

—¿Estás bien?—, preguntó Yoongi después de tomar un poco de agua.

—Lo estoy—, asentí.

—No parece que lo estés—. Me miró fijamente. —Tus ojos parecen estar apagados, y no sonríes.

—No es nada, solo me siento cansada. No dormí bien anoche—. Encogí un hombro.

—Jimin no llegó anoche—., tragué saliva cuando lo dijo. Hasta Yoongi se había dado cuenta. —Por eso no dormiste, lo esperabas, ¿no es así?— ladeó la cabeza.

—Él fue a ver a su mamá.— me dedico una sonrisa comprensiva.

—Cuando estés lista para hablar, sabes que yo te escucharé, siempre puedes venir a mí, Olivia—. Tomó mi mano y la acarició con su pulgar.

—Gracias, Yoongi—. Sonreí y me acerqué para abrazarlo. —Tu amistad es un abrazo reconfortante para mi corazón.







                            Jimin.

A pesar de estar en medio de la práctica y de realizar cada uno de los movimientos que la coreografía requería, no despegaba mis ojos de Olivia, donde justo ahora Yoongi estaba a su lado, hablaban, pero no sabía sobre qué.

La música se detuvo y en ese momento vi cuando Olivia se acercó demasiado a él para abrazarlo de una manera que solo hizo encenderme.

—¿Te parece bien que tenga esa cercanía física con uno de tus amigos?—, Eunji se paró a mi lado, cruzada de brazos, observando lo mismo que yo.

Aunque quería ir y quitarla de ahí, sabía que no podía hacerlo. Justo ahora no tengo autoridad moral para reclamar por algo así. Me tragué el coraje y me dispuse a ignorar lo que estaba viendo.

—Yoongi y Olivia solo son amigos. Es algo normal—, respondí.

—No puedo creer lo que estoy escuchando. ¿Vas a dejar que haga esas cosas delante de ti?— Eunji replicó. —Si eso hace en tu cara, no quiero imaginar lo que pasará a tus espaldas.

—¿Qué quieres decir?—. Fruncí el entrecejo.

—No lo había querido decir, porque sabes que solo he querido llevarme bien con ella, porque es tu novia y te hace feliz—, dijo —Pero tiene demasiada cercanía con los chicos y en ocasiones de manera inapropiada. Tal vez quiere seducirlos.

—Eun, nooo, ella nooo...—. Me interrumpió.

—Por eso no quería decirlo, sabía que no ibas a aceptarlo—. Arqueó una ceja.

—Eun, Olivia no haría algo así. No vuelvas a decir algo como eso—. Dije firme.

—Olvida lo que dije—. Dijo, y se iba a dar la vuelta, pero la detuve.

—Lo siento, no quise hablarte así—. Me disculpé. —Ella sabe que... dormimos juntos—. Bajé la mirada.

—¿Cómo lo supo?

—Tuvimos una discusión y me lo preguntó. No pude negarlo—. Le dije.

—Jimin, cariño, no hicimos nada malo. No tienes que sentirte mal por eso. Ella no entiende que nuestra amistad es diferente porque tú eres especial para mí, así como yo lo soy para ti—. Acarició mi mejilla.

—Pero que hayamos dormido juntos puede malinterpretarse— fruncí ligeramente el entrecejo.

—Sí, te hacía sentir mejor que ella no lo supiera. Tenías que negarlo—. Dijo de la manera más obvia posible. —No había manera de que se enterase de lo que pasó. Fácilmente podías negarlo.

—No quería mentirle.

—¿Se enojó?—. Asentí —Deja que se le pase y es entonces cuando le dirás que tiene que aprender a entender nuestra amistad. Y que no tiene que sentirse insegura por mí—. Sonrió, ladeando la cabeza.

—Espero que pronto pueda hablar con ella—. Suspiré pesado.

—Puedes ir en este momento, si quieres—. Se hizo a un lado.

—No puedo. Me pidió tiempo y espacio para pensar las cosas— hice una mueca.

—¿Quiere terminar contigo? Eso explica la cercanía con Suga. Necesita tener a otro asegurado—. Abrió los ojos en demasía, como si hubiera dicho algo que no quería. —Perdón. Pensé en voz alta. No lo volveré a decir. Lo siento— su rostro se tiño de arrepentimiento.

La dejé ahí y caminé directo hacia donde se encontraba Olivia. Ella me miró y yo me aclaré la garganta.

—¿Podemos hablar un momento?—. Le pedí, y Yoongi me miró para después devolver su mirada a ella. Se puso de pie y se despidió de Yoongi.

Caminó por delante de mí, alejándonos de los demás. Salimos del salón de ensayos y nos dirigimos a la sala de descanso.

—¿De qué quieres hablar?—. Preguntó sin mirarme directamente a los ojos, estaba evitando el contacto visual.

—Ni siquiera me miras—. Sentí mi pecho apretarse. —Preciosa, mírame.

—No—. Negó levemente con la cabeza.

—¿Por qué?, ¿Ya no me amas?—. Tomé sus manos entre las mías.

—Ese es el problema, Jimin...—, su voz se quebró. —Y si miro tus ojos, voy a ceder, porque mirándote a los ojos no puedo mantener la distancia.

—No quiero que mantengas esa distancia—. Acuné su rostro en mis manos. —Te necesito conmigo.

—¿Pensaste en todo lo que te dije esta mañana?—, preguntó, aún sin querer mirarme.

—Mírame—, la hice levantar la mirada, y esos ojos preciosos me miraron —No hay razón para que te sientas insegura por Eunji...

—Jimin, ella es...

—Sé que quieres que exista más distancia entre ella y yo. La habrá. Sé que estuvo muy mal pasar la noche con ella. Pero puedo jurarte que eso pasó porque me quedé dormido. Jamás habría aceptado dormir juntos—, traté de explicar y esperaba que pudiera entenderlo —Te juro, mi amor, que ninguna otra mujer me interesa, menos Eunji. Solo la veo como una amiga—. La acerqué a mí y ella se recargó en mi pecho —Te amo. No dudes de eso.

—Yo también te amo—. Me incliné un poco y nuestros labios se rozaron, hasta que se unieron por completo, moviéndose entre sí —Promete que todo será diferente de ahora en adelante.

—Lo prometo—. Aferré mis brazos a su cintura, pegándola más a mí. Cedimos de nuevo a un par de besos lentos y suaves. Nuestras bocas se soltaron y, por unos segundos, nos quedamos simplemente abrazados.

La puerta se abrió de repente, dejándome sorprendido al ver a mi madre. Olivia, al instante, se apartó de mí, marcando de nuevo la distancia entre nosotros.

—Jimin—. Mamá dijo mi nombre, pero no dejaba de verla a ella.

—Con permiso—. Olivia se inclinó, haciendo una reverencia delante de mi madre, pero ella solo la miró con un gesto desagradable.

Olivia salió y cerró la puerta, dejándome completamente a solas con mi progenitora. La cual se acercó a mí a pasos apresurados.

—Hola, mamá—. Sonreí para llevar las cosas en paz.

—¿Qué hacías con esa aquí?—. Se cruzó de brazos, enojada.

—Ya lo sabes. Es mi novia— encogí un hombro.

—No juegues así conmigo, Park Jimin—. Frunció el entrecejo.

—No es un juego. Es la realidad. Te la presentaré formalmente cuando no estés con esta actitud—. Dije, sentándome en el sofá.

—No lo acepto. Esa chica no es para ti. Eunji es la mujer para ti. Es hora de que te des cuenta, porque no te va a esperar toda la vida—. Expresó, frustrada.

—Eun es mi amiga. No existirá más que una amistad con ella—, le dejé claro. —Olivia es mi novia. Es mejor que lo aceptes de una vez— la mire con seriedad.

—Voy a ir a hablar con ella. Me va a escuchar—. Me interpuse rápidamente en la puerta.

—No lo harás, porque juro que no volveré a casa, ni siquiera voy a visitarte cuando estés en Seúl—. Le advertí.

—¿Estás amenazando a tu madre? Hasta dónde te ciega esa mujerzuela—. Exclamó con coraje.

—No la llames así—. Dije, comenzando a enfadarme —No es una amenaza, es una advertencia. Ya no soy un niño, mamá. No puedes meterte en mi vida de esa manera.

—No quiero que cometas lo que probablemente sea el peor error de tu vida—, dramátizo.

—No es un error—. Contesté con seriedad.

—Voy a ignorar la aventura que tienes con esa... mujer, a cambio de que aceptes algo por mí—. Se cruzó de brazos.

—¿Qué quieres de mí, mamá?

^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^

Los tqm.

Mon💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top