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Peter notó enseguida que el que entró al cuarto era un Alfa y no uno casual, sino uno muy fuerte. Las feromonas que este expulsaba eran muy pesadas, llegando a ser insoportables para el pequeño Omega que se acurrucaba cada vez más contra la pared. Cuanto más lejos esté de ese hombre, mejor. Peter evitó el contacto visual directo con él, incluso se llegó a poner cara a la pared. Sus músculos se tensaron más aún y por consecuencia, todo su cuerpo temblaba.

Pero era inevitable que aunque Peter quisiera alejarse del Alfa, este hombre ya estaba lo suficientemente cerca. El hombre que acababa de entrar dio un tirón a la ropa que llevaba el Omega y le obligo a ponerse frente a él. Así Peter apoyando su espalda en la pared y el hombre de cuclillas frente a él.

Era un hombre de ojos azules, rubio y de una gran musculatura. La expresión de su cara no decía nada, ningún sentimiento. Nada. Como si estuviera muerto por dentro.

Peter no pudo analizar mucho más, el hombre se movió y le arrancó la cinta que tenía en la boca. Ese gesto hizo que se le saltaran algunas lágrimas, notaba como sus labios se cortaron y estaba totalmente seguro que llegaron a sangrar aunque sea unas gotitas.

El hombre rubio cogió del cuello la chico y le obligó a mirarlo.

- Tu nombre.

Peter estaba confundido, no entendió muy bien lo que decía. Así que muy a su pesar se quedó callado solo con cara de angustia por lo fuerte que le agarraba del cuello.

El hombre se impacientó y zarandeo al chico haciendo que la cabeza de Peter chocase directamente con la pared, era inevitable que el Omega viera las estrellas por el golpe. Se mareo incluso de lo fuerte que fue. Además de eso, apretó más fuerte el cuello del más pequeño dejándolo prácticamente sin aire.

- Última vez que te lo digo. Tu nombre, ¿cual es?

Peter tenía miedo, no sabía que hacer. Darle su nombre verdadero o uno falso. Estaba totalmente seguro que si le daba un nombre falso y el hombre se daba cuenta de ello, seguro que se cabrearía con él y a saber que cosas era capaz de hacer. Por otra parte, si le daba el real podría identificar sin problemas cual es su familia y lo que menos quería era que ellos tuvieran algo que ver. Pero por otra parte, si lo piden realmente será para pedir algún tipo de rescate o algo por el estilo.

- Peter...- dijo con el último aliento que pudo.

- Peter, ¿qué?- preguntó el rubio y aprovechó para apretar un poco más su agarre.

Peter sin quererlo dejo derramar sus lágrimas acumuladas en los ojos por sus mejillas. El dolor y la asfixia eran insufribles, a parte de que ya de por si las feromonas que este animal expulsaba eran insoportables.

- Parker... Peter Parker.

Al decir eso, el hombre soltó al castaño, el cual dio una bocanada de aire profunda acompañándola de tos. Enseguida se llevó las manos atadas al cuello para acariciarlo y así intentar minimizar el dolor que ahí sentía. Pero era solo un gesto inútil.

Mientras el Alfa se levantaba y enseguida se llevó la mano a la oreja, al parecer tenía una especie de intercomunicador en el oído.

- Sí, es él. Lo hemos encontrado.

Enseguida el chico lo miró e instintivamente le respondió.

- ¿Cómo que soy yo?

El rubio efectivamente escucho el como el chico se había atrevido a hablar sin su permiso. Es obvio que no podía consentir eso de un miserable Omega. Se acercó a él de manera ruda y le propinó una fuerte patada en la cara de Peter.

El golpe fue tan fuerte como para hacerle crujir la nariz, pero no lo suficiente como para dejarle inconsciente. Es obvio que tuvo un gran impacto, ya que enseguida se cayó para atrás. Peter ya notaba el sabor metalizado de la sangre en su boca, pero no sabía si era precisamente de la boca o de la nariz, ya que notaba como todo le sangraba en verdad.

En un abrir y cerrar de ojos volvió a notar esa mano fuerte del Alfa en su cuello, lo agarraba de nuevo para dejarlo sin aire. Pero esta vez levantó a Peter en el aire para tener al Omega más cerca pero sin necesidad de agacharse excesivamente, aún así el rubio se encontraba de cuclillas al lado de Peter.

- Vuelves a hablar sin mi consentimiento y lo próximo que te haré será cortarte la lengua, ¿entendido?

Peter juro en su mente que de verdad quería hablar pero nada salió de su garganta, solo el como se ahogaba con su propia sangre como siga tumbado. Aún así le intentó responder de la manera más sincera posible con la mirada.

El rubio lo dio por entendido y antes de soltarlo le dio un apretón más fuerte. Enseguida de haberlo soltado se levantó y salió de la habitación. Volviendo a dejar el sitio en un lugar sombrío y oscuro.

Peter enseguida se puso de lado con dificultad y tosió expulsando la sangre que había en su garganta. Se arrastró con pesar hasta la esquina donde antes estaba y volvió a acurrucarse ahí. Se tocó la cara, justamente debajo de la nariz y efectivamente la sangre provenía de esa parte de su cuerpo. Pero al estar tumbado la sangre paso directamente a su garganta.

En el instituto tuvo un pequeño curso de primeros auxilios, es así que dio gracias a dios de haberlos dado y de saber como reaccionar cuando te sangra la nariz de esa manera. Como pudo se puso recto en un primer momento, separo las rodillas lo que pudo y adelantó su torso para que la cabeza estuviera entre las piernas y mirando hacia el suelo. Por último llevó sus manos hacia la nariz y apretó los orificios nasales para hacer que los vasos sanguíneos de esa zona se regeneraran rápido.

Aún así Peter no pudo evitar pensar en lo que había ocurrido. Al parecer ese hombre lo buscaba a él y al parecer son más de una persona.

El caso es, ¿para qué lo quieren a él? y ¿por qué?

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