6. Clase de vuelo
Al otro día, me vestí y bajé a desayunar. Ese día tendríamos nuestra primera clase de vuelo, por lo que tenía muchas expectativas con ese día nuevo.
Bajé al Gran Comedor con mis amigas y los demás alumnos del colegio, me senté en la mesa de Gryfffindor junto a mis amigas y desayuné.
- ¿Creen que aprenderemos a subirnos a una escoba y volar? - preguntó Lola.
- ¡Ya lo creo! - dije emocionada - ¡No puedo esperar! Mi mama me dijo que, si me dejaban jugar en el equipo, tal vez podría prestarme su vieja escoba.
- A mí no me emociona mucho esa idea - dijo Pia con sinceridad - . La verdad es que no me gusta la actividad física mágica. Soy más de los libros.
- Y los chicos - bromeó Lola.
- ¡Te va a oír! - se enfadó Pia.
- ¡Vamos, Pia! ¿No vas a decirme que no te gusta… - dijo bajando la voz - James Potter?
- ¡Para nada! Es lindo pero no me gusta.
- Es tan obvio... - bromeé.
- Se entera y las mataré - dijo Pia.
Mientras desayunábamos, la profesora McGonagall dijo:
- ¡Atención alumnos! Antes de que comience el día me gustaría darles una noticia que a muchos les gustará saber. Hemos extendido la edad permitida para ir al pueblo cercano al colegio, Hogsmeade. A partir de hoy, todos los alumnos que tengan desde doce años, podrán ir al pueblo con autorización de sus padres y bajo la vigilancia de un prefecto. Mientras desayunan, los jefes de cada casa les repartirán los permisos que deben enviar a sus padres todos los alumnos con la edad requerida. ¿Alguna pregunta? - yo levanté la mano - Jones.
- Tengo una pregunta, señora. Cumpliré doce años en noviembre ¿Tendré que pedir el permiso una vez que los haya cumplido o se puede hacer una excepción? Porque creo que no soy la única en esta situación - dije.
- En tal caso el permiso debería estar acompañado de una nota aclarando esas circunstancias. ¿Alguien más?
- Cumplo doce en julio - dijo Merula Snake.
- Me temo que no haz levantado la mano, Snake. Eso podría costarte cincuenta puntos menos para Slytherin. Te responderé por buenos modales. En realidad no podrás tener tu permiso hasta que cumplas los doce años.
- ¿Es un chiste? ¡Mí padre trabaja en el ministerio! ¡Podría despedirla! - desafío Merula.
- Tu padre no tiene la autoridad para tal cosa. Además es un permiso que nos envía el ministerio. Yo que tú, me informaría primero, Snake. ¿Alguna otra pregunta? ¿Nadie? Bien, continúen con sus obligaciones y ¡buenos días!
Yo sonrreí pero lo disimulé bebiendo café mientras Pia, que estaba de espaldas a ella, sonreía complacida y Lola me dirigía una mirada de triunfo.
Después de desayunar, nos dirigimos a los jardines del colegio a aprender a volar una escoba con Madame Hoke.
- Muy bien, alumnos - decía esta - . Todo lo que tienen que hacer es, subirse a la escoba y gritar «¡arriba!».
- Profesora - dijo Merula - . Me parece que eso es un tanto..¿Cómo decirlo?..¡Básico! Está claro que todos alumnos en Hogwarts ya sabe cómo volar una escoba.
- No lo creo, Snake - dijo madamme Hoocke - . Me parece que, si están en primer año, es porque aún no saben esas cosas a las que tú llamas «basicas». ¿Alguien más que cuestione mis métodos de enseñanza? ¿Nadie? ¡Comencemos!
Yo pude volar mí escoba desde el primer intento. Pero hubo quienes tardaron más tiempo en lograrlo.
Pia logró hacer que su escoba levantara vuelo al segundo intento pero Lola nunca pudo hacerlo. Tardó tanto que los últimos diez minutos de la hora los usó intentando hacer que su escoba se despegará del suelo pero sin lograr que esta se moviera.
- Veo que hemos logrado muchos avances - comentaba la profesora - . Pero, para quienes no pudieron hacerlo, no se frustren. Ya lo lograrán. Volar una escoba no es tarea fácil. ¡Los veo la próxima clase!
- ¡Adiós, profesora! - saludamos todos.
- Un momento. Jones, quiero hablar contigo.
Yo la seguí, luego de separarme de mis dos amigas.
Seguí a la profesora hasta la oficina de la directora. Allí, estaba ella con el profesor Hagrid.
- ¿Van a expulsarme? - pregunté.
- ¡Al contrario! - dijo McGonagall - Tenemos un gran plan para ti.
- ¿De verdad?
- ¡Pero claro! Queríamos preguntarte si estabas interesada en formar parte del equipo de Quidditch de Gryffindor.
- ¡Claro! - dije emocionada frente a la posibilidad de usar la túnica escarlata del equipo de Quidditch de Gryffindor.
- Muy bien. Hablaré con tu capitán para que arreglen una fecha de encuentro para decidir tu pocisión en el equipo. ¿De acuerdo?
- Completamente. ¡Muchas gracias! ¿Puedo retirarme?
- Desde luego - dijo la directora de Hogwarts - . Y ¡felicitaciones por tu logro, Melanie!
- ¡Muchas gracias, señora!
Me retire por la escalera caracol feliz. Ya quería contarles a mis amigas sobre mí nevo logro. Pero estaba caminando frente a la puerta del despacho del profesor Simons cuando lo oí tener una conversación muy extraña con alguien.
- Si, juro que se lo llevaré, señorita - decía. ¿A quién podría habérselo dicho si estaba solo en aquel despacho?
- Por favor, dime Delphie - dijo una voz femenina - . Escucha, Martin. ¿No quieres hacerlo regresar? ¿A caso olvidaste que mi plan es advertirle?
- Lo sé señ...digo Delphie. Pero tal vez no sea conveniente, si me permite opinar.
- ¡Cállate! ¡Tengo mucha más autorizada que tú aquí! ¡Tú no puedes opinar aún!
- Miren a la pequeña de primer año - dijo Peeves.
- ¡Shh! ¡Peeves, no me delates! ¡Por favor! - le supliqué.
- Hmm. Eso será difícil.
- ¡Peeves! - escuché que dijo alguien y reconocí a Albus Potter - ¡Déjala en paz! ¿Qué no ves que es de primer año? Probablemente se perdió. ¿De qué casa eres? - me preguntó.
- Soy de Gryfffindor - dije.
- Bien. Supongo que puedo acompañarte un trecho. Pero soy de Slytherin.
- Bien. Muchas gracias. Creo que será suficiente - dije y emprendimos la caminata.
Caminamos en silencio hasta que Albus rompió el hielo diciendo:
- ¿Te gusta el Quidditch? - me preguntó.
- Si, ¡me encanta! - dije - Pero en mi casa no se juega mucho. Mi papá es muggle, entonces no sabe nada sobre eso, pero le gusta el fútbol. A mi hermano le gusta también y a ambos les gusta el Chelsie, a mi hermana le da igual y a mi mama y a mí nos encanta el Quidditch.
- Wow ¡Qué familión! Es muy complicado. Nosotros también somos muchos. ¿Qué equipo te gusta más?
- Los Chudley Cannon - respondí.
- ¿Es en serio? ¡A mi tío Ron le encanta!
- Son un gran equipo - dije - . Yo soy súper fanática. Sé toda la formación del equipo y cada lugar y puesto - presumí.
- ¿Ah si? ¿Podrías decirme quién es el buscador?
- Por supuesto. Joseph Snow - dije - . Es quien lleva el mayor número de atrapadas en el equipo. Jugó por un tiempo en los Chudley y otro para los
Murciélagos de Ballycastle. Pero se fue de los Murciélagos porque quería ayudar a los Chudley.
- Todavía no entiendo por qué se fue de uno de los mejores equipos de Quidditch de Europa - comentó Albus - Yo amo cómo juegan las Avispas de Wimbourne.
- ¿Es una broma? ¡Juegan sucio!
- No. Eso se llama «tener táctica de juego» y mi hermano está de acuerdo conmigo.
- En mi opinion son muy violentos. Prefiero a los Appleby Arrows.
- ¡Jamás digas eso si quieres que nos llevemos bien! - bromeó él y ambos reímos.
Seguimos hablando de Quidditch un trecho, hasta que llegamos a la escalera que llevaba a la entrada de la torre Gryffindor.
- Bueno - dije - ¡Aquí me detengo! Fue lindo hablar contigo, Albus.
- Dime «Al». ¡Nos vemos, Chudley!
- ¡Ja, ja! ¡Nos vemos, Avispa! - respondí - Por cierto, puedes llamarme «Lanny».
Una vez que se fue, dije la contraseña y me metí por el agujero del retrato de la dama gorda para entrar en la torre Gryffindor.
Pasé por la sala común sin hacer ruido y me dirigí a la habitación de las chicas. Me puse el pijama y me acosté en mí cama con dosel.
Me dormí pensando en mi conversación con Albus. La verdad me había gustado hablar con él. Era muy divertido. Tal vez era porque nunca en la vida había tenido una conversación con un chico pero no lo sabía con seguridad.
Finalmente me dormí y soñé que jugaba de buscadora en los Chudley Cannon y que ganamos la Eurocopa de Quidditch.
Al otro día, me levanté y me cambié rápidamente para reunirme con Pia en la sala común de Gryffindor y esperamos a Lola para bajar al Gran Comedor a desayunar.
Allí, una vez que me aseguré de que nadie nos oía, les conté a mis amigas sobre mí charla sobre Quidditch con Albus.
Ninguna de las dos lo podía creer. Estaban sorprendidas y felices por mí. Pero noté que Pia estaba un tanto molesta. «Tal vez está celosa» pensé «¡claro! Si a ella le encanta que la miren y le hablen los chicos».
Finalmente ella dijo:
- ¡Te felicito! La verdad que tienes una suerte excelente. Yo, por ejemplo, a penas logro que mi crush me mire.
- Ya lograrás hablar con él, Pia - la calmé - . Tenemos once años, tal vez sea mejor que esperaras unos años más. Todavía somos niñas. Yo tuve suerte nada más.
- Quizás - dijo mi amiga.
- Yo, por mi parte, estoy feliz por ti Lanny - dijo Lola - . La verdad es que me gustaría tener tu suerte. Pero soy horrible.
- No creo que todos piensen lo mismo. Mirá a Scorpius Malfoy. No ha dejado de mirarte desde ayer a la noche en la cena - dije.
- Pero él es muy lindo para mí. Y es un sangre pura. No me prestaría la más mínima atención aunque quisiera - comentó tristemente.
- Tienes muy poco amor propio - observó Pia - . Debes quererte más a ti misma.
- ¿Cómo esperas que haga eso? No soy muggle pero tampoco soy bruja. ¿Qué soy? ¿Una bruja muggle? ¿O una muggle bruja? - dijo Lola llorando.
- No llores, Loly - la tranquilisé - . Tal vez debas quererte más y aceptarte tal cual eres. Nadie es perfecto, no todos somos iguales.
- ¡Lo dices porque eres más linda y más suertuda que yo!
- Mirá, yo tampoco soy perfecta ¿Si? También tengo mis defectos.
- ¿Siendo rubia y linda?
- No todos somos lo que aparentamos. Soy muy tímida con la gente ¿Sabías? Y jamás he hablado con ningún chico, excepto Al.
- ¿Al? ¿Él te pidió que lo llamaras así?
- Por supuesto. Ahora somos amigos.
- ¿Amigos? ¿En serio, Lanny?
- ¿Qué les parece si dejamos la pelea aquí y acabamos de desayunar? - dijo Pia impaciente - O vamos a perdernos la primera clase del día.
- Buena idea - dije y continué con mí desayuno.
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