47
Tony se quedó en el cuarto con Peter. Le ayudó a vestirse en pijama y se mantuvo en silencio hasta que Peter habló.
- ¿Por qué haces esto? Dijiste que tirarías mi cadáver al corral de los cerdos. Podría haber sido tu oportunidad perfecta.
Tony carcajeó. Tumbó suavemente a Peter en la cama y lo tapó con la mantita. Bajó y le dio un beso en la frente.
- La idea era matarte yo y tirarlo, no traumarme encontrándote muerto.
El Alfa se sentó en la orilla de la cama, al lado de Peter. No se avergonzó a rodear al chico y acariciarle la espalda, ya que Peter vio sus intenciones y se acomodó de lado.
- Tampoco hubiera sabido si te hubiéramos encontrado... te escondiste muy bien...
- ¿Me habéis buscado?
- Más o menos.
Silencio. No era un silencio incómodo, sino tranquilo. ¿Cómo ha cambiado tanto la situación? Peter ya lo notó desde hace unos días. Tony ya no era tan distante, se veía bien al hacer actividades con Peter, incluso alentando estar con él porque "sabía más del tema" o "se sentía más cómodo si estaba con él".
Ya no había insultos. La mirada de Tony cambió hacia Peter, ya no tenía el ceño fruncido cuando estaban en la misma habitación. Incluso comenzaba conversaciones civilizadas.
Tony comenzó a ver el verdadero ser del Omega. Comenzó a ver los gestos que tenía hacia sus "parejas". Se dio cuenta de lo coqueto que era, encubierto por una carita que quería parecer tímida. Tan cariñoso, tan servicial y atento. Protector y lindo. El poder SOLO verlo, le hacía sonrojar porque se imaginaba como algún Omega también lo miraba así. Pero poco a poco se comenzó a poner celoso porque al Omega que se imaginaba era el propio Peter.
El colmo fue cuando les tocó dormir juntos en la misma cama, en la misma cama en la que estaban ahora. Peter ya comenzó "a cambiar", esos ojitos estaban ya muy tristes y se dio cuenta cuando estaban tumbados en la cama y el chico se durmió. Y de la nada, le abrazó el brazo. Su pecho se contrajo y su estómago se encogió. Un gesto tan banal e inconsciente, ¿por qué había reaccionado así? Lo le cogió del brazo, pero la intensidad subió cuando Peter, en sueños, se puso cómodo y le puso también la pierna por encima. Tony, sin saber que hacer, se quedo tieso. Tan tieso que hasta su miembro se puso tieso. Antes de que Peter se despertase, se levantó corriendo al baño. Era la primera vez que podía dormir en la cama "cómoda" y no pudo disfrutarla como era debido. Solo pudo concentrarse en guardar sus instintos y no ponerle la mano encima durante toda la noche. Por desgracia, tuvo que estar pensando en la alineación del Betis toda la noche, porque sino iba a explotar.
Tony movió su mano, acarició la cara de Peter. Su pecho estaba contraído de nuevo, no se esperaba que el chico aceptara sus actos. Además, parecía estar disfrutándolo cuando cerró los ojos. El Alfa sonrió.
Dejó de acariciarlo y no pensó mucho sus acciones, pero llevó su boca al cuello del chico. Comenzó a lamerlo y succionarlo con suavidad. Esto hizo que el chico que se encogiera y se retorciera en la cama. Tony llevó sus acciones por toda la extensión del cuello de Peter, incluso obligándolo a darse la vuelta. La única zona que no tocó fue la marca de Steve.
- Peter, la única soga que quiero que tengas en tu cuello, sean mis manos mientras te ahorco.
El Omega se sonrojó y abrió los ojos como platos.
- ¿Cómo puedes estar diciendo eso?
- ¿Y por qué no?
- Te recuerdo que hasta hace dos semanas querrías matarme... solo te estaba facilitando el trabajo.
No aguantó lo que estaba escuchando. Se colocó en la cama, encima de él. Tony lo miraba con el ceño fruncido, una mirada muy desafiante e imponente.
El chico volvió a sentir lo mismo que cuando estuvo encerrado en el sótano, la primera vez que vio a Tony. Miedo, terror. Pero en realidad, tampoco se sintió inseguro, sino todo lo contrario.
- No vuelvas a decir eso, ¿entiendes? No quiero que vuelva a salir de tu boca algo como esto. No quiero que lo vuelvas a hacer, ni si quiera pensarlo. ¡No quiero! ¿Entiendes?
No se dio cuenta hasta que algunas de sus lágrimas cayeron al rostro de Peter. Se sorprendió al darse cuenta que había comenzado a llorar.
Peter pudo moverse al fin, rodeó el cuello de Tony en un abrazo y lo atrajo hacia si mismo, eso hizo que el Alfa se tumbara encima del Omega sin llegar a aplastarlo. El esconderse en el cuello de Peter, se dio el lujo de llorar, no lo volverá a hacer más así que Peter disfrutó de consolarlo dándole pequeñas caricias en su espalda y besos en la mejilla. Además de muchas palabras de afirmación.
Tony estaba super avergonzado, pero se sintió seguro con el Omega. Lo abrazó con fuerza para que no se fuera, no quería que lo abandonara.
Tony se quedó dormido en la cama, Peter salió del cuarto. Estaba bastante cohibido por lo que acaba de ocurrir, necesitaba algo de respiro. Encontró a Bucky en el sofá, sentado, mirando a la nada. Se dio cuenta que tenía la carta que él mismo había escrito.
El Alfa se dio cuenta de la presencia del chico y se miraron. Peter se dio cuenta de que Bucky había llorado.
- ¿Realmente te sientes así?- preguntó Bucky con la voz rota.
Peter asintió y el de pelo largo se levantó para acercarse a él. Lo abrazó por la cintura y se hundió en su cuello, aspirando el olor de su Omega. Aún no lo había marcado, pero tenía muchas ganas de hacerlo. Pero ahora mismo, no sabía si era buena idea.
No quería atar a Peter en esta vida. No quería que tuviera que renunciar a lo que quería hacer en un futuro, no quería tenerlo para él solo. Realmente lo que más quería era ver a Peter feliz y si esa felicidad no estaba a su lado, no lo obligaría a estarlo. Le ayudaría incluso para que nadie se interponga para que su chico pueda cumplirlos.
- Lo siento...
- No tienes nada de que disculparte, literalmente eres el que mejor me ha tratado en estas semanas encerrado a parte de Stephen... Te estoy agradecido de que me hayas sacado de ahí.
- No me tienes que agradecer nada, no debimos de haberte encerrado en primer lugar. Por eso, te pido perdón. Por robarte la libertad, por haberte robado tu vida, por todo lo malo que te ha ocurrido en estas semanas... ahora estás en el punto de mira de demasiada gente... no quiero que nada malo te ocurra.
Bucky sollozó en el hombro de Peter suavemente, él le acarició la espalda consolándolo.
- No me va a pasar nada, estoy con vosotros, sé que no vais a dejar que nada me pase.
- Realmente creo que tienes un poco de síndrome de Estocolmo para estar hablando de nosotros así...
Peter se rio, pero Bucky lo decía demasiado seguro de si mismo.
- Oh vamos... el destino es muy caprichoso, si tuvo que pasar así, pues así pasó.
El Alfa lo abrazó más fuerte, incluso obligando a su pareja a ponerse de puntillas. Los primeros rayos de luz del amanecer teñían de naranja las cortinas de la sala. Un ambiente cálido y de nuevo comienzo se hacía presente.
- Y si... escapamos.- esto lo dijo Bucky haciendo que Peter se sorprendiera.
- No podemos hacer eso.
- ¿Por qué no? Vámonos, donde nadie nos conozca.
La voz del Alfa se hacía más silenciosa pero más contundente. Se separó del chico y lo sujetó de los brazos para mirarlo directamente a los ojos.
- Podrás volver a estudiar, estudiar lo que quieres. Saldremos adelante como sea, vámonos del país si es necesario, sé la forma de salir sin ser incautados. Piénsalo, podríamos irnos y dejarlo todo, ya nadie te buscará, no tendrás que esconderte, no tendrás que vivir en las sombras.
Peter no le había visto esa mirada a Bucky nunca, se estaba empezando a asustar. Una mirada llena de desesperación. Cada vez le apretaba más fuerte y Peter ya quería alejarse de él.
- Bucky me haces daño.
El Alfa paró y se dio cuenta de las estupideces que estaba diciendo y haciendo.
- Lo siento, solo estoy algo nervioso. No quiero perderte y pensar que podría haberlo hecho hace unas horas me...- Bucky no terminó la frase.
Hubo un silencio algo tenso, estaban cansados, no habían dormido en toda la noche.
- Ve a descansar Buckaroo~ yo, me gustaría hablar con Steve y Chris también...
El Alfa asintió con la mirada cansada. Se acercó al Omega y cogió su rostro en sus manos para besarlo dulcemente en los labios.
- No sé si te lo he dicho alguna vez, pero te amo.
A Peter se le saltó el corazón un poquito y se sonrojó entero al escuchar eso. Abrazó con fuerza a Bucky.
- Yo también te amo.
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