CAPITULO 22. Corea/ México.
Jimin.
-¿Te gustaron las hamburguesas?.- Preguntó la mexicana mientras recogía todo de la mesa.
Incluso sin hacer mucho se veía verdaderamente hermosa.
-Si.- Respondí al fin.
Se dirigió a la cocina y sin pensarmelo mucho la seguí. Rodee su cintura desde atrás con mis brazos. Pasando mis manos por su vientre.
-Ahora podemos pasar al plato fuerte.- Le susurre al oído.
Mis labios fueron directo a su cuello, mientras mis manos exploraban las partes prohibidas de su cuerpo.
-Jimin.- Jadeo cuando le apreté un seno a mi antojo.
-Quiero escucharte gemir mi nombre otra vez.- Mordí ligeramente el lóbulo de su oreja.
Le di vuelta y atacó mis labios de forma desesperada. No tarde en seguirle el ritmo, ansiaba sentirla completa.
La sujete del trasero y la hice rodear mi cintura con sus piernas. Sin dejar de besarnos, camine hasta el sofá.
La recosté y me puse arriba de ella.
Los besos no se detenían, estos eran cada vez más candentes al punto de que nuestras lenguas se encontraron.
No quería separarme de sus labios, pero la falta de aire nos hizo hacerlo. Momento que aproveche para sacarle la blusa sin ninguna dificultad. Tenía tanta urgencia por mirar su desnudez de nuevo.
No demore en volver a devorar esos dulces labios, los cuales se me estaban haciendo una adicción. Metí mis manos por debajo de su espalda desabrochando su sostén con facilidad, deslice las tiras de este por sus hombros, hasta quitárselo por completo.
Sus senos quedaron a la vista y me deleite observándolo, apretujandolos a mi antojo.
-Me encantan tus senos.- Le dije mientras los seguía tocando. Grandes y suaves que me volvían loco.
Dejé besos húmedos desde su cuello, baje por la clavícula. Hasta llegar a esos preciosos senos. Los bese, para después pasar mi lengua por la piel de estos. Atrape su pezon y jugué con el dentro de mi boca, mi lengua lo estimulaba con movimientos circulares, alternando con pequeñas mordidas.
Jadeos ahogados quedaban atrapados en su boca. Estaba haciendo todo para no dejarlos salir.
-Vamos nena, quiero escucharte.
Me separe de ella y me ayudó a quitarme la camisa. Y yo sin perder el tiempo deslice su pantalón hacia abajo, sacándolo junto con sus bragas.
Observe con detenimiento su desnudez, cada parte de su cuerpo. Todo en ella es jodidamente sexy, me excita de tal manera que siento mi pene palpitar dentro de mi ropa interior. Rogando meterse ya dentro de ella.
Llevo mi mano a su intimidad, con los dedos me abri paso entre sus pliegues.
-Demonios, Olivia. Estas tan húmeda.- Mis dedos fueron cubiertos con sus fluidos.
-Tu pantalón esta a punto de reventar. - Dijo con la respiración agitada, refiriéndose a la masiva ereccion que se marcaba por encima de la tela.
-Esta ansioso por enterrarse en ti.- Sonreí con picardía. Mi respiración ya no era estable. -Ven aquí.
Tome sus manos y la hice enderezarse. La acomode de tal forma que sus brazos estaban sosteniéndose del respaldo del sofá. Me daba la espalda y jale un poco más sus caderas a mi dirección. Estaba completamente expuesta ante mi.
Introduje dos dedos en su interior, mientras mi pulgar estimulaba su punto sensible. Al momento ella reaccionó moviendo las caderas. Y sus gemidos se escuchaban cada vez con más claridad.
Con cada embestida de mis dedos se sentía aún más humeda. Y la urgencia de meterme en ella no hacía más que crecer.
-Jimin.- Jadeo mi nombre -T-te necesito a ti...- Su voz entrecortada llena de deseo me hizo sentir una oleada de calor aún mayor.
Saque mis dedos de su interior.
Desabotone mi pantalón y con una velocidad impresionante me lo saque junto con el bóxer.
De mi pantalón saque el paquetito y sin demoras me puse el condon.
Me acomode en su entrada, impulse mi pelvis hacia adelante sintiendo como mi duro miembro se abría camino en su interior. Hasta que toda mi longitud la lleno por completo.
-Ahhh.- Soltó un temido al sentirme dentro de ella. Su espalda se arqueo al momento.
Mi pelvis comenzó a moverse de forma lenta y placentera. Se sentía tan delicioso volver a tenerla.
Con cada embestida aumentaba el ritmo. Ella no se que daba atrás, movía sus caderas de forma gloriosa. De adelante hacía atrás, de aún lado a otro. Me estaba volviendo loco al moverse de tal manera.
Me incline sobre su espalda, mordí ligeramente su hombro. Mientras los gruñidos escapaban de mi boca.
-Quiero...quiero cogerte duro.- Apreté sus senos.
-Hazlo...no...no te detengas.- Una sonrisa cínica curvo sus labios. Escucharla así de excitada me desestabilizaba. Sobre todo el saber que estaba así por mi.
Salí de su interior y tome impulso, volviendo a entrar en ella. Duró y sin delicadezas.
Con una mano sostenía su cadera para mayor precisión, mientras mi pelvis impactaba con su delicioso trasero. Con la otra mano jugaba con uno de sus senos y pellizcaba sus pezones.
Sus uñas se enterraban en la tapicería del sofá. Echaba la cabeza hacia atras. Nuestros gemidos se mezclaban, se escuchaban en todo el maldito departamento. Probablemente fuera de este también. Pero poco nos importaba, estábamos disfrutandonos y eso era lo único importante justo ahora.
Cada vez que lo saco, sus paredes vaginales se aferran a mí miembro, como si no deseara dejar de sentirse llena por el.
Eso está desestabilizandome, me vuelve loco y me excita aun mas de lo que ya estoy. Se siente tan jodidamente bien.
La mexicana parece notarlo y sonríe con picardía y perversión al girar su rostro un poco y mirarme.
-Ah~joder...- Mis manos se aferran a su cadera -Preciosa...ya...ya no resistiré demasiado.- Jadee.
-Pensé..que Park Jimin tenía una resistencia inigualable.- Solto una risita burlona. -Ah~Ah.- Sus gemidos salieron de su boca con más fuerza y volumen. Al sentir que mis embestidas habían subido de velocidad y rudeza.
-Soy muy resistente preciosa.- Hablaba con dificultad -Pero tu...no me lo estas facilitando.
Lleve mi mano a su clitoris y comencé a darle atención. Lo frotaba de manera circular. Mientras seguía entrando y saliendo de su interior con velocidad y rudeza. Tocando partes sensibles en su interior.
-Ah~así...- Gemia alto -Jimin!... No pares!.- Decía con la voz cargada de excitacion. -Estoy...estoy cerca.- Iba a correrse.
-Quiero escuchar mi nombre cuando lo hagas.- Deje un beso en su espalda. Ella asintió.
Acelere de manera frenética, yo también estaba por acabar.
El ruido de nuestras intimidades chocando, se mezclaban con el de nuestros gemidos.
Los movimientos de mis dedos sobre su punto de placer los acelere. Provocando que arqueara la espalda, sentí sus paredes vaginales contraerse. Apretandome y dándome una sensación con mayor placer.
-Ah~Ah~Ah~Jimiiiin!!!.- Grito entre gemidos de placer al momento que el orgasmo la hizo temblar. Enterrando más la uñas en el respaldo del sofá.
No me detuve, seguí embistiendola para expandir los espasmos de su orgasmo.
Y en unas cuentas más logre llegar al orgasmo.
-Ah~Ah~Olivia, jodeeer!!.- Dije mientras sentí mi cuerpo sacudirse ante la ola de placer que me recorrió entero. Apreté la piel de sus caderas.
Poco a poco fui deteniendo mis movimientos dentro de ella. Hasta lograr detenerme por completo.
Olivia tenía el rostro escondido entre sus brazos y el respaldo del sofá. Su cabello caía a los lados de su rostro.
Los dos estábamos tratando de recomponernos de los intensos orgasmos que habíamos tenido hacía un momento.
Di un par de palmadas en sus glúteos, para después salir de su interior.
La preciosa mexicana se dejó caer en el sofá, recostandose en este.
Mientras yo me sacaba el condon con mi semen adentro.
-Voy a usar tu baño.- Le dije dirigiéndome a este.
-Adelante.- Fue lo único que dijo con los brazos cubriendose el rostro. Y con las mejillas coloradas.
Fui directo a este y en el cesto de basura tire el condon usado.
Abrí el grifo y me moje el rostro.
Salí del baño y volvía a donde la chica sexy con la que habia tenido sexo hacia unos minutos.
Estaba de pie cuando volví a la sala. Llegué hasta ella y la abrace por detrás. Dejé un suave beso en su cuello. Le di vuelta quedando frente a frente.
-Te lo dije mexicana.- Me mordi el labio reprimiendo una sonrisa.
-¿Que me dijiste?.- Preguntó con curiosidad.
-Te dije que ibas a ceder. Tarde o temprano.- Sonreí con picardía.
-No seas tan egocéntrico, porque puedo arrepentirme.- Me empujo ligeramente. Con una leve sonrisa en el rostro.
-No puedes.- La tomé de la cintura y la hice volver a estar pegada a mi.
-¿Quieres ver que si puedo?.
-No, no quiero ver nada.- Me acerque a sus labios y comencé un apasionado beso -No te haces una idea de cuanto me gustas.- Confesé una vez más mirando sus orbes cafés.
-Tu también me gustas.- Una sonrisa curvo sus labios. -Mucho.
-Lo sabía.- Sonreí sacando la punta de mi lengua.
-Engreído.- Sacó la lengua fingiendo molestia.
-Así te gusto.- Hice un guiño.
-Es verdad.- Se mordió el labio inferior -Es momento de vestirme.
Recogió su ropa para comenzar a ponérsela.
-¿Porque vas a vestirte?.- Arquee una ceja -Sin ropa te ves mucho mas hermosa.
-¿Eso le dices a todas?.
-Aunque lo parezca no soy tan idiota como piensas.- Dije mientras recogía mi ropa. -No le digo eso a todas. Solo a ti.- Me miró fijo, parecía analizarme.
-Ay ajá!.- Desvío la mirada -No tienes que mentir. De igual manera ya me acosté contigo.- Siguió cubriendo su cuerpo con cada prenda que se ponía.
-No tengo porque mentir.- Volví a capturar su atención al decir aquello -No le miento a las mujeres con las que he tenido algo. Siempre soy sincero y directo. No me gusta ilusionar a nadie.
-No tienes que explicarme nada.- Soltó una risa nerviosa -No soy tu novia, solo tenemos sexo. No me debes nada de explicaciones de tu vida.- Se encojio de hombros.
-Tienes razón.- Asentí. -Pero es verdad lo que te dije.- Quería que eso quedara claro.
-Esta bien, te creo.- Apesar de decir eso, parecía no creer ni una sola de mis palabras.
-No quiero volver a casa aún.- Termine de vestirme.
-¿Quieres ver una película?.- Sugirió con una sonrisa en el rostro. Sin pensarlo asentí. -Ven conmigo.
Fuimos a su habitación y se sentó en la cama, tomando el controlremoto de la TV. Palmeo el lugar del otro lado de la cama, indicándome que me sentará justo allí.
Me acerque y lo hice.
-¿Que películas te gustan?.- Pregunto con la mirada puesta en la pantalla.
-De todo un poco.- Contesté -Elige tu y sorprendeme.
-Ok, entonces yo elijo.
Así lo hizo. Eligió una, pero antes de ponerla, la vi ponerse de pie.
-Esperame aquí.- Salió de la habitación.
Tarde varios minutos solo, y me puse de pie para ir a verla. Cuando la vi entrar nuevamente.
Entró con un tazón lleno de palomitas, y con dos sprite. Se acomodo en la cama y puso a reproducir la película.
-Este es tuyo.- Me extendió una botella de sprite.
-Gracias.- Sonreí -Tardaste.
-Lo siento, es que me encanta ver películas comiendo palomitas.- Sonrió igual a una niña pequeña - Ahora si, a ver la película.
Nos acomodamos en la cama para mirar las película juntos.
La pelicila era de acción, y nos atrapó casi al instante. Mientras comíamos las palomitas que ella había preparado.
[..........]
Dos horas habían pasado rápido. La película había terminado.
La tenía recostada en mi pecho, con mi brazo sobre sus hombros.
-Estuvo buenísima.- Apago el televisor.
-Si, me gustó.
-Es tarde.- Abrió los ojos al mirar la hora en su celular.
-Es verdad, tengo que irme.
Nos pusimos de pie y fuimos de nuevo fuera de la habitación.
-Gracias por haber venido joven Park.- Sonreía de manera traviesa.
La tomé de la cintura jalandola hacia mí, con la otra mano sujete su rostro uniendo nuestros labios. Un beso lento y apasionado se desencadenó.
Le saque el celular del bolsillo trasero de su pantalón. Abrió los ojos al sentirlo y se separó de mi.
-¿Que haces?.- Intento quitármelo, pero fallo. -Jimin devuélvemelo.
-Tranquila.- Teclee en su celular. Mi celular comenzó a sonar y sonreí al lograr mi objetivo.
-¿Que hiciste?.- Frunció el entrecejo.
-Ten.- Se lo devolví.
-Respondeme.
-Solo necesitaba tener tu número.- Sonreí.
-Me lo hubieras pedido y listo.- Tomo el celular.
-Registra mi número.
-Eso estoy haciendo.- Tenía la mirada puesta en el celular.
Al terminar lo guardo en su bolsillo trasero de nuevo.
-Adiós preciosa.- Me despedí de ella.
-Adiós.- Se puso de puntillas para besarme de nuevo.
Le dedique una última sonrisa antes de subir al ascensor y perderla de vista. Las puertas se cerraron.
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7:00am Hora Mexico.
Jessica.
-Jessica despierta.- Mamá estaba tocando a la puerta de mi habitación.
-Mamá quiero dormir.- Dije como niña berrinchuda.
-Nada de eso. Necesito que me acompañes a comprar algunas cosas.
-Entra mamá.- Mi madre respetaba mi privacidad, bueno más o menos, y si yo no le decía que entrará, no lo iba hacer. La vi entrar -¿No puedes ir con papá?.- No quería despegarme de lo calientito de mi cama.
-Tu padre fue a la fábrica a resolver algunos asuntos con la producción de los calzados.- Me informó -Así que tú señorita.- Me señaló -No tienes escapatoria.
-Bien.- Hice un mini berrinchito al quitarme las sábanas de mala gana.
-Vamos mi amor, sabes que eres una hija muy buena.- Dio un beso en mi mejilla. -Prepararé el desayuno.
Salio de la habitación.
Sin muchas ganas me metí al baño y me di una ducha rápida para terminar de despertar. Salí del baño con una toalla cubriendo mi cuerpo.
Busque algo de ropa en mi armario.
Elegí ponerme un short de mezclilla que me cubrían la mitad del muslo y una blusa sin mangas con un pequeño escote. Empezaban los tiempos de calor y no quería cubrirme demasiado.
Cepille mi cabello y me amarre una coleta alta. Decidí no maquillarme. Ya que tenía demasiada pereza para hacerlo. Solo me rocíe perfume.
Salí de mi habitación y el olor a comida inundó mis fosas nasales. Olía delicioso y mi estómago rugio.
-¿Ya esta el desayuno?.- Me acerque a mi bella madre.
-Ya esta.- Asintió con una sonrisa
Mamá sirvió el desayuno y yo coloque los platos en la mesa. Cocino unos huevitos con longaniza y frijoles refritos. Acompañados de unos plátanos fritos, claro que si.
Me senté a desayunar con mamá, el desayuno le había quedado delicioso.
Desayunamos tranquilas, sin decir mucho.
-¿Has hablado con Olivia?.- Preguntó mi progenitora. Asentí -¿Cómo está?.
-Muy bien mamá, de verdad le está sentando muy bien haberse ido. Y me contó que ya tiene amigos nuevos.
-Me da mucho gusto oír eso. Ya le tocaba ser feliz.
-Es verdad, aunque la extraño.- Frunci los labios.
-Nosotros también hija, pero era su sueño irse. Y pronto lo harás tu también.- Mi madre tenía razón -Aunque parezcamos tranquilos, créeme Jessi que nos sentimos de cierta forma tristes. Ya no estarás en casa y eso es difícil. Pero sabemos que tienes que buscar tu propio camino.
-Ay mamá, ya para o me vas hacer llorar.- Me cubrí las mejillas con mis manos. -Yo también voy a extrañarlos.
-Tienes razón no podemos llorar ahorita, tenemos cosas que hacer.- Sonrio mamá con nostalgia.
-Por cierto, ¿a dónde iremos?.
-Vamos al mercado con tu tía Julia.- Contestó -Va hacerle una fiesta a José y me pidió ayuda.- No pude evitar rodar los ojos.
-Mamá me lo hubieras dicho antes. Ahora tengo que ir a cambiarme la ropa.- Me cruce de brazos frunciendo los labios.
-Pues apresurate mientras lavo los platos.- Se puso de pie juntando los trastes que acabamos de usar.
Me puse de pie y volví a mi habitación. Busque en mi armario la ropa más adecuada para ir al mercado.
-Tan cómoda que estaba con esta ropa.- Dije refiriéndome a la que traía puesta.
Pero el problema estaba en que el short y la blusa que traía puesto, no eran adecuados para ir a un lugar como el mercado.
No porque tuviera una clase de prejuicios con las prendas. Más bien porque en mi México querido, ir con este tipo de ropa aun lugar así, significaba ser acosada en la calle.
Escuchar a algunos hombres decirte cosas tan vulgares y en los peores casos ser tocada sin tu consentimiento.
Al escoger mis prendas me vestí rápidamente.
(Outfit de la Jess para ir al mercado)...
Elegí una blusa blanca bastante ordinaria con un estampado en negro sobre mi caricatura favorita, acompañada de un pantalón de mezclilla. Esto sin duda podia funcionar.
-Jessica, vámonos.- Escuché a mamá llamarme desde la sala.
-Ya voy.- tomé mi pequeño bolso y la tira me la coloque en el cuello, haciendo que esta quedara cruzada sobre mi pecho.
Salí de la habitación.
Subimos al auto y de camino pasamos por la tía Julia y por Itzel. A mi pobre prima su madre la obligaba a hacer todas estas cosas.
-Buenos días tía Julia e Itzel.- Las salude en cuanto entraron al auto.
-Buenos días Jessica.- Respondió mi tía. En cambio mi prima se notaba que traía una encabronada monumental. -Deberías aprender de tu prima.- Desde el asiento del copiloto se giro un poco para mirar a mi prima.
-Tomaré nota de todo lo que Jessica haga para aprender bien mamá.- Fingió una sonrisa, para después volver a quedarse completamente seria.
-¿Estas bien?.- Puse mi mano en su muslo, hablando bajo.
-Después te cuento.- Fue todo lo que contestó.
No tardamos demasiado en llegar al lugar. Mamá busco donde estacionar el auto y bajamos de este.
Empezamos nuestra larga caminata en el enorme mercado. Comprando todo lo necesario para la dichosa fiesta.
Mientras mamá y la tía platicaban de cosas triviales. Nos mantuvimos a una considerable distancia.
-¿Ahora si vas a decirme que pasa?.
-Quiero esperar a que lleguemos a casa, para hablar más tranquilas.- Asentí. Tenía razón, no era buena idea hablar aquí.
Nuestras madres compraron cientos de cosas. Una vez que la tía Julia tenía todo, regresamos al auto y guardamos las compras en la cajuela del auto.
Mamá condujo hasta llegar a casa del tío Rubén y la tía Julia. Su casa era suficientemente grande para la fiesta que querían dar a nombre de su hijo. Mi primo José.
Ayudamos a bajar todas las cosas del auto y nos adentramos a la casa de Itzel.
Mientras mamá y la tía Julia se encargaban de la comida y demás.
Nosotras estábamos encargadas de la decoración. Lo que en verdad agradecía, no soy muy fan de la cocina.
-Ahora que estamos solas. Ya dime, ¿que tienes?.- Mi prima había estado sin muchos ánimos.
-Son muchas cosas.- Respondió Itzel soltando un pesado suspiro.
-Sabes que puedes decirme lo que sea.
-Estoy arta de todo. De mis padres, mis hermanos.- Empezó -¿Te acuerdas que estaba saliendo con Armando?.- Asentí al momento -Ya no me ha buscado más.- Note la decepción en su rostro -Es confuso, pensé que todo iba bien entre nosotros.
-¿Ya trataste de contactarlo?, no se a lo mejor le ocurrió algo. Pueden ser muchas cosas Itzel.
-No responde mis mensajes, así que deje de escribirle.- Ese maldito idiota, ¿quién se cree que es para hacerle esto?.
-¿Te acostaste con él?.- Tenía que preguntarlo. Itzel asintió cabizbaja. -¿Hace cuanto dejó de hablarte?.
-Hace una semana.
-¿Hace cuanto pasó?, ¿Cuando tuvieron sexo?.
-Hace dos semanas.- Habló con desánimo -Después de eso. Él había estado bien conmigo, nose que pasó.
-¿No actuó extraño después de hacerlo?.
-Bueno yo creo que no.- No estaba segura, lo sabía por el tono de su voz -Estábamos en su casa y yo debía regresar. Así que, cuando terminamos de hacerlo. Me trajo a mi casa.
-Es un hijo de puta.- Ese cabron me las iba a pagar -Yo voy a resolver esto.
-Jessica no.
-¿Porque?.
-Si haces un escándalo mis hermanos van a saberlo. Y no me va a ir muy bien si saben lo que hice con él.- Sus ojos me miraron suplicantes.
-Pensé que no te importaba lo que dijeran tus hermanos.
-No tienes idea la presión que tengo por ellos y por mis padres.- Itzel constantemente quería estar fuera de su casa por esa razón -Aparte le llegaron rumores a Damián, de lo mío con Armando. Se puso como loco. Ayer me dijo muchas cosas horribles.
-¿Ahora que te dijo ese pendejo?.- Rodé los ojos.
-Que me alejara de Armando, y que no quería enterarse de que me anduviera comportando como una puta...
-Que huevos del maldito cabron.- Quería estrellar la maldita cara de Damián contra el pavimento -Después de todo lo que él le hizo a Olivia y lo maldito cerdo que es, se atreve a decirte esas cosas.- Cada vez que me acordaba de lo mucho que hizo llorar a mi mejor amiga me volvía el maldito coraje -¿Lo saben tus padres?.
-Da igual si lo saben o no, siempre le dan la razón.- Soltó un pesado suspiro -"Itzel tu hermano solo te cuida", "Obedece a tus hermanos, ellos saben lo que te conviene", "Tus hermanos son hombres, es diferente". Dicen muchas cosas más, no tienes idea lo frustrante que es.- Repitio algunas cosas que sus padres le dicen.
-No imagino lo difícil que es para ti.- La arrope con mis brazos, en un cálido abrazo.
-Por eso quiero irme de aquí en la primer oportunidad que tenga.- Dos lágrimas traicioneras se deslizaron por sus mejillas. Las limpió con rapidez.
-Así será, vas a tener una vida feliz. Mira Olivia lo está logrando y seguro tu también.- La anime un poco.
-Itzeeeeel.- Escuchamos el estruendoso grito de Damián.
-¿Donde mierda esta Itzel, mamá?.- Ese era José.
-Esta en el jardín con Jessica.
Alcanzamos a escuchar, los pasos presurosos se escuchaban más cerca.
Al momento que entraron en nuestro campo de visión, Itzel tomó mi mano y la apretó como señal de auxilio.
Por las expresiones de los dos sabia que traían un cabreo monumental.
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Hola soy yo de nuevo👀
Ya se que me tarde un poquito en actualizar. Por eso voy a empezar este maraton que se llama "Corea/México". En el cual les estaré dando a conocer más cositas, sobre todo de algunos personajes que aún no conocen bien. Espero que les guste, porque si trae varias cositas la verdad, me urge que conozcan a las otras mexicanas y al mexicano coreano guapísimo.
Pidan, pidan y se les dará. A menos que sean esa tal "solounacarabonita". Ay si no. jaja
Sin más que agregar. Gracias por leer.
Vuelvo pronto. Se me cuidan,
Atte. Mon💜💜💜
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