Capítulo XXVII: Sacrificio
Cuando creímos que todo acababa al fin, que por fin podriamos empezar de nuevo y recuperar nuestras antiguas vidas, se nos vino el infierno encima amenazando terminar con todo lo que habíamos logrado forjar.
Sentí a Sclauss levantarse tras mi espalda despegando su amoroso abrazo de mi cuerpo aunque su armadura estuviera fría, su caminar rechinaba sonoramente y levantó su maravillosa espada del piso.
Yo aún seguía soltando lágrimas tras la brutal muerte de Ignon, de rodillas en el piso junto a su cadáver ensangrentado de quien fue mi salvador de una tortura eterna.
Estaba sumida en llanto y pena cuando un sonido de relinche de parte del caballo del Sclauss junto con un rugido proveniente del mar de sangre a mi costado, atrajo mi atención repentinamente.
Un ser se alzaba desde dentro del mar, enorme, monstruoso, siniestro, se asemejaba mucho a un Kraken. Se abrió paso con unos tentáculos color morado oscuro que danzaban en el aire en ritmo uniforme y 4 de ellos, le mantenía sobre el mar casi flotando sobre el.
Todos mirábamos confundidos y a la vez sorprendidos, era enorme y demasiado monstruoso. Entre ese raro cuerpo alargado que se adelgazaba hacia arriba mantenía unos pequeños puntos ennegrecidos a sus costados que yo supuse eran sus ojos, y bajo estos, unos raros bigotes gruesos ondulados del mismo color.
Pero el único que no se sorprendió, fue Sclauss. La flama radiante de sus ojos se encendió al mirarlo surgir del mar y empuñó sus huesudas manos desnudas con intensidad.
Como siempre, Sclauss estaba mucho más informado de lo que decía, y por lo que parecía, Crenix no fue el único con quien tenía "asuntos pendientes". Pero en ese segundo entendí porque no había actuado en contra de satán, en contra de quien lo desterró.
Sclauss guardaba fuerzas, sabía que ese ser aparecería para no dejar una lucha tan simple tras la muerte de satán y vengarle, sabía que se venía una lucha mayor tras la muerte del reinante de los demonios.
Me levanté del piso mirándole detenidamente mientras Sclauss corría hacia a su caballo. Alcancé a notar que tenía unos 20 o quizás 25 tentáculos que movía a diestra y siniestra y podía alargarlos a voluntad.
Los desterrados y demonios parecían congelados en el tiempo, mirando embobados a ese ser, que inesperadamente abrió una boca circular por entre sus ojos que poseía unos dientes triangulares y filosos en sus puntas.
Sclauss avanzo rápidamente por su izquierda cortando al filo de su espada, cada tentáculo que se le atravesaba, pero éstos parecían infinitos, se regeneraban al segundo y se alargaban más en cada corte.
Vi como su enorme cuerpo se giró hacia mí y una de sus ventosas goteando sangre se acercaba a mi cuerpo, yo aún me sentía congelada por ante el asombro de ver tal monstruosidad que solo logré ver las películas o en videos falsificados para sorprender, pero este era real, totalmente real, y lo tenía frente a mis ojos. Y yo que creía que ya nada lograría sorprenderme, me di cuenta de lo ilusa que fui.
Un grito de Sclauss me despertó de mi asombro para luego sentir como esa extraña ventosa mojada y gelatinosa rodeó mi cintura y me alzó del piso.
—¡Déjala! ¡Ella no tiene nada que ver! ¡Mi espada mató a tu querido satán!
Oí gritar a Sclauss antes de dar corte con el filo de su espada al tentáculo que me mantenía presa.
Pero antes de poder rescatarme otra vez de mis ya normales caídas, otro tentáculo apareció bajo mis pies para volver a tomarme y alzarme por sobre el cuerpo del infernal Kraken.
Sentí un olor a cenizas mezclado con carbón cuando me acercó a él, y sus raros ojos no tenían parpados.
—Esta cosa te ha ablandado Sclauss ¿Dónde quedo ese ser infernal que odiaba todo? —Dijo el ser con voz seca y profunda.
—¡Suéltame maldita cosa pegajosa! —grité desesperadamente mientras enterraba mis uñas en su carne gelatinosa.
—¡Calla! ¡Masa de carne insolente!
—Suéltala Tim, ¡Esto es conmigo y mi espada!
—¿Por qué la defiendes Sclauss? ¿Qué tan importante es este trozo de carne para ti?
—¿Te llamas Tim? —reí burlescamente tratando de ocultar mi nerviosismo ante tal monstruo —que nombre más estúpido para un ser monstruoso como tú, ¿No has pensado cambiarlo? Tim.
El ser con furia me agitó de un lado a otro, pareciendo un simple juguete, sinceramente, me sentí igual de insignificante que cuando me desterraron y me quitaron mis preciadas alas y mis cuernos.
—¡Silencio trozo de carne insulso! ¡Tú asesinaste a satán y encima pretendes que te suelte! ¡Que cretina eres! Pero no preocupes, pronto todo terminará para ti.
Uno de sus tentáculos se acercó a mi rostro, del final del éste salió una especie de punta filosa hecha de cartílago con un lindo color blanco con algo de transparencia.
Empecé a sentí como el sudor brotaba de mis manos y de mi frente cuando tuve esa cosa por sobre mis ojos, que amenazaba con filetear mi rostro y partir mi cráneo tan fácilmente como partir una manzana.
En ese momento fui una verdadera damisela en peligro, sin tener ningún plan para escapar de el, aunque me cueste bastante reconocerlo.
Sclauss quedo estático con los ojos flameando y la espada empuñada en su mano derecha irradiando furia, además de que un ligero humo salía por entre las aberturas de su armadura, sabía que él no podía hacer nada que no conllevara mi muerte, no podía hacer nada que significa un riesgo para mi.
—No te acerques Sclauss ¿No querrás que la mate verdad? Sería tan fácil como sacarle las tripas a un pez, aunque antes de matarla, exploraré un poco de ella.
—¡Aléjate Sclauss! ¡Yo ya hice suficiente! ¡si es mi momento, lo será y ya!
—¿Qué sucede Sclauss? ¿Te has enamorado? ¿Esta cosa debilitó al gran ser posesivo de la guerra? —preguntó Tim casi con un tono sarcástico, para luego reír estrepitosa y burlescamente, agrandando esa cosa que podría llamarse boca.
Dentro de ella parecía tener una lengua, se veía casi del mismo color que la garra cartilaginosa que mantenía frente a mi rostro. La marca parecía dos "M" entrelazadas entre si. Quizás por ese motivo fue que no caí inconsciente nuevamente al tocar un ser infernal como me sucedió con Moon. Ese ser no era un ser infernal normal, algo diferente tenia, algo más había en él.
—¿Acaso no recuerdas que los seres infernales no deben sentir amor? ¿O no me digas que olvidaste lo que pasó? ¿En serio lo has olvidado?
—¿Lo que pasó? —pensé, Sclauss ocultaba muchas más cosas de las que yo no estaba enterada, más cosas que lo tornaban más interesante para mí, pero esa historia, será contada en otro momento.
Inesperadamente una bola de fuego cayó directamente en el ojo de Tim, haciendo que se girara y estirara uno de sus tentáculos con rapidez por sobre el demonio que había despertado de su sorpresa y le atacó furtivamente.
Pero a Sclauss no le gustaba la ayuda, no que se entrometieran en sus luchas, y antes de que el tentáculo llegara a su objetivo, Sclauss hizo aparecer nuevamente esa pared verde traslucida, evitando que esta llegara a atacar al demonio.
El tentáculo trató de atravesar la pared que rodeaba los bordes del mar juntándose con la tierra, golpeándoles rápida y con mucha fuerza, pero un grito de mi parte le detuvo.
—¡No! ¡Déjalos! ¡Yo mate a satán! ¡Y ya me tienes! —agache mi mirada lo más que pude, y bajé el tono de mi voz lamentando lo que diría —Yo-yo me sacrificaré por ellos.
—Pero demonia...
—¡Cállate Sclauss! ¡Tómame a mí! ¡Pero a ellos no los toques! ¡Ni a Sclauss tampoco!
Tim comenzó a reír nuevamente, en tono burlesco.
—¿Te sacrificarás por unos insignificantes demonios? Estas cosas son reemplazables muy fácilmente ¿Lo sabías? incluso el mismo satán lo dijo, tonto trozo de carne.
—Por eso los demonios se fueron en su contra —Pensé, eso fue lo que me perdí en mi inconciencia en los recuerdos.
—No sé si eres demasiado estúpida o demasiado valiente trozo de carne -
—sentí esa mirada fría que me recordaba lo insignificante que era al lado de ese raro ser —Escoges bien de quien enamorarte Sclauss, que lástima que tu amor haya durado tan poco. Recuerda su rostro Sclauss, porque no volverás a contemplarlo.
Miró a Sclauss mientras sus tentáculos tomaban mis muñecas y mis tobillos para abrir mis piernas dolorosamente.
Sentí como arrancó mi ropa de cuajo para quedar a medio vestir frente a sus extraños ojos. Sus gelatinosos tentáculos rodeaban y se arrastraban por mi pálido y grueso cuerpo dejando marcas moradas en su camino. Yo solo deje de luchar y cerré mis ojos dejando que hiciera lo que quisiese.
Estaba a punto de ser ultrajada por un ser totalmente ajeno a lo que conocía. Por primera vez en mi existencia me sentía asustada con respecto a algo que tuviera que ver con ser tocada.
Pero había luchado demasiado para no llegar a nada, para que la sangre y el sudor haya sido desperdiciado, para dejar que los demonios y desterrados fueran asesinados, para que la muerte de Ignon fuese en vano y que el ser que tantas veces me salvó, fuese dañado.
Ya había perdido a Ignon, ahora, no perdería a Sclauss, aunque eso significara mi fin. Pero puedo decir que, en ese momento, subestime la fuerza y el poder de Sclauss. Y también subestime, lo que él sentía por mi.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top