8 . Comité de bienvenida
El viernes a la tarde, salí de mi última clase y corrí a la habitación de las chicas de Gryffindor a preparar mi baúl para regresar a mi casa. Metí mis cosas dentro bien acomodadas y lo cerré. Dejé mis auriculares apartados y de pronto recordé entristecida:
- ¡Pero si no tengo entrada!
- Tal vez puedas sacar otra entrada - me animó Pia.
- Ojalá pudiera - dije con tristeza - . ¿No te dije que se agotaron? Y las de reventa son muy caras. No importa, tal vez no esté tan mal que no vaya después de todo.
Esa noche, me dormí temprano. O eso intenté. Me costó conciliar el sueño.
Estaba nerviosa porque al día siguiente, en cuanto llegara a mi casa, partiríamos rumbo a Manchester. Allí nos encontraríamos con las familias de mis amigas. Finalmente logré dormir y, al otro día, me desperté temprano y fui a dar una vuelta por los jardines antes de desayunar.
Mientas escuchaba música. Allí me encontré con Albus.
- Lanny - me llamó pero yo no lo oí por lo que gritó - ¡Lanny!
- ¡Hola, Al! - lo saludé.
- ¡Demonios! Estaba intentando que me oyeras desde hace cinco minutos. ¿Qué escuchas?
- ¡Lo siento, Al! Estoy escuchando a mi Banda favorita Brujas y Calderos.
- ¿Ah si? ¿Son mujeres?
- No, nada de eso. Son cinco chicos. El más joven, Luke Rogers tiene veinticuatro años y el más grande del grupo, Marcus Hope, veintiséis. Tobías Johnson y Lee circus tienen veinticinco.
- Increíble. ¡Si que eres fanática! - comentó Albus.
- Lo sé. ¿Tienes idea de la hora que es? Es que todavía no desayuné y tengo hambre.
- No tengo idea ¿Te acompaño al Gran Comedor?
- Si, pero que mis amigas no nos vean juntos - dije - . Es que Pia está algo celosa de que me hablen los chicos y Lola creo que tiene muy baja autoestima.
- Pia es bastante atractiva pero no me gusta ese tipo de chicas. Odio esos colores en el pelo. Quedan muy artificiales. Excepto a Teddy. Pero él es mitad metamorfomago.
- Lo sé. Y es muy loco. Yo me lo voy a teñir de rosa en el verano. Pero solo las puntas.
- ¡Qué lástima! ¡Me gusta tu color de pelo! - comentó Albus.
- Gracias - dije e intenté no sonreír.
En el vestíbulo nos separamos y cada uno se dirigió a la mesa de su casa.
Desayuné rápidamente con mis amigas y las tres nos reunimos con los demás que regresarían a sus casas para las vacaciones. Fuimos a la estación de tren de Hogsmeade y subimos al tren.
En King's Kross me despedí de mis amigas y cada una regresó con sus familias.
- ¡Hola, ma y pa! - saludé a mis padres y ellos respondieron y me abrazaron.
- ¡Lanny! - dijeron mis dos hermanitos.
- ¡Hola, chicos! ¡Los extrañé muchísimo! - les dije.
- Pero el lunes, Lanny deberá regresar al colegio. Así que no se relajen tanto - dijo mi mamá.
- Ahora apresurense y corran a la camioneta - dijo mi papá.
- ¿No era mejor si íbamos en tren? - pregunté.
- Es que es mucho equipaje - dijo mi mamá - . Además yo no viajaría en tren hasta tan lejos. ¡No lo aguantaría!
Luego subimos a la camioneta y mi papá condujo hasta Manchester.
Llegamos a la ciudad cerca de la noche. Era primavera pero hacía frío cuando llegamos.
Yo tenía puesto un top rosa con elástico con letras que decían «Pink» que me había comprado en Estados Unidos en un viaje que hice con mi familia y un short de Jean azul. En los pies, llevaba zapatillas Adidas blancas con tiras rosa y medias Adidas cortas. Entonces, una vez que llegamos, me puse un buzo del equipo de Quidditch de Gryfffindor que me había comprado en el Parque Harry Potter.
Una vez allí, fuimos a la recepción a registrarnos, en dónde estaba la familia de Rebecca.
- ¡Hola! - nos saludó Rebecca.
- ¡Hello, Hello! ¿Cómo están? - nos saludó Lydia, su mamá.
- ¿Cómo están? - nos saludó Clarence, su papá.
- ¡Hola! - saludamos mis hermanos y yo.
- ¡Hola, gente! - dijo mí mamá - ¡El comité de bienvenida!
- ¿Todo bien? - los saludó mi papá.
- ¡Genial! ¿Pudieron llegar bien? - les preguntó Clarence a mis padres.
- Si, pero nos perdimos en la entrada al complejo - respondió mi papá.
- ¡Maldito GPS! - dijo mi mamá.
- ¡Terrible! - dijo Rebecca - La peor parte es que en la entrada hay como una especie de callejón sin salida. Eso hace que te pierdas mucho.
- Es que ese es el problema - dijo Clarence - . El que no sabe se pierde con eso.
- ¡Cómo nos pasó a nosotros! - comentó mi mamá.
- ¿Se perdieron allí, Ade? - Le preguntó Rebecca a mi mamá.
- Si, fue exactamente ahí Becky.
- Es que confunde mucho - comenté - . ¿Cuánto tiempo se quedan ustedes?
- Hasta el sábado. Vinimos el sábado pasado - dijo Lydia.
- Nosotros hasta el domingo - dijo mi mamá.
- Señores Jones - dijo la recepcionista - . ¿Van a pagar en efectivo o con tarjeta?
- Tarjeta - dijo mi papá - ¿Está bien del banco «Churhchil»?
- Perfecto, señor Jones.
Luego nos llevaron en un carrito de golf hasta nuestra casa.
- ¡Esto es increíble! - dije.
- ¡De verdad son cinco estrellas! - dijo mi papá.
Una vez que llegamos, bajamos junto a nuestro equipaje y entramos en la casa.
- ¡Genial! - dijeron Troy y Ally.
- Bien. Pondré la ropa en los placares y cenaremos en el comedor común.
Podríamos deciles a Lydia y Clarence que se sumen a nuestra caminata por la ciudad. ¡Será divertido! - dijo mi mamá.
Después de ordenar un poco, nos dirigimos a nuestras habitaciones dentro de la casa para cambiarnos para la cena.
Yo me puse un vestido rosa pálido con escote en «V» y que se ataba al cuello. De pronto pasé junto a un chico pelirrojo de ojos verdes muy bonito que yo creí reconocer, ví que me seguía con la mirada disimuladamente.
- Tomen platos y vallan a servirse lo que quieran. Pero qué sea medido - dijo mi mamá a mis hermanos y a mí - Lanny ¿Estás bien?
- ¿Hum? ¡Ah si! ¡Gracias! - dije.
- ¿Qué pasa?
- ¿Haz visto aquel chico de allá? - dije señalando con la mirada al chico - no para de mirarme y creo que ya sé quién es.
- ¿No es Luke Rogers?
- No puede ser - dije - . Pero podría...¡No sé!
Entonces me dirigí a una bandeja y al quitar la tapa, ví que eran fideos.
Me estaba por sevir salsa cuando el mismo chico que me miraba se me acercó.
- ¿Te vas a servir? ¿O me puedo servir yo? - me preguntó y yo reconocí su acento de pueblo cerca de Manchester y los tatuajes del brazo derecho y parte del brazo izquierdo.
- M-me estaba a punto de servir - dije nerviosa - . Pero...puedes servirte primero.
- No, sirvete tú. Yo espero. Adelante, ¡Insisto! - dijo al ver qué no me decidía a tomar la cuchara.
- Está bien - dije estirando el brazo.
- ¿Te gusta Brujas y Calderos? - me preguntó al ver la cinta violeta con el nombre de la banda que yo llevaba en mi muñeca.
- ¡Ajá! ¡Si! - dije - ¿Eres Luke Rogers? - le pregunté.
- Así es. Pero te pido por favor que no lo digas muy alto. Es que la gente no se ha dado cuenta.
- ¡Seguro! ¿Qué hacés aquí? En el hotel.
- Vivo en Manchester, en realidad en un pueblo cerca de la ciudad. Vine aquí porque está más cerca del estadio. Tú no eres de por aquí.
- No, soy de Londres.
- ¿De verdad? ¡Yo vivo en Londres! Tengo un departamento en Kensington.
- ¡Increíble! ¿Kensington? ¡Yo vivo allí!
- ¡Genial! Yo acabo de llegar.
- yo llegué hoy a la tarde. Estaba en casa de mis padres.
- Toma la cuchara, Luke - dije dándole la cuchara de la salsa - . Nos veremos en otra ocasión.
- ¡Gracias! Si. Nos vemos luego. ¿Tienes planes para mañana?
- Iré a recorrer la ciudad y algunos pueblitos cercanos.
- Tengan cuidado. La zona de fábricas es muy peligrosa. No por la gente que trabaja allí, sino por la gente que vive allí. Puedo ir con ustedes.
- ¿Puedes esperarme un momento que les pregunto a mis padres qué les parece?
- Mejor convercenlo entre ustedes - dijo Luke - . Te doy mí número.
- De acuerdo. Yo te doy el mío y hablamos.
- ¿Me prestas tu teléfono?
- ¡Seguro! - dije y le dí a Luke mi Iphone 5s con funda de Victoria's Secret comprada en Miami - ¿Todavía no lo cambiaste?
- No. La verdad no.
- Tengo un iPhone X que no uso. Está en casa de mis padres. Mañana por la mañana iré a buscarlo temprano y cuando te vea en el hotel te lo daré.
- Bien. Pero primero tengo que hablarlo con mis padres. Ellos deciden todavía - dije.
- Bien. Toma tu teléfono. Envíame un mensaje con tu nombre y te agregaré a mis contactos.
- De acuerdo. Me llamo Melanie. Pero dime Lanny. Me tengo que ir a cenar con mi familia. Nos vemos mañana, espero.
- Nos vemos, Lanny.
Me había alejado unos pasos y me dijo:
- ¡Gustó en conocerte!
- ¡Igualmente! - respondí y me senté a una mesa con mi familia.
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